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Tú y yo en un cuarto de hotel (Continuación)

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Tu boca busca mi boca y te acuestas sobre mí. Me encanta la sensación de tu piel caliente contra la mía. Me besas con calma y recorres con tus labios mi cuello y mi pecho hasta llegar a mi pezón derecho. Lo acaricias con la lengua, lo muerdes dulcemente, succionas mientras tu mano frota mi vagina. Pronto haces un puente de saliva con la punta de tu lengua entre mis dos pechos y te ocupas del pezón izquierdo igual que lo hiciste con el derecho.

Cuando has terminado, bajas lentamente dándome besos hasta llegar a mi pubis. Subes mis piernas en tus hombros y comienzas a lamerme, se siente tan bien que yo solo me retuerzo y gimo, acariciando tus hombros, besas la cara interna de mis muslos y después mis labios menores, tu lengua encuentra mi clítoris y se mueve circularmente sobre él, para después hacerlo de arriba a abajo y proceder a apretarlo suavemente. Mientras tanto introduces uno de tus dedos en mi vagina, sabes bien que eso me encanta, lo mueves despacio hasta que yo te pido más, entonces introduces otro dedo y los movimientos de tu lengua y tus dedos se aceleran, al igual que mi respiración, de pronto llega mi Segundo orgasmo y al notarlo, te apartas para dejar que me recupere. Te acuestas a mi lado y me sonríes, yo aún estoy en éxtasis, cuando se me pasa comienzo a besarte y a acariciar tu pene con la mano, te susurro “bien, ahora es mi turno” entre besos y sonríes de nuevo. “Joder, cuanto te amo” pienso mientras devoro tu boca y froto tu pene, que responde a la estimulación irguiéndose en mi mano lentamente y llenándose de sangre. Bajo hasta él y comienzo a lamer el glande despacio, para después seguir con el tronco, lo introduzco en mi boca y comienzo a moverme de atrás hacia adelante, estoy atenta a tu respiración y tus gemidos apagados para saber qué es lo que te gusta más. Con este método descubro que te gusta, por ejemplo, cuando succiono, así que lo hago con más frecuencia. De pronto tú mismo comienzas a moverte para que tu pene entre más en mi boca y eso me pone un poco nerviosa; no lo esperaba, pero me las arreglo lo mejor que puedo para seguirte el paso. Gimes más fuerte y revuelves mi cabello en medio de todo ese placer que sientes y que comienza a excitarme, bajo una de mis manos y comienzo a tocarme y a introducir mis dedos en mi vagina, yo misma gemiría como tú si no tuviera la boca ocupada.

De pronto, dejas de moverte, yo me detengo también y te veo observándome, “¿te estabas tocando?” Me preguntas, yo estoy un poco desconcertada y solo atino a asentir con la cabeza, mirándote con los ojos muy abiertos. Tú sonríes por tercera vez y me dices con voz traviesa “no quiero que dejes de chupármela, pero quiero hacerte yo lo mismo ¿qué podemos hacer?” Yo te sonrío como respuesta y me acomodo para hacer un 69. Cuando me meto tu pene en la boca de nuevo tú das el primer lengüetazo y presiento que ambos vamos a tener uno de los mejores orgasmos de nuestra vida. Comenzamos a chupar, succionar, subir, bajar y sobre todo disfrutar de la boca del otro. Mis labios suben y bajan por tu pene, tu lengua acaricia mi clítoris, tu miembro se hincha cada vez más y sin previo aviso estalla en mi boca. Me tomas de sorpresa, es una gran cantidad de semen y trato te tragarla toda, te has detenido y cuando me giro a verte estás sonriendo con los ojos cerrados, estás disfrutando, y yo me siento feliz y orgullosa de haberte causado tanto placer.

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Me encantaría leer su opinión.

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