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Mi pene estaba en el cielo

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Cuando era más joven (tipo 18/19 años) y aún estaba en el instituto tenía una amiga que era una diosa. Era bajita, rubia, con unos labios finitos, buenas tetas y lo más importante, tenía un culo perfecto; tenía un culo no muy grande pero tampoco pequeño, redondito y al tocarlo era como tocar la perfección misma.

Éramos amigos desde que estábamos en tercer grado, no éramos mejores amigos pero nos teníamos confianza. Ella hacía algo que me ponía a mil, cada vez que me agachaba o mostraba mi culo ella me empezaba a dar nalgadas y a agárramelo; y me decía «oye amigo que buen culo que tienes» a lo que yo le respondía «no como el tuyo» y le agarraba el de ella.

Un día cuándo salíamos de la clase de ciencia ya todos se habían ido y solo quedábamos ella y yo. Como nos habíamos comportado mal durante el experimento que hicimos en clase e hicimos un desastre el profesor nos dijo que nos teníamos que quedar limpiando.

En un momento tuve que agacharme de una manera en la que mi culo quedaba muy visible. Yo considero que tengo un buen culo, no es muy grande pero tiene una buena consistencia. Cuando me agacho ella agarra mi culo como siempre me ha hecho y cuando yo vuelvo a levantarme me empieza a besar mientas sigue agarrando mi culo con una mano mientras que con la otra recorre mi cuerpo debajo de mi camisa. Cuando me empezó a besar yo me quedé como en shock, porque ella siempre me había gustado, siempre había fantaseado con cogerme su hermoso culito y besar sus hermosos labios, así que la empecé a besar con más ganas. Noto que su mano empieza a recorrer mi cuerpo con más lentitud y que se dirige hacia un lugar, mi pene. Al principio empieza a masajear mi pene por afuera del pantalón. Nos seguíamos besando apasionadamente. Con un solo movimiento ella aparta su boca de la mía y la lleva a mi oído mientras me empieza a abrir mi pantalón.

-Siempre he querido chuparte ese pene tuyo y que me la metas en mi culito. Por hoy es todo tuyo, luego veremos si quiere volver a ser completamente tuyo.

Al terminar de decir eso se apartó de mí con un empujón suave y se empezó a quitar la camisa y el sujetador dejándome ver sus hermosas tetas. La agarré por la cintura y la atraje hacia mí y la volví a besar. Empecé a bajar por su cuerpo mientras seguía besando su piel, al llegar a los pezones me quedé allí besándola, ella gemía suave mientras metía mi mano por debajo de su pantalón para acariciar su vagina, cuando logré introducir mi mano debajo de su pantalón noté que casi no tenía vello púbico, que lo tenía recién cortado, seguí bajando por dentro de su pantalón hasta que llegue a su vagina, noté que estaba súper mojada, por lo que mi mano se introdujo sola dentro de su clítoris y empecé a mover mis dedos lentamente hacia adentro y hacia afuera. En eso ella me dijo

-deja de solo jugar y ya métemela.

Saque mi mano de su pantalón y se lo empecé a quitar junto con su tanga.

Frente a mi estaba ella completamente desnuda deseando que me la cogiera. Había soñado tantas veces con ese momento.

-Voy a ocupar algo de ayuda con este- dije mientras desviaba mi mirada hacia mi pene que ya estaba al máximo.

Ella se puso de rodillas y empezó a bajar mi pantalón junto con mi bóxer. Cuando me quito por completo mi ropa volvió la mirada hacia mi pene y me dijo:

-Wow, Lo tienes más grande de lo que me había imaginado.

Y antes de terminar la frase se acercó a mi pene y lo empezó a chupar. Sentía que mi pene estaba en el cielo, su boca se sentía caliente, su lengua, sentía como se movía por todo mi pene saboreando hasta el mínimo sabor de mi miembro. En eso ella se separó de mí.

-Ya no aguanto, quiero que me la metas ya.

De un salto se sentó en una de las mesas y me atrajo hacia ella. Me empezó a besar mientras me susurraba “métemela ya”. Meter mi pene dentro de su clítoris no fue nada difícil ya que ella estaba más que mojada. Su vagina estaba apretada, mientras iba metiendo mi pene sentía como se iba abriendo. Empecé a mover hacia adentro y hacia afuera, sentía como cada vez se hacía más fácil metérsela, por eso empecé a hacerlo con mayor velocidad. Ella gemía cada vez más fuerte, le tapé la boca para que nadie nos oyera. Mientras seguía penetrándola agarré su culo con las dos manos y la levante y ella empezó a moverse con más velocidad. Me excitaba aún más oír el choque de su cuerpo contra el mío oír como sonaban nuestros cuerpos al hacerse uno solo. La lleve alzada hasta una pared en donde la recosté para penetrarla mejor. Sentía como sus hermosos pechos tocaban mi cuerpo. No notaba nada más, los ruidos de afuera ya no estaban, lo único que escuchaba eran sus gemidos y el choque de nuestros cuerpos. En eso sentí un líquido en mi pene.

-Espera, ya no puedo -dijo con voz cansada- pero aún tengo otra sorpresa para ti.

Se bajó de mis manos y se acostó sobre una mesa, dejándome ver su culo, ese perfecto culito. Sin pensarlo dos veces me acerqué a ella y metí mi pene en su culo, estaba muy cerrado, hasta me costó lograr meter mi pene, pero se sentía delicioso el cómo notaba que su culo iba cediendo ante mi pene. Al principio vi como sentía que le dolía, pero cuando logré abrir su culo bien y la empecé a penetrar con más fuerza vi como su cara de dolor cambiaba a placer. Seguí penetrando ese culo que toda mi vida quise, hasta que sentí que ya me venía y ni traté de evitarlo, saqué toda mi leche en su culo.

Me incliné para besarla y así nos quedamos un rato. Hasta que oímos que sonó el timbre para volver a clase, nos vestimos rápidamente y limpiamos lo mejor que pudimos ello más rápido posible para que pensaran que estábamos limpiando.

Durante la clase nos pasamos mirando discretamente. Como estábamos a la par y en la última fila ella empezó a acariciarme el pene y me pasó un papelito

“Espero la próxima”

Pero esa es para otro día.

(9,21)