Nuevos relatos publicados: 13

Una carrera inesperada

  • 6
  • 10.817
  • 8,68 (28 Val.)
  • 2

Todo comenzó la madrugada de un sábado, en ese tiempo trabajaba en taxi. Tipo 3 de la madrugada, estaba esperando pasajeros a la salida de unos pub por el lado de calle Brasil, cuando se acercan dos mujeres las que me piden que las lleve (venían bien pasadas de copas), “claro” les digo, “hacia donde se dirigen?”. Me dan la dirección y emprendemos rumbo, pero antes me piden pasar a un lugar a comprar cigarros, se baja una a comprar me ofrecen una bebida y la que se queda conmigo en el auto, era una madurita de unos 40 años muy guapa, la otra de unos 25 años.

Entre conversación típica, nombre, edad, estado civil y esas cosas me dijo su nombre, pero la llamaremos Patricia. En eso ella me cuenta que llevaba 3 meses que se había separado, vivía sola con su hijo, pero ese día habían salido a olvidar las penas y no tenía ganas de llegar a su casa, por lo que me pidió que las llevara a comprar más copete, algún clandestino (taxista siempre conoce donde conseguir cosas en las noches). En eso llega su amiga y las llevo a comprar al clandestino, un poco apartado del centro.

Cuando llegamos a comprar, Patricia le pide a su amiga que baje a comprar dos cervezas y para mí una bebida, seguimos platicando y me pide pasarse al asiento delantero, a lo que le digo que sí. Nos pusimos a hablar, la tenia de frente y pude observar que tenía grandes tetas y unas buenas piernas, a esa altura ya me había entrado el diablo y tenía la posibilidad de que pudiera pasar algo jejeje... le comencé a decir que era muy guapa (lo que era verdad) ojos color miel, pelo ondulado, muy linda de cara, etc... Ella respondía a mis piropos de la misma forma, cuando de la nada le planto un beso y ella me responde sin problemas.

Fue un beso muy caliente, al tiro le metí las manos apreté sus tetas, toqué la entrepierna y noté que tenía una vagina muy caliente y mojado el jeans, ella tampoco dejó pasar la ocasión y me tocaba el pene por encima de mi jeans. En eso apareció la amiga, ella se pasa nuevamente al asiento trasero, me dejó muy caliente el beso así que nos fuimos rumbo al centro otra vez. Ya sabía que Patricia había quedado prendida y que buscaba diversión y yo no dejaría pasar la ocasión. Nos detuvimos en cerca de una plaza, ellas se bebieron las cervezas, yo mi bebida.

Con Patricia bajamos del auto y ahí comienza todo lo bueno de esa noche... comenzamos a besarnos localmente y meternos manos, yo recorría sus tetas, apretaba su culo. Ella hacia lo mismo conmigo, (no importaba que estuviera la amiga dentro del auto), las caricias fueron en aumento, abrí un poco se blusa y corrí su sostén, hasta tener sus tetas a la vista y se las comí, que tetas tenía, su pezón duro lo mordía y chupaba, ella daba suspiros de satisfacción, le propuse que fuéramos a un motel, me dijo que no, pero si tenía ganas de ir a un mirador, nos subimos al auto y fuimos al sector oriente (por la costanera norte).

En el camino, nos fuimos masturbando mutuamente, ella se baja los pantalones y deja ver esa concha exquisita, depilada como me gusta, por sus años la tenía. A todo esto su amiga se acostó a lo largo del asiento trasero y se quedó dormida o se hizo, pero iba con los ojos cerrados. Seguimos en lo nuestro, le metía los dedos ella solo gemía, jugaba con el clítoris hasta que exploto tubo un orgasmo que se retorció de placer, sus jugos abundaban en mi mano, se notaba que hace tiempo no tenía sexo, ahora era mi turno, ya tenía el pene muy duro y necesitaba que me estimulara, ella se inclina y comienza a darme una chupada increíble, que manera de mamarlo Patricia, lo recorría entero, lamia la cabeza, yo estaba a full (nunca me habían hecho sexo oral mientras manejaba, que rica sensación) ella seguía haciendo su trabajo, estaba a mil, cuando le digo me voy, explote cómo nunca dentro de su boca, se tomó toda la leche, fue una experiencia única, la adrenalina de ir manejando y que te lo chupen, woww muy rico, nos acomodamos, como pudimos seguimos en camino hacia el mirador, cuando íbamos subiendo el cerro me dice “tengo que orinar, puedes parar”...

Detuve el auto, Patricia baja, en eso despierta su amiga, también se baja, ellas se reían y Patricia me llama y me dice si la puedo ayudar a subir sus pantalones, como buen caballero, la ayudo y note que culazo tenía esa mujer, me puse por detrás y nuevamente tuve una erección le dije “aquí te como toda”, ella se sonríe, la amiga que estaba parada al lado, solo miro y dijo “los espero dentro del auto”. La apoyo sobre el maletero queda todo ese culazo y su rica concha a mi disposición, me bajo el pantalón y se lo meto todo de una por la concha, ella dio un pequeño grito de placer, comencé un mete y saca rápido, ella solo gemía, me decía que no parara, “dame dame rico uyyyyy dale no pares, me vengo me vengo!!!”. Bombeo cada vez más rápido hasta que llego su orgasmo, dio un grito de placer y sus jugos abundaban en mi pene, ahí le digo, “este culito tan rico, no me lo pierdo”, pongo la cabeza a la entrada del ano, estaba bien lubricado así que entró sin mayor problema, empecé a bombear despacito luego más rápido, ella gemía y me pedía que la culeara así de fuerte y rápido daba suspiros de placer mientras la bombeaba por el culo le metía los dedos por la concha, “toma ricura te gusta cómo te lo meto?”. “Si si dame rico, lléname el culo de leche dame rico... mmmm rico, más rápido”, hasta que siento las cosquillas que voy acabar, le digo “toma toda tu leche” y reviento otra vez, le llene el culo de rica leche, yo estaba exhausto, nos quedamos quietos unos segundos, saco mi pene de su culo, se sube los pantalones nos miramos y nos besamos, esta vez más calmadamente.

Patricia me dice “gracias hace tiempo no lo pasaba tan bien...” devolví el cumplido, con un yo tampoco... Nos subimos al auto y la lleve a su casa, al llegar le pregunto, “nos volvemos a ver?”, me dice, “no lo creo”, nos damos el último beso, me pasa un billete y me dice por la carrera, pega es pega.

Ya eran cerca de las 6am, llame a mi colegas y fuimos por el desayuno, de todos los días, claro este era unos de los tantos felices que tomaba…

(8,68)