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El resurgir sexual de mi madre (segunda parte)

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Tras el espectáculo presenciado entre mi madre y mi amigo narrado en el relato anterior comimos los tres mientras mi madre nos preguntaba por la noche anterior, a ella se la veía feliz, exultante, mientras que a Edu entre el alcohol de la noche anterior y las pocas horas de sueño más bien estaba apático, lo que estaba claro es que no parecía que había echado un polvo con la madre de su amigo.

Al terminar Edu se quedó en el salón viendo la TV por deseo nuestro mientras mi madre y yo nos quedamos hablando en la cocina:

(Jaime) – Bueno, ¿y ahora qué? ¿Vas a pasar a la acción?

(Candela) – No lo sé, creo que ahora tengo que enseñar

(Jaime) – jajajjaja! ¿Qué vas a hacer? Miedo me das ahora

(Candela) – tengo carta blanca por tu parte ¿no? Pues ya lo verás…

Esas palabras de mi madre que días atrás era impensable que salieran de su boca hacía surgir en mí la duda de si había despertado a la bestia, pero por otro lado estaba deseoso de ver hasta dónde podía llegar, yo desde luego no la iba a parar.

Y no tardé en ver a qué se refería, minutos después nos encontrábamos en el salón viendo la TV los tres y después de un par de resoplidos mi madre se dirigió a nosotros:

(Candela) – chicos, hace mucho calor ¿os importa que me quite la camiseta y las deje al aire?

Dijo mientras se señalaba las tetas, yo contesté y luego miré a Edu:

(Jaime) – Bueno… a mí no me importa ¿a ti?

(Edu) – No no, para nada, estás en tu casa.

Se levantó, se quitó la camiseta y el sujetador y volvió a sentarse:

(Candela) – muchas gracias chicos, a ver si así dejo de sofocarme.

El resto de la tarde se la pasó enseñando su delantera y a ninguno de los dos nos importaba, a media tarde ella decidió ir a la piscina comunitaria de la urbanización que se encuentra a unos 5 minutos andando de casa, nosotros iríamos más tarde pero quería ver si Edu quería decirme algo de lo ocurrido esa mañana o esa tarde:

(Edu) – Joder con tu madre Jaime

Ahí está, me va a contar que se la ha tirado (pensé yo)

(Edu) – no le importa enseñar las tetas en casa, ¡y eso que estaba yo!

(Jaime) – ella nunca ha tenido mucha vergüenza (exageré yo), además, anoche me dijiste que te gustaban ¿no?

(Edu) – si si, a mí no me importa que vaya así por casa, algo bonito que ver.

Fuimos a la piscina con mis amigos y allí estaba ella con sus amigas, de aquel intervalo de tiempo lo único reseñable fue que nos confirmó que esa noche iban a ir todas al último día de las fiestas del pueblo, al igual que nosotros, claro.

Volvimos a casa y tras ducharse nos volvió a pedir que si se podía quedar como antes, asentimos así que cenamos los tres en la parcela (cercada por arizónicas por lo que no nos podía ver nadie de fuera) junto con dos invitadas muy especiales; la conversación transcurrió bastante normal y distendida (quien diría que una de las personas se encontraba semi desnuda) y llegado el momento Edu y yo nos teníamos que duchar y prepararnos para la noche, decidí que fuera él primero así tendría tiempo para charlar con ella, en este caso únicamente la sonreí:

(Candela) - ¡¡jajajja!! ¿Qué pasa?¿por qué me miras así?

(Jaime) – no por nada, sólo que te estás marcando una gran actuación

(Candela) - ¿tú crees? No sé no le veo muy lanzado

(Jaime) - ¡Hombre! ¡¡Estoy yo aquí, no te la va a meter delante de mí!!

Ambos reímos

(Candela) – Tienes razón, me ha estado mirando a estas bastante rato, aunque tú también ¿eh?

(Jaime) – Normal, son tan… tan…

Como no acababa la frase me ayudó:

(Candela) - ¿Grandes? ¿Bonitas? ¿Feas?

(Jaime) - ¡¡Grandes!! si es que están ahí mires donde mires (yo me empezaba a sonrojar así que quise cambiar de tercio)

(Jaime) – Luego me voy a duchar ¿algo preparado?

(Candela) – algo, algo…

Como esa misma tarde sus palabras hacían que me quedase intrigado pensando hasta donde podría llegar, tampoco tardé mucho en saberlo ya que Edu salió de la ducha, entró en la habitación para cambiarse, le guiñé un ojo a mi madre y entré en la ducha.

Una parte de mí quería tardar más que de costumbre para darles más tiempo, realmente no sé si lo hice pero al salir todo estaba normal (aunque tampoco sé que me esperaba), es más, Edu estaba viendo la TV y mi madre no estaba, resulta que ya había quedado con sus amigas para ir a la verbena, ¿habría entonces pasado algo? En ese momento no lo iba a saber ya que mi amigo evidentemente no me lo iba a contar; a nosotros nos quedaba aun 30 minutos para ver a nuestros amigos por lo que yo me vestí, preparamos la bebida y hablamos de lo que nos podríamos encontrar en la plaza del pueblo.

Fuimos a la zona de la orquesta donde se acumula la mayoría de la gente a esas horas de la noche, al otro lado de la plaza estaba mi madre con sus amigas Mar, Ana o Begoña por citar a alguna, todas más o menos de su quinta y casi todas madres de amigos o conocidos míos, después de varias horas y viendo que mi madre seguía de fiesta me acerqué a ellas y tras hablar un poco con sus amigas la cogí por banda:

(Jaime)- ¿qué ha pasado antes?

(Candela) - ¿Antes cuándo?

Estaba claro que había bebido más de lo que acostumbra así que tenía que explicar las cosas como si ella fuera nueva en la vida

(Jaime) – Con Edu, he salido de la ducha y ya no estabas.

(Candela) - ¡¡ah!! Nada, se la chupé.

Increíble, mi madre me estaba diciendo a la cara que se la había chupado a un tío y estaba tan tranquila, yo intentando seguir con la conversación ya que con la música de la orquesta nadie nos oiría:

(Jaime) - ¿y qué tal? ¿Bien? ¿Dijo algo?

(Candela) – no dijo nada, le gustó como toda yo (rio) , fui a la habitación y como se estaba vistiendo… pues fue fácil, se la he mamado un poco y se me ha echado el tiempo encima así que ha sido rápido.

Efectivamente dijo que iba a hacer algo y lo hizo y es que aunque pareciera otra cosa a mí en ese momento me daba la sensación que mi madre lo tenía todo pensado, algo así como una hoja de ruta, en ese momento no estaba yo para pensar así que abandoné el grupo de maduras fiesteras para unirme al de jóvenes juerguistas.

Horas más tarde cuando ya había concluido la orquesta y la discoteca móvil llevaba un rato en activo Edu y yo decidimos que era momento de irnos a casa, al salir de la plaza alguien nos abordó por detrás: ¡¡era mi madre!! Hacía tiempo que no la veía y pensé que ya estaría en casa, nos dijo que ella también se quería ir así nos fuimos todos para casa.

Desde ese punto a nuestra casa hay aproximadamente 10 minutos andando ya que nuestra urbanización no se encuentra en el centro, fuimos hablando de la noche y demás: riéndonos Edu y yo decíamos que apenas nos habíamos tomado un par de copas cada uno mientras mi madre decía que estaba bastante cansada de bailar:

(Edu) – Bueno Candela ¿y esta noche has ligado algo?

(Candela) – uy! Que va que va, no me he comido un rosco como decís, a vosotros no os pregunto, ya veo que no.

Mentira, esa noche ya se había comido el rabo de mi amigo, aun así todos reímos tras su comentario.

(Edu) – Será porque no quieres, tienes buen cuerpo (dijo mientras ojeaba sus pechos)

(Candela) – Gracias cielo, pero ya has visto que no son gran cosa.

En ese momento me vine arriba e intervine y dándole un cachete en el culo dije:

(Jaime) - ¡¡y este tampoco está nada mal!!

(Edu) – Candela, ¿le dejas que te haga eso?

(Candela) – no pasa nada hay confianza, mira (mientras me dio un cachete a mí en el culo)

(Edu) - ¡Anda! ¿Conmigo no hay confianza?

(Candela) – Claro tonto (e hizo lo mismo con él)

No quedaba mucho para llegar a casa pero notaba como el asunto se podía calentar en un momento, no sé si fue la mejor decisión pero tras las risas posteriores repetí la jugada del cachete pero esta vez con su pecho derecho, Edu profirió un pequeño grito y mi madre (seguramente fruto del alcohol) se empezó a reír todavía más

(Edu) -¡¡Tío!! ¡¡Le has tocado una teta a tu madre así por las buenas!!

(Candela) – no pasa nada, luego le daré azotes en casa, ¡jajaja!

(Edu) – Demasiada confianza veo yo aquí

(Candela) – que no pasa nada tonto, mira

En ese momento yo abría la puerta de la parcela y al darme la vuelta observé como mi madre se abría un poco su blusa rosa y cogía la cabeza de mi amigo para metérsela entre los pechos, aunque no pasaba nadie estaban en la calle

(Jaime) - ¡¡Mamá!!

(Candela) – no pasa nada cariño, si quieres tú también…

No dije nada así que ya dentro de la parcela repitió la misma jugada, desde luego Edu flipaba con la situación.

Ya dentro de casa seguíamos debatiendo el tema anterior, mi amigo y yo nos cambiábamos para ponernos sólo el pantalón del pijama y mi madre en su habitación hacía lo mismo, fuimos a la cocina para beber algo y segundos antes había ido mi madre, allí nos la encontramos con un tanga de hilo negro, nada más, Edu y yo no dijimos nada, no nos salían las palabras, pero sí a ella:

(Candela) - ¿Qué os pasa? ¿Todo bien? ¿Llevo poca ropa?

(Edu) – No, bien… (Dijo él tímidamente, yo simplemente asentía)

(Candela) - ¿Qué os pasa? Os veo un poco cortados

Edu y yo no sabíamos que responder así que apenas balbuceamos varios sonidos

(Candela) – Edu cariño esta tarde me las mirabas mucho, espero que ahora no te de vergüenza, venga tócalas un poco, y tú también si quieres hijo.

Sólo unos segundos tardamos en reacción, Edu empezó a tocarle suavemente el pecho derecho y yo hice lo mismo con el izquierdo, aunque a simple vista podía no parecerlo eran bastante suaves y blandos.

A los pocos segundos Edu ni corto ni perezoso empezó a tocarle el culo, en ese momento sus pezones ya estaban erectos y se notaba que comenzaba a excitarse.

(Candela) – veo que no tenéis ganas de dormir, vamos mejor a mi habitación.

Y allí que fuimos, en ese momento yo no veía a mi madre si no a una mujer cachonda con unas tetas enormes; al llegar al salón yo también le empecé a tocar el culo, de tacto estaba suave pero no tan blando como la delantera, se notaban los días de gimnasio.

Edu seguía tocándole el culo mientras comenzó a besarla en los labios, yo por mi parte decidí centrarme en sus enormes ubres y probé con mis labios sus blanditas tetas, llegado el momento mi madre paró nos miró a ambos y se libró del pequeño tanga que cubría su coño, pero no iba a ser la única desnuda de la habitación así que nos pidió que nos quitásemos el pantalón y el calzoncillo, cosa que hicimos al momento mostrando cada uno los miembros ya erectos.

Mi madre sonrió, se le iluminó la cara como a un niño el día de reyes: tenía a dos chavales a su entera disposición. Mientras con cada mano nos agarraba la polla a mi amigo y a mí se puso de rodillas en el suelo, comenzó haciéndonos a la par un buen trabajo manual cuando de repente… ¡zas! Se metió el rabo de Edu en la boca y empezó a hacerle rápidas mamadas para después aminorar la marcha mientras no soltaba el mío, después cambió el orden para meterse la mía en la boca, esa secuencia la repitió varias veces hasta que ambos estábamos listos para eyacular, el primero fui yo y saqué todo lo que llevaba dentro en la parte superior de sus pechos, mientras le tocaba a Edu mi corrida bajaba por su extenso canalillo, cuando mi amigo se corrió encima de ella mi madre se extendía el líquido por los pechos con sus manos mientras nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

Se levantó y fue a su baño a lavarse y nosotros fuimos a hacer lo mismo al nuestro:

(Candela) – tumbaos en la cama que ahora viene lo bueno

(Edu y Jaime) – Ok, dijimos casi al unísono

Ya en nuestro baño:

(Edu) – joder que nos la vamos a follar tío.

(Jaime) – yo estoy flipando, lo bueno es que para ti no será la primera vez.

Edu me miró asombrado pero no hubo tiempo para más, mi madre nos llamaba y acudimos rápidamente de nuevo a la habitación.

Al entrar estaba tumbada boca arriba con las piernas cruzadas y nos preguntó quién iba a entrar el primero mientras se abría de piernas y nos enseñaba su clítoris, por deferencia al invitado fue Edu el que se puso encima de ella y comenzó las embestidas, yo mientras le puse a mi madre sutilmente la polla cerca de su cara y en pocos segundos comenzó a succionar; las penetraciones cada vez eran más fuertes y mi madre gemía cada vez más fuerte (esta vez podía hacerlo), era el mes de agosto así que empezaban a sudar, a mi madre le caía el sudor por todo el cuerpo mientras yo le palpaba sus senos.

Comenzó mi turno no sin antes Edu correrse dentro de ella (recordar que esa mañana mi madre le confirmó que llevaba DIU), en este caso yo me puse abajo y ella arriba por lo que podría ver el bonito bamboleo de sus domingas.

Poco a poco fue entrando y su cuerpo fue moviéndose arriba y abajo como un perfecto muelle, gemía y se cogía el pelo hasta que llegó Edu después de lavarse, mi madre se incorporó algo más para poder comerse bien el miembro de mi amigo (desde luego no perdía oportunidad de cerrar un agujero).

Al rato seguía sin correrme y es que aunque me parecía increíble me estaba follando a mi madre, quería que el momento durase lo máximo posible; mi madre se sacó la polla de Edu de la boca y le dijo:

(Candela) - … por detrás… métemela por detrás…

(Candela) - … y tú no pares… (Me dijo a mí)

Por sus palabras y el sudor que corría por todo su cuerpo estaba claro que estaba cansada pero ella no iba a perder la oportunidad de seguir hasta las últimas consecuencias.

Edu se puso detrás de ella, mi madre se recostó hacia mí mientras yo seguía metiéndosela poco a poco y vi como la polla de mi amigo entrada en su culo haciendo que ella diera un grito entre dolor y placer.

Con los primeros rayos de sol los melones de mi madre se restregaban en mí con cada embestida que Edu le daba, su espalda estaba totalmente mojada pero a ella no parecía importarle, estaba viviendo una doble penetración que seguro nunca olvidaría, en mi caso tampoco ya que eso era algo que sólo había visto en Internet.

Quedaba poco para eyacular mientras la protagonista gemía sin parar, en el momento en que yo depositaba mi leche dentro de ella Edu, que seguía taladrando sin piedad el culo de mi madre, dio una gran embestida:

(Candela) - ¡¡¡¡¡AHHHH!!!! (Gritó ella), joder me vas a destrozar

(Edu) – perdona, ya estoy terminando ¿te lo echo dentro?

(Candela) – si si, dale

Ambos eyaculamos dentro de ella y las pulsaciones bajaron para todos, mi madre se levantó de la cama para ir al baño a ducharse y luego acostarse, toda la habitación rezumaba sexo pero su ano y su coño estaban rebosantes de semen; acto seguido nos fuimos al otro baño a limpiarnos de nuevo e irnos a dormir cada uno a su cama, mi amigo y yo decidimos que al día siguiente hablaríamos.

El domingo por la mañana nos levantamos tarde y lógicamente de buen humor, comiendo en la parcela, esta vez mi madre con camiseta quise sacar sutilmente el tema ya que nadie decía nada:

(Jaime) – Mamá a Edu ponle pocos macarrones que anoche casi te revienta.

Todos reímos

(Candela) – para nada hijo, me tratasteis muy bien los dos, era lo que necesitaba, me siento una persona… nueva…

(Edu) – me alegro, cuando quieras ya sabes (él sonreía)

(Candela) – bueno, ahora que lo dices a la hora de la siesta quizá…

Efectivamente estaban hablando delante mía de follar pero a mí no me preocupaba, mi madre era feliz y eso era lo importante.

(Edu) – por mí sin problema.

Después de comer me quedé yo limpiando la cocina y ellos entraron a la habitación, de vez en cuando se escuchaba algún gemido pero nada especial, unos 40 minutos después salieron, Edu y yo recogimos las cosas y nos despedimos de mi madre que nos dio a cada uno un beso en los labios, acababa así un fin de semana lleno de emociones.

En el coche de vuelta mi amigo y yo lógicamente estuvimos hablando del tema, me agradeció que colaborase y le expliqué lo del sábado por la mañana pero omitiéndole que les estuve viendo a lo que también me agradeció que la animara a hacerlo.

Mi madre se había comportado como una auténtica puta y había follado 4 veces con 2 tíos distintos en un fin de semana, si eso me lo dicen 48 horas antes desde luego no me hubiera creído, únicamente me quedaba un dilema moral: ¿había despertado a la bestia?

¿CONTINUARÁ?

(9,65)