Tengo una prima segunda que es tres años mayor que yo con la que siempre me he llevado bien, es bajita, castaña oscura, no tiene mucho culo ni tetas muy grandes, tiene el punto exacto entre grandes, pequeñas y ricas. Desde pequeño fantaseaba con cogérmela.
Una semana después de cumplir 18 ella me llama y me dice:
-Oye primo, ¿por qué no salimos?
-Sí, espera, termino unas cosas y vamos.
Como yo no tengo auto ella se ofreció a recogerme ya que vivimos como a 2 kilómetros.
A las dos horas suena su auto fuera de mi casa. La casa estaba sola y yo aún no me vestía así que le dije que pasara.
Siempre nos habíamos tenido confianza. Cuando ella entró fue a mi cuarto en donde yo me estaba desvistiendo. Ella se sentó en mi cama y me dijo que me apurara. Yo me terminé de quitar el pantalón y ella me empezó a ver de una forma algo rara, no era la primera vez que me veía con esa cara por lo que no le presté mucha atención y me quité la camisa.
-Oye… -dijo mientas se paraba y se acercaba a mí- que te parece si en vez de salir nos quedamos y hacemos algo más… emocionante.
En eso sentí como su mano agarraba mi pene y lo empezaba a mover. Apenas ella lo tocó se empezó a parar. Cuando ella se dio cuenta de esto dijo:
-Parece que a ti también te gusta esta idea.
Antes de terminar de decir la última palabra le agarré el cuello y la atraje hacia mí. Nuestras bocas estaban a menos de un centímetro, sentía su respiración en mi piel y el cómo su mano dejaba de tocarme el pene por encima del bóxer y la empezaba a meter, sentí como ese momento le alargaba. Percibí que nuestras respiraciones se sincronizaban, fue en ese momento en el que la atraje más hacia mí y la empecé a besar. Su boca sabía a fresa. Duramos bastante solo besándonos, ella masajeando mi pene y yo recorriendo todo su cuerpo con mis manos. La aparte de mí y la empuje suavemente hacia la cama, cuando cayó en la cama se mordió el labio inferior. Me puse sobre ella, la besé mientras metía mis manos abajo de su espalda y la levantaba. Cuando estaba sentada le quité la blusa y luego el brasier. La volví a acostar empujándola con mi cuerpo. Empecé a bajar mis manos hasta su pantalón y se lo quité junto con su tanga. Ella se acercó a mi oído y me susurró:
-Hazlo ya.
Empecé a meter mi pene en su vagina. Poco tiempo después la moví por mi cama para que su cabeza quedara sobre las almohadas. La estaba penetrando cada vez más rápido mientras ella gemía cada vez más fuerte. Sentí que estaba a punto de venirme por lo que saqué mi pene y me baje de la cama, la acerqué a la orilla y volví a meter mi pene en su vagina. Puse mis manos bajo su culo y la levanté, ella abrazó mi culo con sus pies y mi cuello con sus manos mientras se impulsaba hacia arriba y hacia abajo. Me recosté sobre la pared más cercana mientras ella seguía. Sentí como ella se venía, dejó de moverse y me empezó a besar.
La llevé hasta mi cama donde me acosté con ella sentada sobre mí, metí mi pene en su culo y ella se hizo hacia atrás para que su culo quedara justo sobre mi pene. Al moverme escuchaba como sonaba su culo al tocar mi piel. Poco tiempo después me vine. Ella se bajó de mí y se acostó a la par mía, nos abrazamos y nos empezamos a besar hasta que los dos nos dormimos.
Al día siguiente al despertarme volví a ver a donde ella se había dormido, al ver que ya no estaba creí que todo había sido un sueño, pero, al levantarme vi que había una nota. “La pasé muy bien, espero que lo podamos repetir.” Me volví a tirar sobre la cama y me quedé allí viendo al techo.