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Feliz cumpleaños abuelo Oscar

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Nunca pensé terminar enculada en la verga Oscar el abuelo de mi amiga Male y peor metiéndole los cuernos a Carmen, su abuela quien cuando estábamos de vacaciones en la escuela nos cuidaba y recibía en su casa a las afueras de la ciudad.

Recuerdo que las vacaciones al cuidado de Carmen, eran geniales, ellos siempre tuvieron una cabaña de madera en el fondo de su casa, donde pasábamos todo el tiempo jugando a las doctoras o mamás con Male, Oscar llegaba de trabajar y siempre estaba dispuesto a ser de nuestro paciente.

El encuentro fue todo como una coincidencia o quiero creerlo así, porque me resulta menos morboso.

Oscar cumplía 60 años, y decidió hacer una fiesta grande a la que me invitó, yo desde la muerte de papá que no los veía, aunque siempre tengo los cuentos de Male, que dice y bromea que Oscar desde que se jubiló se ha vuelto el típico veterano canchero que se cuida mucho.

Quede con Male para que me pasara a buscar e ir juntas ya que la casa queda lejos a las afueras de la ciudad. No me produje mucho porque Male me dijo que era muy informal la fiesta, entonces como era una noche de calor me puse una mini y un top escotado y sin sostén con unos lindos aros a tono con las plataformas.

Cuando bajo Male, ya me da la primer señal que algo pasaría, me vio y dijo: "estas divina, se nota que la soltería te tiene encendida, jeje pero mirá que vamos a un cumple de abuelos no creo que pesquemos algo" Riéndome contesté: "jeje mas bien que se dónde vamos... pero quien sabe quizás termino dándole una alegría algunooo jeje" Ella no estaba muy distinta, solo que en vez de mini lleva calzas grises que marcaban sus nalgas.

Llegamos y no había mucha gente 30 personas, pero lo que me impresionó fue Oscar estaba muy bien para su edad nadie diría que cumple 60, pelo y barba cenizado alto como siempre y corpachón, con su pancita pero con un paquete que se destacaba su pantalón de lino.

El me abrazo fuerte, agradeció que estuviéramos y nos piropeó: "Llegaron las más lindas, y sin custodia jeje, miren que son osadas jeje me voy a desmayar ya, para volver hacer su paciente... como salíamos a jugar siempre"

"Jeje custodia para qué, si te tenemos a ti para cuidarnos"- le conteste riéndome y acercadme a él para dale un nuevo beso y pasar a buscar a Carmen.

La fiesta estuvo buena, salía y salía bebida con Male estábamos en un rincón tomando y riendo, pasamos muy bien ayudamos a Carmen con el pastel y fue ahí donde sentí que Oscar se preocupaba más por mi escote que por servir a los invitados, eso me cachondeó.

Todo terminó tarde y Male muy bebida quedó dormida en la sala, yo y Oscar la llevamos al dormitorio principal y ahí quedó. No había otra que me debía quedar, fue entonces que Carme me ofreció que me quedará, pero debía dormir en la cabaña donde habían llevado las camas cuando transformaron el segundo dormitorio en el taller de pintura de Carmen.

Cuando me estaban preparando las camas, Oscar dice: "No molestemos a Male, que se quede en nuestra cama, yo no tengo problema, me vengo para acompañar a Manuela a la cabaña"

Carmen dice "Me parece muy bien así Manuela no queda solita".

No había traído ropa entonces como estaba me acosté, al ratito Oscar llegó de despedir a Carmen, yo me hice la dormida. Entonces vi cómo se quitaba su pantalón quedando en slip, se sentó en la cama junto a la mía y comenzó a tocarse mirándome, su paquete crecía y yo me fui calentando, y fue cuando saco su tronco todo erecto para masturbarse, cuando me corrió algo por dentro y el morbo fue mucho, sentí como que liberé mi pudor y no quería respetarlo más quería sentirme suya.

Continuaba haciéndome la dormida y me gire para darle la espalda y moviendo mi sabana deje mi cola entangada descubierta. Al instante sentí como se me acercó y acariciando mi pelo, y de repente sentí como su otra mano se colaba por abajo de mi minifalda, con delicadeza me acariciaba la cola, yo como refunfuñando le movía la colita. Definitivamente se acostó en la cama junto a mí, y al oído me dijo "siempre fuiste muy obediente, sigue así que lo disfrutaras" se acomodó para cucharearme poniendo su miembro en mis nalgas y su mano en mis tetas yo lo franeleaba mientras besaba mi cuello, me empecé a empapar y exclame algo así: "quiero ser tuya hoy en tu cumple, te doy y nos damos este regalo, tu sos el paciente y yo tu enfermera que quieres??”

Se paró frente a mí para decir "desde que llegaste quiero que me la chuparas mientras yo miro por tu escote"

Como una niña obedecí, sin sacarle los ojos a su mirada y con ganas de descubrir lo que guardaba su paquete para ponerlo en mi boca me agache frente a él. El abrió un poco sus piernas, su verga estaba como queriendo estallar en su slip, le fui dando mordisquitos mientras con su mano en mi pelo me acariciaba consintiendo y disfrutando de mis mimos.

Con la intensidad y el morbo del momento sin la experiencia de saber lo que más le gusta, comencé a buscarlo, despacio con mi lengua a pulir todo su glande, sin perder su mirada, con mis manos sujete su tronco y jalándole de abajo a arriba mi boca le daba una rica y húmeda mema, mientras mi concha ya se comenzaba a empapar y provocarme cosquilleos de necesidad.

Baje totalmente su slip y puse mis labios en aquellos, sus testículos, que fui comiendo uno por uno, a mi antojo mientas su mano en mi cabeza se afirmaba demostrando que lo estaba disfrutando. De repente bruscamente me alzo y puso de espalda en la pared bajo mi tanga y subió mi minifalda, escupió sobre su pene para lubricarse, y lo puso directamente en mi ano y en un toque justo lo puso todo dentro haciéndome gritar de placer, quise acomodarme pero no tenía forma de salir, me estaba penetrando más mas haciendo de mi cola suya y disfrutaba y gritaba como una perra y más me calentaba verle por el espejo parecía poseído con la cara roja y ojo llenos de intensidad, iba y venía con para llenarme de placer, sentía latir su verga en mi culo cada vez más abierto.

Parecía que se venía y astutamente se retiró, para pedirme que cambiemos que me quería ver de frente, se tendió en la cama estaba agitado, caliente, sudando y rojo, obediente me pare sobre él le pedí tomar su mano estirada para bajar suave para bajar sentadilla sobre él. Que al llegar abajo acomodó su tronco y suavemente con mi cola fui tragando centímetro a centímetro. Con toda su verga dentro mis manos en su abdomen a pura sentadilla lo cabalgue totalmente llena, viendo su cara desbordado de placer mientras sus venas saltaban de su cuello y sentía su cuerpo tenso para mantener su pene todo en mí, ya fue así que sentí como estallaba y terminaba dentro de mí y ahí sonreí de placer de haber dado a Oscar todo lo que quería de mí, curarlo como una enfermera a su paciente.

Reposamos juntos en la cama mientras charlábamos de historias cuando yo era una chiquilla traviesa, cuando vino el segundo tiempo igual de intenso que el primero, pero yo tome el control y procure recibir lindas caricias en mis tetas y llenar mi vagina con su carne.

Fue una noche distinta la que mantengo presente.

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