Nuevos relatos publicados: 7

El resurgir sexual de mi madre (primera parte)

  • 11
  • 27.099
  • 9,76 (33 Val.)
  • 1

La historia que voy a narrar ocurrió en el mes de agosto del año pasado, meses después de publicar el relato de mi novia Rebeca, quien no me conozca me llamo Jaime, ya cumplí los 30 años y soy de estatura media y de complexión delgada, vivimos en una gran ciudad de la zona centro peninsular así que para evadirnos del sofocante calor en verano solemos ir al pueblo, situado aproximadamente a una hora al norte en plena montaña por lo que los veranos, además de ser menos calurosos, también lo son sus noches, algo que se agradece enormemente.

En esta ocasión la protagonista no será mi novia si no mi madre, ella se llama Candela, tiene 55 años, aproximadamente 1,60 metros de altura, morena de pelo que le llega hasta los hombros y también morena de piel, acude varias veces a la semana al gimnasio por lo que aún tiene un culo más o menos terso pero realmente su punto fuerte siempre ha sido la delantera: tiene unos pechos grandes, redondeados y, como su culo, aún más o menos tersos.

Ella enviudó hacía ya algo más de dos años y aunque su ánimo venía viniéndose arriba su vida amorosa y sexual se había estancado aquel fatídico día en el que mi padre falleció.

Durante el mes de agosto en mi pueblo se celebran las tradicionales fiestas populares donde grandes y pequeños disfrutan de diversas actividades y de la noche, sobretodo de la noche con orquestas que durante los 5-6 días que duran amenizan la noche a todo el pueblo.

Aunque personalmente me gustan bastante por motivos laborales normalmente no puedo acudir toda la semana que duran pero el viernes tras salir de trabajar suelo salir pitando para llegar lo antes posible, este año a diferencia de otros me llevé a mi amigo Edu: tiene la misma edad que yo pero es bastante más alto (posiblemente llegue al 1,90 metros de altura), moreno con abundante barba, no llega a estar gordo pero sí ancho de constitución. Posiblemente sea uno de mis mejores amigos.

Edu y yo llegamos el viernes a última hora de la tarde y ahí estaba mi madre esperándonos, mi madre y mi amigo ya se conocían de un par de veces pero aun así se saludaron cortésmente:

(Candela) - ¡¡Hola Edu cariño!! ¡Bienvenido!

(Edu) – ¡¡Hola Candela!! Un placer, ¿cómo estás?

(Candela) – Bien bien, cada vez voy mejor

Se refería lógicamente al hecho de quedarse viuda, aunque habían pasado ya más de dos años.

Mientras dejábamos los bártulos y mi madre y Edu se ponían al día yo ya me había enterado (gracias a una amiga de mi madre) que la noche anterior ella había salido a las fiestas, se había tomado un par de copas y se había ido a casa, al preguntar a mi “chivo” si había habido un roce o algo con alguno la respuesta fue… que nada…

Ya en la cena y viendo la buena armonía que había entre los tres y pensando la respuesta que me habían dado sobre la noche anterior se me ocurrió una idea para intentar alegrar a mi madre pero esta era algo descabellada así que o salía todo bien o mi madre podría partirme la cara, decidí que había que intentarlo por lo que una vez terminada la cena y mientras Edu se duchaba y acicalaba para la noche se lo comenté a mi madre:

(Jaime) – Mamá, ¿qué tal Edu? Un tío majo ¿no?

(Candela) – sí hijo, él siempre lo ha sido

(Jaime) – la verdad que sí. Me han dicho que anoche fuiste a la verbena ¿qué tal fue? ¿Pasó algo?

(Candela) – fue bien, me divertí, pero no te entiendo eso último…

(Jaime) – pues mamá, que si ligaste.

Ella se echa a reír

(Candela) – que cosas tienes, pues claro que no, ya no estoy para esas cosas

(Jaime) – bueno, eso lo dirás tú, yo creo que te queda mucho que dar aun, hace más de dos años que ya no está papá, te mereces una alegría.

(Candela) – hay hijo, no sé no sé…

(Jaime) – mira, lo he estado pensando y Edu es un buen partido, le conocemos, tenéis confianza, ¿por qué no? Además estará todo el fin de semana aquí.

Tras esto mi madre me miraba y no sabía si me iba a mandar a la mierda por ofrecerle tirarse a mi amigo o simplemente aceptaría, no ocurrió ninguna de las dos:

(Candela) – no sé, ya te he dicho que yo no estoy para estas cosas, si él no quiere podemos salir todos muy mal de aquí, quita quita…

(Jaime) – Mamá, llevas más de dos años…

Esa frase parece que le dolió, o al menos le hizo pensar, y es que ¿cuándo podría ser la próxima vez que se podría divertir con un treintañero?

(Candela) – Bueno, me lo voy a pensar esta noche y ya te diré.

Evidentemente para mí la cosa no quedó ahí: esa noche Edu y yo saldríamos con mis amigos a las fiestas del pueblo y en cuanto pudiese le iba a sondear. Y así fue, después de varias horas de fiestas y a saber cuántas copas fui a tantear a mi amigo:

(Jaime) – Oye Edu ¿qué tal ves a mi madre de ánimo? Yo creo que la veo bien.

(Edu) - la verdad que mejor tío, desde la última vez que la vi está mucho más animada.

(Jaime) - Si la verdad, lo malo es que desde que murió mi padre… de sexo nada…

(Edu) - ¿no jodas? Tiene que ser duro, además ella no está nada mal…

(Jaime) – ¡¡jajajaja!! ¿En serio lo crees? ¡Venga tío que hay confianza!

(Edu) – la verdad que si, a ver no te voy a decir que es mi amor platónico ni nada de eso pero tu madre está para un empujón, tiene buenas tetas.

Así que con esas me quedó claro que si se le ponía tiro mi amigo no iba a decir que no, el problema estaba en mi madre: ¿se atrevería a cruzar la línea?

Tras la fiesta al día siguiente me desperté casi a la hora de comer, la casa del pueblo es amplia y tiene tres habitaciones así que mi madre dormía en su habitación en la cama de matrimonio, yo en mi habitación y Edu en una habitación un poco más pequeña pero bien habilitada para invitados; nada más despertarme y saludar a mi madre le pregunté si se lo había pensado, ella dudaba bastante pero caí que ni en ese momento ni la noche anterior había negado rotundamente la posibilidad de tirarse a mi amigo así que se lo hice saber, en ese momento se quedó callada así que deduje que se había dado cuenta que en su interior ansiaba follarse a Edu, por lo que dijo:

(Candela) – ok, lo haré, ¿pero cómo lo hago?

(Jaime) – es hora de levantarse ¿por qué no vas a despertarle, yo hago como que no estoy y a ver qué pasa?

Se puso un poco nerviosa, hacía mucho que no se veía en la situación de tener que camelarse a un tío así que le ayudé:

(Jaime) – mira, tienes que ser directa así que ve enseñando carne o muéstraselo cuando llegues, no creo que rechace ese par de melones, jejeje.

En ese momento entró en su habitación, se quitó la camiseta y se cambió de sujetador, salió con un pequeño pantalón corto blanco y un bonito y prieto sujetador blanco que le realzaba sus grandes tetas, me miró, sonrió y entró a despertar a mi amigo, pude ver lo que ocurría dejando un poco la puerta abierta ya que Edu quedaba de espaldas a la puerta, a mi madre no pareció importarle que mirara.

Entro en la habitación para despertar a mi amigo, se agachó dejando entrever un canalillo que parecía no tener fin y fue llamándole poco a poco y en voz baja, Edu se iba desperezando y pegó un pequeño respingo cuando vio a mi madre en sujetador:

(Candela) – Buenos días cariño ¿qué tal has dormido?

Edu medió adormilado:

(Edu) – Hola, ¿qué haces aquí?

(Candela) – vengo a despertarte que ya es hora, es casi la hora de comer ¿o quieres probar otra cosa?

Esto último lo dijo mientras se tocaba el sujetador con una mano, yo en ese momento alucinaba, mi madre tirándole los trastos a mi amigo ¡¡y no se le daba nada mal!!

(Edu) - Eh…. Bueno… pero a ver si nos van a pillar…

(Candela) – Tranquilo, Jaime duerme, primero te voy a ayudar a que despierte todo tu cuerpo.

En ese momento mi madre le empezó a bajar el pantalón y los calzoncillos y comenzó a meneársela poco a poco, cuando se la sacó ya estaba casi totalmente erecta por lo que todo lo que había hecho surtía efecto.

En los momentos siguientes apenas hablaban y solo se oía a Edu resoplar, mi madre pasó a la acción y comenzó a chupársela, primero despacio y luego cada vez más rápido, todo ello mientras él tocaba sus enormes tetas pero no se atrevía (o quizá no llegaba) a desabrochar el sujetador, por ello tras unos minutos de succión:

(Candela) - ¿quieres ver lo que tengo aquí?

(Edu) – Joder claro que sí.

Mi madre se levantó y sin dejar de mirarle se quitó poco a poco el sujetador dejando ver sus enormes ubres a los ojos de mi amigo, que no decía nada, ella se quedó mirándolo y decidió que le sobraba el resto de la ropa por lo que se quitó primero el pantaloncito corto dejando ver un tanga blanco que se quitó pocos segundos después; lo que se vio después fue un coño rasurado solamente con una línea de pelo en la parte superior.

¿Lo tiene rasurado? Pensé yo, quizá ya anoche tenía claro que se iba a follar a Edu y solo estaba tanteando el terreno…

Se abalanzó sobre él y le puso las tetas en la cara a lo que mi amigo empezó a sorber como si de un lactante se tratara, sorbía y sorbía mientras mi madre lanzaba pequeños gemidos de placer, ambos disfrutaban y mi madre sonreía como hacía mucho que no le veía hacerlo, en ese momento me alegraba por ella pero también me ponía verla en acción.

Una vez dejó secos los pechos de mi madre esta le susurró algo que nunca olvidaré:

(Candela) – métemela…

Edu tragaba saliva y apenas podía contestar, ella se puso encima de él, se abrió de piernas… y la polla erecta de mi amigo comenzó a entrar poco a poco en el excitado coño de mi madre a lo que ella soltó un gemido a un tono un poco más elevado que el anterior, justo en ese momento Edu paró:

(Edu) - ¿y el condón?

(Candela) – Tranquilo, tengo un DIU

Edu pareció respirar aliviado con esa respuesta y comenzó las envestidas a mi madre con lo que ella y sus tetas empezaron a botar, algo que a mí me encantaba y a Edu también ya que se las cogía con fuerza con las manos.

Tras unos minutos Edu avisó que se iba a correr a lo que ella, besándole en los labios, le dijo que se corriera dentro a lo que él obedeció sin rechistar, el último resoplido de ambos fue casi al unísono, mi madre se sacó la polla de entre sus piernas y le dijo que si le quedaba algo que se lo echara en las tetas a lo que mi amigo se incorporó por primera vez y vertió algo de semen en mi madre.

Acto seguido mi madre ya levantándose le dijo que ella se iba a limpiar a su baño y que él hiciera lo mismo en el suyo (entre ambos distan bastante), mientras ella salía de la habitación me hizo señas para ir con ella a su baño por lo que entramos y yo, aun casi sin creérmelo, estaba delante de mi madre, ella desnuda completamente, recién follada y con varias gotas de semen entre las tetas:

(Jaime) - ¿Bien no?

(Candela) – Joder ha sido increíble, ¡me he vuelto a sentir viva!

(Jaime) – ¡baja la voz que nos va a escuchar!

(Candela) – si es que ha sido brutal, muchísimas gracias cariño, ha sido un detallazo de verdad…

(Jaime) – no hay de qué, pero ahora lo que queda de fin de semana ¿qué vas a hacer?

(Candela) – no lo había pensado la verdad… ¿tú como lo ves?

(Jaime) –lo único que quiero es que te lo pases bien así que adelante

(Candela) - ¡¡gracias cielo!!

Era la hora de comer y aún quedaba mucho fin de semana todavía…

CONTINUARÁ

(9,76)