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Un buen vecino (Parte 2)

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Quién diría que por azares del destino me encontraría con la hermana de Felicia, que déjenme contarles no le pide nada a su hermana.

Llegaba del trabajo, tome el ascensor y este se detuvo en la 3 planta donde era mi bajada, justamente al abrirse las puertas me topé con una hermosa y exuberante mujer, algo más grande que Felicia, quizá unos 28 años, 1.69 de estatura, cabello rubio avellana, ojos miel, pechos algo más grandes que Felicia y un poco caídos, caderas anchas que terminaban en un par de nalgas jugosas; me quedé boquiabierto, ella me sonrió y comenzó la plática:

—Oh hola, disculpa vives aquí –una sonrisa realzaba sus mejillas y mostraba su blanca dentadura.

—Hola, por supuesto, de hecho aquí es mi piso.

—¡¡¡Obvio!!!, qué preguntas hago jajaja –estaba ligeramente sonrojada– ¿de casualidad conoces a Felicia?

—¿A Felicia?, claro que la conozco, es esposa de un amigo mío.

—¡¡Maravilloso!!, soy hermana de Felicia, mi nombre es Eliza –extendió su brazo para saludarme.

—Es un placer –la saludé tomándola de la mano y dándole un beso en la mejilla– me llamo Fernán.

—Sabes en qué planta se encuentra ella, es que me olvide y la busque aquí pero ya veo que no está.

—Ella vive en la 5 planta, vamos, te acompaño.

—De verdad, muchas gracias.

Pego un brinco al ascensor y presione el botón para la 5 planta, llegamos y cuando salió me percate del conjunto que llevaba, traía encima una blusa azul oscuro con un escotazo, unos leggins ajustados con diseños de jeans, y unos botines negros con tacón, espectacular, llegamos y toque el timbre del apartamento, salió Felicia y se asombró al vernos:

—¿Eliza?, pensé que ya no ibas a venir, y veo que vienes muy bien acompañada, hola Fernán.

—Me perdí por los edificios jaja, pero Fernán me ayudó.

—No es nada –aclare.

Me dispuse a dejar a las hermanas con su reencuentro y me di media vuelta, pero Felicia me invitó a pasar y como no aceptar tal invitación, esas dos hembras, el depa solo, qué más puedo pedir, entre detrás de ellas y me senté en el sofá de las sala, Felicia a mi izquierda sentada en el sillón individual y Eliza a mi derecha en el mismo sofá que yo, Felicia se fue a la cocina por unos bocadillos, me pare atrás de ella con la intención de "ayudarla", entre a la cocina y me pegue detrás de ella:

—Vaya que te lo tenías muy guardado –metí una mano dentro de su pantalón por la parte de enfrente y comencé a jugar con su conchita– creo que tu hermana logra hacerte la competencia.

Felicia se giró y me miró con ojos llenos de enojo, se apartó de mí y me dijo en voz seria:

—Que ni se te ocurra hacerle algo a mi hermana, ella es virgen aún, así que ni lo pienses

¡¡¡Virgen!!!, Sin duda esa hembra tiene que ser mía pensé, me acerque nuevamente a Felicia y regresando a mi juego le dije "tú no decides eso", aumente el ritmo de mis dedos y rápidamente su vagina se empezó a humedecer, me beso y mordió los labios:

—No, aahhh, no lo hagas, ahhh siiiiii ahhhh, me tienes aahhhh mi.

Las tendré a las dos si así lo quiero, me separé antes de que ella llegará a su orgasmo, dejándola toda excitada, me miró con rabia, se desabrochó su pantalón y se dio placer hasta que estalló, se arregló y se volvió a subir el pantalón, yo regrese a la sala y le hice la plática a Eliza, tiempo más tarde Felicia nos alcanzó con unos mini sándwiches, platicamos y ya entrada la noche llego Ricardo, a quien se le ocurrió abrir una botella de vodka, tomamos hasta que se acabó, algo ebrios todos decidimos que era hora de retirarse, Eliza se iba a su casa, pero en ese estado no podía ni pararse bien, le ofrecí mi cuarto, ella encantada acepto.

Una vez ahí, nos juntamos y besamos, la lleve a mi cuarto y me hizo una mamada digamos de los dioses, cuando la iba a penetrar recordé lo que me dijo Felicia "Que ni se te ocurra hacerle algo a mi hermana, ella es virgen aún, así que ni lo pienses", fui penetrándola lentamente y con cariño, ella gemía y gritaba, cuando la descargue ella rompió en llanto, pero poco a poco mientras más me movía, su llanto se volvió placer, estuvimos follando toda la noche, y me corrí por lo menos 3 veces y ella ni se diga

Por la mañana me levanté temprano mientras ella dormía, tome mi teléfono y le saque fotos, así desnuda y llena de semen, salí de mi depa, y fui al de Felicia, su marido ya había ido a trabajar, ella me abrió y sonrió, la bese y la folle en su cama, cuando habíamos acabado, le dije:

—Te traje un regalo.

—Ah si?

Le di el teléfono y le mostré las fotos, su rostro se transformó de satisfacción a rabia sin control, se levantó y me volteo una cachetada, y otra, cuando me iba a soltar una tercera, le detuve el brazo y la aventé a la cama, la tome de las caderas y la jale hacía mí, le tome las manos por detrás de la espalda y la penetre por el culo, sin piedad alguna, sostuve sus manos con una sola, y con mi otra mano, la nalgueé incontables veces, ya que estaban bien rojas sus nalgas y que estuve a punto de correrme, me así y me corrí en ella, le embarró la leche y le dije "eres mía, al igual que tú hermana, no te quejes y ambas disfrutarán", me miró y asintió, y así, ahora había agregado una sumisa más a mi lista.

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