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Un trío en congreso laboral (Parte II)

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Martha se tiró sobre la cama, satisfecha y con su vagina goteando mi leche. Yo, bastante agitado, pude ver a Susy semidesnuda frente a mí. Me arrodillé frente a ella, le quité su short y su tanguita para llamarle su vagina. Apenas mi lengua hizo contacto con sus labios la sentí estremecerse. Susy puso una pierna sobre mi hombro para darme un mejor Angulo para comérmela. Su cosita ya estaba húmeda. Estrujé sus nalgas, sus caderas se movían hacia mí, deseosas del contacto con mi lengua y mi boca. Vi a Martha pararse detrás de Susy y besarle en el cuello. Las manos de Martha recorrían el cuerpo delgado de Susy, su abdomen, sus senos, sus brazos. La sentí acariciar mi caballera mientras yo comiendo el rico coñito de la tierna Susy.

"Ya no aguanta más, cógetela guapo" indicó Martha. Susy se acostó sobre su espalda, me abrió las piernas y me dijo con una voz suave y necesitada "Dámelo". Me puse sobre ella, me acomodé entre sus piernas, sus rodillas quedaron sobre mis hombros y guie mi verga erecta dentro de ella. Un suave gemido seguido de una maravillosa expresión de dolor y placer dio inicio a nuestra follada. Todo este tiempo la había deseado tanto y finalmente me le estaba cogiendo. Besándola, acariciando su cara, manoseando sus senos. Le estaba dando duro, Susy abría su boca sin saber cómo gemir pero sus ojos lo decían todo. Sentí a Martha atrás de nosotros. Acariciando nuestros cuerpos. Sentí sus lengua sobre mis bolas, la muy perra recorría la parte baja de la vagina de Susy y mis bolas cuando azotaban los labios de Susy. Bajé el ritmo para darle oportunidad a Martha de lamer nuestros sexos. Enterraba lentamente mi verga en Susy y sentía la lengua de Martha recorrer mi tronco a cómo iba enterrándose en Susy, sus gemidos eran indescriptibles. Parecía no querer ser escuchada como para no detener lo que estaba pesando pero el "uyyyyy" y "ayyyy" entre suspiros eran cada vez más constantes hasta que llegó al orgasmo. Me enterró las uñas en los brazos y sus piernas me presionaron como si fuera una llave de lucha y soltó un grito de placer "ayyyyyy" mientras se estremecía y mordía sus labios. Pero yo no había terminado. Saque mi polla de Susy, sabía q Martha la iba a mamar. Sentí su boca recibirme, sentí su lengua jugar con mi verga llena de jugos de Susy. La escuché atragantarse. Me acomodé para penetrar a Susy de nuevo. Sin piedad, puse todo mi peso sobre ella y mi verga parecía tocar fondo. Susy no emitía sonido. Su boca abierta, su ojos fijos en mí, sus uñas rasgando mi piel. Sentí mis bolas vaciarse en Susy.

Me levanté para ir a limpiarme. Mirándome al espejo aún no creía lo que estaba sucediendo. Me acaba de follar a las dos chicas más calientes de la oficina! Cuando salí ambas estaban acostadas en la cama, Martha viendo su celular. Susy exhausta, a punto de caer dormida. Martha me vio, "sabes guapo, a mí no me has comido". Se puso en posición de cuatro apoyando su cabeza en la almohada y su increíble culito levantado para mi deleite. Me tomé todo el tiempo del mundo, ya que necesita recargar baterías. Inicié lamiendo bien suavecito y apenas rozándole sus labios vaginales. Los separaba con mi lengua sin profundizar. El culito de Martha se agitaba, sentí su vagina caliente y oía sus gemidos pidiendo más. Cada lamida iba más profunda, me aseguraba que sintiera mi barba contra su vagina. Fui metiendo un dedo, luego otro, sintiendo su humedad y mi saliva mezclándose en su cosita. Pronto tenía mi cara entre sus nalgas, mi lengua jugueteando con su clítoris y tres dedos masturbándole. Me puse en posición para penetrarla. En ese momento vi a Susy masturbándose acostada junto a ella. Sus largas piernas tan abiertas como podían estar y un par de dedos estimulando su clítoris. Sus senos perfectos se agitaban al ritmo de su masturbación. Me miraba con la misma pasión que cuando la estaba penetrando. Le dije que se pusiera en la misma posición que Martha, quería tener el par de culos listo para ser penetrados de nuevo por mi polla.

Lamí la cosita de Susy. Estaba totalmente mojada, sus jugos cubrieron mi lengua. Era delicioso. Tome mi verga, se le empujé suavemente a Martha mientras con un par de dedos masturbaba a Susy. Martha, al sentir mi polla dentro de ella, empezó a batir sus caderas y su culo de manera impresionante. Sentía esos movimientos en mi polla como si estuviese en un remolino. Ella era total dueña de mi miembro. En un momento, dejé de masturbar a Susy para tomar a Martha de la cadera, nalguearla como a ella le gusta y martillarla con mi verga. Sus gemidos eran escandalosos y faltos de aliento. Me detuve abruptamente, se la saqué, di un paso a la izquierda y penetré a Susy. Su vagina me recibió bien caliente y húmeda. Susy no tenía los movimientos de Martha, así que le enterré la verga una y otra vez. Vi a Susy sujetándose de la cubierta de la cama y mirando a Martha, "Sii... es una vergota!" le confirmó Martha. "Guapo, ya cambia! Métamela a mí!" me suplicó Martha. Alterné penetrar ese par de culitos hasta que no pude más. Mientras estaba dentro de Susy exclamé "voy a terminar en sus caras!". Martha reaccionó como una profesional. Se puso de rodillas acariciando sus erectos pezones. En cuanto se la saqué a Susy ella se acomodó junto a Martha. Me masturbé hasta sentir mi semen salir expulsado sobre la cara de Martha y Susy. Martha tomó mi polla y la chupó para limpiarla, luego la puso en la boca a Susy quien hizo lo mismo. Susy succionaba mi polla y Martha me lamía mis bolas. Fue el broche de oro perfecto.

Eran las 6 de la mañana, llevábamos más de 5 horas "jugando". Susy y Martha se marcharon a su habitación. Desperté a las 11 am con un mensaje de texto de Martha "Hola guapo! Ya almorzaste? Pasa por nosotras".

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