Nuevos relatos publicados: 9

Don Ernesto (Capítulo 4)

  • 3
  • 10.220
  • 6,00 (1 Val.)
  • 0

Ella puso cara de asombro, pero enseguida curvó sus labios en una sonrisa sugerente…

-Ah, putito, ¿te calentó el viejo?...

-Ay, sí, mucho, “señorita”, tuvimos alguna cosita y prometió que… que cuando… ¡ay, qué vergüenza!…

-Vamos, contame, Jorgito…

-Bueno, que cuando se mude acá me va a… a coger…

-Y vos contentísimo con lo putito que sos, ¿cierto?...

-Sí, “señorita”, claro que sí…

-Pero vas a tener que ganarte esos polvos, Jorgito…

-Dígame, “señorita”…

-Vas a ser la sirvienta del viejo… Seguramente le va a encantar la idea…

-Sí, “señorita” María, lo que usted diga… Yo siempre voy a hacer todo lo que usted me mande…

-Muy bien, Jorgito… ¡Muy bien!...

Y por fin llegó el día… Fue el lunes pasado la mudanza y en cuanto todas las cajas y los muebles estuvieron en la habitación del inquilino la “señorita” me mandó a ayudarlo… pero antes lo convocó a su habitación, conmigo presente…

-Bienvenido, amigo, espero que lo pase bien acá, que se sienta cómodo…

-Gracias, María, seguramente así será…

-Como ya le dije, Jorgito estará a su disposición, será su sirvientita…

-¡¿Sirvientita?!...

-Claro… Es un nene muy putito y una muy buena sirvienta… Le va a limpiar todo, le va a barrer el patio y la habitación, le va a lavar la vajilla… En fin, le va a hacer todo lo que usted necesite…

-Escuche, María, ¿puedo hablarle con franqueza?...

-¡Claro!...

-El nene me… me tiene muy cachondo…

-Y es lógico, con lo lindo que es…

-Ah, ¿entonces no le molesta?...

.¡Claro que no!... ¡Al contrario!... ¡Úselo a su antojo!...

Y me usa todos los días… Es increíble el vigor sexual que tiene a su edad… Además, me excita mucho ser su sirvientita, le barro, le paso lustre a los muebles, le limpio el baño y la cocina y él detrás de mí supervisando mi trabajo y de vez en cuando tocándome el culito entre risas y mis fingidas protestas:

-Ay, señor Abelardo, por favor…

Le gusta que primero se la chupe y lo hago gustoso, claro, después de lamerle los huevos… Su pija huele bien y me encanta tenerla llenándome la boca y al rato echándome esos varios chorros de lechita caliente que yo trago hasta la última gota…

Después se echa un rato en la cama para descansar y cuando repone fuerzas me da pija por el culito… Le encanta cogerme en cuatro patas… Se la embadurna con vaselina, la guía con una mano hacia el objetivo y me la mete… ¡Ay, qué placer!... Mientras entra duele un poco, pero solamente hasta que está toda adentro… Después siento un placer indescriptible mientras el vejete me aferra las caderas con las dos manos y su adorable pija va y viene dentro de mi culito hasta que después de un rato me lanza su lechita caliente…

Cuando está otra vez de espaldas en la cama yo tengo que ir y limpiarle con la lengua los restos de semen… ¡Me encanta esa tarea!...

Ayer hablamos sobre mí… Fue después de haberle limpiado la pija con mi lengua… Me ordenó que me tendiera junto a él y me dijo:

-Eres muy putito, niño…

-Sí, señor Abelardo…

-¿Y desde cuándo?

-Desde que recuerdo me gustan los señores…

-¿Vas a la escuela?

-Sí, acabo de terminar la secundaria…

-¿Te han follado allí tus compañeros?...

-Lo intentaron, pero me resistí, porque los chicos no me excitan… Amenacé con denunciarlos y se calmaron…

-Mmmmhhh, ya veo, lo tuyo son los señores…

-Sí, señor Abelardo, como usted y el señor Ernesto…

-¿El señor Ernesto?...

-Sí, es hermano de la “señorita”…

-¿Y te da polla?...

-Ay, sí…

-Sería muy guay que te diéramos entre los dos…

-¡¿Los dos juntos?!...

-Claro… ¿No te gustaría, Jorgito?...

-¡Ay, sí, señor Abelardo! ¡sería fantástico!

-Uno por la boca y el otro por el culito…

.¡Ay, sí, síiii!...

-Bien, habla con la “señorita”, a ver qué le parece y qué puede arreglar…

-Estoy seguro de que la idea le va a encantar, señor Abelardo, y si usted me deja, ya mismo hablo con ella…

-Anda, niño, vístete y ve a verla…

(continuará)

(6,00)