Nuevos relatos publicados: 7

Por error terminé cogiendo con la señora Dora

  • 4
  • 49.579
  • 9,36 (53 Val.)
  • 0

Tengo 28 años y estoy saliendo con Liz hace 9 meses la quiero mucho y ella a mí, ambos estamos en la universidad privada donde a duras penas puedo pagar la pensión trabajando en las noches y estudiando de día gracias a dios me encontré con don Víctor que es el dueño del taller de mecánica de autos donde trabajo y él hizo lo mismo que yo en su juventud por eso se sintió muy identificado conmigo, en cambio Liz no tiene ese problema sus padres tienen buena posición económica.

Liz al inicio me veía con recelo porque no era del grupo de su entorno económico pero una noche la vi varada con su auto descompuesto y yo estaba en el bus el lugar era oscuro y solitario así que bajé unas cuadras más abajo y fui en su auxilio.. Se sorprendió cuando me acerco y me dio las gracias porque me había visto sentado junto a la ventana en el bus y luego de arreglar el auto que tenía un problema con la batería me dijo.

- Hola me llamo Liz. Muchas gracias lo mínimo que puedo hacer es llevarte a tu casa.

Por más que le dije que no era necesario lo hizo, desde ahí nos hicimos amigos y con el tiempo enamorados era muy bella de cabellos castaños y de muy buen cuerpo resaltando sobre todo su trasero que era grande y respingón que luego tuve la fortuna de disfrutar cuando hicimos el amor era una gatita salvaje cuando sentía mi verga penetrarla en todas las poses sólo hasta ahora no aceptó el sexo anal tenía miedo al dolor pero con paciencia todo se logra así que no la forzaba...

El problema sucedió cuando me presento a sus padres se notaba que don Juan venía de una posición humilde al igual que yo y con estudios y buen manejo de su dinero había conseguido una muy buena economía tenía dos empresas que importaban accesorios para computadoras y cuando conversamos le caí bien en cambio su esposa la señora Dora era muy diferente ella quería para Liz un mejor pretendiente que viniera de una familia al igual que ellos...

Así como dice el dicho me masticaba pero no me pasaba su trato era distante y algunas veces hasta ofensiva, pero por el amor a Liz no le daba importancia mientras ella estuviera feliz conmigo lo demás no valía...

Doña Dora era la versión madura de Liz de unos 52 años cabellos castaños de ojos verdes y piel blanca a diferencia de su hija sus senos eran de buen tamaño y de pezones grandes que se lograban notar sobre su ropa y el trasero si era grande y carnoso de 1.72 de estatura al igual que Liz, como no tenía necesidad de trabajar su única responsabilidad era verse bien y complacer a su esposo.

Cuando llegó el día del cumpleaños de Juan había bastante gente donde Dora recibía a los invitados se veía muy hermosa con su vestido rojo que dibujaba su cuerpo maduro bien cuidado con un escote que dejaba ver el canal entre sus ricas tetas, apenas me dirigió el saludo cuando llegue con Liz ella se dio cuenta e iba a decir algo pero le dije que no era el momento no quería echar a perder la fiesta de la su padre. Cuando ya la fiesta estaba en su mejor momento notaba que doña Dora abusaba de la bebida y su esposo también entonces nos miramos con Liz y sabíamos que era nuestra noche para coger bien en su dormitorio.

Cuando ya los invitados se iban retirando se acercó su prima Joanna que venía del extranjero y le dijo que porque no se iban a su casa para seguir con la fiesta pero entre ellos eso me molestó mucho porque tiraba al tacho lo planeado con ella me hice el mareado claro que había tomado pero no quería ir

-Ya pues Liz mira que así nomás no vengo al país además en casa está la tía Elena que no pudo venir a tu casa por su edad. Vamos por favor...

Ella me vio sabía el cariño hacia su tía Elena me había contado cosas buenas de ella cuando era niña, le dije que no había problema que vaya no más que estaba cansado y me iré a dormir a mi casa, acercó su boca a mi oído mientras todos que irían se alistaba...

-Estás loco como te vas a ir a estas horas así como estas tomado. Espérame en mi cuarto cuando ellos se vayan a dormir subes y me esperas.

Continuará...

(9,36)