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La nota erótica

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Esto de escribir no ha sido lo mío, pero un día de sorpresa leo un escrito erótico que una chica escribió para mí. Celebrando mi cumpleaños 48, una de las chicas que trabajan para mi hermana en su compañía de bienes y raíces, me dejó una tarjeta anónima adjunta con un presente. Quizá se atrevió a hacerlo, pues tradicionalmente nunca abro los regalos ese mismo día, a como he visto con otras personas que abren los regalos ante todos los invitados. La verdad que nunca supe quien lo escribió, pero debo asumir que la persona que lo escribió, con un gran porcentaje de probabilidades, ya me la habré follado, pues de las 8 mujeres que trabajaban para mi hermana, con 6 de ellas me he ido a la cama.

Y es por eso que al leer ese escrito erótico que me escribió esta chica, me da esa idea de relatar mis experiencias con todas las mujeres que me han dado a gozar sus cuerpos y créanme que ese relato me encendió, a pesar que esa mañana me fui a dar gusto con una chica de paga a quien le dejé ir tres palos en dos horas. Follada, la cual asocio al escrito erótico que me dejó esta chica anónima y el cual todavía mantengo guardado en esa tarjeta donde me deseaba un feliz cumpleaños. Su nota decía así:

“Sr. Antonio, quizá para usted sea solo una chica a quien usted nunca dirigirá una mirada, quizá hasta le parezca infantil mi nota, pero sea como sea, la sola idea que usted leerá lo que siento e imagino de usted, hace que me palpite a gran velocidad el corazón, que mi piel se me erice, que siga fantaseando con usted y que mi prenda interior se humedezca.

Desde que lo conocí, siempre me ha provocado estas emociones. Me gustan sus gestos, me gusta su voz y como habla y al tenerle cerca, siempre aparece ese cosquilleo desde mi coronilla, recorriendo con esa electricidad mis piernas, llegando con inmenso calor a mi vientre. Solo de mirarle su lindo rostro hace que mi sexo se moje, cuando lo he visto en traje de baño me vuelve loca y no me pude contener al visitar su casa, que ese deseo me hizo ir al baño cerca de la piscina y desde ahí he abierto la cortina para mirarle y masturbarme imaginado como ese hermoso pene que imagino, me penetra lo más íntimo de mi ser. No me da mucho tiempo en lograr sentir que me hace acabar, pues siento sus embestidas mientras me acaricia mis pezones y desliza su lengua en mi cuello. Imagino saborear sus labios, lamer sus pectorales, lo mágico de despojarle de su prenda íntima y descubrir ese pene con todo su potencial de erección. Créame que lo he imaginado en todas partes de mi cuerpo, que lo he besado y me lo comido a placer. Solo de escribirle esta nota me he vuelto a humedecer y me he vuelto a masturbar y he logrado un orgasmo más pensando en usted.

Quizá nunca lo he de tener, pero créame que sin usted darse cuenta, lo he poseído y lo he sentido donde ese hermoso pene que imagino pudiese entrar. Créame que si algún día tengo esa oportunidad de tenerle desnudo, usted haría todo lo que quisiese conmigo y yo le besaría cada milímetro de su piel. Espero tenga un feliz cumpleaños y al soplar sus 48 candelitas, imagine que yo en ese momento que usted hacía eso, yo imaginaba chupar su candelita y que me hará sacar otro orgasmo esa misma noche”.

Esto fue lo que encontré adentro de la tarjeta de cumpleaños, y como esta imprimido, hasta el momento, no tengo idea de quien lo haya escrito. Obviamente la tarjeta no tiene firma y el regalo consistía en un bóxer y ropa íntima estilo bikini, que me quedaron precisos a mi talla.

Fue por esta nota que un día comencé a escribir y es como comencé a compartir todas esas experiencias que he tenido con muchas mujeres. Creo que ya me follé a la autora de esa nota, aunque quizá nunca tendrá el valor de reconocerlo y darme el placer de que mi intuición es acertada. Quizá nunca sepa su nombre, pero sí sé que es tan caliente y erótica como yo.

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