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Pezones y pellizcos

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Codos golpeando, puños apretados alrededor de los brazos, y un empujón especialmente decidido a través del sofá y ellos están ahí, o comen un combate de lucha libre, Tan graciosos como desmesurados.

Están en un lío de extremidades, esforzándose por ganar influencia sobre el otro hasta que ambos estén rojos y doloridos.

Ken tiene la cabeza de Daisuke bloqueada, con el codo apretado alrededor de la parte posterior de su cuello, sosteniéndolo boca abajo en la alfombra, sonriendo en su victoria eminente. Daisuke gruñe debajo de él, con las manos selladas alrededor de los huesos de Ken, tratando de retroceder en vano en un ángulo extraño detrás de su propia cabeza.

- ¿Estás listo para rendirte?-. Pregunta Ken a través de sus dientes posteriores, apretado en el esfuerzo. Se sienta sobre un brazo, apoyándose contra la alfombra áspera y el amplio hombro de Daisuke, completamente consciente de que podría ser su ruina, porque en ese momento Daisuke guarda silencio, como lo hace cuando tiene una idea: Ken puede decir que esa persona debajo de él trama algo porque, Daisuke quiere jugar, el ha empezado con esta clase de juego y continuará con lo que sea que esté haciendo hasta ahora. Hasta el último segundo

Se queda en silencio, con los labios relajados, en su cara hay una sonrisa y su mano serpertea por la cara de Ken y hacia su pezón

A Daisuke le parece jodidamente gracioso cómo a veces la voz de Ken es muy alta, como cuando comienza a gritar con una cadencia cada vez más estridente ¡no te atrevas, no te atrevas...! Justo antes de que Daisuke encuentre su pezón a través de su camiseta apretada hoy puesta para la ocasión.

Entonces Ken deja escapar este gemido patéticamente ruidoso, estremeciéndose, poniéndose rígido como una tabla, así que es bastante fácil para que Daisuke salga de su agarre y cambien de posición, empujando a Misha sobre su espalda y subiendo lo suficiente en la parte superior para sostener ahora a Ken abajo. Estratégicamente acostado a mitad de él, continúa tirando de su pezón con movimientos rítmicos y sincronizados para aumentar la agonía del asalto contra el tierno nudo.

-No deberías... Hacer eso-. Gruñe Ken con la voz pellizcada.

-¿Ah, no?-. Daisuke murmura travieso con las pupilas abiertas, pone cara de superioridad como de costumbre.

Ken no le da una respuesta, inclinó su cabeza distraídamente hacia un lado y luego golpeó su rodilla contra el costado de Daisuke, metiéndola en la carne debajo de las costillas de su chico. Este suelta un grito de dolor, lo siente muy adentro y renuncia a su agarre el tiempo suficiente para que Ken ruede con sus piernas.

Se tranquiliza, colocando sin piedad todo su peso en el estómago de Daisuke

- Eres más pesado de lo que pareces-. Dice Daisuke con la voz aplastada, casi resollando. Ken sonríe y retrocede un poco, equilibrando su peso donde es menos vulnerable, colocándose en las caderas de Daisuke

Pero este último no se rinde, especialmente cuando la ereción detrás de la cremallera de los pantalones vaqueros de su novio lo llama con tanta facilidad. Lo ha visto, los dos lo han visto, y Ken no tiene tiempo suficiente para apartar la mano de Daisuke cuando vuelve a pellizcarle el pezón izquierdo otra vez.

Deja escapar un grito ahogado, llenando sus pulmones por completo hasta que su pecho se hincha como un pájaro acicalado. Se agarra a la muñeca de Daisuke con ambas manos, sabiendo que cualquier intento de alejarse forzosamente podría resultar la pérdida de un pezón lo cual no va a suceder. Pueden haciendose daño jugando así para siempre, a pesar de todos los cuidados de Ken, Daisuke puede mantener su estúpido gesto de exprimir los pezones hasta que vencen, y Ken no cederá su lugar.

-Tienes que parar esto-. Murmura Ken, siseando en estado de shock ante un giro particularmente áspero. Daisuke sonríe al sentir los muslos de Ken y su culo apretarse a su alrededor mientras se tensa.

- ¿Oh si? ¿Por qué? No veo el problema te tengo encima revolviéndote-. Dice en ese tono travieso y juguetón que vuelve inestable a Ken, toma la cabeza rígida del pezón de este ultimo entre el dedo medio y el pulgar y acaricia la punta con un tercer dedo, girando y formando un círculo alrededor del pequeño nudo.

- Creo que esto es justo donde te quiero -. Vuelve a decir Daisuke con una sonrisa, una sonrisa, maldito sea él, mientras se burla del pezón pobre de Ken por todo lo que vale.

-El problema es que estás jugando con algo que no sabes las consecuencias de jugar con eso -. Se retuerce, la voz se tensa de paciencia desgastada, Daisuke sonríe al pequeño gemido que se le escapa cuando Ken se mueve sobre sus abdominales

Con el pecho contraído, Ken se inclina con una mano, abre su cremallera y su miembro se alinea con la línea del muslo de Daisuke, rozando la línea de su pierna, la cabeza de su erección presionada directamente en la articulación de su cadera.

Ahora Ken se desliza a lo largo de la cadera de Daisuke , bajando su culo lentamente por las piernas de Daisuke para poder meterse en el pliegue entre sus muslos cubiertos de dulce presemen, deleitándose en la aspereza contra su polla queriendo. Él hace preguntas astutamente con sus ojos, la mayoría de los cuales contienen una sonrisa que le desestabiliza aún mas y la frase "te quejas, pero sabes que eres feliz hora mismo"

Mirando hacia abajo a través de pestañas pesadas en la forma propensa de Daisuke, suelta una especie de jadeo y echa la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados.

Daisuke solo sonríe porque Ken se ve bastante hermoso así, con la espalda arqueada como una bailarina, un contraste repentino con su acostumbrada depresión tímida, el pecho empujado hacia adelante como un faisán, aprovecha el momento de distracción para deslizar sus manos debajo de la camisa de Ken y forzarla alrededor de su esternón, agrupando la tela gris debajo de sus axilas, exponiendo su pecho.

Ken grita en protesta, luchando por apartar las manos de Daisuke, excediendo solo a que sea agarrado el pezón maltratado. Ahora Daisuke gira alrededor de la punta en círculos rápidos, haciendo que la pobre protuberancia quede a una pulgada de su vida, sintiendo que las caderas de Ken se tensan y su excitación aumenta con cada ciclo.

Parece que Ken está a punto de ceder, entonces, con los ojos oscurecidos por la lujuria hasta que aparece una mera rendija azul bajo las pestañas pesadas y hacia abajo. Se lame los labios, jadeando con una pequeña protesta.

Daisuke sonríe. Sonrisas absolutas, súbitamente extremadamente complacidas con el hecho de que ciertas partes de los cuerpos están en el mismo ángulo. Desliza su otra mano hacia arriba, tomando el segundo pezón y trabajando con el primero.

Ken echó la cabeza hacia atrás en lo que podría ser un sollozo o una risa histérica sobre toda la situación. Él tiene una debilidad, no es como si él no lo supiera. Él no es tan obtuso con su propio cuerpo, muchos años de experiencia con su propia sexualidad no equivalen a nada. Sus juegos de masculinidad beligerante que lo ponen en la posición poco envidiable de estar a merced de Daisuke

Se introduce varias veces en el deslizamiento de los muslos de Daisuke, acariciando con su mano su propia polla una o dos veces, acariciándola. Daisuke se ríe del trato tierno y Ken se acerca rencoroso, poniendo sus manos sobre los pectorales de Daisuke e intentando devolverle el favor.

- No tienes cosquillas, ¿recuerdas? -Daisuke dice sin siquiera estremecerse. Maldito sea.

- ¿Sí? Y como le llamas a esto? -Ken le susurra, desabrochando fuertemente una cremallera.

Pone una mano en los pantalones de Daisuke y toma su eje con fuerza en una mano, satisfecho con el pequeño tartamudeo de la respiración y el sonido que viene de la parte posterior de la garganta de su mejor amigo -novio.

- ¿Realmente necesitas que te lo explique?-. Responde Daisuke no afectado, o tan inafectado como un hombre con una erección tan insistente. Empuja la mano de Ken en lugar de alejarse, porque aparentemente todavía están jugando.

Daisuke ah ora levanta sus caderas de repente, haciendo que Ken pierda el equilibrio y lo hace jadear en estado de shock. Sin embargo, la expresión de su rostro se convierte rápidamente en agonía, cuando Daisuke comienza a apretar más fuerte. Ken se había acostumbrado a la atención en su pecho ahora obscenamente sensible, el hormigueo se convirtió en un tenue zumbido de electricidad estática que casi podía ignorar, pero ahora Daisuke aparentemente sacó las armas grandes, y Ken grita y se empuja hacia el movimiento.

Daisuke parece disfrutar de la forma en que puede guiar a Ken por el camino al éxtais tirando de él hacia adelante para que esté encorvado sobre el cuerpo de Daisuke, las caderas que se mecen hacia atrás hasta la cintura para unirse a su mitad superior. Él tira de las protuberancias ahora hinchadas, de un rojo brillante y acariciadas a una pulgada de sus pequeñas vidas.

- Tienes que... Tienes que detener esto -. Ken se queda sin aliento, colocando sus manos una sobre su propia polla y otra sobre la de Daisuke. Se queda allí un momento, incapaz de agarrarlo con fuerza, demasiado abrumado por la sensación de dedos anchos y calientes que le destrozan el pecho.

Luego se agarra, comienza a frotarse con una intención casi maliciosa, fuerte y rápido a lo largo de su eje y el de Daisuke. Gimió y se llevó las manos a la boca, una tras otra, lamiendo una raya húmeda y gorda a lo largo de la palma de la mano, al tiempo que bajaba la respiración y continuaba acariciando, jalandose a él mismo y a Daisuke con una en cada mano.

Ken debería tener la sartén por el mango, ahora es casi imposible, el placer no le deja usar todas las habilidades que él obviamente emplea. Pero, lamentablemente, sentarse en el estómago de Daisuke ha dejado libres las piernas del bastardo, y este último las dobla en ese momento, presionando sus rodillas contra la parte posterior de las caderas de Ken y enviándolo hacia adelante.

- ¡Tu... Hijo de... Puta -. Ken jadea casi en silencio mientras su polla entra en su lugar junto a la de Daisuke, las cabezas se deslizan una sobre la otra y hacen que ambos se estremezcan de amor y Daisuke pellizque con fuerza los pezones de Ken, este grita en estado de shock, casi podría comenzar a sollozar en ese momento porque en realidad, ¿qué hizo él para merecer este tipo de atención?

Todo lo que puede hacer es defenderse, y pronto es solo un furioso lío de manos frotando más fuerte y más rápido, las pollas húmedas de sudor y líquido claro y escupitajo. A medida que acelera, Daisuke acaricia su pecho con más urgencia, girando los dedos en círculos más amplios, más perezosos pero, lo que es más importante, más duros. Ken gime y echa hacia atrás la cabeza, odiándose por llegar al final tan rápido pero deleitándose con la alegría de que Daisuke se está acercando también, y él acelera sus golpes, apretándose más fuerte en los ejes y soltándose en las puntas, follando en el túnel de sus dedos con sacudidas agudas de sus caderas, sintiendo a Daisuke hacer lo mismo a medida que se acercan cada vez más.

Ken llora cuando termina, sintiendo a Daisuke tensarse debajo de él y deja escapar un pequeño gruñido como el delicado cabrón que es. Golpea con vehemencia a través de las réplicas, jadeando suavemente, ordeñando cada gota de Daisuke, sintiendo la forma en que los muslos de este se contraen bajo su culo con cada ola de orgasmo.

- Sabes que no lo haría tanto si no te gustara tanto-. Insiste Daisuke con una pequeña sonrisa, de repente todo pulcro y suave otra vez a pesar de tener todavía su polla afuera.

Ken pone los ojos en blanco, antes de hacer una mueca, con el pecho entumecido cuando Daisuke lo suelta, un calor como quemadura de alfombra se extiende a través de su pecho de color rubor.

- Eres un maldito, no sé por qué todos creen que eres tan encantador -. Replica Ken sin hacer nada, plantando las manos y deslizando las rodillas para poder estar más cerca de Daisuke

Daisuke devuelve una pequeña sonrisa y extiende una mano suavemente debajo de la arrugada camisa de Ken, deslizando la palma sobre sus hombros y manteniendo la camisa levantada mientras se estira para besar el pecho de Ken. Él le da con rosa oscuro casi rojo un suave beso en disculpa, labios hinchados acariciando suavemente el esternón de Ken antes de alejarse.

Este suspira y mira a Daisuke, y hay algo en esos ojos marrones que no puede evitar pero quiere perdonar. Él retira su mano de su regazo, cubierto de semen por todos sus nudillos y en las redes de sus dedos, y Daisuke sigue su mano con una cuidadosa atención al detalle que Ken no puede evitar sentirse halagado.

Casi hace que no quiera frotar su mano pegajosa y cubierta de semen sobre la linda camisa de Ken

Casi.

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