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Lotería (Capítulo 1º de 3)

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Voy a escribir esta historia verídica en primera persona por que me pasó a mí.

Me llamo Carla, casada con Pablo, hija única de José y Viviana. Mi padre trabajó toda su vida como empleado del estado, y por esas bendiciones que tiene la vida un domingo a la noche ganó la lotería con varios millones de Euros como premio. Vivíamos en un país sudamericano, los tres juntos por que aún era soltera. Mis padres decidieron por seguridad, ya que los secuestros en países como el nuestro es una industria, que nos fuéramos a vivir a Europa. En España conocí al que hoy es mi esposo, nos casamos y nos fuimos a vivir a Barcelona. Mis padres se fueron a conocer el Caribe y no regresaron más. Mi papá compró un bote grande, de 10 mts. de largo y pasean permanentemente por el Caribe.

El verano pasado, en una de nuestras charlas telefónicas, me invité a pasar unos días de navegación con ellos. Ellos al principio pusieron un poco de reparo – la distancia, los mareos, la comida…etc.- pero como yo tengo muchísima confianza con ellos les pregunté que les pasaba, y ellos me dijeron que se habían transformado en naturistas y les daba vergüenza que yo lo supiera y los viera así. Yo les expliqué que a mis 25 años no me importaba en lo más mínimo verlos desnudos y de echo yo hacia topless cuando iba a la playa. La cosa es que aceptaron, y en unos días nos encontramos en un puerto caribeño.

La primera tarde fue de preparativos, ya que zarpábamos al día siguiente bien temprano, Pablo y mi papá cargaban víveres, agua, gasolina y mi mamá y yo hablábamos, que más. Allí en determinado momento me volvió a sacar el tema del nudismo y yo le dije que ellos siguieran haciendo lo que a ellos les hacía feliz, que yo había venido a descansar, tomar sol y olvidarme de la vida loca de Barcelona. Y que Pablo pensaba lo mismo y ya lo habíamos hablado y a él le parecía muy bien que Uds. hicieran lo que quisieran. Cenamos en un lindo restauran de pescados en el puerto y nos fuimos a dormir al bote, ya que salíamos al amanecer. Esa noche nos hicimos unos arrumacos con Pablo, pero nos dormimos enseguida sin amarnos ya que estábamos muy cansados.

Al amanecer escuché el ruido del motor que salíamos y me volví a dormir. Me desperté como a las 11 de la mañana sin el ruido del motor y el bote se mecía suavemente. Nos levantamos junto con Pablo, nos duchamos y nos encontramos con unas tazas de café recién hecho y nadie en la cocina. Cuando salimos estaban mis padres en cubierta y desnudos. Me chocó un poco pero traté de disimularlo. Pablo se sintió más impresionado y no podía dejar de mirarle las tetas a mi mamá, que las tiene grandes, bronceadas y duras. Ella estaba en una tumbona en cubierta, con las piernas abiertas y mi papá en medio rasurándole el pubis. Nos saludamos y como si nada ellos siguieron en lo suyo. Mi papá estaba terminando de dejarle toda la conchita lisita, sin un pelo, a mi mamá. Me arrimé a mirar, tenía la vulva rosadita, inflamada y con jugos. Evidentemente eso la excitaba. Su clítoris sobresalía arriba como un piquito.

Les pregunté que se sentía con eso, ya que yo nunca lo hago, más que recortarme el cavado por la bikini. Mi mamá nos dijo que eso era hermoso, que se sentían más higiénicos y sexy. Entonces por primera ves le ví el pene a mi papá, lo tenía totalmente depilado, morcillón y era grande, o se veía más grande por que estaba sin pelos. Pero era hermoso, potente, bronceado. Me impactó. Lo desee por primera vez en mi vida como hombre. Mi papá tiene 45 años, y está muy bien, con el pelo entre cano, alto, musculoso y sumamente agradable, aunque no habla mucho. Él nos explico que una vez a la semana se rasuraban mutuamente y que era muy excitante. Cuando terminó, la limpió a mamá y se puso de pie. Su pene seguía morcillón y yo no podía sacarle los ojos de encima y Pablo, lo miraba a él con admiración, pero a mi mamá se la comía con los ojos. Pablo estaba excitado por la situación y tenía una evidente erección bajo el short de baño.

En ese instante y sin pensarlo, me desprendí la parte de arriba del bikini y lentamente me bajé la parte de abajo y me quedé desnuda ante la sorpresa de todos.

Yo soy bonita de cara, tengo 1.60 de alto pero soy tirando a gordita, con unas tetas exageradas para mi altura pero duras y paradas, tengo pancita y piernas gruesas, pero un culo imponente y según Pablo, el más deseable del planeta.

Mi esposo me miró y de un tirón se sacó su short, quedando desnudo ante la mirada de todos, con una erección de campeonato y diciendo, espero que me disculpen, el espectáculo que dan Uds. desnudos es muy excitante. Pablo es alto, musculoso y bien formado. Tiene un culo duro y chiquitito, piernas largas, muy escaso bello en el cuerpo, excepto en su pubis y una poronga fantástica. Mide 19 cm. por 6 cm. Lo se por que soy su esposa y lo he medido, aguanta muchísimo sin terminar y es muy fogoso amando.

Ahora estábamos los 4 desnudos y nos mirábamos y nos estudiábamos. Y por nuestras caras, parece que lo que veíamos nos gustaba a todos.

Mi mamá rompió el hechizo diciendo:

-Chicos, cuando tengan deseos de hacer el amor, o de coger o masturbarse, por favor no se priven por nosotros, que nosotros no nos privaremos por Uds. En este tiempo que llevamos haciendo esta vida, hemos recuperado la pasión y a veces nos dan ganas a cualquier hora y lo hacemos, y más en este bote y en este lugar donde estamos solos. No se vos Carla si estas excitada por vernos desnudos, pero Pablo si lo está y no es bueno que se contenga durante mucho tiempo por que no va a disfrutar las vacaciones.

Dicho esto, Pablo se empezó a acariciar su pija, al menos le dio 3 o 4 tirones suavemente y exclamó un suspiro.

Papi, por favor rasúrame como a mami, quiero experimentar lo que se siente. Dije al tiempo que me echaba sobre una de las tumbonas y abría las piernas.

Y yo también quiero sentir lo que Uds. dicen, argumentó Pablo, acostándose en la tumbona al lado mío.

Mi papá, con una gran sonrisa, tomó los utensilios y se ubicó entre mis piernas. Mi mamá hizo lo mismo entre las piernas de Pablo, cuya pija apuntaba al cielo.

Mi papá esparció la espuma sobre mi conchita, desparramándola para abajo hasta mi ano y sus alrededores. Luego se la paso a mamá pero esta estaba con unas tijeras cortándole el bello pubiano a Pablo, que lo tenía muy largo para peder después ponerle la espuma. Como le entorpecía la visión la erección, se la agarró con una mano y se la corría mientras con la otra trabajaba con la tijera, Al correrla a un lado o al otro o arriba, abajo, la piel descapullaba y Pablo con los ojos muy abiertos, miraba y gemía. Cuando le termino de cortar con la tijera, le esparció la espuma y seguía moviéndole la pija como en una lenta masturbación.

A todo esto, mi padre con la rasuradora iba sacando con mucha delicadeza, todo mi bello. Me hizo abrir bien las piernas y con una mano tomaba mis labios vaginales y con la otra me rasuraba. Y para que no se plegaran, tenía que tomarme los labios y por ende meterme un poquito los dedos adentro. Yo estaba excitadísima y destilaba jugos, mi papá se percató e introducía cada vez más los dedos adentro y me abría la concha y al retirarlos me tocaba el clítoris y me hacía estremecer y gemir sordamente. Yo estaba muy excitada y contenía un orgasmo solo por vergüenza. Cuando terminó la parte de arriba de mi concha y los labios, bajó con sus dedos hasta mi ano, y estiraba los cachetes para rasurarme algunos pelitos que estaban allí. Como le resultaba incómodo, me pidió que levantara las piernas y así trabajó mejor. Una vez que terminó de rasurarme, me enjuagó, me secó y me pidió que me diera vuelta en 4 patas para sacarme los últimos pelitos del ojete con una pincita de depilar. Cuando me incorporé pude ver que papá tenía una erección impresionante. Su pija debía medir más de 22 cm., no era muy gruesa y tenía el glande afuera y muy brilloso. Lo miré y le dije: ¿vos también estas excitado no? Y como no me voy a excitar con una belleza como vos, me dijo. Yo me colgué a su cuello y le di un beso en la mejilla, mientras su pija se metía entre mis piernas.

Bueno, bueno, date vuelta y terminemos de una vez, me dijo.

Si es lo que quiero. ¡Terminar! Le dije mientras me ponía en 4 sobre la tumbona y levanté mi culo en pompa para que trabajara sobre mi ojete y el se ubicó atrás y con la pincita me sacaba los pelitos y con los dedos de la otra mano me hurgaba cerca del ano para levantarlos, ¡por Dios, cuanta excitación, que placer!

Cuando estaba en esa posición, miré a Pablo y mi mamá había terminado de rasurarlo y tenía la pija dentro de la boca y le estaba haciendo una mamada mientras con la otra mano le acariciaba lentamente los huevos. Ante semejante espectáculo, no pude resistir más, estiré la mano hacia atrás entre mis piernas, agarré la pija de mi papá y de un solo movimiento me la encaje en la concha hasta el fondo y terminé. Tuve un orgasmo impresionante e hice presión hacia atrás. Miré a Pablo y este estaba mirándome a mí y en ese momento empezó a largar leche sobre los labios de mi mamá que se corrió y varios chijetazos le dieron en la cara y las tetas. Mi Papa, con su pija enterrada hasta los huevos en mi, ni se movía y seguía trabajando en mi ojete. A mi me dio muchísima bronca su pasividad, lo miré por arriba del hombro y sonreía sarcásticamente mientras seguía en lo suyo. Mi mamá lo masturbó un poquito a Pablo, mas que masturbada le sacaba el semen con la mano, luego se la metió nuevamente en la boca, y suavemente lo llevó a otra erección. Cuando le pareció que estaba listo, lo montó y lo empezó a cabalgar. Era una belleza verla a mi madre, a sus 44 años y con un físico hermoso, cabalgando sobre la verga de mi esposo, mi verga, mientras Pablo le chupaba las tetas y le metía un dedo en el culo. Estuvieron en eso como 10’ y mi mamá tuvo 3 orgasmos cuando Pablo terminó nuevamente, pero ahora dentro de ella. Se quedaron abrazados y se dieron unos besos.

A todo esto mi papá seguía adentro mío, sin moverse, con una erección descomunal por lo dura y trabajando los pelitos de mi ano. Yo estaba re-caliente de nuevo y quería moverme, pero cada vez que lo hacía mi papá me decía, nena, quédate quieta que no te puedo sacar los pelitos. Cuando terminó, tomó un pote de crema, siempre con su pija enterrada en mi concha, y me lo esparció por el ojete y las nalgas para que no me irritara la rasurada y la sacada de pelitos. Cuando estaba en esto, con un dedo me masajeaba el ano y me ponía más crema y me la empujaba para adentro, me dijo, parece que a esto ya lo estrenaron antes. - Y si, con Pablo habitualmente tenemos sexo anal y nos encanta. Él es muy dulce para hacerlo y jamás me hizo doler -.

Papá seguía con su dedo en la roseta de mi ano y en una de esas me metió un dedo hasta el fondo y yo largué un gemido. Entonces no aguanté más y de un movimiento, tomé su verga, la saqué de mi concha, la apoyé en la puerta del ojete y empujé para atrás. Cuando entró la cabeza, se me escapó un gritito, pero al minuto de quedarme quieta empecé a empujar sostenidamente hasta que sus grandes bolas chocaron contra mi concha y tuve el orgasmo más grande que recuerde de mi vida, con gritos, estertores, casi convulsiones.

Cuando estaba en eso, sentí la leche de mi padre en mi culo, sus bramidos de placer y sus gemidos de felicidad. Cuando nos aquietamos un poco, me la saqué lentamente y me di vuelta. Mi mamá estaba al lado de mi papá besándolo y Pablo estaba al lado mío con una sonrisa de oreja a oreja.

Mi mamá dijo, chicos, ¿se dan cuenta por que estábamos reticentes a que vinieran? Teníamos miedo y deseo que esto pasara y no les gustara. Pero parece que si, entonces, disfrutemos estas vacaciones y disfrutémonos nosotros.

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