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De crucero con mis compañeros de trabajo

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Mis compañeros de trabajo y yo decidimos hacer un crucero por el mediterráneo estas vacaciones. Nos gustaba la idea de pasar las vacaciones en un barco. A mí sobre todo. La idea de tener a algunos de ellos durmiendo cerca de mi me excitaba. Ya me masturbé pensando en ello antes de partir. No podía dejar de pensar en que una noche alguno de ellos entraría en mi cuarto mientras dormía y me desnudaría de pies a cabeza sin yo enterarme. Se metería en mi cama y me chuparía el coño hasta hacerme despertar cachonda perdida. Seguiría chupándome después los pezones hasta conseguir metérmela y correrse dentro de mí.

Nos tocó a todos en el mismo pasillo, en diferentes habitaciones. Cada habitación era de dos personas. Para hacer la estancia más entretenida mezclamos chicas y chicos mediante un sorteo. A mí me tocó con Jose. Era una oportunidad única para poder tirármelo. Me atraía su forma de ser y tenía la percepción de que yo también le atraía de algún modo.  Como había más chicos que chicas, algunos de ellos no tuvieron más remedio que dormir juntos. Este era el caso de Xavi, que a mi parecer, no estaba contento de que María durmiera con Arturo. Pero se tuvo que conformar con compartir habitación con Antonio.

Una vez hecho el sorteo, cada uno nos fuimos a nuestra habitación respectiva a dejar las maletas y a prepararnos para esa misma tarde. Se organizaba una fiesta de bienvenida en el crucero.  Habría música, alcohol y risas a lo largo de la tarde-noche, lo típico de cualquier fiesta.

Ya en la habitación Jose se fue a la ducha. Yo no podía dejar de imaginar el agua corriéndole por todo su cuerpo desnudo sin antes excitarme. Estaba tan metida en mis pensamientos que no me enteré en el momento en el que salió de la ducha con la toalla en la cintura. Yo estaba sentada al borde de mi cama. Cuando le miré, creo que se adueñó de mis pensamientos, porque se me acercó  y poniéndose delante de mí se quitó la toalla dejándome ver su polla empalmada delante de mi cara. No pude hacer otra cosa que chupársela mientras la notaba cada vez más dura dentro de mi boca, hasta que terminó corriéndose. Yo estaba excitadísima, pero no me corrí, así que me vestí después de aquello y salimos los dos a esperar al resto de nuestros compañeros.

No éramos los únicos que habíamos tenido un encuentro sexual. Una vez que nos metimos entre risas y alcohol, comenzaron las confidencias. Ana se me acercó y me dijo que tenía algo que contarme. Había tenido un encuentro con su compañero de cuarto, Jorge. En este caso todo había comenzado de una manera más sencilla. Se habían sentado los dos en la cama hablando tan normal cuando Ana comenzó a sentirse atraída por él. En un principio no se atrevió a decirle nada a Jorge,  pero al de un rato no pudo resistirlo más y le besó. Un beso largo y apasionado, sus lenguas se juntaron mezclando la saliva de ambos, y un escalofrío recorrió el cuerpo de Ana. Tenía ganas de follárselo, pero se contuvo, pensó que la fiesta sería un lugar propicio para seguir con lo que habían comenzado en la habitación.

Jorge por su parte estaba muy cachondo después de aquel beso con Ana, no es que Ana le gustara especialmente, solo sentía deseos de meterla en caliente con quien fuera. Y si Ana se ponía a tiro, no iba a poner ningún tipo de resistencia.

Y siguiendo con las confidencias de la fiesta, María nos confesó a Amanda y a mí su secreto. Se había tirado a Arturo en la habitación. Nunca en la vida pensó que aquello pasaría, pero resulta que así fue. Se desnudaron mutuamente, se besaron, se acariciaron encima de la cama. Arturo le quitó las bragas y se la metió suavemente mientras le chupaba el cuello, los pezones… Ella se estremecía entre sus brazos… Jugaron al juego de meterla y sacarla lentamente, su coño emanaba flujo por todas partes… Él bajó hasta su coño para chupárselo más aun mientras notaba como se excitaba y de su polla salían pequeños  chorritos de semen. Ella notaba la lengua de él una y otra y otra vez sobre su coño mojado, no quería correrse tan pronto, quería correrse con la polla de Arturo dentro. Arturo se masturbaba mientras se lo chupaba. Oirla jadear le ponía a mil. No aguantaba más y quería correrse dentro de ella. Le pidió que se pusiera encima de él. Ella le montó y comenzó a moverse como si estuviera siguiendo el ritmo de un baile. Notaba como sus tetas le iban a estallar de placer bajo las manos de Arturo. Cuando él le avisó de que se corría, ella se corrió con él queando exhausta de placer.

Cuando terminó su confesión, Amanda comenzó con la suya. ¡No me lo podía creer, todo el mundo, o casi todo el mundo había tenido algún encuentro sexual!  Pensé que su compañero de habitación, Roberto, habría tenido algo que ver, pero cual fue mi sorpresa cuando empezó a contar su historia, y su amante había sido Xavi. Al de un rato de estar en la habitación Amanda se dio cuenta de que le faltaba el abrigo y pensó que seguramente se le había caído en el pasillo, así que salió en su busca. En ese mismo instante Xavi salió por la puerta de su habitación con intenciones de dar una vuelta por la cubierta del barco antes de prepararse para la fiesta. Estaba enfadado, no le había tocado con María en la habitación y necesitaba despejarse y pensar. Además, había escuchado a través de las paredes como Arturo y María follaban, lo cual le tenía confuso. Estaba dolido, María le gustaba mucho, pero es que además se había puesto cachondo al oír los jadeos de sus compañeros en la habitación contigua. Al ver a Amanda, fue a su encuentro. De repente se fijó en algo en lo que nunca se había fijado, las tetas de Amanda. Quizás era porque ella estaba en camisón y dejaba poco a la imaginación,  los pezones se le transparentaban a través del camisón, quizás era porque estaba cachondo. Amanda se dio cuenta de que Xavi no hacía más que mirarle las tetas, y aquello, lejos de enfurecerle, le gustó. Le gustó tanto que sin mediar palabra deslizó los tirantes de su camisón y se quedó desnuda frente a Xavi. Xavi se agachó para chuparle las tetas, las chupaba, las acariciaba, pellizcaba sus pezones. Se tendieron en el suelo del pasillo. El pasillo estaba desértico, solo quedaba el abrigo de Amanda con el que se taparon a modo de manta. Xavi se puso encima de Amanda y empujó fuerte una y otra vez metiendo su larga polla en el coño de su compañera que emitía pequeños ruidos de placer con miedo de que alguien les oiera. Aquello a Xavi le ponía más cachondo si cabe y no pudo evitar correrse dentro de ella. Los dos se corrieron bajo el abrigo.

Tras las confesiones, ya metidos en la fiesta, me dí cuenta de que Jorge estaba cachondo, yo también me había quedado con las ganas de correrme después de habérsela chupado a Jose. Sabía que Ana tenía sus expectativas puestas en él, pero me dio igual. Me dispuse a bailar con él, con intenciones de acabar con él en una cama. Mientras bailábamos le acariciaba el culo por encima del pantalón, simulando bailar al ritmo de la música. Y el siguió mi juego y comenzó a agarrarme de la cintura, y después más abajo. Comenzó a besarme el cuello, las orejas… Yo solo pensaba en correrme, así que le propuse ir a la cubierta del barco. Él accedió. Una vez allí se sentó en un banco con vistas al mar. Yo me senté encima de él y comenzó a acariciarme el pecho. No podía quitarle el pantalón, pero si abrirle la cremallera. Le saqué la polla y se la chupé durante un buen rato. Después me levanté la falda, aparté mi braga y él hundió su polla en mi coño para empezar a meterla y a sacarla de él una y otra vez. Me corrí con él, noté su líquido dentro de mí y se excitó hasta el último poro de mi cuerpo. Grité de placer y me quedé relajada para volver a la fiesta un poco después. Lo sentí por Ana, ya tendría más suerte la próxima vez.

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