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Marga, un fin de año distinto

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Mi nombre es Gabriel, esta historia sucedió hace varios años pero para mí será inolvidable, por ella, por las circunstancias y por la fecha en que sucedió. Yo tenía 19 años, pero sentía una atracción especial por las mujeres maduras, cuando se trataban de mujeres sexy atractivas y dueñas de un buen físico.

Nuestras casas compartían parte del fondo, Margarita reunía las condiciones para sentir deseos por ella. Era casada, tenía 42 años y un bocado sumamente seductor no solo físicamente sino en la manera de ser tal vez sin proponérselo todos se rendían a sus pies, pero no todos tenían acceso a ella. Marga (así le decíamos) tenía 1 hijo al que había tenido de soltera a los 15 años. A los 20 años vino a Buenos Aires y formó pareja con un taxista que vivía más tiempo ebrio que sobrio, y los rumores eran que ella salía con otros hombres.

Yo hacía tiempo le tiraba algunas indirectas, y por momentos me sentía extrañado porque ella se mostraba, cambiante… volátil, por momentos al piropearla, a ella le agradaba, pero cuando intentabas acercarte a ella se comportaba como un témpano de hielo. Tenía cintura pequeña, algo de pancita que le daba naturalidad a su cuerpo. Con pollera o en pantalones sus caderas y nalgas eran sumamente apetecibles y tentadoras con un provocativo movimiento natural lo suficiente para no poder quitarla de la cabeza, pero su mayor atractivo radicaba en sus increíbles senos, si bien era gordita también era muy curvilínea media 1,67 m., y sus medidas eran 98 -71 -96.

Era 31 de diciembre iba a pasar la fiesta solo, con vecinos y salí a hacer compras de último momento, al llegar, mi teléfono estaba sonando, atendí y se escuchó la voz de Marga diciendo:

M- Gabi… me quedé sin luz, conecté la planchita del pelo y se apagó todo

G- Si en dos minutos voy para allá.

Cuando llegué y ella abrió la puerta, creí morirme, mis ojos se desorbitaron al verla, Marga estaba con su cabello largo suelto y un enterito corto y muy ajustado, estampado imitando flores de colores, rosa, rojo pálido, verde agua, amarillo, y celeste, pero eso no era todo, casi rodas sus bonitas piernas estaban al descubierto y el escote pronunciado dejaba asomar buena parte de sus senos.

Arreglé los fusibles y le arregle la plancha del pelo y dije:

G-Bueno ya está

M- Gracias Gaby, sos mi salvador

G- No gracias a vos

M- ¿A mí?... ¿Por qué?

G- Y por haberme recibido así, ese enterito te queda hermoso, estas para comerte a besos

M- Mira si te escucha mi marido o mi hijo… bah… mi hijo, no creo que Tito se ponga celoso o se enoje si me piropean

G- Y bueno es cierto eso de que Dios le da pan a quien no tiene dientes

M- Nos vemos, después de las 12?

G- Por supuesto, nada mejor que empezar el año viendo y dándole un beso a la mujer más bonita del barrio.

La conversación se cortó ahí tocaron el timbre, era una sobrina que llegó para saludarla, pero antes de hacerlo ella medió un beso en la mejilla que casi besó la comisura de mis labios

A partir de ahí no me pude sacar a Marga de la cabeza, estaba re loco por ella

No volví a verla hasta la madrugada del nuevo año. Pasada la medianoche yo salí para saludar, en la esquina estaban salvo algunas ausencias los vecinos de siempre festejando la llegada del nuevo año, pero aún no estaba Marga. Segundos después ella y Delia salían con un par de sillas

Ella estaba impactante, llevaba su cabello negro largo, lacio y suelto a mitad de su espalda, de piel morocha, tenía cejas finas sus ojos eran negros levemente achinados, sus ojos estaban delineados en negro, sus labios carnosos, con un rouge de color rosa pálido, bonita de cara, con una sonrisa permanente en su rostro que mostraban su perfecta dentadura blanca que magnificaban la dulzura de su rostro, llevaba un vestido rojo, sin mangas, y súper ajustado por el escote podía verse la naciente de sus senos. El vestido le llegaba a las rodillas, pero al ser tan ajustado sus piernas quedaban expuestas entre 10/15 por arriba de sus rodillas. A todo esto debía agregarse que su cola se notaba más insinuante que de costumbre.

A eso de las 3 de la mañana comenzaron a despedirse, ella había sacado unas sillas y una hielera con bebidas y yo me ofrecí a ayudarla, llevándolas a su casa, una vez dentro de ella, pregunte por Tito, su marido a lo que ella respondió

M- Se fue a dormir 5 minutos antes de que vos llegues

G- Pero hoy es un día especial, como para festejarlo con vos

M- Ya estaba en “pedo” apenas terminamos de cenar se hicieron las 12 fue a saludar enfrente se tomó algunas copas más, dijo como de costumbre un par de sandeces y se fue a dormir, estaba tan borracho que no se podía tener en pie.

Se sinceró y siguió hablando… ”estoy tan cansada… uno a veces hace estupideces y la mía fue formar pareja con él”

G- Bueno pero te podes separar.

M- A veces lo pienso pero no puedo él me ayudó en mi peor momento, ya entre nosotros no existe la pareja, pero al menos lo atiendo lavándole la ropa y cocinándole.

G- Nosotros hablando así no lo despertaremos?

M- Así como está ahora se le puede venir el techo encima y no se da cuenta

G- Duerme y no se entera de nada?

M- En absoluto, yo creo que si me violan no se entera, además si lo hacen… No creo que grite, así que pueden probar…

Ella estaba de espaldas a mí, puse mi mano en su cintura, corrí su cabello bese delicadamente su cuello, y ella se fue acurrucando, emitía suaves gemidos, mientras continuaba besándola y dije "no vas a gritar" yo pase mi mano por el frente tomándola del vientre y ella respondió "no como para despertarlo", pero si me besas y me acaricias así, entre gemidos y gritos voy a despertar a todo el barrio.

La sujete más fuerte, la apreté contra mi cuerpo haciéndole sentir mi pene erecto sus manos acariciaban mis brazos ella continuaba gimiendo mientras yo besaba su cuello y ella dijo

M-Me enloquecen tus besos

Reclinó su cabeza de manera que pudiese besar sus labios, los míos tomaron contacto con la carnosidad de los suyos y su lengua con desesperación entro en mi boca, giró me tomo del cuello yo de la cintura y ese beso ardiente y apasionado se prolongó por varios minutos, luego dijo:

M- Vamos al fondo

Entramos al quincho, nos seguimos besando, yo ya me había olvidado que el marido estaba en la casa, ella desabotonó mi camisa, yo por sobre el vestido acariciaba su cola, sus nalgas se notaban a pesar de la edad increíblemente duras, luego tome su vestido por los bordes de su falda y lo saque de su cuerpo, su cuerpo casi desnudo, solo una diminuta bombachita rosa con encajes cubría su cuerpo entonces ahogado por un intenso beso en la boca balbuce un "sos divina".

Ella desprendió mis pantalones hasta dejarlos caer al piso, y me hizo acostar en una cama inflable, y colgó la ropa que nos habíamos quitado, recorriendo el quincho de forma que yo pudiese disfrutar de su cuerpo magnífico.

Entonces ella se dirigió a mí en forma lenta, y sin quitarse la bombacha se recostó sobre mí y comenzamos a besarnos, mientras esto sucedía mis manos, acariciaban su aterciopelado culo, luego ella bajo por mi tórax besándola apasionada y seductoramente en dirección a mi pene, al llegar a mi vientre se incorporó y comenzó a acariciar mi pene recontra erguido.

Acto seguido su boca besó mi pene sobre el slip, mientras mi mano acariciaba su cabellera, luego volvió a besar mi vientre, mientras su mano acariciaba mi pene, haciéndolo muy sensualmente, luego me miro dulcemente y saco mi pene del slip el cual estaba muy erguido.

Ella tierna y dulcemente, empezó a masturbar mi pene, luego abrió su boca y recorrió mi pene desde los huevos a la punta, para luego ponerlo dentro de su boca, lamiéndolo varias veces, luego yo me incorporé y fui en busca de sus senos, lamiendo uno de ellos ella gemía cuando mi boca succionaba sus pezones, su boca era un concierto de gemidos, ella estaba sentada sobre mí y yo aferraba su cuerpo con mis brazos tomando su cintura y mi cola.

Marga acariciaba mis cabellos y yo besaba su tórax y su vientre hasta besar su concha y saborear el néctar de su vagina humedecida y dije con voz suave.

G- Ay Marga, sos hermosa, perfecta, sos una diosa...

M- Vos también bebé, me encantan tus besos y tus caricias, sos un dulce, me encanta que me traten así, que me desees, que me demuestres amor y que no sea para vos solo un objeto sexual.

Nos besamos dulce y apasionadamente.

Cambiamos de posición, ella sobre mí pero con su cara hacia mis pies, en esa posición yo le saqué la bombacha, le acaricie su cola, ella se reclino contra mi cuerpo y dijo:

G- Te amo bebé

Y acto seguido con ella acostada sobre mi nos besamos en la boca, luego besé su cuello y volví a besar uno de sus senos, luego volvimos a besarnos en la boca, yo con un brazo la tomé por la cintura, mientras mi otra mano acariciaba su concha, ella no paraba de gemir, luego se acomodó sobre mi colocando mi pene entre sus piernas sobre su concha, para luego con ayuda de sus manos se introdujo en su vagina, yo la tomé del tórax y ella cabalgó sobre mi pene.

Ella se movía y mi pene entraba y salía, recorriendo su vagina mientras mis manos acariciaban y franeleaban sus senos, ella apoyó sus manos sobre el colchón, yo la aferré de sus brazos y moví mi cuerpo haciendo el movimiento de penetración, los gemidos de ambos eran constantes.

La posición no era de las más cómodas, ella se incorporó, giró y se acostó de frente sobre mí, y volvió a introducir mi pene en su vagina, ella se acercó a mí me besó en la boca y volvió a cabalgar mi pene, se reclinó hasta besarme en la boca, yo la tomaba con mis manos por los cachetes de su cola.

Después fue ella la que se acostó, abrió sus piernas, yo acaricie su concha y ella gimió casi desesperadamente, me recliné bese su concha para luego entrar y lengüetearla, ella no paraba de gemir, y emitir gritos de placer. Luego volví a introducir mi pene en su vagina y la penetré, entonces ella dijo:

M- Acábame, quiero sentir tu semen recorriendo mi cuerpo y entregarte mi orgasmo quiero ser tuya y sentirte mío, te amo.

Mis movimiento se aceleraban ya no podía aguantar, pasaron solo segundos de su pedido y al unísono estallamos en miles de convulsiones mientras mi pene lanzaba dentro de su vagina torrentes de cálido semen, mientras nuestras bocas se unían en un interminable beso. Estuvimos besándonos y acariciándonos, el día comenzaba a asomar, era hora de separarnos, nos vestimos, ella dijo

M- Es hora de que te vayas amor no podemos arriesgarnos más, ¿Nos vemos a la tarde?

G- Si no hay más remedio que sea a la tarde

Por la tarde fuimos a un albergue transitorio, durante 2 meses fue apasionado, luego terminó, así como se inició, al tiempo ella enviudó y se fue a vivir a la casa del hijo. Nunca más volvimos a vernos.

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