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Un trío en congreso laboral (Parte I)

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Tengo seis meses trabajando en una empresa como gerente de departamento. Uno de sus puntos fuertes de este trabajo es la recepcionista Martha. Una mujer de 31 años de edad, rubia de pelo corto, tez blanca, no muy voluptuosa pero siempre viste muy sexy. Sus escotes siempre te dan la bienvenida acompañado de una sonrisa en su cara. Sus delgadas y suaves piernas atrapan todas las miradas a la hora del almuerzo. Su trasero es grande para su cuerpo. Según me dicen casi todos los hombres han intentado "algo" con Martha, a veces les acepta la invitación pero de eso ninguno ha logrado más. Yo nunca lo he intentado a pesar de un aparente coqueteo: "Hola guapo" me dice todas las mañanas.

Otro plus interesante es Susy, una niña de 23 años de edad, recién graduada de la universidad. De ascendencia asiática con mezcla caribeña. Una chica preciosa, sus achinados ojos color miel y una boquita carnosa y chiquita la hacían parecer una muñequita de colección. Delgada, con un color de piel canela, piernas largas y un busto grande y alegre. Ella es muy recatada, viste de manera muy profesional y siempre mantenía una actitud seria en la oficina. Su puesto es de asistente en otro departamento así que no tenemos una relación laboral pero de vez en cuando compartimos en el almuerzo. Martha y Susy se hicieron amigas, eran de las pocas chicas jóvenes así que no era sorpresa verlas juntas caminar por los pasillos. Vaya disparidad. El culo de Martha, siempre enmarcado en unos pantalones ajustados o una minifalda siempre era el punto de atención pero a mí me gustaba Susy. Tenía ganas probar su sexo, de chupar sus grandes senos y ver esa carita mientras me la follaba. Muchas veces tuve que disimular mi erección mientras almorzaba con ella.

Un día mi jefe me dice que estoy invitado a una convención con clientes e inversionistas, la cual se llevaría a cabo en un hotel de playa de mi país. Dos noches para "crear y fomentar relaciones de confianza". No era algo que me entusiasmara. Me emocionó cuando vi un par de nombres den la lista de "invitados". Susy por ser asistente del departamento contable y Martha, para encargarse de la logística.

El primer día fue peor de lo que imaginaba. Reuniones, discursos y risas falsas por doquier. Era temporada baja así que el hotel estaba casi vacío. Martha estuvo tan ocupada que casi ni pude verla y Susy solo la vi cargando papeles y folios en un vestido largo sin mayor gracia. En la noche no hubo mayor diferencia. Nada de Martha ni de Susy. El segundo día fue más de lo mismo. Al final de la convención, el bus contratado por la empresa salía las 4 pm hacia la ciudad pero yo había llevado mi propio vehículo ya que las habitaciones estaban pagadas hasta el mediodía del siguiente día y aproveché para relajarme un poco. Mientras estaba en el protocolo de despedida con clientes y accionistas, vi a Martha quien me sonrío y me preguntó por mi maleta. Le dije que me quedaba la noche ya que todas las habitaciones estaban pagas. "Deberías quedarte también" le dije seguido de un guiño. Me miró, sonrió, me dio un rico beso en la mejilla y siguió con sus tareas.

Eran las 9 de la noche cuando recibí un mensaje de texto de Martha: "Hola guapo! Ya cenaste? Pasa por nosotras". Lo tuve que leer un par de veces. No sabía con certeza que Martha había seguido mi consejo, pero me alegró que lo hiciera. Sabía que Martha y Susy compartían habitación, no sabía que ambas se habían quedado. Rápidamente me vestí y busqué su habitación. Toque la puerta y Martha abrió, con un vestido color celeste agua, súper corto no llegaba ni a medio muslo. Al costado lo recorría un encaje que dejaba ver gran parte de su cuerpo. Sus pezones ya habían delatado que no llevaba brassiere y el encaje delató que tampoco llevaba tanga. Su cuerpo era espectacular y ella lo sabía. “Hola, pasa adelante. Ya casi estamos listas" me dijo. Del baño salía Susy vistiendo un shortcito amarillo que apenas cubría su culito, su cintura expuesta y un top con un patrón frutal cubría sus senos. Era la primera vez que la miraba con un escote. Su cabello largo lo tenía acomodado con una cola justo en el tope de su cabeza. Mil ideas pasaron por mi cabeza.

"Vaya chicas! Se ven hermosas" dije tratando de parecer encantador

"Gracias" dijeron ambas

Salimos a cenar escoltado por ambas chicas. Comimos, reímos y tomamos. Martha se sentó a la par mía. Susy al frente. Mi mano estuvo acariciando las piernas de Martha casi toda la velada, subía lo más que su vestido me permitía lo cual era bastante cerca de lo interesante. Martha nunca se incomodó. Pero a pesar de eso el escote de Susy era lo que me tenía excitado. Sus senos eran más grandes de lo que los atuendos de oficina dejaban notar. Luego del último shot de tequila Susy se disculpó y fue al baño. Martha tomó mi mano posada en su muslo y la llevó a su entrepierna mientras su otra mano se posó sobre mi pene semi erecto y me dijo "si, tiene senos grandes la Susy! Y los esconde!" Le iba a besar el cuello pero me detuvo "aún no bebe" mientras me frotaba mi verga sobre el pantalón. Cuando Susy volvió a la mesa Martha se levantó para ir al baño y le dijo a Susy:" Siéntate acá, te va a gustar" En cuanto Susy vio la tienda de acampar que tenía en mis pantalones miró con sospecha a Martha y se sentó a mi lado. Puse mi mano sobre su pierna y avancé hasta su entrepierna. Susy estaba de piernas cruzadas pero las abrió para darme espacio. En cuanto traté de meter mano bajo su short me detuvo y me dijo "espera". Martha volvió con una sonrisa y preguntó "Listos los tres para irnos?... bueno, los 4?" corrigió al ver mi erección aun presente.

Logramos llegar a la habitación guiados por Martha, apenas entramos a la habitación ella me empujó contra la pared y empezó a besarme. Acariciando su cuerpo llegué a hasta el fin del vestido y lo subí descubriendo sus ricas pompas, su bello abdomen y finalmente sus deliciosos senos. Martha estiro sus brazos para permitir que el vestido de terminar de deslizar de su cuerpo. La tomé del trasero, la empujé hacia mí y empecé a lamer sus senos mientras ella me soltaba la cremallera y me bajaba el pantalón hasta que mi pene saltó como un resorte. Lo tomó con sus pequeñas manos, dio tres pasos para atrás, se sentó en la cama y comenzó a chupármela. Su lengua recorría mis bolas hasta la punta de mi pene y se devolvía de la misma manera. Susy estaba sentada en la orilla de la cama viendo a su amiga devorar mi polla dura. Empecé a empujarle mi miembro en la boca de Martha sin quitarla la mirada a Susy. Martha lo recibía gustosa y continuaba frotando la parte de mi tronco que no le entraba en su boca. Luego de atragantarse un par de veces paró y excitada dijo "siéntate, necesito que me cojas ya!" Fui obediente y esta sexy mujer se posó sobre mí, tomó mi pene erecto y lo guío dentro de su vagina, en el instante que la cabeza de mi pene entró en contacto con sus labios se deslizó suavemente hasta que el mismo peso de Martha llevó toda la envergadura de mi polla dentro de ella. "ohhh que delicia guapo! Dios!" gemía mientras movía sus caderas hacia atrás y hacia adelante. Yo jugaba con sus senos y la nalgueaba lo que le excitaba aún más. Volví mi atención a Susy mientras Martha me montaba. Ella seguí de testigo, sentada en la misma esquina de la cama. Le hice señas para que se acercara, lo hizo tímidamente. Empecé a besarla. Esos labios carnositos se sentían de maravilla. Una de mis manos rodeaba la cara de Martha y ella me chupaba el pulgar, la otra mano jugaba con los grandes senos de Susy sobre su top. Martha se inclinó hacia Susy y empezó a besarla. "Esta rica su pollaaa" le afirmó a Susy antes de empezar a besarla. Martha se bajó de mi pene, se dio vuelta y volvió a sentarse sobre él esta vez dándome la espalda. Tomó a Susy de la mano y la colocó al frente de ella. Le subió el top con cariño para besarle los senos. Esos grandes y gloriosos senos. Sus aureolas eran pequeñas y sus pezones grandes y saltones. Martha los lamía con suavidad mientras yo le tomaba del culo para subirla y bajarla sobre mi polla. A punto de botar mi leche trate de sacar mi polla pero ella me ordenó " échala adentro guapo!" no tuve tiempo para debatir y sentí tan rico regarme dentro de Martha mientras ella presionaba sus nalgas contra mí.

Continuará...

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