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Mi dulce maestra de artes (parte III)

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Hola ya había narrado en las otras ediciones como conocí a Dulce y hasta donde ya habíamos llegado.

Las cosos se pusieron más calientes, recuerdo que en un festival por la mañana, si no mal recuerdo de día de las madres, ella llevó un vestido rojo hasta las rodillas, como siempre durante ese ciclo escolar nos ponían juntos, yo para ayudarla con la edición de la música y checar el audio del festival y ella como organizaba todo pues estar atenta a los grupos que entran y salen.

Ese día, estando en ese glorioso pasillo, entre las pausas y con eso que estábamos escondidos me pasaba de mano larga, acariciándole las nalgas, ella no decía nada solo sonreía, le pasaba mi dedo por su culito, sentía como le gustaba y me decía estate quieto nos van a ver, pero no me detuve, en una de esas, estando arrinconado en la pared, hizo lo mismo con la intensión que yo la garrara bien, eso hice, le agarre el culito, fuerte, con el más intenso morbo, pasando una y otra vez mi dedo entre sus nalgas.

Se separó de la pared y siguió con su encomienda. Yo, entre que se ponía frente a mí y me miraba ponía de manera disimulada mi dedo en mi poca, saboreando el aroma y sabor de su hermoso y sabroso trasero, déjenme decirles que olía hermoso, usaba un perfume agradable que no sé porque hasta ahí se sentía ese aroma excitante. Creo aplicaba esa frase, en el cuello por si me besa, en los brazos y torso por si me abraza y en la panochita y culito por si se pasa, y déjeme comentarles que siempre me pasaba, pero a ella le gustaba, es más así como ella en la intimidad me llamaba perro, yo la podía llamar mi zorra y puta…

Terminando el festival, nos dispusimos todos los compañeros a recoger todo, por lo que ella estaba llevando a la biblioteca algunos premios para las mamás, que habían quedado, como eran muchos la ayude a llevarlos. Cuando llegamos ahí, ella parada y con todos los objetos en sus manos me dijo- cielo me ayudas? yo le dije claro- intente agarrar lo que tenía en sus manos y me dijo, no seas tontito, hace rato que me estuviste excitando tanto amor, me estuviste manoseando, metiéndome el cachetero en toda mi rajita y mi trasero, así que te toca sacármelo, asentó lo que tenía en sus mano y se dispuso a disfrutar el momento.

Le levante la falda que era corta, sencilla y holgadita, recorrí sus piernas con mis manos hasta llegar a sus nalgas, estaba realmente mojada, con el cachetero dentro su culo, bien metido y que decir de su conchita, aquella cuquita parecía que estaba amordazada con la parte frontal de la ropa interior; era de encaje, calado, de color rojo, me excitaba tanto, metí mis dedos entre esos labios carnosos y rosaditos, estaban tan mojado que resbalaban hasta dentro, la empecé a dedear, gemía en silencio, ahogando su alarido, separe la ropa de su piel por delante y atrás.

Sin quitársela saque mi verga y la puse entre sus piernas, frotando mi pija entre sus panocha, ambos escurríamos de placer, la envestía fuerte pero sin penetrarla, entonces escuchamos voces, así que nos separamos, yo fui a ver qué pasaba, era en conserje que hablaba con otro compañero, le dije están cerca, así que me dijo, pues ni modo mi perro otro día terminamos, así que le acomode el cachetero la baje la falda, nos dimos un beso y salimos.

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