Nuevos relatos publicados: 13

Pasiones nocturnas

  • 10
  • 8.806
  • 9,00 (7 Val.)
  • 0

-Bésame

-me estás preguntando?

-hazlo

Me tomas y me besas apasionadamente, nuestras lenguas se juntan y comienzan a bailar abrazadas...

Al separar nuestras bocas, nuestros cuerpos siguen juntos, bailando en un pub en donde estamos bebiendo unos tragos, ya un poco subidos de tonos.

Llevas un vestido ajustado, tus pechos firmes no se dejan ocultar, y tus pezones se muestran levemente.

Con los movimientos dejas mostrar un poco tus glúteos, que con tu pequeña tanga, no alcanza a cubrir todo.

Ambos estamos un poco ebrios, el baile nos hace rozar cada vez más y la calentura se siente al tocarnos.

Sientes mi erección por sobre la ropa, y tu culo no se despega de ella, y lo mueves en círculos lentos y fuertes.

Te afirmo de la cadera, y tu estiras tus brazos por sobre las cabezas hasta mi cuello.

Mi boca queda en tu cuello desnudo, que soy pequeños besos y mordidas.

Bailamos y nos calentamos en cada movimiento, una pareja sentada a un costado nos está viendo, ella usa una mini falda, y una polera escotada, él una camisa y un pantalón ajustado.

Ambos están pendientes de nuestros movimientos, nos miran y evalúan, tu solo disfrutas de esto y yo, comienzo un trabajo sucio.

Una de mis manos se desliza por tu cuerpo, desde tu hombro hasta tu muslo, alcanzo a tocar parte de tu pecho izquierdo y tu glúteo.

Quedando mi mano a escasos centímetros de tu entre pierna, siento un calor húmedo que deseo tocar, me aguanto bajo la ardua presión.

Aún que mi dedo pulgar tímidamente recorrió parte de tu borde oculto por ella tanga que usabas.

La pareja miraba animosa, ella sentada de piernas cruzadas, tocando por sobre el pantalón el pene del tipo, que te miraba con deseo, apoyado con los brazos extendidos en el asiento

En un movimiento, estratégico nuestra observadora, abriendo las piernas nos dejó ver su vagina depilada, con un pequeño hilo de pelo en su pubis, ambos reímos un poco nerviosos, y excitados, devolviéndole el favor, mostrando uno de tus pezones, de tal forma que solo ellos pudieran ver.

La canción dejó de sonar, y nos fuimos a la barra, donde pedimos unos tequila para los dos.

A unos metros estaba la pareja que aun viéndonos, ella seguía tocando al tipo, gracias a tu cuerpo, y tus sensuales movimientos, él estaba a punto de explotar.

Me dices que vas al baño, que te espere donde estábamos, caminas, y pasas frente a ellos, moviendo tus caderas, tu culo no deja de ser observado.

Das unos cuantos pasos y la tipa camina detrás de ti, y entran al baño juntas.

Asegurándose que nadie las ve, ella logra darte un beso, y tocar tu culo, sintiendo tu tanga y tu leve excitación, a la cual respondes tocando su pecho y parte de su vagina.

No sabes si es por culpa del alcohol o de la calentura del momento, pero sabes que lo estás disfrutando y que cuando me cuentes sufriré al saber que no estaba en ese lugar.

Salen del baño, te acercas a mi ignorando todo lo que pasa a tu alrededor, y lo que paso en el baño, tomamos nuestro corto de tequila.

Y decides contarme lo sucedido, atónito a tus palabras, vuelvo a mirar a la pareja, y sin gesto alguno, te digo que nos vamos a casa

Caminamos, y ente besos y agarrones, la calentura no bajaba de nuestras cabeza.

Una cuadra antes de llegar, pasamos por una plaza, que al ser horas de la noche, la oscuridad dejaba mucho que desear

Tomas la iniciativa, y me llevas entre las sombras de esa plaza, con la leve luz que llegaba de los faroles, y las luces de los autos al pasar, podíamos ver perfectamente a nuestros cuerpos.

Entre besos y agarrones, baje tu tanga y la guarde en mi bolsillo, y, sentados en una banca, comencé a masturbarte.

Con largos besos y tu vagina mojada, un orgasmo no tardo en salir.

Mojando mi mano y parte de mi pierna, ya que estabas sentada sobre mi.

Tomas mi mano aún húmeda y la introduces en mi boca, para luego continuar en la tuya.

Tomas aliento, te amarras el cabello, y rápidamente dejas mi pene fuera del pantalón, para comenzar una sesión de sexo oral.

Todo en una plaza las 4 am.

Tu vestido que ya está en tu cintura, dejando tu hermoso culo y tu depilada vagina al aire.

Tu mano rozando tus labios mayores, se deslizan suave y rápidamente hasta el interior de tu vagina.

El instante que dos de tus dedos entran sin piedad, mi pene entra por completo en tu boca.

Tocando tu garganta, que con una pequeña arcada, te das cuenta de que has hecho una garganta profunda.

Logras mantenerme al extremo de la calentura, que me lleva a tocar tus pezones y sacar tus pechos del vestido.

Estas tan mojada, que unas gotas caen por tu muslo, y llegan tu rodilla apoyada en el pasto.

Un hilo de semen une tus labios con mi pene, que está siendo abrazado por tus pechos.

Un orgasmo sale por tu boca.

Seguido de un pequeño espasmo de tus caderas que me hace entender que te has corrido.

Al mismo tiempo que sin poder aguantar más eyaculo en tu boca, llenando todo, tanto es nuestro orgasmo, que sin dudarlo tragas todo mi líquido, vuelves a lamer mi pene para no dejar rastros.

Me besas la boca, mientras acomodas tu vestido para decirme que vamos a casa a continuar.

Llegamos a la puerta del departamento y nos disponemos a subir el ascensor cuando estamos dentro, y colocamos el décimo piso, te giro para que quedes contra la pared espejada.

Abro tus piernas e introduzco mi lengua dentro de tu ano sin previo aviso, tu solo levantas el culo para disfrutar mejor.

Y mis manos separando tus glúteos me dejan lamer todo tus líquidos que caen por tus piernas.

Volviendo con mi lengua directo a tu ano, entrando y tocando tus paredes internas sin parar, de golpe, se abran las puertas que avisen nuestra llegada.

Casi al trote entramos al departamento, entras delante de mí, con el vestido en la cintura después del ascensor. Cierro la puerta detrás de mí y una nalgada retumba en la habitación.

Quedando completamente desnudos, tu ventana y cortina está abierta, no nos importa, y los pasos que doy para acercarme a ti, mi ropa cae en el piso, dejando huellas de que se viene un salvaje encuentro.

Ente besos, y cuerpos desnudos, tus uñas rasguñando mi espalda.

Me imploras con deseo que te haga sexo oral, tus modales, ya no existen, y te vuelves tan sucia como tus deseos carnales, me tomas la cabeza, tirando del pelo, y me sumerjas en tu vagina.

Quedando toda mi cara en ella, mi nariz tocando tu clítoris, y mi boca tragando todos tus jugos, mis manos afirman tus piernas que se cierran tras cada orgasmo que estás teniendo.

Con una mano tapas tu boca para no gritar y despertar a ti madre, que su habitación a escasos metros de la tuya solo separa una pared, y tu otra mano abriendo en todo su esplendor tu vagina, separando tus labios, y dejando que mi boca haga todo el trabajo.

Mi lengua saborea cada instante, y cada estímulo que logra al rozar tus pliegues, rodeando tu clítoris sin tocarlo, y bajando para dilatar ese ano que tanto deseo, la presión en tus caderas aumentan con cada movimiento ejecutado por mí, nuestras manos ocupadas en distintas partes de tu cuerpo.

Solo me dejan actuar con mi boca, que con pequeños chupones hago que te muevas y abraces mi cabeza con tus piernas, estas tan mojada que siento como tus jugos recorren mi cuello llegando a mi pecho.

Te corres y en agónico respiro me pides recostarme, sin objeción te hago caso, quedando con mis piernas flexionadas y mis pies tocando el piso, mi pene ya erecto apuntando al techo, lo miras, coquetas y sin pensarlo, te sientas en mi cara.

Uno de mis dedos, rebeldemente entra al unísono por tu ano, haciéndote estremecer y soltar un pequeño grito, que ahogas metiendo mi pene en tu boca, para no generar ruido alguno.

Estamos ebrios, desatados y calientes, no dudas más, y en la misma posición que me encuentro, bajas, tomas mi pene, dándome la espalda, y lo introduces sin temor dentro de tu ano, que desaparece al instante, y un orgasmo constante, pequeños aullidos salen de tu boca, quejidos que a la luz me llevan al borde de la explosión, siento como tu ano está caliente, dilatado, y totalmente dispuesto a ser penetrado.

Te mueves hacia adelante y atrás, enterrando tus uñas en mis piernas, tus piernas juntas, tu culo sobre mi pene y mis piernas abiertas, te dejas llevar por el momento, y sueltas un orgasmo, que, te hace llevar una de tus manos a tu pecho, y tirar de un pezón, mientras tu otra mano se entierra en mi pierna, siento como un pequeño chorrito cae por mis testículos, y tu mano se asegura que no caigan más allá.

Los tomas y comienzas un juego entre mis testículos y una penetración anal, un orgasmo sobre otro hace que caigas al piso, tu cabeza está por explotar, el alcohol, que tomamos, y la pareja que vimos nos volvió locos en calentura, te levanto y te recuesto en la cama, abro tus piernas, que están mojadas entre tu vagina y un poco de sudor. Tu rosada y bella vagina me deja ver ese clítoris del que estoy perdidamente loco, y pellizco con mis dedos de mi mano derecha, metiendo mi pene en tu vagina, estás tan mojada que entra fácilmente. Está tan sensible que orgasmos cortos y entre cortados por tu respiración, juego con un mete y saca suave para mantener esos orgasmos que me llevan al placer, tus ojos en llamas, me miran con deseo.

Mi pene roza tu punto g, con movimiento más rápidos, una vez más en tu desesperación de orgasmo, tu uñas se clavan en mi antebrazo, y tu boca se llena de mordidas de una almohada, tu cadera se mueve rítmicamente, tus piernas me abrazan sin escapatoria, mis manos tocan tus pechos, tus orgasmos y jadeos suenan a través de la almohada.

El sol comienza a iluminar la habitación, me pides que me corra, pero no quieres que termine en ti, tú quieres terminar en mi boca, te pones en cuatro, y comienzo mi tarea, que, a los pocos minutos, de pasar mi lengua por tu clítoris, meterla en tu vagina, y perforar tu ano, eyaculas en mi cara y boca, dejando todo mojado, un orgásmico grito sale de ti dejándote caer una sobre la cama, con espasmos y chorreando un poco aún, estás consciente de lo sucedido, sabes que acabas de gritar, estás sudada y mojada por todos lados, me pides como deseo eyacular hacia la ventana.

Y nos acercamos a la ventana, con el sol sobre nuestros cuerpos desnudos, me masturbas y haces sexo oral, a la vista de todo aquel personaje que pueda estar a las 6 am despierto mirando por la ventana, recordando a la pareja del pub, eyaculo potenciosamente fuera de la ventana, tirando toda mi leche a los aires, de un décimo piso, con nuestras piernas temblorosas, después de una ardua noche desenfrenada, nuestros sexos estimulados y delicados por el esfuerzo.

Contemplando el amanecer desnudos y agotados por una ardua noche de sexo.

—Fin—

(9,00)