Nuevos relatos publicados: 7

El pacto

  • 7
  • 6.952
  • 9,00 (4 Val.)
  • 0

- ¿Me va a azotar, señor?

- No. No has hecho nada impunimente últimamente

- Mmmm...

-¿Mmm? Mírame ¿Porqué esa expresión? ¿hiciste algo malo?

- Usted me dijo que no tuviera sexo con nadie ¿cierto?

- Correcto

-Falté a su promesa, señor, cojí nuestro pene de plastico con el que nos encanta satisfacernos a los dos

- OH!¿Y?

- Usted puede imaginarse el resto

Si había algo que más fascinase a Daisuke en este fantástico día de los enamorados era que Ken le tratase de usted con una voz en su rostro muy de respeto, una entonación de pureza, Ken sabía como meterse en la piel de esclavo sumiso.

-Quiero que lo digas tú, el castigo te lo vas a merecer igualmente

- Señor

-Dime

-Usted no deja de tocarme mis nalgas

-Desde que has aparecido en esta habitación, estas nalgas tan bien formadas... ya sabes de sobra lo mucho que me gusta tenerte en mis rodillas y poder tocartelas, me gusta cuando las golpeo y se forma esas ondas tan hipnóticas

-Lo sé, y sé muy bien que le gusta tocarme, jugar con ellas, no se prive señor, son todas para usted

-Gracias, pero eso suena como una orden para mi, y no quiero órdenes, te mereces un castigo... ¿te duele?

-Noté el espasmo en una de ellas, esa explosión de sentir su mano firme en mi trasero, no señor, no me duele

-Eres malo

-Lo siento, señor, ¿qué es lo que procede?

- Bueno, para empezar, me encanta jugar con tu trasero. Es tan... suave y completamente palpable. Pero, ¿sabes, dulce chica? Voy a darte un masaje, mírame otra vez... ¿qué es lo que estás viendo?

-Su sonrisa

-¿Qué es lo que te sugiere esta sonrisa mientras no dejo de tocarte y de meterte un dedito por tu zona húmeda?

-Usted está feliz de cumplir con su fantasía erótica

-¿Y tu? ¿estás feliz?

-Sí señor, porque mi cuerpo es el templo del que usted se nutre, hoy es mas suyo que mío

-Todo es cierto, y como te decía, voy a darte un masaje

-

¿Un masaje... señor?

-Sí. Has estado estresado últimamente. Demasiado estresado, tanto que hoy estás aquí, despues de haber apostado conmigo un juego en el que si perdías, accedías a estar aquí, desnudo, en mi casa, en mi sofá, grabándote para luego disfrutar juntos de las hermosas vistas y escenas que me vas a ofrecer, la cámara enfoca tu trasero, y mis manos se deslizan por tu fina piel, el juego era sencillo pero el ritmo de tu vida te hizo fallar, lo siento mucho

-No tiene importancia

En realidad, si la tenía, Ken esperaba ganar, pero perdió, dejando a Daisuke hacer lo que quisiera, entre ellas dejarse grabar en todo momento, no tenía derecho a quejarse, se lo prometió

- Aprecio el esfuerzo, pero has estado esforzándote demasiado para ser un buen amo de casa y te estás volviendo loco con todas tus tareas que te estoy obsequiando

Mientras le hablaba su mano daba varios azotes en cada nalga hasta dejar pequeños moratones rojos, el trasero de Ken era el mejor regalo del dia de enamorados que Daisuke podía tener.

-¿Estás nervioso?

-No, señor, estoy bien, simplemente, estoy sintiendo el camino de su mano por mi espina dorsal llegando hasta mis nalgas.

A Ken no se le daba bien tener que hacer, para el, de payaso para Daisuke, tenía que cumplir las órdenes, ser un buen amo de casa y limpiarle, era el deseo de Daisuke y así tenía que hacer, terminado todo, ahora era el momento de la relajación para ambos, aunque esto sin duda era una venganza de Daisuke porque sí, no habia otra explicación por las veces en las que Ken le daba y el recibía, él siempre debia ser el macho dominante de la relación a pesar que era la pasiva en muchos casos para Ken y en otros casos para Takeru.

-Debes estar quieto y volver a enfocarte. Así que te estoy haciendo quedar quieto

-¡Pero... hay tanto que hacer... -. Aquí Ken demostraba que no se sentía agusto y dejó escapar esa disconformidad, algo que Daisuke, en pleno disfrute del momento pasó por alto

-Te estoy obligando a que disfrutes esto. es una orden

- …Sí, señor, Gracias

- De nada, ¿Cuál es la regla 3, querida niña?

- Todo lo que usted hace es lo mejor para mí.

- Buen trabajo muchacho

De pronto vino unos minutos de silencio

- Gracias Señor. Sus manos se sienten bien en mi trasero.

- ¿Ves? Ayuda a volver a enfocar un poco. Cierra tus ojos ahora. Céntrate en mis manos.

- Sí señor.

- Ahora se acabaron las palabras-. Y se puso manos a la obra.

El objetivo de Daisuke era hacer que su chico se relajara durante unos minutos después de obligarle a vestirse como una sirvienta para hacer las tareas domésticas, ese era el plan de San Valentin para el día de hoy tal como se acordó días antes, Daisuke tenía dos citas, estaba indeciso si pasar el dia de los enamorados con Ken o con Takeru, Ken se opuso, el dia de San Valentin quería a Daisuke para él solo, no podia pasarlo con una persona que no sentía la palabra amor tal y como la sentía él, Daisuke accedió a pasarlo con él, solo si accedía a una oferta, oferta que Ken tuvo que aceptar sin tener derecho a quejarse, la oferta era

1ºVestirse como sirvienta

2ºHacerle las tareas de la casa

3ºDejarse grabar en todo momento

4ºNo oir ninguna queja

5ºY la mas importante, dejar a Daisuke cumplir su mas alta fantasía erótica, dejar que él le tocase en todo momento sus nalgas, posar sus manos sobre él y no quejarse para nada.

Esta era la orden que mas le costó a Ken aceptar ya que, da igual que fuera Daisuke, no le gustaba que nadie sobase su cuerpo por muchísimo tiempo, pero lo habia aceptado, no tenía nada que hacer, y ahora mientras, era manoseado, o era penetrado por detrás con las manos atadas con cuerdas detrás de su espalda, tenia que escuchar los comentarios de Daisuke hablandole como si fuera una chica y él tener que darle las gracias por todo sin importarle Daisuke si Ken estaba cansado de todo el dia.

Todo esto Ken lo hacia por una razón, estar enamorado de él y hacer cualquier cosa.

pero Daisuke hizo su trabajo demasiado bien porque su sirviente se durmió, Ken se había acostado la noche anterior demasiado tarde y se había levantado demasiado temprano y ahora tras una jornada de sirvienta tocaba lo siguiente, spam y ramen para el almuerzo.

Mientras comía, Daisuke siguió con su trabajo, penetrarle por detrás mientras Ken comía como un animal en el sofá de Daisuke mientras era penetrado por detrás, no debia quejarse, no tenia ese derecho, asi que se dejó amar.

Pronto, Ken estaba más tranquilo, más seguro y más feliz. Menos estresado, más enfoque, más eficiente. Menos almuerzos de spam y ramen para dos con el mismo vocabulario de siempre, pero curiosamente, cuando todo había acabado y Daisuke no quería ver en Ken un sirviente, aún pedía lo mismo: ser atado, masajeado y hablar de forma correcta y educada. ¿La razón?

- Señor, me encantan sus manos. Es un honor ser manejado por usted tan íntimamente

Daisuke amaba escuchar esto. Le encantaba una excusa para tocar y acariciar el cuerpo delgado y hermoso de su afeminado amor. Se le ocurrieron las recompensas de tomar la iniciativa para ayudar a su criado por un dia a resurgir de esta nueva manera. Daisuke pensó que era una buena señal de que estaba haciendo las cosas bien. Todo lo que quería era que su chico fuera feliz y pasar el dia de San Valentin todavía mas únidos que nunca, hacerlo especial, y por supuesto que esto sirviera para que la confianza se elevase a un nuevo nivel

A pesar de todo, Ken lo disfrutó, era un San Valentin inusual el que pasaba en compañia de su amado, su único amor.

(9,00)