Conozco a Maica desde el instituto. Ella empezó a salir con Alberto, uno de mi clase, el típico chulillo que no aprobaba ni una. Iba de malote, y claro, a las niñas les encantaba. Maica y yo nos conocimos un fin de semana en el que quedamos todos los del grupo. Maica tampoco llamaba mucho la atención; no era muy guapa, estaba como una tabla de planchar y tampoco se podía decir que tuviese muchas luces. Pero había algo que sí que comentábamos todos; tenía un impresionante culo redondo y perfecto. En ese momento no era muy grande, pero en comparación con los de las otras chicas del grupo sí se notaba que tenía un buen tamaño. Tanto ella como Alberto estaban enchochados. Quedaban prácticamente todos los días y cuando estaban con nosotros estaban siempre pegados.
Ella iba de santurrona porque sus padres eran muy católicos; la típica que iba a misa, convivencias y esas cosas… La sorpresa fue cuando nuestro colega nos contó que la había desvirgado; que no nos hacíamos una idea del culazo que tenía y que encima le encantaba follar. El resto del grupo no podíamos tener más envidia del cabrón de Alberto, que estaba ya follando mientras que los demás suplicábamos por liarnos con alguna. Y más duro se hacía cuando Maica se ponía leggins y podíamos hacernos una muy buena idea del culazo que tenía, nos poníamos como locos. Siempre con cuidado de que Alberto u otra de las chicas no nos pillase mirando, claro. Empezamos a repetirle un millón de veces, cuando no estaba Alberto, el culazo que tenía. Esto puede parecer raro, pero es que acabamos teniendo mucha confianza con ella, y cuanta más confianza, más cosas le decíamos y a ella le encantaba. Estuvieron saliendo unos 2 años, creo recordar. Por aquel entonces sabíamos que follaban y que les gustaba, pero tampoco teníamos muchos más datos porque Alberto era del grupo, pero tampoco era muy amigo y ella no iba a venir a contarnos las cosas que hacían. Pero con el tiempo Maica nos contó que él siempre la ponía a cuatro patas, y que a ella le encantaba porque Alberto se ponía cachondísimo follándola desde atrás y dándola azotes en su perfecto culo.
Cuando rompieron, Maica siguió saliendo con nosotros, de Alberto pasamos porque seguía siendo un puto chulo y ella nos caía mejor. En el grupo éramos unos 8 chicos y ella, imaginaos a quien iban a parar todas las inquietudes y bromas sexuales. Yo empecé a tener mucha confianza con ella, nos hicimos mejores amigos: de cabeza a la puta friendzone. Ella me contaba todo lo que hacía. Ella ya no se conformaba con liarse con otros tíos, había probado lo que era que la diesen bien a cuatro patas y eso era lo que quería. Encima, cada tío que se tiraba era peor al anterior, normalmente los más tontos de cada casa. Los padres pensaban que su hija, como muchísimo, había follado con Alberto pero que ahora no estaba con nadie. En cambio, se estaba ganando una fama de guarra bastante importante. Siempre vestía con leggins de cuero o normales, o se ponía vaqueros bien ajustados. Los comentarios sobre su culo los hacíamos ya sin corte ninguno. Además, empezó a crecerle mucho, las nalgas eran dos grandes círculos perfectos. Cuando salíamos de fiesta nos solía perrear, a ella le encantaba, pero a nosotros más. Acabábamos todos peleándonos por bailar con ella, parecía que le encantaba notar nuestras pollas contra su enorme culo, era impresionante como se restregaba. Le gustaba bailar más con Juli y con Riki, los que tenían la polla más grande. Ella decía que porque bailaban mejor que el resto…
Maica repitió primero de bachiller. Menuda suerte tuvieron los chavales de su clase. Estando acostumbrados a tener siempre las mismas compañeras mojigatas alucinaron con Maica. En las clases de educación física, cuando Maica corría, estaban todos atentos para ver cómo se movían sus caderas y como le botaban sus enormes nalgas. En clase les pasaba lo mismo, prestando atención a cualquier descuido para verle el tanga. Ella siempre llevaba tanga:
– Es que para mi culo las bragas son incomodas porque no se adaptan bien, lo tengo demasiado grande, con el tanga no tengo problema porque se mete y ya está, y cuanto más pequeño sea el tanga más cómoda voy. – Me dijo una vez.
En nuestro grupo eso nos ponía cachondísimos. A veces nos enseñaba las tiras del tanga y nos decía pues hoy me he puesto el rojo, el negro…. La cabrona sabía cómo hacernos sufrir. Estoy hablando principalmente del invierno, pero en verano también se ponía unos shorts alucinantes. Personalmente yo soy más de leggins, nunca engañan. Eso sí, doy gracias por ver como cada año los shorts de Maica mostraban cada vez más nalga, para cabreo de su padre. Su madre la defendía y le decía que fuese como quisiera. Aún sigo sin saber si el enseñar más nalga era debido a que acortaba sus shorts o que el culo no paraba de crecer. Es que era increíble, parecía que todo lo que comía iba al culo pero que se colocaba perfectamente para darle esa maravillosa forma. He decir que el culo llamaba tanto la atención porque Maica no estaba nada gorda, al contrario, tenía cinturita de avispa, le fallaban un poco las tetas, pero tenía un cuerpazo.
Un día que mis padres estaban de viaje la invite a dormir. Íbamos a hacer algo de cena, ver una película y así, plan de amigos vamos. Cuando terminamos de cenar nos preparamos unas copas. La verdad es que casi no bebíamos y con un par de copas ya estábamos contentos. Empezamos a hacernos confesiones. Me dijo que se estaba follando a un repetidor de su clase. En cuanto lo dijo, antes de saber el nombre, ya me podía imaginar que era el típico subnormal y flipado. Acerté. Encima por lo que me contaba, él pasaba bastante, es decir, la quería para follar y ya está. Maica, muy ingenua, no se daba cuenta o no quería darse cuenta. A ella mientras la follasen bien la valía. Me dijo que él estaba obsesionado con su culo, siempre estaba tocándoselo, incluso en clase. También me contó que le había mandado fotos guarras. Yo con esto flipé, y hay que reconocer que me puse cachondo. Ese tío podía pajearse todo lo que quisiera con las fotos de mi amiga. En ese momento, Maica estaba en leggins y con el tanga por fuera todo el tiempo, se había dado cuenta y le daba lo mismo, y yo tan contento claro. Dijimos de irnos a la cama, y para mi sorpresa en lugar de irse al baño a ponerse el pijama, se cambió delante de mí. Cuando vi su enorme culo en tanga casi me da algo. Ese culo era de actriz porno de las buenas. Aunque casi lo que hizo fue joderme, más que ponerme cachondo. Parecía que para ella no tuviera polla, estaba en la friendzone total, o como si fuese su amigo gay o algo así. Y mientras no para de hablar del de su clase, hasta me dijo que tenía una polla bien grande, más incluso que la de Alberto. Que lo que le encantaba era follar, pero a él también se la chupaba porque se le mojaba el coñito y luego podía follar mejor. Lo que me resultó raro, es que cuando me dijo eso, en vez de decirla que se callase me puse más cachondo viendo que para ella, yo era una amiga más. De pronto la dije que tenía un culo maravilloso, y me contestó que al de su clase le encantaba correrse en él. Con ese comentario se me puso la polla durísima. El puto cabron ese no para de correrse en el culazo de mi amiga y a mí eso me ponía cachondo. Lo peor de todo fue que ella se percató de mi erección y dijo lo peor que me podría haber dicho: “aaayy que mono´´. Ahí me di cuenta de que mi polla, grande, precisamente, no debía ser. Tenía la certeza de que Maica, por aquel entonces, al menos 8 pollas ya había visto y tocado, por lo que sabía si una polla merecía la pena o no. Mi suerte cambio un poco cuando de repente me dijo:
– Oye, si tanto te gusta… ¿Quieres verlo? A mí no me importa, tenemos mucha confianza.
Puse una cara de enfermo alucinante. Solo la idea de poder ver ese culazo de nuevo, ya que la vez que se cambió de ropa fue bastante rápido, me volvía loco. Aunque, por otra parte, ahí ya confirme que no tenía ninguna posibilidad con ella, me debía de ver totalmente inofensivo.
– Bueno, por la cara que pones yo creo que es un sí jijiji. – Me dijo orgullosa por la cara que puse.
Se empezó a bajar el pantalón del pijama poco a poco, mi polla me iba a estallar. Empecé a decirle lo increíble que era su culo y el cuerpazo que tenía. Ella me dijo:
– Pon música y ven conmigo que me apetece bailar. Pero tu pantalón en su sitio eh, a ver si vas a hacer algo con tu cosita, recuerda que somos amigos, y con los amigos no se hacen esas cosas.
Cuando me dijo eso hasta me enfadé un poco. Se estaba tirando a lo peor de lo peor, que la trataban como una puta, y a mí que era buen chaval y su amigo desde hace años ni puto caso. Se puso a restregarse a saco contra mi polla. Ella estaba en tanga y yo a punto de correrme. Baje un poco las manos para tocarle el culo:
– Estate quieto, eso no lo hacen los niños buenos. Ay, que cachonda estoy, hazme una foto con el culo en pompa para mandársela al de mi clase.
Y yo como buen perro obediente, pues fui y se la hice.
– Vamos a dormir a ver si se me pasa un poco el calentón – Me dijo.
Vamos, que estaba yo ahí con la polla súper dura y ella con todo el tanguita empapado y ni por esas pensó en mí como una opción sexual. Lo peor es que eso me puso aún más cachondo y terminé corriéndome encima con el pantalón puesto. Cuando Maica lo vio empezó a reírse en mi cara y me dijo:
– Gracias, con esto se me ha pasado el calentón totalmente – Me dio un beso en la mejilla. – Anda cielo, ve al baño a limpiarte y vuelves, que quiero que durmamos abrazaditos.
Desde ese día me trató aún más como su amigo gay. Iba de compras con ella y me contaba todo sobre los tíos que se tiraba. Era como su perro, y como premio lo que me llevaba es que cada vez que se compraba algún pantalón o tanga me lo enseñaba y si se me ponía dura eso era que le quedaban bien. Aunque he de reconocer que se me ponía dura casi siempre. Ese puto culo gordo que tenía no paraba de crecer, cada vez era mejor y cada vez me tenía más obsesionado. Era una obra de arte ver como se adaptaba el culo a los vaqueros cuando se los ponía. En el grupo cada vez estábamos más salidos, todos nos hacíamos pajas pensando en su culo. Se lo decíamos y a ella le encantaba; que lo disfrutáramos decía.
Todo cambió bastante cuando Maica empezó a salir con Jaime. Ella maduró y se estabilizó. Aunque realmente, lo único que hizo, fue pasar de hacer mil guarradas con mil tíos a hacerlas solo con uno. Después de que follasen la primera vez, antes de que estuviesen saliendo, me dijo:
– Dios, es que Jaime está súper fibrado y tiene una polla enorme. Es una polla gorda y grande, tiene venas que parecen las del brazo, nunca había visto una polla así. Cuando me la metió parecía que fuese virgen, no veas como me dolió. Luego me puso a cuatro patas, como hacen todos conmigo, y se notaba que le da al gym, no paraba de follarme fortísimo. No sé ni las veces que me corrí.
Nuestra relación se enfrió porque dejó de salir con el grupo, solo quedaba con Jaime. No eran muy listos ninguno de los dos, no tenían mucho tema de conversación, por lo que follaban todo el tiempo. Ya fuese en casa de alguno de los dos cuando estaba libre, en el coche o incluso en algún parque.
En ese tiempo yo también me eché novia: Andrea. Era muy guapa con unos ojos verdes preciosos, y un buen culo, no como el de Maica claro, pero bastante bueno. Aunque su principal virtud era otra, y es que era muy guarra. Y eso que no había estado con nadie más. Era guarra por talento natural. Me tocó la puta lotería. Le gustaba que le hablasen guarro, que la ordenasen/prohibiesen, estar simplemente chupándome la polla mucho tiempo, que me corriese en su cara y tragárselo, y lo mejor de todo es que le encantaba que la diese por el culo. Entre otras cosas, aquí os cuento lo principal.
Un día Maica me habló, me dijo que lo había dejado con Jaime y que si podíamos quedar. Sin dudarlo le dije que sí.
– Hemos roto por una tontería, pero no quiero hablar de ello – me dijo.
Había engordado un poco. Cuando se quitó el abrigo me quede en shock. Ese peso de más había ido sobre todo al pecho. Vaya tetazas tenía ahora.
Poco a poco fuimos intimando más, como antes. Y como no, acabamos hablando de sexo.
– Yo ya he hecho de todo con Jaime jijiji. He aprovechado que me han crecido las tetas y le he hecho cubanas mientras se la chupaba. Me he tragado su lefa y se ha corrido por todo mi cuerpo, sobre todo en el culo. Pero tragármelo no me gusta mucho y solo le dejo si estoy muy cachonda. Últimamente habíamos probado por el culo, pero solo me entraba la mitad de su polla; ahí fue la única vez que deseé que la tuviese pequeña porque me estaba gustando realmente que me diese por detrás. Aaaayy, como voy a echar de menos ese pollón, tendré que esmerarme en buscar uno igual jajaja. – Me confesó Maica.
Después le conté todo lo que hacía con mi novia, y me dijo que tenía mucha suerte, que había encontrado una buena guarra.
– Aunque claro, tu polla yo también me la meto entera por el culo, nos ha jodido jijiji. Que es broma, no te enfades – Comentó ella, mientras yo ponía cara de gilipollas.
Nos despedimos y quedamos en que debíamos vernos de nuevo para que le presentase a mi novia. A los pocos días me hablo de nuevo y me dijo que lo había arreglado con Jaime, y que encima habían echado un polvazo. No omitió detalle alguno. Me dijo que Jaime no debía de haber estado con ninguna ya que se le corrió en la boca y tuvo que tragarse un montón de lefa. Como estaba muy cachonda y quería tener una buena reconciliación con su macho, disfruto mucho esa enorme corrida.
– Vamos a ir a mi apartamento de la playa a pasar el finde, por si quieres venir con tu novia y así nos conocemos. – Me ofreció. Cosa que yo acepté. Me moría de ganas de verla en bikini y además sabía que a mi novia le haría ilusión ir a la playa.
Conduje yo durante todo el camino por lo que cuando llegamos me fui directo a dormir después de cenar. Andrea se quedó con las ganas de follar. En cambio, Maica y Jaime estaban follando bastante fuerte. Andrea estaba sintiendo envidia de los gritos de placer de Maica, y de los sonidos que debían ser de choques de un cuerpo contra otro. Seguramente porque la estuviese follando a cuatro patas.
El sábado por la mañana fuimos a la playa. La verdad es que de los 4 yo era el que menos a la moda iba, con mi bañador estilo bermudas. Jaime llevaba un bañador estilo bóxer bien apretado con el que se podía intuir bastante lo que había debajo.
– Fíjate en el bañador de Jaime, se le marca todo. Y vaya cuerpazo tiene, se nota que va al gimnasio bastante. – Me cuchicheo Andrea cuando salíamos de piso.
– No sé cómo no le da vergüenza ir marcando todo. – Contesté.
– Es que por lo que parece no tiene nada de lo que avergonzarse. – Terminó mi novia la conversación.
Andrea se había puesto un bañador completo en el que la zona del culo era como un tanga. Cosa que no pasó desapercibida por Jaime, al que pille varias veces mirándola el culo. Maica, como no, iba con un bikini-tanga. Era un espectáculo ver como todos los tíos de la playa se giraban para ver su gran culo, hasta que se daban cuenta de que el mazado de Jaime era su novio y se cortaban. Andrea y Jaime se fueron al agua. Parecía que se llevaban bastante bien. Yo aproveche para hablar con Maica:
– Tu culo es aún mejor que antes, y vaya tetazas has echado amiga.
– Aaaay, muchas gracias. Ten cuidado cielo, a ver si se te pone dura mirando mi culo y tienes que justificarte con Andrea. – Me contestó orgullosa riéndose.
– Tranquila, con este bañador no se nota.
– Ya, ya… por el bañador… Mira, otra ventaja. – Me dijo ella sonriéndome y revolviéndome el pelo.
A la media hora avisaron por megafonía que estaba prohibido el baño debido al fuerte oleaje. Llegaron Jaime y Andrea del agua:
– Deberíamos irnos al apartamento, total, ya no nos podremos bañar. – Dijo Jaime. Todos asentimos.
– Menudo cuerpazo tiene tu novia, eres un suertudo. – Me dijo Jaime con una amplia sonrisa.
– Pues anda que vosotros…Vaya pareja de guapos, se nota que os cuidáis. – Le contestó Andrea sin darme tiempo a decir nada.
Después de comer nos informamos de que a no muchos kilómetros había una cala, que prácticamente era una piscina debido a su geografía y que podríamos bañarnos. Solo estaba la pega de que era una playa nudista. Realmente, al único que le parecía una pega era a mí, a los demás les daba igual.
– Venga tío, si ahí nadie te obliga a desnudarte. Yo tampoco me voy a quitar el bañador. – Me animó Jaime mientras me daba una palmada en la espalda.
Por una parte, sí tenía ganas de ir porque las chicas seguro que hacían topless, y la idea de ver a Maica sin la parte de arriba del bikini me ponía cachondo, y tendría material para hacerme buenas pajas.
Pasó tal como había pensado, pero Maica ni si quiera se había puesto la parte superior del bikini. Cuando se quito la camiseta me quede embobado mirándole esas novedosas y bonitas tetas. No me explicaba como de ser una tabla de planchar había pasado a tener ese buen par de tetas.
– Córtate un poco, ¿no? – Me susurro Andrea.
– Eso digo yo. – Dijo Jaime, que la había oído y también se había dado cuenta, entre risas. – Ahora cuando Andrea haga topless haré igual que tú, como venganza. – Bromeó.
– No creo que vayas a ver mucho. Si quisiera hacer topless me tendría que quitar el bañador entero. – Le contestó Andrea.
– ¿Y cuál es el problema?
– Pues que no quiero estar desnuda delante de esta gente.
– ¿Pero qué más da? Si no te conocen y entre nosotros ya hay confianza. Mira si tú te lo quitas, yo también. – Desafió Jaime a mi novia.
– No hay huevos.
– Mira si hay. – Dijo Jaime mientras se bajaba el bañador de golpe. Maica empezó a reírse; mientras que Andrea y yo nos quedábamos alucinados viendo la tremenda polla de Jaime, y eso que no estaba empalmado. Andrea se quedó con la boca abierta.
– Joder que si hay, y no solo huevos jijiji. – Dijo Andrea sin poder evitarlo.
– Ahora es tu turno. – Y mi novia le obedeció como buena perrita. A mí no me hacía tanto caso. Mientras todos miraban como Andrea se desnudaba yo no podía apartar la mirada del cuerpazo del cabrón de Jaime, que mal me dejaba. Además, note un pequeño respingo en su enorme polla, ¿Se estaba poniendo cachondo viendo cómo se desnudaba Andrea?
Yo no pensaba quitarme el bañador, si ya de por si no iba a quedar muy bien, en comparación con la enorme polla de Jaime iba a quedar en ridículo. Incluso estar a su lado me daba vergüenza. Él y Andrea se fueron al agua. Iban haciendo bromas, diciéndose lo buenos que estaban y que les gustaba mucho la playa nudista. El único consuelo que me quedaba era disfrutar del cuerpazo de Maica.
– Joder, ya veo que cuando me hablabas de la polla de Jaime no exagerabas.
– Ya te dije que tenía un rabo enorme, perfecto para mi culo jijiji.
– En realidad, para tu culo no, ¿O sí?
– No no, la verdad es que tienes razón, para mi culo sería perfecta tu polla, con esa seguro que no tendría problemas. – La miré con cara seria.
– Ay no te piques, que es broma. Si a la que más le jode esto es a mí, me encantaría tener una polla entera en el culo. Pero todo no se puede tener, es el precio que pago por comerme ese pollon jijiji.
– Joder no digas esas cosas que se me pone dura, y más si te miro el culo.
– Pues ale, aprovecha a mirar, y luego te haces un buen pajote a mi salud, cielo.
– Eso haré. – Le dije con la polla durísima.
Cuando se hizo tarde volvimos al apartamento para cenar. Estábamos Andrea y yo en la habitación cambiándonos y como no, sacó el tema:
– Dios, ¿Has visto la polla de Jaime? Yo pensaba que esas pollas solo existían en las películas porno. Era bien gruesa. ¿Y sus cojones? Eran bien grandes y los tenía depilados, yo he flipado.
– Vaya, parece que te has fijado bien eh.
– Es que me vino a la mente lo que me contaste de que a Maica no le entraba entera por el culo. En su momento pensé que sería culpa suya, que no aguantaba nada. Pero viendo como tiene la polla Jaime dudo de si a mí me entraría.
– ¿Y te gustaría probar con una tan grande? Te haría daño.
– Bueno por probar… Menuda sensación tiene que ser tener toda esa polla en el culo. Si me entrase me correría del gusto seguro.
Las chicas no cenaron porque habíamos comido tarde. Después de que los hombres picoteásemos algo, nos servimos todos unas copas. Andrea sugirió jugar al yo nunca. Después de unas cuantas preguntas normales e infantiles, empezaron las preguntas sobre sexo. Cuando ya estábamos un poco borrachos, Andrea hizo la pregunta por la cual había propuesto el juego:
– Yo nunca he metido mi polla entera en un culo.
Yo bebí, aunque a nadie le sorprendió. Al parecer todos estábamos al tanto de lo que los otros habían hecho con sus parejas.
– Que cabrona, has dicho eso para joder. – Dijo Maica.
– Hija, no es mi problema si no puedes hacer frente a la polla de tu novio. – Contesto Andrea. Maica se puso roja. Parecía que la situación se iba a complicar bastante.
– Normal, la polla de tu novio cualquiera se la mete en el culo, ya te querría ver yo a ti probando con la de Jaime.
– Pues probémoslo. – Todos nos quedamos flipando.
– ¿Perdón? – Dijo al fin Maica.
– Lo que has oído, si tan chulita te pones, intenta meterte la polla de mi novio y yo la del tuyo.
Entonces intervine, no podía permitir que las cosas se pusieran peor. Pero antes de decir nada salto Maica:
– Por mí perfecto, encima a los chicos no creo que les importe. – Nos dijo con una medio sonrisa.
No dio tiempo a decir más cuando Andrea ya estaba cogiendo a Jaime del brazo para llevarlo a una de las habitaciones.
– No, no, guapita, si quieres ganar, tengo que ver yo misma como Jaime te da por el culo. – Saltó Maica.
– Está bien, pues todos en el salón. – Y le metió un morreo a Jaime.
– Ven y quítame la camiseta. – Me dijo Maica.
Me quedé quieto. Estaba en shock. No me creía lo que estaba pasando. Me lo volvió a repetir. Vi como Jaime y Andrea se estaban liando y desnudándose. No me lo pensé una vez más. Fui directo a por Maica y le quité la camiseta. Las tetas estaban perfectamente colocadas por el sujetador. Yo ya estaba empalmado, era exagerado lo cachondo que me ponía Maica. Por fin me la iba a follar, y encima a dar por el culo, estaba emocionadísimo.
– Venga, deja de estar embobado y quítame todo lo demás. Tú novia no ha andado con tantos miramientos.
Me giré y vi como Andrea estaba de rodillas y haciendo esfuerzos por intentar meterse en la boca la máxima parte de polla posible. Se atragantaba, pero seguía, parecía desatada. La polla de Jaime la estaba poniendo cachondísima. A su vez, él estaba encantado de tener semejante guarra a sus órdenes. A la cual, en breve, la iba a partir el culito. Le sacó la polla de la boca y se la restregó por la cara.
– Pon tus manos en tus nalgas y ábrete el culito, y no las quites de ahí hasta que yo te diga. – Le dijo Jaime mientras le daba pollazos en la cara. Andrea no podía estar más cachonda.
Me puso aún más cachondo ver como la polla de Jaime sometía a Andrea, le podía ordenar lo que quisiera. Intenté centrarme en lo que Maica me había dicho. Le quite el pantalón tirando con fuerza porque lo tenía ajustado. Fue maravilloso ver como salían esas nalgas rebosantes del pantalón. Me desnude mientras Maica miraba como su novio ahogaba a Andrea con su pollón. Eso pareció poner cachonda a Maica. Me dijo que me pusiese de rodillas, le quitase el tanga y le lamiese el coño desde atrás. La idea me encantó: comerle el coño a Maica y encima tener su culo en la cara. Me arrodille y Maica me acerco su culo ¡Lo tenía casi en la cara! Tenía la polla tan dura que me dolía. Empecé a bajarle el tanguita. Estaba nervioso. Cuando lo baje por completo casi me da algo viendo su ano y su coño, quería lamerlos durante horas. Cuando iba ayudar a Maica a sacarse el tanga note un pequeño espasmo. Respiré e intenté relajarme. No fue posible, otro espasmo más fuerte. Me iba a correr. Joder no puede ser, tengo que aguantar; pensaba. Y mientras trataba de aguantarme, Maica puso una mano en una de sus nalgas y se azotó, y me dijo:
– Te gusta mi culito cielo. Tú le gustas a él y quiere que lo abras.
Eso fue demasiado para mí. Me vino un fuerte espasmo por todo el cuerpo y empecé a echar grandes cantidades de lefa al suelo. Maica se enfadó conmigo:
– Joder, otra vez… Aunque bueno, al menos esta vez no te has corrido encima. Pero me has dejado con todo el calentón. Cariño, tienes que controlarte más, sé que te pongo muy cachondo, pero así no vas a conseguir follarte un culo como el mío nunca.
Andrea paro de chuparle la polla a Jaime:
– Madre mía, eres un desastre, mira que se veía que querías follarte a Maica, pero que no seas capaz ni de aguantar para tocarla. Anda, ve a por papel para limpiar el suelo.
Estaba hundido. No sabía que decir. Ni siquiera había podido llevarme la satisfacción de tocarle el culo y lo había tenido justo delante de mí. Así que le hice caso y fui a por papel para limpiar mi humillante corrida. Mientras yo iba a por la fregona siguieron hablando, pensando que no les escuchaba:
– Ay Maica lo siento mucho. Esto era para que lo pasáramos bien todos y el tonto de mi novio lo ha estropeado. – Le dijo comprensiva Andrea.
– Tranquila, si tampoco es que me hiciera mucha ilusión follármelo. Pero la idea de que me diesen bien por el culo sí me gustaba.
– Pues podemos hacer una cosa. Como yo tengo más experiencia, aunque no sea comparable en tamaños, te puedo dar unos consejos e intentas meterte la de Jaime entera.
– ¿Sí tía? Pues a mí me encantaría. Podemos intentarlo las dos si Jaime no pone pega.
– Yo no pongo ninguna objeción, pero… ¿Qué hay de tú novio? – Dijo dirigiéndose a Andrea.
– Después del espectáculo que ha dado, si quiere seguir conmigo, hará lo que yo le diga.
Maica se agachó, y se puso de rodillas igual que Andrea con la polla de Jaime a la altura de la cara. Se dieron un abrazo. En ese mismo momento entré yo haciéndome el loco, no quería que supieran que les había oído.
– Limpia tu lefa del suelo, siéntate en el otro sofá y mira como folla un macho. – Me ordenó Andrea. La obedecí sin rechistar, estaba bastante hundido.
Al ver que la hacía caso, las dos se giraron hacía el enorme trabajo que tenían entre manos.
– Vaya, parece que vamos a tener que animar a Jaime, que con tanta charla se ha venido un poco abajo. Y yo me estoy muriendo por probar estos huevos. – Dijo Andrea mientras se agachaba para chuparle mejor los huevos.
Maica se unión a ella. Le estaban dejando los huevos bien limpios. Alzaban la vista y veían como sobre sus cabezas se erigía una gran barra de carne. Maica estaba acostumbrada, pero Andrea seguía flipando con el tamaña, olor y sabor de esa polla. Habría hecho todo lo que el dueño se tremendo instrumento la ordenase. Estaba deseando metérsela por todos lados. Andrea empezó a chuparle la polla de nuevo. Maica, en cambio, siguió con los huevos. Parecía que quería dejar disfrutar a su nueva amiga de algo que ella tenía todos los días. El cabrón de Jaime estaba disfrutando de lo lindo. Tenía a las dos agarradas del pelo y de rodillas. Él, de pie, las dirigía como quería: Que sacasen la lengua para lamer, garganta profunda hasta que casi se ahogaban, restregarles la polla por toda la cara, algún que otro pollazo bien fuerte… A Maica todo eso parecía gustarle, pero es que a Andrea esas humillaciones la estaban poniendo cachondísima. Me miro y me dijo:
– Cariño, ven a comerme el coño, mientras yo le como la polla a Jaime. – Y eso hice sin vacilar ni un segundo.
Tenía el coño empapadísimo, estaba pidiendo polla por todas partes. Después de un rato lamiendo, tanto ellas como yo, le dije a Maica que si quería que le comise el suyo:
– Tú no me vas a tocar en tu vida, y menos con la lengua. – Me contesto sonriendo. Los tres empezaron a reírse de mí. Volví a lamerle el coño a Andrea.
No me explicaba como Jaime aguantaba sin correrse teniendo a esas dos cachondas a sus órdenes y comiéndole la polla con gran dedicación.
– Necesito follar. – Suplico Andrea. Todos dimos por hecho que no se refería a que la follase yo.
– Tú primera, que eres la invitada. – Le ofreció Maica.
Andrea se sentó en el sofá y se echo hacía abajo para facilitar el trabajo a Jaime. Mientras tanto, yo me fui al otro sofá. Cogí mi ropa para no estar desnudo, ya que no iba a hacer nada con ninguna.
– Ni se te ocurra, quiero tener a la vista tu pollita para compararla con la de un hombre de verdad. Así me iré haciendo a la idea de lo que me he estado perdiendo. Además, seguro que a Maica le hace gracia ver una polla así, acostumbrada a ver la de este dios griego. – Me ordenó Andrea en cuanto adivinó mis intenciones.
Maica se puso en la misma postura que Andrea y empezó a frotarse el clítoris. Toda la situación la ponía bastante cachonda. Ver como su macho iba a follarse a una mujer necesitada de una verdadera polla. Jaime se puso frente Andrea y flexiono las rodillas para dejar su polla a la altura del coño de ella. Se agarró su tremendo rabo y empezó a dar golpecitos sobre el coño de Andrea:
– Ay, no hagas eso… Mmmm… Dios, me estás poniendo muy cerda.
Él la ignoraba y seguía dándole golpecitos. También empezó a restregarle bien la polla sobre el clítoris y a hacer amagos de meterla.
– Joder para con esta tortura. Métela ya cabrón.
En ese momento, Jaime se separó de golpe y dio a Andrea un tremendo pollazo en la cara:
– A mí no me llames cabrón, eh, perra. Yo no soy como el pringado de tu novio. Yo soy un señor y además tu amo.
– Perdón amo. – Le dijo Andrea disculpándose al instante. Yo no daba crédito. Maica se reía mientras se hacía dedos. – Métemela, por favor. – Le suplicó Andea.
Y nuevamente, en un rápido movimiento, Jaime se agacho y le metió de golpe media polla en el coño.
– Aaaaaaaaaaaayyy, diosss, es enorme joder. – Gritó Andrea.
– Pues si con media polla en el coño te quejas… Veremos por el culo…- Dijo Maica riendo.
Jaime la sacó un poco, pero al ver que Andrea se había relajado volvió a la carga. Era increíble ver como sea masa de carne se abría paso en el coñito de Andrea. Parecía una tuneladora haciendo su trabajo. Al menos Andrea estaba muy cachonda y eso facilitaba las cosas. Jaime fue metiéndola cada vez más, poco a poco. Andrea pasó del sufrimiento al puro placer. Era indescriptible esa sensación de que la estuviesen rellenando de aquella manera. No se creía que eso fuera una polla. La estaba encantando. Jaime tenía tres cuartas partes de polla dentro cuando dejo de intentar meterla más y empezó a follársela cada vez más rápido. Andrea no paraba de gemir y de decirle lo mucho que le encantaba su pollón. Cuando quiso darse cuenta se había corrido. Conmigo nunca había gritado de esa manera, quizás es que nunca había conseguido que se corriese.
– Jaime métela más, hasta el fondo, aún hay polla fuera, por favor. – Le suplicaba Andrea.
– Perra, ya no puedo meterla más, no te cabe. Tienes la boca muy grande, pero el coñito no tanto, esperemos que no pase lo mismo con tu culo. Maica, ponte de rodillas y hazme una cubana, que ahora te voy a follar a ti.
Maica, obediente hizo lo que le dijo. Por mucho que le hubiesen crecido las tetas, no daban la talla para semejante polla. Se la restregó un poco por las tetas, pero en seguida le pidió si podía follársela. Jaime se sentó y Maica se puso a cabalgarle. Se corrió en nada, al haberse hecho dedos, estaba ya muy caliente. A Jaime le estaba encantando la situación y estaba muy cachondo. Pero se estaba controlando para aguantar todo lo posible. Tenía el reto de partirles el culito.
– Maica ve a por el lubricante que quiero abriros el culo. – le ordenó Jaime mientras Andrea ocupaba su sitio y empezaba a cabalgar para no desaprovechar ni un segundo ese tremendo rabo.
Al rato vino Maica con el lubricante. Parecía que le había costado encontrarlo. Empezó a echárselo por el culo y a meterse dedos poco a poco mientras veía como Andrea cabalgaba sobre su novio.
– Toma tía, el lubricante para el culo. Que si no este cabrón nos lo parte jijiji. – Dijo Maica ofreciéndole el bote de lubricante a Andrea.
– Tranquila, si yo tengo mi propio lubricante natural. – Andrea y Jaime se quedaron extrañados. Yo sí que sabía a qué se refería
– Ven, cómeme el coño y el culo, y me vas abriendo el culo como sabes hacer. Esta vez mete más dedos ya que hay que prepararlo para una polla de verdad. – Me ordenó Andrea mientras descabalgaba con esfuerzo de la polla de Jaime.
– No pienso comerte nada, Jaime te ha follado y restregado su polla por todas partes. Sería como comerme su polla. – Protesté.
– ¿Y cuál es el problema? No veo que problema hay en que sabores un poco de polla.
– Andrea me niego a hacerlo.
Se acercó a mí, me agarro del pelo hasta ponerme de rodillas. Me puso la cara muy cerca de la polla de Jaime. Impresionaba aún más tan de cerca. La verdad es que era gigantesca, no sé como podía Maica follarse esa monstruosidad. Encima tan dura, parecía un consolador de plástico. Notaba como emanaba calor, y un olor no tan desagradable.
– ¿Ves como tiene que ser una polla de verdad? Como no hagas lo que te he ordenado, corto contigo ahora mismo y me busco una polla así. – En cuanto termino la frase me gire hacía ella y asentí.
Se puso a cuatro patas en el sillón. Di el primer lametazo y ya sentí un sabor desconocido en su coñito. Aunque al contrario de lo que pensaba, me gustó. Al cabrón le sabía hasta bien la polla. Me esmeré como nunca. Le abrí el culito poco a poco. Al final, hasta quería que Andrea fuese capaz de meterse la polla de Jaime y Maica no. Así al menos podría demostrar que mi novia era mejor en algo, aunque fuese en ser una puta. Mientras tanto, Maica le estaba chupando la polla a su novio y metiéndose dedos en el culo. Tratando de dilatarlo para poder hacer frente a lo que se la venía encima.
– Bueno Maica, este es el principal consejo que te puedo dar, búscate un buen perro como el mío para que te preparé bien el culito. Aunque saliendo con ese hombre tienes difícil que te obedezca. Pero realmente lo más importante es estar relajada cuando te la vaya a meter. Imagino que, al ser la primera vez por el culo, con una polla tan grande, es difícil, pero esa es la clave.
En ese momento Andrea se dio cuenta de que yo estaba empalmado:
– Bueno Jaime, parece que aquí hay uno más al que le gusta tu polla. – Todos se rieron de mí. – Y basta perro, vamos a probar si mi culito da la talla. Jaime, ¿Me follas el culo, por favor?
– Veo que has aprendido como me tienes que pedir las cosas. Muy bien, ponte a cuatro patas. Vamos a ver si tu perro ha hecho bien su trabajo.
Andrea le hizo caso sin pensárselo. Parecía que estaba nerviosa. Normal, me dicen a mí que tengo que meterme semejante polla monstruosa en el culo y estaría acojonado. La polla de Jaime se veía brillante debido a la mamada que le había estado haciendo Maica. Al igual que el culo de Andrea, gracias a mí. Además, estaba bastante abierto, yo nunca se lo había visto así. Lo veía difícil pero quizás sí que podría meterse la polla de Jaime. Él apunto hacia su culo y empezó a hacer fuerza. Andrea fue cambiando su cara de preocupada a cara de relajación, incluso de placer. Le estaba gustando hacer frente a esa polla, que nunca había sido derrotada por ningún culo. Jaime hizo más fuerza y parece que el culo cedió.
– Bueno al final parece que no ha sido para tanto. – Dijo Andrea.
– Cariño, solo te ha metido la mitad de la polla. – Le contestó Maica.
– Ay, es que tal como está ahora es lo que siento cuando mi novio me la mete entera. Dios yo creo que lo próximo que viene no me va a hacer gracia.
Jaime continúo empujando hasta meter un poco más de la mitad de su polla, unos 14 centímetros yo creo. Aunque lo más importante no era eso, si no su increíble grosor y dureza.
– Aaaaaaaaaah, joder como duele. Ve lento, por favor. – Suplicaba Andrea.
Jaime le dijo Maica que lamiese lo que quedaba de polla fuera del culo, y escupiese justo entre el ano de Andrea y su polla. Necesitaba que estuviese bien lubricado. Volvió a empujar, y el culo cedió más. La polla estaba casi entera dentro. Yo como un gilipollas estaba hasta orgulloso de Andrea.
– Diooooooos, joder, es enorme. Siento como si me estuviesen rellenando. Parece que me va a reventar el culo. Hazme una foto, quiero tener un recuerdo de esto. – Dijo Andrea dirigiéndose a mí.
– Voy meterla un poquito más. Siento como la tengo super presionada por tu culito. Me está poniendo muy cachondo reventarte. – Le dijo Jaime con voz de enfermo.
– Vale, pero despacio, por favor. Te tengo muy dentro de mí hora mismo. Noto como las venas de tu polla se deslizan entrando por mi ano.
El enorme rabo volvió a tunelar unos milímetros.
– Ah ah ah, dioooos… No puedo más, sácala, por favor, me está reventando el culo.
– No ibas de chula, que podrías con mi polla entera, pues ahora aguantas. – La desafió Jaime mientras hacía minúsculos movimientos de delante hacia atrás con su polla.
A Andrea esa orden, ese estar totalmente sometida a lo que Jaime hiciese con ella, la puso cachonda como nunca antes lo había estado. Empezó a tocarse el coño. Jaime lo aprovecho para aumentar el ritmo de la penetración. Yo creía que la iba a destrozar. En cambio, Andrea estaba cada vez más cachonda. Llego un momento en que Andrea estaba casi con los ojos en blanco, no decía más que palabras sueltas:
– Aaaaah, diosss, jodeeer aahhh mmm, mmm, es enorme ahhh.
Empezó a frotarse aún con más fuerza el coño mientras Jaime la follaba. Parecía mentira que estuviese gozando tanto, Jaime a penas se movía. Simplemente con tener ese enorme rabo dentro, a ella ya le valía para ponerse a mil. Fueron incrementándose los gritos de dolor/gozo hasta un último grito con el que Andrea perdió todas las fuerzas. Jaime vio que su trabajo había terminado y saco su monstruo apuntando a mi pobre amiga Maica, quien había gozado de lo lindo con el espectáculo y había estado preparándose. Andrea se quedó tumbada de lado con las piernas temblando, un agujero enorme entre las nalgas y una cara de placer indescriptible. Yo en ese momento pensé que era imposible que su ano recuperase su forma original.
– Cariño déjame abrirte el culito que quiero correrme. – Le dijo Jaime a Maica.
Ésta se echo más lubricante en el culo y se puso en la misma postura que Andrea hace un rato. Cuando sintió el prepucio en su ano, empezó a tocarse el coño. Sabía por experiencia, que el dolor al que se iba a someter se llevaba mejor con placer. Jaime volvió al trabajo, empezó a separar las enormes nalgas de Maica poco a poco, abriéndose pasó con su descomunal rabo. Me parecía increíble pensar que hace unas horas habría matado por ver a Maica en tanga, sus tetas o verla tocándose. Y ahora la tenía delante con su enorme y perfecto culo, siendo amenazada por una barra de carne que iba rellenarla. Su culo se mantenía firme, sabía lo que se le venía encima, pero aguantaría. Jaime la azotó, su nalga tembló. Le dio otro azote, Maica grito de placer. Él empezó a manosear su culo mientras introducía su polla poco a poco. Puso los dedos entre el ano y la polla, y separo las nalgas de Maica mientras hacia más fuerza. Maica ya tenía media polla de su novio dentro, serían unos 12 centímetros. En cambio, no parecía dolerle, al contrario tenía una cara de placer que no se la había visto poner a nadie en mi vida. Como mucho se acercaba a las caras que Andrea había puesto hace un rato.
– Sigue cielo, mmmm, me encanta como entra tu rabo en mi culo. Me encanta que me lo abras, estaba muy cerradito. Me encanta sentirte dentro de mí. Dios vaya pollón tienes, aaaah. Te quiero mi vida, me encanta que mi novio sea un hombre de verdad. – Jaime metió un buen empujón, las tres cuartas partes de la polla estaban dentro. – Aaaaah joder Jaime, que rico, aaay diosss, no la metas más profunda, simplemente fóllame duro.
Jaime la hizo caso y empezó a bombear con su pollón. No paraba de azotarla y manosearla el culo. Yo habría hecho lo mismo si fuese merecedor de tal hembra.
– Aaaaahh mi amor, fóllame más rápido, dioooos. – Se frotaba el coñito con fuerza.
Jaime fue aumentando la velocidad. Eso sí que era follar, la estaba reventando pero bien. No tenía la polla tan dentro como con Andrea, porque eso la hubiera destrozado. Pero sí que se la estaba follando con más ritmo. Era un espectáculo verles follar, mejor que una película porno. Ver como le temblaban las nalgas a Maica, y como Jaime la castigaba con su rabo.
– ¡¡¡Me encanta tu polla!!! Dame más fuerte, aaaaahhh. Jodeeeer me corro, aaaaaaaaaah.
Todas las facciones en la cara Maica se relajaron, y sonrió. Había tenido uno de los mejores orgasmos de su vida. No sabía como podía haber cortado con aquel semental, aunque hubiesen sido solo unos días. Cuando Jaime vio que Maica se había corrido, sacó su polla, y empezó a pajearse sobre su culo. Ésta puso el culo bien en pompa, como le gustaba a él. ¡Vaya maravilla era ver el culo de Maica así! Estaba super abierto, aunque no tanto como el de Andrea, y era perfectamente redondo. Andrea, cuando vio que Jaime iba a correrse, se acercó al culo de Maica a por su premio. Jaime tardó poco en correrse. Era un dios. Se corría cuando quería. Echó una enorme cantidad de lefa sobre el culo de Maica. Yo creo que en la vida había visto una corrida tan grade como la que ese semental acababa de tener. Maica no se sorprendió, parecía que era lo normal en Jaime. También le salpicó a Andrea en la cara. Mi novia ya no se cortaba un pelo delante mía.
– ¿Puedo limpiar este estropicio? – Preguntó Andrea sonriente con la boca hecha agua hacía Jaime. Él asintió.
Andrea empezó lamiendo cada milímetro de polla a Jaime. Quería dejársela reluciente. Lo hizo concienzudamente. Repaso cada una de las venas de su polla con la lengua y exprimió las últimas gotitas de leche que le quedaban. Cuando terminó, se giró hacía Maica, que seguía a cuatro patas. Jaime, al ver su intención, fue a por el móvil y empezó a grabarlas. Andrea tardó bastante tiempo en recoger toda la leche del culo de Maica, ya que era muy grande y Jaime se había corrido por todos lados. Una vez terminadas las tareas de limpieza, enseño su boca llena de lefa al móvil de Jaime. A mí eso me estaba empezando a dar vergüenza. Cualquiera podría ver ese video y confirmar lo puta que era mi novia. Andrea, en vez de sentirse humillada, estaba orgullosa de tener la lefa de aquel macho en su boca. Se estaba relamiendo.
– Tía no seas cabrona, yo quiero un poco. – Le dijo Maica mientras se ponía de rodillas a su lado. Jaime no se lo creía. Yo menos.
Cuando Andrea fue a pasarle la mitad del semen no apuntó bien y se cayó al suelo. Andrea se lamió bien los labios y recogió lo que goteaba. El resto de la corrida sí que se la pasó a Maica en un segundo intento, quien después de saborearla bien se la tragó.
– Mmmm que rica cielo ¿Has estado comiendo bien últimamente o es que hoy me ha sabido especialmente bien? Que pena que tu no te hayas tragado nada Andrea, aunque al menos la has saboreado. Voy a coger la fregona para limpiar lo que se ha caído. – Y mientras lo decía, Andrea se agachó, puso el culo bien en pompa, y recogió con su lenga toda la lefa que había en suelo.
– Sí que está rica sí, ojalá esto todas las mañanas en mis cereales. – Dijo sonriendo Andrea después de tragarse la lefa del novio de mi mejor amiga.
Publio Cuckold Escipión.
Espero que les haya gustado el relato. Hay partes ficticias y partes reales. Dejo a la imaginación y gusto del lector adivinar qué hecho corresponde a qué dimensión. Si quieren más relatos de mi autoría espero bastante feedback por su parte, ya que la realización de los mismos conlleva mucho trabajo, y eso me daría fuerzas para llevarlos a cabo. Pueden comentar aquí o interactuar conmigo mediante el Twitter @PCE_Cuckold. Muchas gracias por su lectura.