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Mi nuevo amigo de Internet

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Este es mi primer relato, así que primero me gustaría describirme brevemente.

Tengo 23 años, soy estudiante universitario de último semestre y trabajador de medio tiempo. En lo físico, mido 1.80 m, peso 75 kg, suelo ir al gimnasio con regularidad, y aunque no tengo cuerpo de modelo, me mantengo en forma y, según me han dicho, tengo unas bien torneadas piernas y trasero. En lo sexual, se diría que soy de rol "inter", pero siempre he preferido el de pasivo, aunque nunca le he huido al de activo.

Lo que les contare me sucedió hace aproximadamente 2 años.

Como ya dije, estudio y trabajo, por lo que no tengo mucho tiempo para conocer personas, así que hace dos años decido poner un anuncio en una página web de clasificados. Realmente solo buscaba alguien con quien pasarlo bien, pues de momento estaba centrado en la carrera, pero no tenía mucha esperanza, pues esas páginas están llenas de anuncios. Pero cuán grande fue mi sorpresa cuando apenas un par de días después de colocarlo, recibo una "consulta" (como le llaman en el sitio a los mensajes enviados a un anuncio) que decía: "Hola me llamo Juan (así lo llamare), tengo 40 años, me intereso tu anuncio, yo tengo tiempo y sitio hoy mismo, si te interesa envíame un mensaje 55...". En ese momento no sabía cómo reaccionar, pues si bien era lo que estaba buscando, siempre que se contacta a alguien por internet hay que irse con cuidado, pero gano más la curiosidad y la calentura (y vaya que en ese momento tenía bastante), así que le envié mensaje. Para aumentar mi sorpresa, resulta que estaba muy cerca de mí (como a 10 minutos de mi universidad). Charlamos un poco, luego me envió su ubicación y acordamos vernos en un par de horas muertas que yo tenía entre clases por la tarde.

Por fin llegó la hora en que tenía que salir en camino, y yo tenía varias emociones encontradas, por un lado tenia algún tipo de miedo y pensé en cancelarle ahí mismo y zanjar el asunto, pero por otro lado el pensar en hacerlo me llenada de adrenalina y me impulsaba más a intentarlo, y al final esto, aunado a la calentura y las ganas de tener sexo (pues tenía un buen tiempo sin él) ganaron y me puse en camino.

Me ahorrare el viaje y demás. Pero lo describiré súper rápido. Como dijo, tenía alrededor de 40 años, más pequeño que yo (como 1.70) y un poco de barriga, pero nada grave.

Cuando entramos a su casa yo aún estaba nervioso, pero ansioso, caliente y ya excitado por lo que estaba imaginando que iba a pasar. Me ofreció un vaso de agua y platicamos un rato. Luego pasamos a su cuarto para "ver la tele" sentados en la cama, luego poco a poco empezó a acercase, acariciar mis piernas y mi espalda. Yo ya no aguantaba más y empecé a besarlo súper apasionadamente. Estuvimos así un par de minutos, luego él se levantó y yo tras él y nos besamos ya de pie, entonces el empezó a desvestirme, primero la playera, luego yo mismo me quite los zapatos y el pantalón hasta quedar solo en bóxer. Seguimos besándonos y el empezó a masajearme el trasero, lo cual me prendía aún más, pero todo llego a su clímax cuando, por encima del bóxer, separo mis nalgas y empezó a masajear la entrada de mi ano con un dedo, eso fue la locura, lo estaba disfrutando mucho, en automático fui en busca de su pene con mis manos, no me fue nada difícil encontrarlo, pues para ese momento también él tenía ya una vigorosa erección. Empecé a desabrochar su pantalón a la par que él se sacaba la playera, sin perder tiempo le baje el pantalón y el bóxer de una y al fin pude ver lo que hasta ese momento solo había imaginado. Seguimos besándonos un rato más, a la par que el seguía masajeando mi ano, ahora ya por debajo del bóxer, y yo lo masturbaba suavemente.

Luego me hizo recostar en la cama y comenzó a besarme todo el cuerpo, haciendo especial hincapié en mis pezones, lo cual a mí me ponía aún más excitado. Después empezó a hacerme sexo oral, el cual yo disfrute sin recato. Acto seguido me hizo dar la vuelta para quedar, según me dijo el, "con la cola al aire" y empezó a darme un increíble "beso negro", para ese momento yo ya solo me limitaba a disfrutar sin más, mientras tanto el seguía dilatando mi ano usando su lengua y sus dedos, hasta que por fin me dijo que quería penetrarme, momento que yo llevaba ya un rato aguardando con impaciencia.

Así que tomo un condón de su buro y me ofreció un poco de lubricante. Primero intentamos, yo acostado, el sobre mí y mis piernas en sus hombros, pero era muy difícil, pues su pene es un poco grueso y esa posición me causaba dolor al penetrar, así que cambiamos sitio, él se acostó y yo me "senté" en su pene, al principio fue doloroso, pero ya no estaba dispuesto a arrepentirme, quería sentirlo dentro, así que solo soporte el dolor y poco a poco fue desapareciendo, a la par que yo comenzaba a "cabalgarlo", primero despacio, con cuidado y con movimientos cortos y conforme mi cuerpo se acostumbraba, más rápido y con movimientos más largos, buscando que la penetración fuera más profunda (me gusta sentirlo así). Estuvimos cogiendo así por un rato (cabe señalar que esta es de mis posiciones favoritas), luego regresamos a la primera, pero esta vez la penetración fue sin problema, pues mi ano ya estaba totalmente acostumbrado a él, esta fue una parte muy excitante, pues mientras me penetraba, con una mano me masturbaba a la par de besarnos, yo estaba disfrutándolo tanto, que por momentos ya no tenía ni la capacidad de seguir besándolo, pues solo podía gemir por el placer que estaba sintiendo. Igualmente estuvimos así un rato, y luego sucedió la que ahora es mi parte favorita de ese gran día: se incorporó, tomo mis tobillos y los empujo, haciendo que mi trasero se elevara, y luego empezó a penetrarme suavemente, pero el ángulo que había logrado con este movimiento fue tan perfecto, que cuando comenzó a penetrarme fui presa de un placer que, sinceramente, no había sentido antes, a cada embestida mi cuerpo se estremecía de placer, no quería que acabara nunca y él se dio cuenta de cuanto lo estaba disfrutando, pues empezó a aumentar la velocidad de las envestidas, yo no podía parar de gemir y estremecerme, y justo cuando pensé que no podía ser mejor tomo mis tobillos, los junto y yo llegue al paraíso, en esa posición la fricción era mayor al igual que mi placer, yo no podía hacer otra cosa más que gemir y pedirle que no parase, quería que me cogiera así por siempre. Después de un rato, intentamos una nueva posición, esta vez me puso a cuatro patas en la orilla de la cama, para ese momento yo ya estaba totalmente a su merced, me tomo de la cadera y empezó a darme embestida tras embestida, luego, con su mano izquierda me tomo del cuello para hacerme levantar, mientras con su mano derecha empezaba a masturbarme, fue una sensación increíble el sentir como me penetraba a la vez que me masturbaba, lo disfrute tanto que me hizo terminar en el orgasmo más intenso que he tenido jamás, perdí totalmente el control de mí, me convulsionaba como si me estuvieran dando shoks eléctricos y, según el mismo me conto después, gemía descontroladamente. Después de esto, yo estaba tan extasiado y fatigado que solo me deje caer en la cama, mientras el seguía cogiéndome hasta que el también termino.

Me habría encantado seguir con él y repetirlo en cuanto ambos nos recuperáramos, desafortunadamente tenía que volver a la universidad, así que nos limpiamos, me vestí y me dispuse a irme, no sin antes agradecerle la experiencia con un buen beso.

Esa fue la primera, de varias increíbles veces, que estuve con "Juan".

Espero les haya gustado. Si es así, háganmelo saber, para contarles las siguientes ocasiones y también sobre otro amigo que encontré por ese mismo anuncio.

(9,20)