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La barbería de Julia (Primer cliente)

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Julia, una mujer de 53 años, con un rostro amable y dulce sonrisa, baja estatura, cabello castaño que llega a sus hombros, ojos negros y un poco rellenita decide cambiar su vida.

Desde que terminase su divorcio Julia había pasado por muchas cosas para obtener lo que le correspondía en la corte, estaban 2 casas y 3 autos de por medio, y al menos la mitad de todo eso le correspondía a ella, pues si bien nunca había trabajado, en el hogar todo estaba en perfecto estado, sus hijos habían sido criados de la mejor manera, y ya a estas alturas todos se habían graduado de la universidad, la mayor Alejandra era arquitecta, Héctor el del medio era abogado y el menor, Fabián, recién había conseguido su título de ingeniero industrial.

Aún así Javier se negaba a darle mérito a su ex esposa Julia, aunque muy en el fondo sabía que tenía razón.

Finalmente la corte decidió y Julia recibió uno de los autos y una de las propiedades, en específico una casita que estaba al centro de la ciudad, un poco descuidada pero bastante bien ubicada.

Sus hijos la estaban ayudando en todo lo que podían, y aunque no le hacía falta nada, la señora se pasaba el día muy aburrida y sin nada que hacer.

Julia decidió entonces hacer algo que nunca se le había ocurrido; trabajar.

Su madre era barbera y por ende ella entendía y sabía cómo hacer todo ese proceso.

Al principio se rió de su tonta idea pero más tarde ese día, viéndose al espejo y reflexionando aceptó su propia idea y continuó con ella.

Todo el papeleo era agotador había que preparar muchas cosas a pesar de que sólo era para abrir un pequeño salón en la sala de su casa, más sin embargo Julia estaba determinada a llegar hasta el final.

Dos meses más tarde todo estaba listo y sus hijos fueron a celebrar la innaguracion del pequeño recinto.

Alejandra: Que bien mamá, lo has hecho - dijo abrazándola-.

Héctor: Espero que todo te salga de maravilla.

Alejandra: Cuando te hagas famosa habrá que remodelar el lugar, de seguro este lugar se pondrá a reventar.

Fabián: Eso dalo por hecho.

Julia: Gracias chicos, pero no creo que eso pase, incluso puede que todo esto sólo haya sido una pérdida de tiempo.

Héctor: No digas eso mamá, ya verás como te va de maravilla.

Julia: Gracias a todos.

Al principio la sala se encontraba vacía, demasiado vacía, en especial para un recinto que tenía un aviso y se encontraba en medio de la ciudad.

Aproximadamente pasaron 2 meses antes de que algo sucediera.

Esa tarde Julia se resignó una vez más y saliendo del pequeño salón, se fue a su habitación.

Julia: Supongo que nada pasará, de nuevo. Que hombre va a querer venir a casa de esta vieja.

Julia se miró al espejo mientras se desvestia y se ponía ropa cómoda para estar en casa y notó de inmediato todo lo que despreciaba de si misma: su altura, sus rollitos en el abdomen, sus tetas enormes y su abultado trasero, era "asqueroso" según ella, evitando seguir viéndose a si misma, se colocó rápido una bata que la cubría hasta las rodillas y se dispuso a ver televisión en silencio nuevamente.

Pasando entre los canales encontró una película pornográfica, la cual la sorprendió terriblemente, sobre todo por la hora pues no eran más de las 3pm, llegando entonces a la conclusión de que era un canal específicamente para adultos.

En la escena un hombre de unos 25 años lamia y chupaba ávidamente el coño de una muchacha más o menos de la misma edad.

Esa imagen la excitó bastante y al poco tiempo estaba acariciando su coño por encima de sus panties, le era emocionante ver esta escena pero triste también recordar que hace tiempo ya nadie la tocaba.

Con el pasar de los minutos la masturbacion se volvió más fuerte al punto de que julia estaba lamiendo sus labios suavemente y gimiendo y fue entonces que se oyó desde el frente de su casa:

- Señora, ¿Hay alguien ahí?, Me han dicho que aquí hay una barbería. Señora.

Poco después el visitante notó el timbre de la casa y lo hizo sonar.

Julia que fue despertada de su sueño erótico salió corriendo al baño para arreglarse rápidamente y recibir a su primer cliente.

- Espere un segundo por favor - gritaba desde adentro-.

A pesar de que la emocionaba saber, que al fin alguien venía a ser atendido en su salón, estaba levemente molesta porque su sesión de masturbacion había sido interrumpida, pues era la primera que ocurría desde hace varios años.

Finalmente Julia salió a recibir al cliente sin siquiera tomar en cuenta que aún llevaba sólo una bata como prenda.

- Buenas tardes señora - dijo el muchacho-.

- Buenas tardes joven, disculpe la tardanza y pase adelante.

Julia observó de arriba a abajo al chico que parecía tener unos 30 años de edad, alto, atlético, tez morena, tenía pelo corto pero una barba muy larga y descuidada, la cual lo hacía lucir como un hippie a su parecer.

Sin embargo, sus ojos verdes y su amable rostro lo hacian verse atractivo.

- Perdone la molestia, señora. Mi nombre es Andrés y vengo con mucha urgencia.

- Oh no no para nada, disculpe usted, estaba un poco distraída. Mucho gusto Andrés, soy Julia.

- Verá, hoy en la noche tengo una cita, y pues había decidido que mi barba estaba perfecta y que me haría lucir interesante, pero estoy dudando...

- Pues si ya está decidido, puedo ayudarle y quitarle esa horrible montaña de pelo que lleva usted.

- Que honesta - rió- bueno me pongo en sus manos.

Julia condujo al caballero a su salón y lo sentó en una silla frente a un espejo.

La sala estaba solo ocupada por la silla, un espejo frente a esta y 3 sillas más alrededor.

- Vaya este lugar parece un poco vacío- comentó Andrés-.

- Si, sucede que sólo hasta hace dos meses establecí este recinto, la verdad es que eres mi primer cliente - respondió Julia, que se encontraba ya justo detrás del chico y dispuesta a comenzar la labor-.

- Pues entonces que espera, señora Julia, mi barba es toda suya-.

- Pensé que saldrías corriendo - rió Julia-.

- Para nada, algo me dice en su rostro que es usted muy buena en esto.

Julia comenzó su labor sin decir nada más y con mucho cuidado y cariño se encargaba de hacer que la barba de este joven quedara perfecta.

Mientras iba avanzando notó que el joven era en serio muy guapo y más de una vez se lo quedó mirando.

- ¿Como estoy quedando?

- Pues déjame decirte que de seguro enamoras a la chica que se te atraviese.

Julia continuó el trabajo y fue cuando unas tijeras cayeron justo frente al asiento y se dobló a recogerla que notó que Andrés estaba más que satisfecho.

En el pantalón del chico se marcaba claramente un instrumento muy potente el cual al ser observado por Julia esta no pudo más que suspirar.

- ¿Ocurre algo?

- Oh no no no Andrés - dijo sin levantarse, aún mirando aquella pieza-.

- ¿Que mira señora Julia?

- Yo, Yo, perdone perdone, es que...- dijo levantándose-.

- Oh. Ya ya me queda claro, disculpeme usted, yo no pensé que lo notaría.

- Es difícil no verlo

- Si...Yo... eh

- Ya ya, tranquilo joven, seguro que la cita lo tiene más emocionado de lo normal.

- Pues ni tanto

- ¿Como que no? -dijo riendo- ¿acaso no se da cuenta?

- Si lo noté, es que no es la cita la que me ha puesto así.

- ¿Entonces jovencito? Que le sucede.

- Pues me sucede usted.

Julia se quedó atónita, su boca se quedó cerrada, su mirada no parecía expresar nada, y simplemente se dedicó a seguir su trabajo de la forma más mecánica posible.

A los 15 minutos, ya Andrés estaba listo para la cita, y junto al pagar le ofreció disculpas a Julia.

- Discúlpeme señora Julia, no debí decir nada, perdone fue una falta de respeto.

- No no, no me ofende joven, es que ya esas cosas así quedaron en el pasado para mi, ¿entiende? He quedado impactada cuando dijo que semejante problema se debía a mi.

- Pues pero, ¿por qué?

- Es que no sé ya ni como solucionar esos problemas, soy una vieja divorciada, mi tiempo pasó.

- Señora no diga eso, usted está de maravilla, es muy activa, conversadora y atenta.

- Gracias joven, lo abrazaría pero me da miedo causarle de nuevo el mismo problema.

- Jeje no se preocupe que no ha desaparecido.

Julia miró hacia abajo instintivamente y se quedó sorprendida.

- Que aguante muchacho, la juventud es algo espléndido.

Pero en serio, ¿como te pones asi por una vieja tonta?

- Doña Julia no diga eso, ni me pregunte eso, sólo se que pasó esto. - dijo acariciando su entrepierna- es que con esas fechas se le hizo hasta más sencillo-.

Fue entonces que Julia notó que sólo traía su bata de hace un rato, sus pezones se veían claramente a través de la tela, sus piernas resaltaban y una vez se doblaba todo quedaba al aire.

- Dios mío, estoy loca, no lo noté.

- No se preocupe jeje.

- Ay deja de ser tan pícaro eh, esto no debió pasar.

- No ha pasado nada aún doña.

- Si, si pasó, me tienes mirándote la entrepierna, como hipnotizad estoy.

- No se apene, venga y vea mejor.

- Que no!! Ay joven, por favor- dijo con miedo-.

- Julia es usted maravillosa, por favor venga acá.

Entonces poco a poco se acercaron sus cuerpos, Julia se dejó llevar en los ojos de Andrés y pronto estaban de nuevo en la silla de peluquería, cada quien en sus posiciones correspondientes, el sentado, y ella arrodillada frente a él.

Andrés no sé contuvo y abrió la cremallera dejando libre su verga de 18cm bien tiesa, ante la cual Julia no pudo hacer más que suspirar.

Viendo semejante manjar a escasos centímetros suyos, Julia no paraba de relamer sus labios y Andrés que no perdía tiempo comenzó a pajearse para provocar a su víctima

Cubriendo con su mano toda la verga inició una jalada muy lenta que lo hacía también suspirar y gemir, al pasar unos dos minutos, Julia comenzó a sobar sus tetas y a pellizcar sus pezones mientras observaba el espectáculo.

Andrés la llamó para que se levantara y una vez la tuvo cerca se decidió a tomar sus tetas y chuparselas.

- Oh, que rico, Mmm ha pasado mucho desde la última vez - dijo Julia-.

Andrés continuó su labor y concentrándose bien en ese par de tetas comenzó a darles mordisquitos que enviaban una corriente de placer por todo el cuerpo de esa madurita.

- Oh oh ooooh coño, siiiii.

Poco después intercambiaron lugares y mientras se sentaba Andrés le quitó la bata y se fue directo al coño de Julia.

Un coño bastante peludo, con sabor y olor, embriagador y bien gordito, esto último le hacía mucha gracia, y a la vez lo excitaba pss se veía muy tragón.

Pronto se encontraba Andrés chupando y metiendo dedo a ese coño y Julia no soportó más.

- Me vengo me vengo. Me vengo coño.

Luego de lamer los líquidos de Julia, Andrés espero a que esta recuperará el aliento antes de seguir.

- Julia quiero cogerte- dijo de un momento a otro-.

- Hazlo Andrés, lo deseo.

Andrés tomó nuevamente el asiento, y seguidamente Julia se posicionó encima de él, ensartandose a poco la verga de este, que parecía estar incluso más larga que antes.

- Poco a poco, por favor, Ay Ay que delicia, eres enorme. Ufffff.

- Ve a tu ritmo

Julia comenzó a realizar movimientos leves hacia arriba y hacia abajo, por su parte Andrés chupaba y mordía las tetas de su madura amante, acariciaba su cabello.

De repente Julia se ensarto de golpe y calló el gemido de placer lo más que pudo.

- Oooh si, que rico coño tienes.

Andrés sintió tocar el cielo con esa embestida de Julia y le siguió el ritmo aumentado incluso la intensidad.

- Ay. Ay Andrés, Ay Ay así, uuf si si si, dame duro aaaah si, si.

Julia estaba maravillada y seguía aumentando los saltos encima de la verga de Andrés.

- Asi cariño, uff que rico y calentito está tu coño, Ay ay ay me voy a venir, Ay sii, si si.

- Si, lléname de leche si si, dale uff dale.

Andrés explotó dentro de Julia, dejando su coño lleno de leche y haciendo que este goteara.

- Wuao - dijo él-.

- Uuuf eso fue... -comenzó ella-.

- Genial - terminó él-.

- Quiero más...

Espero les guste esta primera entrega, gracias por leer.

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