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Mi ex novia Sam

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Sam y yo estuvimos juntas cerca de 1 año en la universidad. Nuestra relación fue buena, pero lo cierto es que siempre fuimos más como amigas que novias, por lo que con el tiempo decidimos terminar y continuar siendo amigas.

Yo siempre he sido bastante liberal y la verdad es que no tuve ningún inconveniente en iniciar una amistad con ella y a decir verdad, creo que fue la mejor decisión. Incluso llegamos a contaros un par de infidelidades cometidas durante el tiempo que estuvimos juntas y el relato nos resultó muy excitante a ambas.

El caso es que ella dejó la universidad para ir a vivir a otra ciudad, y perdimos el contacto algunos meses, hasta que en el mes de Diciembre me llamó y me contó que estaba de regreso, así que a partir de ahí comenzamos a reunirnos con frecuencia.

Sam es bastante guapa. Tiene el cabello rizado, unos ojos hermosos y expresivos. Su cuerpo es delgado con unas tetas pequeñas pero firmes y un par de nalgas en su lugar. Le gusta vestir al estilo tomboy. Es el tipo de chica que siempre liga en todas partes y ha follado con más mujeres que un chico. Cuando terminamos ella y yo no volvimos a follar, pero si hablábamos constantemente de nuestras fantasías sexuales y un par de veces nos dijimos que sería bueno compartir alguna ya que nos teníamos tanta confianza.

La noche de año nuevo, me llamó para saber si podíamos vernos. Yo estaba en casa de mis padres, en el festejo familiar, pero toda mi familia conoce a Sam, así que la invité a venir y en 15 minutos estaba tocando el timbre. Cuando la saludé, pude sentir su aliento levemente alcoholizado. Se veía muy guapa con sus jeans ajustados, un par de tenis y una camiseta sin mangas que dejaba ver ligeramente que debajo no llevaba sostén.

Festejamos, bebimos, cantamos y en la madrugada subimos a mi habitación a dormir. Tuve que ayudar a Sam a cambiarse porque estaba bastante borracha y no lo lograba por ella misma; le puse un pantalón de pijama mío y le dejé su camiseta puesta, luego la metí en las cobijas y me acosté a su lado. Ella instintivamente se corrió hacia mí y me abrazó pegando su nariz a mi cuello. Cuando estábamos juntas, solíamos dormir de esa misma manera, solo que Sam solía quedarse desnuda a mi lado y el hecho de recordarlo, me llevó en seguida a pensar en Sam desnuda en esa misma habitación, algunos meses atrás mientras era mi novia y aquello me calentó. Sentí el brazo de Sam rodearme por debajo de la camiseta, su piel estaba fría y eso me sobresaltó. "Abrázame que tengo frío" me susurró en el oído, así que la abracé. Luego llevó sus labios a mi cuello y comenzó a darme besos leves. Deslizó su mano fría lentamente hasta llegar a mis tetas y con su dedo pulgar recorrió despacio mis pezones. Entonces llevó sus labios a mi oído y siguió con sus besos leves. Comenzó entonces a acomodarse sobre mí, mientras besaba mi cuello y mi barbilla, poco a poco su cuerpo estuvo sobre el mío y sus piernas entre las mías, se detuvo un momento para decirme "Bésame Alexa. Toda la noche he tenido ganas de pedirte que lo hagas". Así que la besé en los labios, primero lentamente y luego más profundamente. Nos besamos varios minutos, mis dedos recorrían su espalda y ella se estremecía al sentir ese contacto, lo que la hacía cerrar los ojos y arquear un poco la espalda. Con mis manos extendidas recorrí toda su espalda hasta sus caderas, donde pasé por debajo del resorte del pantalón del pijama y llegué hasta sus nalgas. En ese momento, quise sentirla desnuda completa. Y sin dejar de besarla, me incorporé para sacar su camiseta con mis 2 manos, ella sentada sobre mí, dejando al descubierto sus tetas. Hizo lo mismo conmigo; me quitó la camiseta y en seguida se levantó para deshacerse de la parte de abajo de la pijama, desnudándose completamente, mientras yo hice lo mismo.

Me senté en la cama y la abracé por la cintura atrayéndola hacia mí, volvimos a besarnos, sentí el delicioso sabor del alcohol en su lengua. Yo acariciaba sus tetas, su espalda. Entonces ella abrió sus piernas, dejando en medio una de las mías y dejándose caer levemente, para comenzar a frotar su vagina en mi pierna. Sentí que estaba deliciosamente mojada, gemía levemente, mordía mis labios. Moví mis caderas adelante y atrás para acompañar su movimiento mientras ella se agarraba de mi cuello. Entonces llevé una de mis manos a su vagina y metí mi dedo medio, ella siguió moviendo las caderas adelante y atrás, hasta que mi dedo entró hasta el fondo y eso la hizo gemir un poco. Finalmente tuvo un orgasmo. Tuve que cubrir su boca para evitar que sus gemidos se escucharan en la casa de mis padres. Mi pierna estaba deliciosamente mojada.

Ella se levantó y metió 2 dedos en mi vagina. Los metió y sacó varias veces y cuando me tenía más excitada, acomodó su vagina sobre la mía en una deliciosa tijera. Ambas movíamos nuestras caderas. Sentía su vagina mojada por su orgasmo, mezclada con mi propia humedad y eso era delicioso. Ella tuvo otro orgasmo y unos segundos después yo. Entonces me recosté en la almohada y Sam se abrazó a mí, al poco rato nos quedamos dormidas.

Cuando desperté, lo primero que pensé es que esta escena no volvería a repetirse. Seguramente los efectos del alcohol habrían tenido la culpa de lo de anoche. Abrí los ojos y escuché la regadera. Sam estaba dentro. Busqué mi ropa, y fui al baño del pasillo. Me metí en la regadera y recordando lo que acababa de suceder con Sam volví a sentirme caliente.

Al salir de la regadera, mi madre nos llamó a desayunar, así que no tuve tiempo de cambiarme y bajé a la cocina en bata de baño. Sam ya estaba a la mesa y usaba una de mis camisetas. Me saludó con una sonrisa la cual le devolví.

Durante el desayuno charlamos con mis padres animadamente, después ellos se trasladaron a la sala para ver un partido de futbol. Sam lavó los platos y yo me fui a mi habitación para vestirme.

Primero me arreglé el cabello y las pestañas. Justo cuando me disponía a buscar mi ropa para vestirme, Sam entró a la habitación y me saludó "hola guapa, que tal dormiste?", pero no me dejó responderle pues se acercó y me besó. Poco a poco y sin dejar de besarnos, me empujó levemente hacia atrás hasta hacerme sentar en la cama. En seguida se puso de rodillas y abriendo mis piernas con sus manos, llevó sus labios a mi vagina. Comenzó a comerme la vagina, haciéndome subir al cielo en seguida. Metía su lengua hasta el fondo y succionaba mi clítoris con sus labios, hasta que tuve un delicioso orgasmo.

Me vestí, nos besamos de nuevo y luego llevé a Sam a casa.

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