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Una boda muy especial

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Todo sucedió en el verano del 2017.

Mi madre y yo fuimos invitados a la boda de un familiar.

Mi madre es viuda y yo estoy divorciado. Los dos vivimos juntos, solos ella y yo al ser hijo único.

Yo tengo 52 años y ella 76 años muy bien llevados.

Mi madre es una mujer muy guapa y no le faltan pretendientes aunque no les hace caso, dice que no le apetece amarrarse a ningún hombre otra vez.

Sus tetas son grandes y puestas en su sitio, la cuelgan un poco pero se las nota que están duras.

Su culo no demasiado grande es muy llamativo y su cuerpo todavía define la bonita figura que siempre tuvo.

Yo me fijo mucho en ella, me atrae sexualmente aunque sea mi madre.

La boda era en otra provincia y reservamos una habitación en el mismo hotel para pasar la noche y volvernos al día siguiente.

Ya teníamos comprado todo para la boda, sólo faltaba que ella fuera a la peluquería antes de partir de viaje.

La tarde anterior a la boda mi madre me pidió que la llevará al centro comercial para comprarse un conjunto de ropa interior acorde al vestido que llevaría.

En la tienda de lencería mi madre me pidió mi opinión.

*hijo, dime qué conjunto de braga y sujetador te gustaría que me comprara. Cual creés que me quedaría mejor?, dame tu opinión como hombre.

*De acuerdo mami, como hombre yo compraría este de aquí. Es un conjunto muy sexi y provocativo para cualquier hombre.

*¿Y por qué te parece sexi y provocativo?, piensa que tengo 76 años y no soy tan joven.

*Ya lo sé, pero eres una mujer preciosa y te quedaría muy bien. Es fino, con transparencias, el sujetador deja entrever los pezones y la braguita transparenta el vello púbico, todo eso a mí como hombre me excita muchísimo en una mujer.

*Pero hijo, que soy tu madre, me vas a sonrojar, jijiji.

*Jaja, pero ahora te lo digo como mujer que eres, te imagino con ello puesto y me pongo cachondo, me encanta este mami, cómpralo.

*Pero que cosas me dices hijo, me siento alagada. Está bien, compraré este, la verdad es que también me gusta.

A la mañana siguiente antes de salir de viaje mi madre llegó de la peluquería. Yo había ido dos días antes.

Teníamos todo preparado para pasar la noche fuera de casa.

*¿Qué tal estoy?, ¿te gusta?

Estaba guapísima, llevaba un recogido dejando todo su cuello a la vista, muy bien maquillada, me sorprendió.

*Estas preciosa mami, llamas la atención de lo guapa que eres, tengo ganas de verte con el vestido puesto.

*Gracias hijo, me encanta que me digas cosas bonitas. Ahora vamos a vestirnos que tenemos que salir de viaje.

Cada uno en su cuarto empezamos a prepararnos. Yo estaba vistiéndome, llevaba puesto el bóxer y la camisa solamente cuando me llamo mi madre. ¿Puedes venir un momento?

Entré en su cuarto y la vi con la ropa interior que compró la tarde anterior.

Como yo le dije, sus oscuros pezones se transparentaban y marcaban en el fino sujetador, su vello púbico se veía a través de su braguita que marcaba la raja de su vagina.

Mi polla empezó a palpitar, creciendo y abultando mi bóxer.

*¿Qué te parece el conjunto, te gusta, me queda bien? ¿No crees que es un poco provocativo para una mujer de mi edad?

*Es precioso mami, te hace muy sexi, me encanta como te queda. Si es provocativo, pero de eso se trata, si no fueras mi madre no sé qué te haría.

*Hijoooo! que me sonrojo, que te noto el bóxer abultado, que no quiero provocarte, a ver si me voy a poner cachonda yo también, jijiji. Me encantan las cosas que me dices.

Vamos a terminar de vestirnos para irnos ya, la boda es a las siete de la tarde y quiero llegar con tiempo.

Vestidos y preparados los dos nos miramos el uno al otro.

*Estas guapísimo hijo, menudo acompañante que tengo, si no fuera tu madre no sé lo que te haría. -Jajaja.

*-Jajaja, eso mismo te lo he dicho yo antes, no vale, dime otra cosa.

No dijo nada, se acercó a mi cara y me besó en los labios, su mano suavemente acarició mi paquete por un instante.

*¿Te vale esto? Jaja.

Me vale, dije mientras toqué sus tetas y la devolví el beso.

Llegamos a la ceremonia, mi madre agarraba mi brazo, saludamos a la familia y conocidos.

Los hombres miraban a mi madre y las mujeres a mí, diciendo lo guapos que estábamos, cosa que nos agradaba a los dos.

*¿Ves cómo tengo razón mami?, si yo te digo que estás buenísima por algo es.

Estoy mirando a todas las mujeres y si me dieran a elegir me quedaría contigo.

*Jaja, tú también estás buenísimo hijo, yo también me quedo contigo.

En la cena nos divertíamos, lo pasábamos muy bien. Ni mi madre ni yo solemos beber vino, pero esta vez fue una excepción.

Cuando empezó el baile, los dos teníamos ya un puntillo agradable, no parábamos de reír y bailar.

Mi madre tenía cola de pretendientes para bailar con ella, yo no tantas como ella pero no me importaba.

Después de dos horas de baile y unos cuantos gin-tonics yo estaba desinhibido totalmente.

Busqué a mi madre para bailar con ella cosa que me agradeció.

*Menos mal que has venido, estoy harta de aguantar a todos estos, que pesados, no paran de tirarme los tejos, vamos a tomar una copa tú y yo tranquilamente.

Pedimos un par de gin-tonics, mi madre estaba ya bastante alegre, me agarró por la cintura y yo por encima de su hombro acariciaba su espalda.

*Es normal que tengas tantos hombres revoloteando a tu alrededor, eres muy atractiva y hace que todos los hombres te deseemos.

*¿Te deseemos? tu también te incluyes hijo? -Jajaja que soy tu madre.

*Si, yo también me incluyo, jaja. Es que estás buenísima mami y verte esta mañana en ropa interior me puso muy cachondo, ya viste la erección que me provocaste.

Entre las copas que me he tomado y lo cachondo que me pones, te cogía ahora mismo y te pondría mirando para cuenca. -Jajaja.

*Vaya, vaya contigo, ¿sabes que lo que me dices me hace sentirme deseada?, es muy agradable y me estás poniendo un poquito cachonda también, Jaja. Será por el alcohol y por lo buenísimo que estás tú también.

Te lo digo como mujer, no como tú madre.

Vamos a echar un baile juntos tu y yo a ver si se nos pasa el calentón, ¿te apetece hijo?

*Si mami, me apetece bailar contigo, así puedo deleitarme de este bomboncito que tengo como madre.

La acaricie el culo, ella hizo lo mismo y nos fuimos a bailar.

Bailando, los dos nos mirábamos sonrientes, nuestros cuerpos se juntaban y separaban al ritmo de la música.

Nos agarrábamos el uno al otro, sintiendo un deseo mutuo que crecía poco a poco.

Después de un rato bailando decidimos salir a los jardines del hotel para tomar el aire. A los nos hacía falta, estábamos cansados y un poco mareados por la bebida.

Mi madre se apoyó en la barandilla de un estanque y yo a su lado. No estaba muy iluminado, era bastante íntimo.

La noche era un poco fresca, me di cuenta que mi madre tenía un poco de frío, le puse mi chaqueta tapando su espalda y me coloque detrás de ella abrazándola.

*Gracias hijo, que sensación más agradable, que calorcito, como me gusta sentirte junto a mí.

Creo que bebí demasiado, abrázame un poco más fuerte y pégate a mí.

La estreché entre mis brazos colocando mi paquete en su culo, con mi cara pegada a la suya, sentía su olor, viendo su escote abultado por sus tetas.

Mi polla se puso dura, ella lo notó y presiono mucho más su culo contra mí.

Comencé besándola en la mejilla y poco a poco mi boca recorría su cuello mordisqueándolo.

Nuestra respiración se aceleró, sus labios buscaron los míos y nos fundimos en un beso corto pero lleno de deseo.

Recoloco sus glúteos buscando el máximo contacto de mi polla, yo presioné más fuerte para que sintiera toda la dureza que me provocaba.

Mis manos agarraron sus tetas apretándolas y masajeándolas. Los dos empezamos a gemir suavemente de excitación.

*No te imaginas lo excitado que estoy mami, que seas mi madre me hace desearte aún más, verte excitada me vuelve loco, quiero hacerte el amor está noche, que disfrutemos, que gocemos los dos juntos como madre e hijo, olvidemos los tabús, esto quedará entre tú y yo, no lo sabrá nadie.

*Siiii, quiero que me hagas el amor, quiero gozar contigo hijo mío, estoy excitadísima, tengo la braguita empapada por tu culpa, tócala y verás.

Levanté ligeramente su falda e introduje mi mano en su entrepierna, estaba muy húmeda, sus jugos mojaban su braguita, sus medias y parte de sus muslos.

Con mi mano apreté su vagina y comencé acariciar suavemente sus labios vaginales presionando su clitorix con un dedo. Quería que tuviera un orgasmo ahí mismo, el cual no tardó mucho en llegar.

*Ummm, que gusto me das, ahhhh. Hijooo, me voy a correr”.

Se corrió escondiendo su boca entre mi cuello, amortiguando sus gemidos de placer, retorciéndose entre mis brazos.

Saque mi mano empapada y me la llevé a la boca oliendo y saboreando su coño.

Me cogió la mano y la metió en su boca haciendo lo mismo. *Ummm, el sabor de mi coño me excita mucho, ummm, me dijo.

*Pues quiero que sabores mi polla también mami, subamos ya a la habitación.

Ella entró al baile y se despidió mientras yo me quedé fuera bajando un poco mi erección.

En el ascensor mi madre me masajeaba la polla mientras me besaba muy excitada.

Ya en la habitación directamente nos desnudamos, los pezones oscuros y erectos resaltaban en sus blancas tetas, su húmedo vello púbico un poco canoso, se escondía entre su vagina marcando la raja del coño.

Sin quitar la vista de mi erecta polla de sentó en la cama, su cara quedó a la altura de mi polla, la agarró y empezó a menearla mientras mis dedos acariciaban sus pezones.

*Que dura la tienes, ahhh, como me pones, estoy muy caliente hijo, te la voy a chupar para que te corras en mi boca y saborear tu semen.

La mamada y la imagen de mi madre metiendo y sacando la polla en su boca me provocó un orgasmo con una potente eyaculación que hizo gemir a mi madre cuando sintió mi semen caliente en su boca, tragando todo lo que podía.

*Que rico sabes, ummm, que ricooo.

Mientras me recuperaba del orgasmo la tumbe y abriéndola las piernas comencé a lamer su coño húmedo y muy caliente, saboreando y oliendo sus jugos vaginales.

Mi lengua se centró en el clítoris, apretaba su pelvis contra mi boca gimiendo al ritmo de mis lametadas, mis manos agarraban sus tetas, mis dedos acariciaban sus duros pezones.

Su cuerpo se tensó y se corrió en mi boca gritando de placer.

Mi lengua recorrió todo su coño sorbiendo los jugos que emanaron de él.

Mi polla estaba tiesa de nuevo, me coloque encima y penetré sin esfuerzo su lubricada vagina.

Nos besábamos profundamente saboreando la mezcla de sabores.

Mi polla golpeaba el fondo de su vagina una y otra vez, sentía el calor de su coño encharcado.

Nuestros jadeos se aceleraron cada vez más, mis embestidas cada vez más potentes nos hacían gozar y gritar de placer, nuestros orgasmos se acercaban.

*Mamiii, ahhhh, que gusto me das, que caliente tienes el coñito mami, que placer.

Como me gusta follarte, ¿te gusta cómo te folla tu hijo? me voy a correr mamiii, me corrooo.

*Siiiii, me encanta que me folles hijo, folla a tu madre, te deseo, ahhhh, siiii, que gustooo, me corro también, me corrooo.

Nos corrimos a la vez, mi madre clavó sus uñas en mi espalda mordiendo mi hombro, mi boca chupaba su duro pezón y mis dedos pellizcaron el otro haciéndola gritar de gusto.

Extenuados los dos, nos arropamos y abrazamos. No tardamos mucho en quedarnos dormidos.

A la mañana siguiente nos duchamos los dos juntos e hicimos el amor en la ducha.

Mi madre y yo seguimos follando sin ningún remordimiento.

El hecho de ser madre e hijo nos da mucho morbo y hace más placentera nuestra relación.

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