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Sexo en la capital del Estado

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De puta por la capital del estado.

Aunque ya soy algo mayorcita aun me queda mucha calentura por sofocar, así que me fui con una amiga de muchos años a la capital del estado a ver las luces y los adornos de la pasada navidad, el plan era estar dos días en esa hermosa ciudad y si nos alcanzaba el dinero iríamos a la capital del país a pasear por el centro. Salimos el 28 de diciembre y en poco más de dos horas estábamos en Puebla, llegamos a las cuatro de la tarde y cerca de la terminal de autobuses buscamos un hotelito barato, dimos con uno muy coqueto y nos registramos ahí. Yo vestía unos jeans negros strech entalladísimos y una blusita negra, encima un suéter blanco y botitas grises con peluche, unos aretes rojos enormes y poco maquillaje, mi amiga la Chío se puso unos vaqueros entallados que a la cabrona le hacen un culote divino, como es chichona y de cara redonda pero muy bonita.

Ella es mucho más joven que yo pero le encanta la verga y es morbosa como pocas, se veía muy bonita. Nos fuimos a un bar del centro de la ciudad a tomar una bebida típica de Puebla que consiste en un vasito con licor de frutas y un queso dentro del mismo, con cuatro cada una estábamos muy alegres, nos fuimos a pasear después a los Sapos, un lugar lleno de artistas y artesanos, ahí había un tipo que enseñaba propaganda para ir de ahí a Atlixco a unos 32 kilómetros a ver la “Villa Iluminada” de esa pequeña ciudad. Le compramos el boleto y nos fuimos muy contentas a esa ciudad, caminamos mucho viendo las luces y a muchísima gente que se le ocurrió lo mismo que a nosotras. Ya regresamos al hotel como a las 11 de la noche. Como estábamos muy cansadas decidimos ducharnos y acostarnos, solo teníamos una cama matrimonial. En el camino al hotel yo compre unas bebidas alcohólicas enlatadas y nos tomamos tres cada una. La plática pasó a su último romance con un muchacho como 10 años menor que ella, que la pone como un tren a la muy puta, así platicando me preguntó por mis andanzas, aunque ya sabe todo de mí vida pero como que le da morbo que le platique de como cojo con tíos. Le platiqué de mi última cogida con el taxista Rubén y se puso cachonda por la manera en que le puse mucha crema a mis tacos, es decir le eché de mi imaginación.

Me dijo que ya tenía sueño que dormiría en un ratito ¡Ánda sígueme platicando! Entornó sus negros ojazos y se fue quedando dormidita. Como en Puebla hace mucho frío me repegué a su cuerpecito de diosa culona y la abracé colocando mis manos lo más cerca de sus tetazas enormes, con el culo me empujó ¡Hazte pa’lla! ¡Ánda puta, sin no te voy a violar solo tengo frío! Me desperté por la madrugada para ir a mear y suavemente para no despertarla me levanté de la cama y fui al baño, llevaba la verga bien tiesa por las enormes ganas de mear tantos líquidos ingeridos, me senté en la taza como acostumbro hacerlo y me levanté sacudiéndome mi verguita de 10 centímetros. De repente noté que ella se paró en la entrada del baño y vio mi pene erguido mientras lo sacudía yo ¡Mara, puta, te estas tocando! ¡No pendeja, estaba meando! Me alcé las pantaletas y salí del baño, ella regresó a la cama y se acostó acurrucándose cerca de mí por el frío intenso que hizo esa noche.

–Se me fue el sueño- dijo. ¿Oye Mara, ya no coges con mujeres? ¡Si, tonta estúpida, a veces, si me follo putas preguntonas como tu comprenderás! ¿Qué te gustan más los hombres o las mujeres? Pues los dos, los hombres me gustan porque los entiendo y se lo que quieren y a las mujeres porque las envidio por esa panochita húmeda que tienen y yo no.

Le pregunté ¿Oye Rocío, por qué desde aquella vez que regresaste de Tijuana no has querido follar conmigo? ¡Es que necesito estar enamorada para hacerlo! Pero esa vez lo hicimos y tan tán ¿No? -Bueno, a veces me excitan tus cuentos y romances, pero te quiero mucho eres mi única amiga y no me gustaría perderte por nada ¿Y quién coño dice que me perderás como amiga? Me he enfadao. -Puta Mara no te pongas loca, anda abrázame. Lo hice y nos empiernámos, mi verga volvió a levantarse pidiendo atención inmediata y ella lo notó. ¡Maritaaa! -¡Ya pinche Chío, hazme una chaqueta (paja) y déjame dormir. -¿Eso quieres? -¡Sííí! -¿Pero no me lo vas a meter verdad? ¡Solo si tu quieres! -Es que no quiero. -Anda perra. Le halé su mano derecha a mi pene y ella lo empezó a frotar ricamente -¿Así? Sí, -sácatelo Mara. Ni tarde ni perezosa, me lo saqué y lo tomó entre su manita morena -¡Ahhh, sííí, que rico! -Oye pues está bien duro. -¡Cállate y sigue!

Me abrazó un poco más y me puse boca arriba alzando la cola, ella metió su mano para acariciarme las nalgas y encontró mi culito que palpitaba de gusto al sentir ese dedito de la mano izquierda intentando violarlo. De un tirón me lo metió, el placer se duplicó ¡Ahhh! Empezó un mete saca riquísimo, al mismo tiempo que pajeaba mi verga. Ella dejó mis dos centros de placer y se quitó las pantaletas quedándose solo en un baby doll algo corto, que belleza de piernotas y culazo de esta puta pensé. Se encaramó encima de mí y separando sus piernas se metió mi pene en su vagina. ¡Ahhhhh! Gemimos las dos como locas. Yo estaba en el cielo, luego nos giramos quedando yo encima, separé mis piernas y con mi pene adentro la monté, me alcé lo más que pude sin salirme de su bizcochito rozando así su clítoris para que me acariciara mis nalgas, guíe su dedo a mi culo y le ayudé a metérmelo, la doble sensación y la posición calentaron mucho a mi amiga, ahora ella era como si fuera el macho dominante, lamía mis tetas con delicia, comenzó a arquearse para venirse en un orgasmo a la par que yo con dos dedos enterrados en lo más profundo de mi ano me venía llenándola de semen ¡Puta, puta! Me dijo casi gritando.

Nos abrazamos y nos quedamos dormidas. Al día siguiente nos alcanzó su “novio” quién es muy celosos, ella me pidió que no diera ningún motivo de sospecha o se enfurecería. Por la tarde después de haber estado en la plaza central de Puebla regresamos al hotel, él se veía algo cansado y quería dormir unas horas. Mi amiga y yo nos quedamos viendo la televisión, una película de esas de navidad bastante divertida. Por la noche salimos a cenar algo cerca y regresamos al hotel. Mi amiga me dijo que necesitaban algo de privacidad y tuve que irme a un centro comercial cercano a pasar el rato, iba vestida con una pijama bajo los pantalones vaqueros, pantaletas y calcetas gruesas, una camiseta encima del brasier, una sudadera y un grueso suéter de lana blanco, encima una chamarra azul, guantes y mis botitas con peluche, además de un gorro de peluche para la cabeza.

El frío estaba cañón. Regresé con una revista y una botella de un brandy económico, un refresco de cola de 2 litros y una botella de agua mineral de mi ciudad. Toqué bajito la puerta y Chío me abrió -¿Ya? -Sí pasa -¿Qué tal estuvo? Pues no hicimos nada, dijo que tenía ganas de que llegaras a ver si se lo mamas ¿Tú crees? -Pues no sé qué decirte. Nos tomamos unos tragos para relajarnos y como que le dio morbo a Oscar saber de qué se siente convertirse en mujer. Oscar tiene 24 años o algo así, es atlético, moreno de 1.75, ojos color miel, pelo muy corto y linda sonrisa, de ahí que mi amiga esté como loca con este cabrón que se aprovecha bien y bonito de ella sacándole dinero casi a diario. Rocío como que se puso algo molesta por la charla porque la estábamos desplazando a ella, solo reíamos y hablábamos él y yo de tonterías, yo sabía que este chico tenía ganas de estar con las dos y ver qué podíamos hacer juntos. Rocío se enojó y dijo: -Si quieren los dejo solos para se den cariño sin testigos. Él la atrajo con fuerza hacia sí. -Mira, no hagas encabronar, solo estamos platicando. Ella con los ojos llorosos se sentó junto a él en la cama mirando hacia el piso –Anda puta, tómate otra copa. Le puse el vaso desechable lleno y se lo tomó empujándome la mano. Oscar la empezó a besar y a meterle mano acariciando su vagina encima del pantalón. Ella se revolvió nerviosa pero lo dejó hacer, así creía que pondría límites a mi persona.

El cabrón de Oscar le bajó los pantalones con violencia y ella se dejó sabía que se la iba a follar enfrente de mí y eso la excitó a la puta. Yo me metí al baño y cerré la puerta ellos se desnudaron mientras tanto y la puso a mamárle la verga hincada en el suelo y él sentado en la orilla de la cama ¿Qué cómo lo sé? Porque miré por el ojo de la cerradura del baño que daba directamente a la cama. Me metí a la ducha y me bañé, imaginándome que era yo la puta que estaba con ese machazo. Me estaba secando cuando Oscar tocó la puerta. –Sal Mara- Salí envuelta en mi toalla ¿Qué pasa? –Ven. Me haló de la mano y me senté suavemente en la cama del lado izquierdo, mi amiga tenía los ojos húmedos y estaba totalmente desnuda, él me quitó la toalla y quedé desnuda. Se paró enfrente de mí y me metió su verga bien tiesa en la boca. Simulé no querer hacerlo por mi amiga pero él me empujó su verga con fuerza y tuve que abrir los labios. Rocío le dio un puñetazo al colchón, pero a mi ya me valía verga ella.

Me puso en cuatro en la orilla de la cama y me escupió en el ano mientras colocó su erecto pene de 18 centímetros en mi orificio y me la metió de un jalón, se me fue hasta dentro, sujetó a Rocío y la arrastro hacia su boca, ella lloraba impotente y comenzó a besarla en la boca, la dominó por completo y le pidió que se acomodara abierta de piernas bajo mi cabeza para que yo le mamara la papaya, lo cual hice. Ella llorando le dijo –Papi, métemela a mí por favor, él me sacó la verga y en posición de misionero se la metió bombeándola duro. Yo me puse atrás de él y comencé a lamerle los testículos y el ano. Se vinieron como perros. Después les sigo contando.

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