Nuevos relatos publicados: 7

Venganza y pleno placer

  • 18
  • 38.687
  • 9,60 (57 Val.)
  • 5

Diego fue algo corto y hermoso, me vengué de mi esposo, de su familia y de Raúl

Después de mi separación, el único vínculo con la familia de mi ex fue con Diego, él era mi sobrino, tenía 18 años recién cumplidos y siempre entre nosotros hubo buena “onda”. En el verano venía seguido a casa, eran muy compinches con mi hijo, a pesar que Diego era 5 años mayor. Él cuando venía a casa lo hacía a escondidas de su familia ya que yo era mala palabra, y mi ex cuñada no quería ni por casualidad que viniese a casa, así que siguió viniendo a escondidas yo lo quería mucho y sabía que en poco tiempo más el desaparecería de nuestras vidas, ya que sus padres por razones laborales se irían a mediados de marzo a vivir a España.

En diciembre mi hijo se fue de vacaciones con los abuelos, supuse que Diego al no estar su primo no vendría a casa pero me equivoqué él siguió viniendo todos los días. Siempre nos llevábamos muy bien, lo crie desde los 4 meses ya que su madre tuvo que salir a trabajar.

A sus padres les dijo que iba a una pileta de natación, cuando en realidad iba a una pequeña pileta que había en el fondo de mi casa, llegaba entre las 9 y las 10 de la mañana y se iba cerca de las 18 hs.

No sé decir con precisión cuando comencé a sentirme atraída por Diego, a sentir que mi amor de tía daba a paso a otras sensaciones, que poco a poco se fueron transformando hasta dominarme por completo y empecé a sentir deseos por él. El reunía todo lo que me atraía en un hombre, era muy bonito, dulce, cariñoso, musculoso y alto, pero no era solo su belleza física lo que me atraía, sino su manera de ser. Pero trataba de no pensar en ello, no era lógico que pensase en él de esa manera…yo era su tía

Debí esforzarme para no pensar en él como hombre, pero todo cambió desde el momento que quedamos solos en casa ese sentimiento por él se acrecentaba día a día, comencé a sentir cada vez más deseos por verlo, las horas que no estábamos juntos se me hacían interminables y lo compensábamos chateando por celular o por computadora. Al verlo sentía que mi cuerpo vibraba, lo mismo me pasaba al sentir su piel rozando la mía y mucho más cuando me saludaba con un beso en la mejilla.

Pero también noté que yo no pasaba desapercibida para él. Podía sentir en sus miradas que yo también provocaba en él cierta atracción. A pesar de tener en ese momento 33 años mi cuerpo se conservaba y parecía más el de una adolescente que el de una mujer adulta por lo tanto y como ahora era soltera me encantaba usaba minifaldas, calzas y ropas muy ajustadas.

Cuando ya no me pude controlar más mis deseos por él, comencé a mostrarme más provocativa en casa, no me animaba a salir así a la calle, mis minifaldas empezaron a ser mucho más cortas, empecé a usar más mini-shorts y ropas escotadas que mostraban más de lo que insinuaban y ciertas transparencias que evidencia mi cuerpo debajo de ellas, y me sentí una diosa mucho más cuando empecé a sentir sus miradas penetrantes como intentando desnudarme con su mirada.

Así llegamos a ese maravilloso 2 de febrero. El día era muy caluroso la temperatura a las 9 de la mañana estaba cerca de los 30 °C, Diego llamó a casa diciendo que llevaría a sus hermanos a la colonia antes de pasar por casa, yo respondí:

C- Te espero cielo… (Y le envié un beso sonoro por TE)

Cuando él llegó clavó su mirada en mí haciendo evidente el placer que sentía al verme… yo llevaba mi cabello negro largo, con pequeñas ondas recogido y atado con un palillo sobre mi cabeza, mis ojos negros suavemente maquillados. Mi piel es blanca. Tenía puesta una camisa blanca con rayas en azul marino, muy ajustada y sin corpiño, la cual insinuaban mis senos de muy buen tamaño, anudada por debajo de mis pechos la que dejaba expuesto mi vientre. Tenía puesto además un mini- short blanco muy corto, atado en su frente con un fino cordón tipo zig- zag, era muy ajustado y corto de forma tal que mi cola redonda y parada dejaban asomar un poco de mis nalgas por él, y mis piernas torneadas expuestas a su visión en toda su extensión.

Yo estaba sumamente excitada; primero por estar provocando a Diego y segundo porque las miradas de Diego no eran para nada disimuladas en ese momento yo ya no soportaba más esa situación, lo deseaba más que a nada en el mundo, no era lógico lo que sentía por mi sobrino pero no podía contenerme más, quería, deseaba, que él se adueñase de mi cuerpo a como dé lugar, estar a solas con él, eso no era nada nuevo ya que muchas veces él fue mi compañía, pero hoy lo deseaba de otra manera y estaba dispuesta a evidenciarlo, estaba caliente y enamorada de él además se lo veía tan bonito, con su cabello larguito y suelto, delgado pero musculoso, su piel dorada por el sol, sus ojitos celestes, una boca seductora y carnosa, chomba blanca y pantalones de Jean.

Ya en casa, se quitó la remera y se sentó en el piso a mirar TV, yo estaba sentada a unos dos metros de él; también en el piso pero con un libro, aunque lo que menos hice fue leerlo, mi mirada se desviaba constantemente hacia él, miraba su torso desnudo, su carita de ángel, sus brazos musculosos y me imaginaba mi cuerpo envuelto por ellos y su boca besando mis labios.

Notaba que su mirada se desviaba hacia mi casi disimulando, era evidente que yo le gustaba… pero por lo visto no iba a hacer más que mirarme, algo debía hacer para incentivarlo y que no pensase en mí como su tía, yo ya no pensaba en él como al sobrino que vi nacer…

En un rapto de frustración por lo que estaba sucediendo tomé un almohadón del sillón y se lo arrojé con algo de ira como diciendo “que esperas… quiero que me cojas…”, él me lo devolvió arrojándomelo, y así comenzó esa guerra de almohadones, los cuales iban y venían de un lado a otro, yo le arroje uno que impactó de lleno en su cara y que provocó una carcajada en mí.

Él se incorporó y vino hacia mi llevando el almohadón en sus manos cuando quise darme cuenta el almohadón estaba sobre mi cara yo intente quitármelo pero Diego me lo impedía su fuerza era superior a la mía de tal forma que quede acostada en el piso, los dos reíamos a carcajadas. En el forcejeo el quedo prácticamente sobre mí, yo me revolcaba en el piso intentando salir de esa situación, pero hubo un momento en el cual una de mis piernas quedo ubicada entre las suyas, fue ahí cuando noté una leve erección en su pene eso me enloqueció y excitó aún más.

Me seguí revolcado en el piso pero movía mi pierna de manera de obtener una mayor erección de su pene, poco a poco noté como mi objetivo se iba cumpliendo y eso me estremecía a más no poder hasta notar una erección infernal el tamaño de su pene era mayor del que yo imaginé lo cual hizo aumentar sobre manera mis deseos, entonces decidí no perder esa oportunidad estaba totalmente dispuesta a poseer ese maravilloso pene en mi cuerpo.

No sé de donde saque fuerzas pero en ese movimiento continuo que tenían nuestros cuerpos en el forcejeo pasé yo a quedar sobre él, en ese momento noté que estaba desprendido uno de los botones de mi camisa y como no llevaba corpiño una muy buena parte de mis senos quedaron visibles y expuestos, yo estaba completamente agitada y excitada podía desde mi posición ver bajo su pantalón el inconmensurable tamaño de su pene, extendí los brazos de Diego tomándolos de las muñecas acerqué mi cara a la suya y dije con voz agitada y entrecortada algo como:

C- Ya no estamos para estos juegos, tu pene se endureció, estás excitado por mí, esto no debería estar pasando, no es normal que te excites por tu tía, pero tampoco es normal que yo me excite por mi sobrino, pero dadas las circunstancias no tenemos más remedio que darle rienda suelta a nuestros deseos.

Diego quedo un tanto paralizado por mi confesión, deje de presionar sus muñecas, me acosté sobre su cuerpo y le di dos o tres pequeños picos sobre su boca, recién ahí reaccionó sus manos se depositaron a la altura de mi cola y mis piernas entonces nuestros labios se unieron en un prolongado beso que duró varios minutos. Ese beso en el comienzo fue suave tierno hasta convertirse en un beso por demás violento lleno de pasión enloquecedor y con nuestras lenguas unidas que se prolongó por más de diez minutos.

Entonces nuestras bocas se separaron, me incorporé un tanto, desprendí y desanudé mi camisa de manera que pudiese ver en todo su esplendor mis senos redondos y mis pezones rosados erguidos por la calentura; en su carita quedó reflejado todo el placer que mis senos le provocaban al verlos desnudos, entonces me pegué a su cuerpo como para que pudiese tomar contacto con ellos su boca emitió al igual que la mía un leve gemido, entonces mis senos se fueron deslizando por su pecho durante algunos segundos, una indescriptible sensación se apoderó de mi cuerpo el placer que sentía era intenso y mis pezones al contacto con su piel se habían hinchado y parado como jamás antes me había sucedido, y dije con voz muy sensual:

C- Sentí mis pechos, te gustan... mis pezones se hinchan cada vez más y más... te deseo con toda mi alma… jamás me calenté tanto.

D- Me gustas mucho tía.

C- No me digas tía, soy la ex mujer de tu tío, quiero que me digas Claudia… mi amor… mi cielo… pero ya no soy tu tía, porque a partir de ahora soy tu mujer, tu novia, lo que vos quieras, porque a partir de ahora vos sos el hombre de mi vida

Luego de recorrer con mis labios su tórax me incorporé sentándome sobre su vientre, terminé de quitarme la camisa, me acosté sobre el piso y dije:

C- Ahora mis pechos son tuyos, haceme sentir que vos sos el dueño de ellos.

D- Son preciosos, pero no solo tus pechos, sos divina me gusta tu cara, tu cola, tus piernas, todo tu cuerpo y tu forma de ser, ay Claudia me gustas tanto.

C- Me encanta que te guste y que ya no me digas tía, ahora empezas a ser el dueño de mi cuerpo.

Sus manos acariciaron mis pechos sentí mi cuerpo vibrar y un enorme gemido partió de mi boca, entonces comenzó a lamerlos, a besarlos, a succionarlos, a acariciarlos con sus manos; sentí como mis pezones se hincaban más y más dentro de su boca mientras tanto mis manos acariciaban su cabeza jugueteando con su cabello. Durante varios minutos sentí que su boca se adueñaba de ellos y un enorme placer me invadía, luego su boca fue en busca de la mía y se unieron en un beso enloquecedor, placentero y apasionado durante varios minutos. Mientras estos sucedía mis manos con desesperación comenzaron a desprender su pantalón mientras las suyas iban desatando el lazo de mi short y empecé a sentir como esa prenda iba retirándose de mi cuerpo.

Diego llevaba un slip negro y era indisimulable el enorme bulto de su erguido pene mi cuerpo vibraba al pensar que esa maravilla en poco tiempo iba a ser mía, yo estaba sobre el piso con una muy pequeña tanga blanca de encajes que apenas me cubría por delante y por detrás, cuando él se volvió a recostar sobre mi lado lo abracé y volví a besarlo con desesperación mientras sus manos comenzaban a acariciar mis nalgas con extrema suavidad y mi cuerpo vibraba ante cada caricia. Pasaron varios minutos así pero ya no soportaba más, tomé su slip con mis manos hasta quitarlo y tomándolo y acariciando su pene con mis manos dije:

C- Es maravilloso, jamás pensé que fuese tan grande.

Su mano incursionó bajo mi tanga mi vagina depilada estaba muy humedecida por el placer, mi boca gimió al sentir su mano deslizarse por ella, sus manos comenzaron a bajar lo último que quedaba cubierto de mi cuerpo para sentirme dueña en absoluto de su piel de su cuerpo… 

Volvimos a besarnos, luego de un par de segundos sentí su pene erguido ubicándose a la entrada de mi vagina, gemí profundamente vibró todo mi cuerpo con enloquecedor placer y continuamos besándonos desesperada y enloquecedoramente… estaba sumamente excitada mi cuerpo ya no podía aguantar más deseaba tenerlo dentro mío abrí mis piernas tomé con mis manos su pene y lo coloque a las puertas de mi vagina sentir su enorme glande en ella me hizo enloquecer de placer, mi cuerpo vibrando mi piel sintiendo la suya y una mezcla de grito y gemido se apoderó de mi cuando su pene comenzó a penetrarme.

El placer que sentí en ese momento no puedo expresarlo pero fue maravilloso jamás había sentido nada igual, sentí que solo nosotros estábamos en ese mundo, tenía mis manos en su cintura y “el mi amor… mi cielo… te amoooo” surgía ahogado por el placer cual agua de manantial.

Entonces lo sentí avanzar dentro mío su pene en forma lentamente pero ininterrumpida… mi vagina a esta altura de la circunstancia estaba lubricada al máximo, ardía de placer… segundos después sentí como su enorme pene había entrado por completo en mí, hacía muchos esfuerzos por contener el orgasmo y a él se lo notaba haciendo esfuerzos por prolongar al máximo ese encuentro entonces dije con voz entrecortada y agitada:

C- Mi amor acabame no soporto más estoy muy caliente y deseo sobremanera que este primer encuentro los dos acabemos juntos.

Entonces imprimimos un ritmo acelerado; el clima era enloquecedor no podía aguantarme más un gemido prolongado nació de mi boca, mi cuerpo explotó al mismo tiempo que el suyo y sentí como mi vagina era invadida por el torrente de su cálido semen, mi cuerpo no paraba de sacudirse en violentas convulsiones nos abrazamos y nuestras bocas se unieron en un beso profundo y prolongado pasaron varios minutos.

Nuestros cuerpos hacía rato se habían calmado pero nuestras bocas continuaban deseosas saboreándonos mutuamente, sabiendo que ese primer momento juntos sería inolvidable. Y ambos sabíamos que esto se repetiría todos los días porque ese día entre ambos había nacido entre ambos, el amor y el deseo. Cuando nuestras bocas se separaron dije:

C- Diego, fue maravilloso, jamás voy a olvidar esto… es incomparable lo que viví con vos, jamás me sentí tan caliente, tan excitada, te amo más que a nada en el mundo.

D- Claudia este momento va a vivir por siempre en mí, sos hermosa, sos una diosa.

Me levanté del piso, extendí mi mano, tomé la suya y dije:

C- Vamos a bañarnos juntos.

Nos arrojamos en la piscina, flotamos un poco, y nos acariciamos, nos besamos, jugueteamos con nuestros cuerpos y ahí en la piscina volvimos a tener sexo.

Yo estaba haciendo la plancha tomada del borde, él se acercó a mí, me besó con delicadeza mi espalda y siguió hasta besarme y acariciar mi cola para luego venir en busca de mi labios, nos besamos apasionadamente, se sentó al borde de la piscina, su pene estaba erguido y mi boca lo deseaba, y comencé a besarlo, a lamerlo, a chuponearlo, el gemía constantemente.

Luego lo introduje en mi boca y lo lamí, mi lengua se deslizaba por su pene, sus manos acariciaban mi espalda, mi cuello, y yo seguía disfrutando de esa belleza, lo miraba a los ojos y gozaba viendo en su carita reflejado el placer. Luego de un par de minutos su cuerpo estalló en miles de convulsiones y mi boca se inundó y saboreó hasta deglutirlo por completo la calidez de su semen.

Luego nos besamos apasionadamente, luego él se introdujo nuevamente en la pileta, el me abrazó, yo rodee su cuello con mis brazo y nos besamos, ahora fui yo la que subió al borde de la piscina, abrí mis piernas, puso su cabeza entre mis piernas y su lengüita en mi concha, gemí como loca, su lengua empezó a lamer mi vagina, lo hacía suave y delicadamente , eso me daba muchísimo placer… no paraba de gemir, yo abrí más mis piernas, el introdujo dos dedos en mi vagina mientras su lengüita la lamia.

A esa altura de mi vida yo estaba extasiada, me sentía en otro mundo, estaba viviendo uno de los mejores momentos de placer de mi vida, me acosté en el piso, abrí mis piernas y Diego volvió a colocar su pene dentro de mi vagina, yo con mis piernas rodee su cuerpo, él las tomó con sus brazos y comenzó a recorrer mi vagina, por primera vez lo hacía en la piscina y era hermoso, estaba tan caliente que mientras él me cogía, con mis dedos me masturbaba la concha.

Por momentos la sacaba de mi vagina la deslizaba por mi concha y la volvía a introducir y a partir de ahí aceleró sus movimientos, pistoneando su pene dentro de ella, hasta que nuestros cuerpos al unísono, volvieron a estallar en miles de convulsiones y su semen volvía a introducirse y a recorrer mi cuerpo.

Luego entramos a la casa, él me llevaba en su brazos y muestras bocas estaban unidas en un interminable beso

Almorzamos algo liviano, y comenzó a besarme nuevamente, a acariciar mi cuerpo que únicamente tenía la parte inferior de mi traje de baño, sentí mi cuerpo vibrar con cada caricia con la suavidad de sus manos y el ardor de su cuerpo, estaba sentada sobre vos y mi cuerpo comenzó a desearte nuevamente al igual que el tuyo sentí como se iba endureciendo y entonces en mi mente solo existió el deseo de entregarme por completa a vos, el clima era enloquecedor entonces solo deseaba algo que tu pene penetrase mi cola entonces te tomé de la mano y entre besos y caricias fuimos a la habitación, y ya recostados en la cama dije:

C- Mi amor quiero ser tuya por completo, quiero que mi cola sea tuya

E- Yo también lo deseo pero no me animaba a pedírtela

C- Mi cuerpo es totalmente tuyo quiero que de ahora en más tomes de él lo que desees, estoy dispuesta a entregarte todo, como quieras y por donde quieras.

Nos sacamos lo poco de ropa que poseíamos, me acosté boca abajo en la cama sentí tu boca recorriendo mi espalda, tus manos acariciándola mi cuerpo vibraba como nunca y te deseaba como nunca desee a nadie.

Luego de un par de minutos, cuando llegaste a mi cintura empecé a enloquecer por completo tus caricias, tus besos en mis nalgas, tus chupones en mis cachetes.

Tu lengua comenzó a recorrer la raya de mi cola y cuando la sentí en los bordes de mi ano fue maravilloso y se me hizo incontrolable ese orgasmo que me hizo estremecer

Cuando mi cuerpo se calmó solo deseaba que me penetrases entonces tomé un par de almohadones, los coloque bajo mi cuerpo levantando mi cola, vos la acariciaste la besaste nuevamente… tu lengua volvió a recorrer mi ano y entonces te incorporaste. Me tomaste por la cadera y apoyaste en la puerta de mi ano tu pene; un profundo grito de placer partió de mi boca mis piernas temblaban y se abrieron un tanto dispuesta a recibir dentro mío esa maravilla tan deseada.

Entonces sentí que tu pene iba introduciéndose en mis entrañas sentí como avanzaba dentro mío enloqueciéndome y poco a poco fuiste entregándomelo todo con esa suavidad que tanto me encanta en vos y con el deseo mutuo de entregarnos no solo para satisfacer ese deseo; sino que sentí que era uno de los momentos más, maravillosos de mi vida y que este mes y días que estaríamos juntos sería inolvidables en nuestra vidas entonces dije:

C- Así mi amor te deseo más que nada en el mundo.

Luego sentimos que no podíamos demorar más el final de ese encuentro tu pene había tomado un ritmo enloquecedoramente acelerado y mi cuerpo estaba a punto de estallar entonces con vos entrecortada te pedí que me acabaras, mi ruego fue casi una orden; sentí tu pene estallar dentro mío, tu cálido semen recorriendo mis entrañas mi cuerpo estallando en un nuevo y maravilloso orgasmo, tus manos acariciando mis senos y tu boca besando mi cuello mientras te pene continuaba estallando dentro de mi cola.

Luego cuando la calma nos estabilizó volvimos a acomodarnos en la cama besarnos acariciarnos durante largos minutos fue algo maravilloso me hiciste vibrar y sé que vos sentiste lo mismo, a tal punto que deseábamos detener el tiempo para seguir disfrutando esos momentos, pero debíamos dejarlo se hacía tarde vos debías ir a buscar a tus hermanos, mañana volveríamos a vernos

Ese fue el comienzo de 40 maravillosos días, lástima eso, el final estaba anunciado, lo peor sería la despedida…

(9,60)