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Resolviendo los problemas de mi tía

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Yo tenía un auto y aunque viejo, caminaba, y me llevaba para todos lados. Mi tía por parte de padre, comenzó su negocio particular y su negocio se extendió por un montón de caseríos que reconoció que necesitaba que yo le llevara a recoger o a dejar mercancía a sus clientes. A los lados de las carreteras rurales siempre estaba sembrado de fincas de caña de azúcar. Comencé a llevar a mi tía y ella me pagaba un par de pesos.

En la carretera mientras viajábamos sin darnos cuenta comenzamos a platicar de culeo y al comienzo fue un poco incómodo para los dos debido a la relación sanguínea. Había un lugar muy famoso que se llamaba Las Güeras. Era un lugar donde rentaban cuartos para culear y aparte también se bebía bebida fuerte. Mi tía y yo estábamos al tanto de dicho lugar. Un año de estar llevando a mi tía ella me contaba lo que le había sucedido por la madrugada cuando había estado cogiendo con su marido. "no puedo más con él. Desde hace rato he notado que mi marido no me hace acabar cuando cojo con él, pero el sí acaba de lo mas bien y me deja volando por los aires." Me había terminado de decir mi tía del problema que la traía loca.

Acababa de cobrar ese día y me invito a Las Güeras. Llegamos a Las Güeras y comenzamos a beber cervezas y a comer churrascos. Comenzamos a bailar boleros del ayer y los movimientos de nuestros cuerpos comenzaron a comportarse desentonados hasta sentirnos los dos nuestros genitales que se rozaban entre sí. Nos miramos y nos pusimos a reír cuando me preguntaba "te atreves a tirarte a tu tía?” La pregunta había pasado lo limites más allá de lo que yo nunca esperaba y no le pude contestar ni sí ni no. Sentí como me paso su mano por mi cremallera sin yo poder reaccionar y me decía "uy! la tienes parada. Ya ves que te la paré, espérame que ya vuelvo".

Mi tía se fue y regreso en diez minutos y me decía "ves allá aquella casita, acá tengo la llave de esa casita. Déjame ir a mí primero y después llegas tú que ahí te estaré esperando”. Mire a mi tía caminar directo a la casita y entro en ella. Me tome diez minutos para decidir si ir o no y termine yendo a la casita. La puerta estaba abierta y entre donde mi tía estaba acostada desnudita en la cama y me decía que cerrara con llave la puerta del cuartito y me dijo "ven acércate a mí porque parece que te voy a tener que darte una ayudadita". Me acerque y me abrió la cremallera y saco a tirones la verga y de una vez la comenzó a mamar hasta traerme al gusto del sexo.

Los pantalones se me cayeron y termine desnudo. No podía creer y le dije que se recostara en la cama y ella lo hizo. La contemple y comencé acercarme y al quererla besar me decía "no, bésame ahí abajo mejor… que ahí es donde a mí me fascina que me besen".

Lentamente comencé a besarle su coño y mire como ella se deleitaba cada vez que le pasaba mi lengua por su coño. "Esta sí que es vida" decía mi tía. Estuve por un rato en el mame y después ella me decía "ya clávame que estoy lista". Lo entendí claramente y le di mi verga toda en su coño. Mi tía se corrió y me comenzó a decir "me hiciste venir sobrino, me hiciste venir ahora te toca tu turno y dámela que quiero sentir ese chorro de leche cuando la dispares dentro de mí”.

Dos minutos más tarde disparaba mi chorro de leche dentro de ella. Una vez calmados los dos ella me decía "que montón de leche echas tu... si sentí el chorro con presión saliendo de ti y muy caliente".

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