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La segunda vez que mi esposo me vio follando

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Hola a todos mis lectores para el día de hoy les contare la segunda vez en que mi esposo me vio teniendo relaciones sexuales con dos hombres.

Resulta que después de que David irrumpiera un día en casa en que yo estaba con dos amigos en la cama y que no fue mucho lo que pudo ver ya que mis amigos estaban más bien cabreados y algo molestos al sentir la presencia de mi esposo en el cuarto me toco sacarlo y cerrar la puerta. David no podía tampoco demorarse en casa ya que tenía que hacer una presentación de su trabajo en la casa de uno de sus jefes y gracias a eso no le tuve que dar mucha explicación sobre lo que yo estaba haciendo en su cama con dos hombres, por lo que se fue dejándonos a los tres disfrutar de una tarde exquisita y de mucho sexo y placer así poder pasar un mejor rato. Mi esposo quedo cortado y con unas ganas inmensas de verme hacer el amor con dos hombres. Esa noche cuando llego ya mis amigos se habían marchado, el cuarto olía todavía a hombre el cesto de basura contenía el papel higiénico untado con el semen de mis amigos al igual que mi cuerpo y las sabanas de la cama, las que no quite esperando la llegada de mi esposo y viera aquel desorden que delataba el delicioso rato que yo había disfrutado con dos hombres que me habían hecho de todo. Al entrar nuestros ojos se cruzaron abalanzándose encima mío me besa apasionadamente lo espere en la cama desnuda, sabía que debía de venir arrecho de estar pensando en lo rico que la pase esa tarde con mis dos amigos. Todo se lo conté hasta con el más mínimo detalle fueron casi 20 minutos de pasión desbordada no lo había sentido tan arrecho al irle contando paso a paso.

Fueron después varios días en que me pedía que le contara lo ocurrido. Y me pedía que teníamos que hacerlo nuevamente, que buscáramos el día para que el pudiera verme gozar con más detenimiento, sin apuros y poder el estar todo el tiempo. Viéndome hacer el amor con dos hombres a la vez. Situación que me llenaba de morbo excitándome, humedeciéndome por completo. Pasaron los días y yo en ese lapso estuve haciendo otros tríos con diferentes amigos la idea de que mi esposo me viera hacerlo me tenía la cabeza y la cuca alborotada teniendo que calmarme buscando hacerlo, hasta estuve en un día que no fui a trabajar con tres caballeros al tiempo o sea un cuarteto exquisito, en donde disfrute de casi seis horas de sexo sin control, en la tarde y en la noche repetí con dos amigos llegando a casa a la media noche contándole a mi esposo que había estado con un cliente de Aleida no más. Pasó casi un mes y me decidí a que mi esposo me viera, realizar su fantasía entonces llame a un amigo para concretar

Llegamos a donde Alexander a las 8 pasaditas, el apartamento es pequeño de una alcoba Alexander estaba recién separado y arrendo con lo poco que saco de su anterior apartamento la cocina era estilo americana no tenía pared lo dividía el platero y parte de la alacena. Fidel ya había llegado, Alexander quedo sorprendido pues no esperaba la presencia de mi esposo ya que la intención de ambos era de tener relaciones sexuales conmigo, entramos saludándolo con un beso en la boca y abrazándolo de casi 10 segundos en donde nuestras lenguas se fusionaban humedeciéndolo todo seguimos a la sala en donde nos esperaba Fidel quien también se preguntaba con quien había llegado yo es de imaginar que la velada era entre los tres.

- Hola Fidelito mi amor.

Se levantó de su silla y abrazándonos nos besamos también en la boca.

– Hola Dianita preciosa pero que hermosa estas.

- Gracias muñeco tú también estas divino. Mira te presento a David mi esposo.

Se quedó medio inmóvil por unos segundos la sorpresa de estar con David lo pondría a pensar en que su velada iba a tomar otro rumbo distinto al que estaban esperando. Volteo a mirar a Alexander y extendiendo su mano saludo a David

- A Mucho gusto.

– Mucho gusto, David para los amigos de mi mujer.

Les responde David.

- ¿Que te tomas Dianita?

- A ver ¿tienes ron?

– Si claro ya te lo sirvo y te va a encantar este es de XXXX

– Ha si me encanta ya lo he probado.

– David ¿tú que tomas?

– Yo también Ron.

Me quite la chaquetica que ya me estorbaba. Dejándoles ver a través mi camiseta negra trasparente, mis tetas las que se veían muy bien ya que no tenía sostén. David se sentó en un sillón solo y yo en medio de los dos en el sillón grande, hablamos, tomamos echamos chistes chismes de todo un poco y hasta de sexo. Siendo mi esposo el que más daba de que hablar. Preguntándoles a los chicos sus fantasías. A Alexander

- A mí me gustaría estar con una mujer blanca de pelo blanco en ligueros negros.

- ¿A ti Fidel?

- A mí me gustan caderonas y cintura de guitarra. Trigueñas y con buenas tetas, que tenga uno de dónde agarrarse

- Ha que bien, mami hay calaste tú.

Me dice David.

– Si Fidel tiene buen gusto.

– yo también dianita.

Refuta Alex

-Jejeje que va esas monas son desabridas sin gracia.

- A eso no lo sabes tú.

– Te lo digo por experiencia querido.

Y Fidel me pregunta.

- ¿Dianita mi amor a ti como te gustan los hombres.

– A mí me gustan todos los hombres desde que tengan una buena.

Y con el brazo doblándolo empuñándole mi mano hacia arriba, les dije.

Hufff jejejejeje risas entre todos.

– Hay si entre más grande sean, más ricas son de hacerles sexo oral. Me encanta encontrar hombres bien dotados.

Me levante al baño a orinar, al regresar Alexander estaba en la cocina y me fui a conversar con él acercándomele lo abrace por la espalda él estaba sirviendo varios vasos con agua. Mi mano derecha bajo a tocarle por encima del pantalón la verga que tenía escondida por allá abajo. Le baje la cremallera metí mi mano y logre sacársela. La que fue poniéndose en firme

- hum pero este niño esta como achantado.

Diciéndoselo al oído mientras nos mirábamos con David. Alexander dejo que yo lo consintiera, le hice dar vuelta y le pregunte. Sin dejar de acariciarle la verga y dándonos un beso en la boca.

- Y que como te ha ido en tu nueva vida de soltero.

- No pues trabajando y trabajando después de la separación solo quedaron fueron deudas.

- ahí si eso es verdad pero hay poco a poco iras pagando eso.

Y tocándole la quijada con mi mano. Nos besamos apasionadamente, mis manos aumentaron las caricias a su verga.

- ¿y por qué te viniste con tu esposo?

Me pregunto al oído.

- No paso a recogerme quería tomarse unos tragos y pues yo le dije que dos amigos me habían invitado que si quería acompañarme veníamos. Y acá estamos.

– Si acá estas pero yo quería, ya tú sabes.

- ¿Sexo?

Le pregunte.

- Si mamita y te pones a traer a tu esposo ¿así como?

- Muñeco no te preocupes que si tú lo que quieres es hacerlo conmigo, más tarde hacemos eso, por ahora ven vamos a la sala llevemos los vasos y bailamos este disco, ¿sí?

- Listo dianita. Lo agarre de su verga y me lo lleve para la sala

Bailamos un vallenato que sonaba por la radio, seguimos hablando de lo de su separación. Nuestros pasos se hacían más lentos, nuestros cuerpos se juntaban, nuestras mejillas se rozaban, mi mano acariciaba su otra mejilla, mientras que con la otra seguía acariciándole la verga, seguíamos hablando ya al oído. El disco termino y seguimos parados, abrazados, nuestras caras muy juntas, nos besamos intercambiando nuestras lenguas contándonos cosas y consolándolo un poco, su separación no fue fácil, había muchas cosas por dejar atrás. Resignación y mandar todo al olvido. En la radio sonaba puros comerciales y no estábamos para eso.

- Haber Alex mi amor, coloca mejor algún CD bailable que hoy estamos de rumba… epa.

Me agache a recoger mi copa sobre la mesa de centro y tomarme el trago servido.

- huff esta fuerte este ron huff. Ven Fidel y bailamos los dos. Alex coloca algo bien romántico un bolerito podía ser.

Fidel se levantó y su mirada no se me aparto de mis tetas, lo abrace quedando bien pegaditos nuestros cuerpos esperando a que la música empezara. Ya los tragos nos tenían más relajados, las copas que a su vez de ser llenadas eran rápidamente desocupadas, la sangre y la atmosfera se conjugaban armoniosamente creando el ambiente propicio para el desenfreno sexual mis manos acariciaban su espalda y le apretaban su trasero.

- Muñeco me encanta tu trasero se nota que haces ejercicio.

– Si señora practico casi todos los días una rutina de ejercicios.

– Yo también me encanta ejercitarme así me ayuda a cuidar mi cuerpo.

Le agarre sus manos y se las coloque por encima de la falda lo que el aprovecho para moverlas alrededor de mi trasero ese día tenía una minifalda de prenses dificultando sus caricias lo que hiso que se las colocara sobre mi carne redonda de mi trasero levantando la falda notando que llevaba interiores que eran un hilo dental. Así él pudo acariciar mi trasero.

– ¿Así está bien muñeco?

Y volteando los dos a ver así donde mi esposo y Alex que seguía al frente del equipo de sonido. Quienes nos miraban atónitos.

– Que si bien mamacita rica lo que vos tenés es sabrosura en ese trasero.

Alex se nos acerca y me acaricia el trasero con ambas manos, mi esposo cambiaba de pierna cruzada acomodándose el pantalón, mientras Fidel y yo nos besamos intercambiando nuestras lenguas.

– Bueno niños inquietos quédense quietos.

Me les quite de su lado y sentándome en el sofá me serví tragos para todos y se los puse a cada uno brindamos a la salud. Ambos se sentaron a mi lado. Y seguimos conversando de todo un poco. Volvimos a bailar esta vez lo hice con David con quien nos amacizamos apasionadamente acariciándonos por todo nuestro cuerpo sus manos me levantaron la franela hasta mis tetas lo que acelero la tormenta al quitármela quedando desnuda de la cintura para arriba, ya estaba acalorada y me fui para la cocina a servir un basado de agua fría. Al regresar a la sala Alex que parado estaba me incito a bailar.

- Guauu preciosa ven bailamos los dos.

Yo levante los brazos y danzando me le acerque, abrazándonos sus brazos me apretaron contra su cuerpo, Alex es igual de alto a mí, metro y medio le digo yo. Muy carismático, dominante de esos chiquillos que sobresalen por su temperamento. Mi cuerpo giro quedando detrás mío con mis manos agarre las suyas y colocándomelas en mis tetas para que me las acariciara, se notaba que estaba desesperado por hacerlo, moviendo mi trasero pegado a él poniéndolo a hervir notando como su verga crecía en su pantalón. Miraba asía donde mi esposo quien estaba tomando un trago de ron, mandándole un beso con mi mano, me mordía los labios y seguíamos bailando, el disco termino me dirigí a levantar a Fidel para bailar con él. Este si me agarro mis tetas miro a mi esposo preguntándole.

- ¿puedo?

- Claro Fidel date ese gusto con las tetas de mi mujer. A eso vinimos a pasarla rico.

Y dándole varios picos me las lambio luego chupo mis pezones, sacándome varios gemidos. Luego nos besamos apasionadamente intercambiando nuestras lenguas mis manos recorrían su cuerpo hasta llegar a su pantalón y acariciarle la verga que erecta se sentía sobre su pantalón. Volví a sacársela.

Mi esposo se abrió la bragueta y escarbando se sacó su verga la que erecta también estaba, eso hiso que el Alex también lo hiciera. Dejándome ver su hermoso tronco palpitante de sangre caliente. El disco termino y yo me dirigí asía Alex y arrodillando me le metí entre sus piernas acariciándosela.

- Me encanta tu verga papacito rico. Grande estas bien dotado hummm. Esto es lo que yo digo no hay nada como una buena verga, así como la tuya.

Y metiéndomela en la boca se la mame por unos minutos, gozándomela, restregándola por mi cara, mirando a mi esposo quien se masturbaba viéndome disfrutar de esa rica polla, jugosa, ardiente, Fidel se sentó al lado subiendo su pierna, Alex se iba a soltar el pantalón y no lo deje

– Papacito quédate así, no te lo desapuntes.

Me pare me fui al baño, al regresar estaban otra vez con sus vergas en sus pantalones, solo con la bragueta abierta. Alex en la cocina serbia pasabocas. Me senté al lado de Fidel que hablaba de futbol con mi esposo. Alex coloco los pasabocas en la mesa de centro y sentándose a mi lado nos besamos, sus juguetonas manos acariciaron mis tetas, Fidel me acaricio las piernas y al ver que yo lo dejaba subió hasta tocar mi cuquita con sus dedos retirando el calzón, acariciándola y luego metiéndolos en ella. El único que comía en ese momento era mi esposo que a la vez me veía a mí gozar de las caricias de mis amigos. Fueron varios minutos de placer con sus caricias. Pararon y aproveche para picar comida y tomarme un trago de ron. Luego a ambos le solté la cremallera y escarbando les saque sus vergas dejando sus guevas fuera. Ya las tenía agarradas masturbándola suavemente, mi cuerpo temblaba sintiéndolas entre mis dedos, luego me inclinaba para mamarlas cambiando varias veces de vergas, lambiéndolas, mostrándole a mi esposo lo que me gusta hacer, deleitando su fantasía, yo dichosa de complacerlo al tener dos hombres a mi disposición para saciar mi sed de sexo. Fue una velada excitante de sensaciones incontrolables era la segunda vez que mi esposo me veía hacer el amor con dos hombres, la que disfrute por cerca de 6 horas seguidas, las dos primeras él nos acompañó en la sala y luego lo dejamos marchándonos para el cuarto en donde estos dos caballeros me follaron el resto del tiempo haciéndome gozar varios orgasmos, mientras mi marido se quedó dormido esperándome.

Seguía mamándoles sus vergas, disfrutando de su carnosidad, mi cuerpo temblaba de la emoción, mi excitación aumentaba y recordaba las palabras de mi esposo cuando me ve. (Te mueves tanto cuando estas excitada que pareces un travesti buscando verga) y en verdad así es me pongo toda nerviosa y me muevo demasiado, mi cuerpo sufre una trasformación total de mujer calculadora fría y sagas, pasa a convertirse en sumisa hambrienta de verga por decirlo así como les gusta a ustedes.

Me paro para ya desvestirme toda y quedar desnuda para mis amigos los que no perdían detalle, acercándome mi trasero me agachaba a sus caras, deslizaban sus lenguas entre mis nalgas, me volteaba y el mismo tratamiento para mi cuquita, mis manos acariciaban mis tetas las que al inclinarme lambia hasta llegar a mis pezones y chuparlos.

Luego entre ambos se arrodillaron y colocándome entre ellos me chupaban mi cuquita y trasero, mi esposo se nos acercó y yo coloque mi mano sobre su pecho temblando de la emoción.

- Hay papi hum que rico, me encanta esto… es excitante, es exquisito mira como estoy de temblorosa. Haaaaaa… me muero papi, me muero de la dicha.

– tu placer es mi placer hermosa si me encanta verte feliz.

Mis manos agarraron la cabeza de Fidel quien me devoraba mi cuquita. Nos besamos con mi esposo, quien me acariciaba mis tetas.

Alex y Fidel se pararon dejándome en la mitad le agarre la verga a Fidel y me la coloque en la entrada de mi cuquita, restregándome su glande por varios segundos hasta hacerla entrar, sus manos acariciaban mi cuerpo, mi pierna izquierda trepo hasta llegar a su cintura, mis manos se entrelazaron en su nuca, ya el suponía lo que yo quería, agarrando mi pierna con fuerza levante la otra pierna, el me la agarro afianzándome con las piernas me dedique a saltar dejando que me cogiera. Con una mirada de deseo. Le dije a Alex

– Ven muñeco méteme tu verga por detrás.

Paramos con Fidel para que Alex pudiera penetrar mi trasero. Esta posición me encanta, mi esposo no perdía detalle de lo que sucedía. Mi cara debería de estarle contando lo rico que la estaba pasando, quedando a merced de aquellos dos caballeros, quienes me follaban moviéndose dentro de mí. Mis brazos se aferraban a sus hombros y mi primer orgasmo no demoro en explotar humedeciéndome toda, lo que hiso que Fidel al terminar, se retirara, dejando a Alex que me penetrara mi trasero. Quedando de pie y inclinada asía el sillón recibía los embistes de Alex quien no paraba de metérmela y sacármela, Fidel se paró en frente y me metí su verga en mi boca, en esa pose estuvimos cosa de 10 minutos, cambiamos senté a Alex y me le monte encima de espaldas a él y me metí su verga por mi trasero y a Alex le dije que se lavara y volviera mientras que mi esposo se nos acercó y me dedique a mamarle la verga, al regresar Alex quite a mi esposo para mamársela a Alex la que me metí todita hasta el fondo y moviendo mi cabeza la sentía toda. Fueron diez minutos y le pedí a Alex que me la metiera por la cuquita, montándose encima de nosotros esperamos a que me la metiera y continuamos follando, haciendo venir en dos ocasiones en donde mis gemidos eran un grito de placer exquisito, donde mi cara expresaba lo delicioso que la estaba pasando. Fidel empezó a convulsionar sentí que su semen inundaba mi trasero, con Alex y sin sacármela cambiamos de posición quedando el sentado yo encima de él sentada y brincando por varios minutos hasta que nos venimos jadeando y besándonos. Fidel se fue a limpiar y yo exhausta le pedí un trago a mi esposo, quien me lo alcanzo dándome un beso en la boca. David ya estaba bien tomado como se había dedicado a vernos gozar, tomando y pajeándose. Descansamos u buen rato charlando, fumando y tomando. Pero al acción continuaba y viendo que David se estaba quedando dormido nos fuimos para el cuarto a seguirla en la cama besándolos caminamos por el pasillo tocándonos y parando antes de entrar al cuarto Alex se arrodillo y metiendo su cabeza entre mis piernas me chupaba la cuquita y Fidel me estrujaba mis tetas con sus manos dándome besos en la nuca, le acariciaba su verga y huevas. Entramos y acostándolos boca arriba me arrodille entre los dos y me dedique a mamarles la verga, cosa que hice por casi 20 minutos en donde hasta una rusa le hice a cada uno. Luego Fidel me agarro y colocándome en posición de perrita se acostó boca arriba y me chupo mi cuquita mientras que yo seguía mamándosela a Daniel, para que a los minutos se levantara y me la penetrara con su verga hasta el fondo de mi ser follándome como perro en celo sus movimientos me enloquecían de placer haciéndome venir paramos, y cambiamos de pose esta vez le tocó el turno a Daniel quien me acostó boca arriba y montándoseme encima me penetro mi cuquita dándome placer por otros 15 minutos de dicha continuada, le volvió a tocar el turno a Fidel quien me penetro en esa misma posición volviéndome a hacer venir, cambiamos nuevamente acostándonos de lado con Daniel quien haciéndose detrás de mí me volvió a penetrar por mi cuquita y Daniel al lado le mamaba la verga. Quien no aguanto mucho y se vino en mi boca dejándome untada la cara con su semen. Mientras Fidel se vino a los minutos sacándosela y untándome mí estómago y tetas. Cansados y satisfechos por el momento nos limpiamos y luego nos acostamos un rato tomándonos ya lo último del ron que quedaba. Y como tenía que al otro día a realizar una diligencia temprano me levante y vistiéndome salí a la sala, desperté a mi esposo quien estaba en el suelo, y salimos para la casa.

Eso es todo por el día de hoy y espero sus comentarios en esta página o en mi email.

DIANA LUCIA SAAVEDRA

[email protected].

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