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Marielena y Doña Elvira

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Marialena se encuentra de vacaciones en lo de su tía y le encanta tomar sol en el jardín, donde se siente a salvo de miradas indiscretas. No sabe que su vecina Doña Elvira la observa con ojos lujuriosos. Desde la llegada de su vecinita, Doña Elvira se dio cuenta que la nena es un bombón, que tiene un físico esbelto. Pelo largo castaño y unas piernas y una cola de ensueño. Esa tarde mientras la miraba desde un lugar que Mariaelena no la podía ver casi se desmaya cuando vio que la chica se desprendió la parte superior del bikini y dejo en libertad sus pechos. A doña Elvira se le lleno la boca de saliva mientras veía esas dos preciosas montañitas de carne blanca con pequeños pezones y su mente calenturienta solo pensaba en mamárselos.

A doña Elvira siempre le habían gustado las chicas, pero a sus 65 años no tenía muchas ocasiones de tener sexo con alguna de esas preciosuras que pasaban rumbo a la playa y solo podía mirarlas con deseo. Esa tarde excitada por la vista de esa preciosura no se pudo contener y salió al jardín contiguo donde se acercó al muro y dijo "Hola, hola soy tu vecina". Marialena sorprendida se asustó y al sentir la voz de esa desconocida solo atino a cubrirse sus pechos con la remerita que tenía a su lado. Se levantó y se quedó mirando a esa extraña que decía que era su vecina.

Doña Elvira le dijo "No quise asustarte, me llamo Doña Elvira y vivo aquí al lado". La chica, un poco más tranquila le dijo "Yo soy la sobrina de doña Sofía" y se acercó hasta el murito para saludar a su vecina. La vieja no podía creer tener a esa preciosura adelante de ella tapándose los senos con su remerita y le pregunto "Como te llamas preciosa" "Marialena, y estoy unos días por las vacaciones”. "Mira, justo estaba por tomar algo fresco, porque no venís y charlamos en casa” le dijo la vieja tratando de ocultar su excitación. Marialena le contesto “Bueno, mi tía no llega hasta la noche así que me voy a poner algo de ropa y voy a su casa". A esta altura, la chica se dio cuenta como la miraba la vieja, sobre todo las piernas y trataba de verle los pechos que apenas podía tapar y sintió algo raro. Que un chico o un viejo la miraran así no le extrañaba pero que una mujer mayor como esa la mirara con ganas de comérsela le extrañaba y a la vez la intrigaba. “No te cambies, si así estas cómoda, solo vamos a charlar un rato" le dijo la caliente vieja que ya estaba impaciente por llevarse ese bombón a su casa.

Marialena acepto y se puso la remerita lo que permitió a la vieja ver sus pechos por un instante lo que la enloqueció y pensaba que una vez que la tuviera en la casa le iba a hacer de todo. “Pasa por acá que hay lugar" le indico la vieja y la chica paso por un costado del murito lo que le permitió a la vieja apreciar los muslos y nalgas de la chica que usaba una tanguita minúscula. "Vení, linda" y la agarro de un abrazo guiándola a la casa. Una vez adentro, doña Elvira la invito a sentarse en el living mientras le preguntaba "que querés tomar, tengo una cervecita bien helada pero no sé si ya sos mayor para tomar alcohol" a lo que la chica contesto "Si ya tengo 19, puedo tomar cerveza, además me gusta" con una sonrisita picara y la vieja estuvo a punto de tirársele encima y comerle la boca a lengüetazos, se contuvo y fue a la cocina donde sirvió 2 vasos grandes de cerveza helada y al volver al living se extasió viendo a la chica sentada casi desnudita solo con una remerita.

Le dio un vaso y tomaron un largo sorbo, después la vieja, que ya no se aguantaba le dijo "Que linda que sos, debes tener muchos pretendientes" y le puso una mano en un muslo. "No por ahora porque me paso estudiando y además los chicos no me atraen mucho". Marialena de a poco sentía un extraño calorcito entre sus piernas y la mano de la vieja acariciándole el muslo le gusto, no dijo nada y se terminó la cerveza. La vieja al ver que la chica no se resistía empezó a dar rienda suelta a su lujuria y ahora acariciaba con las dos manos las piernas de la chica y le dijo "que lindas piernas tenés nena, estas muy buena" con voz ronca. Al ver que esta preciosura se le entregaba dio rienda suelta a su lujuria y se le tiro encima besándola en el cuello enloquecidamente. Marialena sentía sensaciones nuevas, por un lado le parecía mentira que estaba siendo manoseada y besada por una vieja desconocida y por otro lado sentía que le gustaba y por eso no reaccionaba.

Doña Elvira había conseguido llegar a la boca de la chica y la chuponeaba en forma salvaje mientras le metía las manos por debajo de la remerita y le estrujaba los duros senos lo que termino de excitar a Marialena y sintió que se mojaba entre las piernas. La vieja estuvo largo rato chuponeándola y tocándole las tetas y sobándole los pezones hasta que sin poder contenerse bajo su cara y se apropió de los senos de la chica comiéndolos a lengüetazos. Marialena gemía de placer, ya sin control y la enloquecida vieja la tomo de un brazo y le dijo "vení nena que te voy a chupar toda" y la llevo al dormitorio donde le saco la remera y la puso en la cama boca arriba. Doña Elvira no daba crédito a lo que se iba a comer, una delicia como esa no la tenía todos los días, le saco la tanguita, la abrió de piernas sin que Marialena se resistiera y comenzó a comerle la concha con unas ganas que hicieron gritar a la chica. Le pasó la lengua por los labios vaginales, se los abrió con los dedos mientras la seguía chupando y por fin empezó a regodearse lamiendo sin cesar el clítoris de la chica...

Marialena gemía sin parar mientras sentía lo que nunca había sentido antes y de repente tuvo un increíble orgasmo. La vieja siguió chupándola y metiéndole el dedo en la concha y en el culo mientras se frotaba contra las piernas de la chica y también experimento un brutal orgasmo. Al cabo de un rato, la primera en incorporarse fue Marialena, que junto su ropa y se fue a su casa sin decir nada... Esa noche, mientras veía la tele en lo de su tía pensaba "esto paso en serio o me lo imagine?"

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