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Mario (I): Mi debut en sus brazos

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Cuando la pubertad fue cambiando mi cuerpo, al comienzo me sentí extraña, los cambios no eran solo corporales, también se producían cambios en mis sentimientos y emociones. Empecé a sentir y a tener pensamientos y deseos sexuales, me atraían los hombres, sentía excitación sexual con más frecuencia y lo saciaba masturbándome, y también mi cuerpo fue cambiando, crecieron mis senos, mis caderas, mi cola, todo mi cuerpo fue cambiando.

Y junto a todos esos cambio siguieron otros, que te piropeen, que te sigan, que quieran levantarte, el miedo, los temores a lo desconocido, y tus compañeros del cole que se transformaron en noviecitos, y los besos, las caricias y los miedos… que duele la primera vez, que podes quedar embarazada, y con todas esas dudas transitamos con mi amiga Adriana.

Pero nunca voy a olvidar los peores piropos de mi vida, esos agresivos y soeces que te dicen cuando transitas esa etapa donde navegas entre la niña y la mujer. Yo volvía de la casa de mi abuela llevaba una pollerita de jean muy corta y una remera rosa de hombros descubiertos, yo tenía cara de nena y un cuerpo no acorde con esa carita, estaba abriendo la puerta de casa, cuando un taxi que pasaba paró y dijo:

“mamita, jugar al doctor es cosa de chicos, subí y jugamos al ginecólogo”

“Te juro, quisiera ser jubilado para hacer esa cola”

Era muy tímida para decirle algo, pero los ojos se me llenaron de lágrimas, y así fue pasando el tiempo, hasta que impensadamente llegó el momento de que me hiciesen mujer… Y todo comenzó así…

Siete u ocho meses después en el mes de enero, estábamos de vacaciones en Villa Gesell con Adriana mi casi hermana y Mario el padre, que se había divorciado hacía dos años de Alicia la mamá, pero así y todo era una gran familia… mi segunda familia. La madre de Adriana llamó porque la pasaría a buscar el viernes en lugar del domingo, lo cual haría que el final de mis vacaciones se adelantase, Mario no quiso viajar de noche y decidimos hacerlo el sábado por la mañana. Así que esa noche nos cambiamos y fuimos a cenar

Yo ya me había cambiado, pero decidí usar otra ropa, necesitaba algo más sexy en realidad quería exhibirme para él, ya que desde que tenía 12 años estaba “perdidamente enamorada de Mario”, me miré al espejo, en estos meses, había cambiado mucho, ya había dejado de tener cara de nena, ahora estaba desarrollada y estilizada, realmente empezaba a sentirme bien con mi cuerpo, había dejado atrás esa etapa de transición y me sentía perfecta, pero solo un vestido reunía esas condiciones ya que era muy sensual y no me hacía tan pendeja, no quería que Mario me viese como una hija, quería que me viese como mujer, quería que se olvidase de los 15 años que me llevaba.

Antes de salir le eché una última mirada al espejo, la imagen reflejada en él me gustaba, por nada del mundo parecía una nena, cabello negro ensortijado formando bucles, mis ojos maquillados, algo de rubor en mis mejillas, mis labios de color carmín con algo de brillo, largos pendientes fantasía en mis orejas, mi vestido una solera blanca entallada al cuerpo, sujeta por un bretel por detrás de mi cuello, escote pronunciado y amplio, que dejaban asomar un poco de mis senos sin corpiño y los marcaba perfectamente al igual que mi cintura, la falta mostraba mis piernas 10 cm por arriba de mis rodillas, 2/3 de mi espalda libre y marcando los cachetes de mi cola y mi pequeña tanga, zapatos negros abiertos de taco muy fino y alto, con tacón elevado que abrazaba mi tobillo y con tiritas atada a mis piernas.

Cuando salí se sorprendió y la agrado lo que veía, me tomo de la mano y me hizo girar, y dijo su primer piropo:

M- Estas hermosa Claudia, nunca te hubiese imaginado así, debería alquilar un revolver para protegerte de los lobos…

C- Gracias Mario, tenía miedo de que no te gustase

M- No, no me gusta… me encanta.

Cuando salimos, nos fuimos caminando y cuando me tomó por la mano, sentí mi cuerpo estremecer, además estaba hermoso, 1,82 mt, cabello castaño, muy fachero, con una cara dulce, llevaba una remera blanca y un pantalón de vestir color gris y mocasines color marrón, yo estaba en las nubes, caminando con el de la mano, llegamos al restaurante, pedimos la cena y pidió previo convencimiento de un vino blanco dulce.

Yo le había dicho que nunca había tomado vino y además dije:

C- Mira si me emborracho?

M- No creo… es suave… además si te emborrachas te llevó en brazos a casa

C- Te tomo la palabra.

Cenamos, luego a pedido mío fuimos a caminar por la playa y luego volvimos a la casa, llegamos cerca de las 2 de la mañana, yo me senté en el sofá y Mario fue a preparar café, cuando volvió se sorprendió, mi vestido dejaba casi al descubierto mis piernas y yo no hacía nada para impedirlo.

Tomamos el café y dijo:

M- Pensaba salir mañana temprano, antes que amaneciese, pero a esta altura es mejor que salgamos a eso de 6 de la tarde, está bien…

C- Si como vos quieras… pero… porque tenemos que salir mañana, si lo podemos hacer el domingo.

M- y porque si se enteran… no queda bien que vos y yo nos quedemos solos.

C- Y cómo se pueden enterar si solo lo sabemos vos y yo…además seria hermoso… de todos los días acá este fu el mejor, esta fue la noche más hermosa de mi vida, yo sé que te gusto, vi cómo me mirabas todos estos días

M- Lo siento, perdóname, no puedo evitarlo, sos tan bonita, tenés un cuerpo hermoso, una cara angelical, sueño con vos, pienso en vos, cuando alguien te mira siento celos, creo que siempre estuve enamorado de vos.

El me acariciaba mi mano con la suya y por momentos rozaba la piel de mis piernas y dije:

C- Desde mis 12 años solo tengo ojos para vos, quiero que seas el primero y el único amor de mi vida

Nuestras caras se fueron acercándose lentamente como prolongado el deseo de ese beso, dulce y tierno que se prolongó varios minutos, y mi cuerpo se estremecía al sentir sus labios en los míos y su mano por sobre el vestido acariciando mi vientre, para que luego su lengua se introdujese dentro de la mía en un apoteótico beso de lengua, mi cuerpo ardía en deseos, jamás había sentido nada igual, luego besó mi cara, besó el lóbulo de mi oreja y sentí un estremecimiento único y placentero, para chuponear mi cuello, yo no sabía que hacer era novata en esos menesteres, luego me miró a los ojos y dijo:

M- Sos lo más hermoso de la vida, te amo chiquita

C- Yo también te amo, hoy es el día más feliz de mi vida

M- Prometo que cada día que pasemos juntos va a ser el mejor de nuestras vidas

Volvimos a besarnos, pero ahora su mano recorría por sobre el vestido mi estómago y mis senos, luego me tomó en sus brazos y me llevó a su habitación, sabía que esa noche todo cambiaría, estaba a punto de dar un paso importante en mi vida estaba a punto de convertirme en mujer y que sería el hombre que más amaba en la vida el que se apoderara de mi virginidad.

Me deposito con dulzura en su cama, me contemplo un instante, se quitó la remera, me besó suave y dulcemente, yo a esta altura sentía mi sexo humedecido una de sus manos empezó a acariciar mis piernas mi boca gimió, su mano lentamente siguió subiendo hasta acariciar mi concha por sobre mi tanguita, ahí lancé un profundo gemido, ahogado por nuestros besos, mientras mis manos acariciaban sus cabellos, mi cuerpo estaba a su merced.

Mario me miró y dijo:

M- Esta va a ser una noche inolvidable para ambos

C- Si mi amor la voy a recordar toda mi vida

Él se quitó toda la ropa y se acostó a mi lado, miré su pene, pensando como todo eso entraría en mi vagina

Mi falda estaba totalmente subida, mi tanguita blanca al descubierto, su boca besó la tanga por sobre mi concha y un profundo gemido de placer inundó la habitación, sus manos quitaron el vestido, y mis senos firmes quedaron a su merced, y los saboreó uno a uno, su boca se apoderaron de mis pezones, que estaban duros y tiesos casi a punto de estallar y su lengua lamia mis pezones y chuponeaba mis senos.

Bajó por mi tórax, besando y lamiendo cada centímetro hasta llegar a mi cintura y bajando lentamente mi diminuta tanga blanca cuando la quitó de mi cuerpo y besó mi conchita virgen mi boca gimió y gritó a la vez, mi cuerpo sintió algo inigualable, difícil de describir pero era algo que me provocaba extremo placer.

Luego su boca beso mi concha y se introdujo dentro de ella, el placer que invadía mi cuerpo era infernal. Mis piernas temblaban, mi vagina se contrajo en forma violenta mientras mis fluidos vaginales inundaban mi concha y eran recibidos por la boca de Mario.

Entonces una vez calmada dijo:

M- Creo que llegó el momento de hacerte mujer en mis brazos, a algunas esto les duele, pero vamos a hacerlo con profiláctico, para intentar que no te duela, después lo vamos a hacer si nada…

C- Lo que vos quieras mi amor, estoy viviendo el momento más hermoso de mi vida. Hace de mi lo que quieras.

Vos vas a ser la dueña de mi pene, acarícialo, bésalo, lámelo, porque vos sos su dueña, y cumplí sus deseos, cumplí cada uno de sus pedidos y fue hermoso.

Luego se colocó el profiláctico lubricado para disminuir el dolor que podía producirse por mí desvirgue, me hizo abrir de piernas, se acomodó y dijo:

M- El momento de hacerte mi mujer llegó, este es algo que para los dos será inolvidable, pero para mí será maravilloso, que seas mi mujer será inolvidable. No estés nerviosa, goza y disfruta esto, si te llega a doler avísame.

Se acostó sobre mí, su pene sin penetrarme jugó con mi cuerpo y cuando lo tenía en las puertas de mi vagina me sentía en otro mundo sentí una presión, mi corazón estaba a punto de estallar cuando me penetro un leve dolor se apoderó de mi cuerpo al romper mi himen y en un momento lo tuve todo su maravilloso pene dentro mío, en cuanto me distendí suavemente su pene entraba y salía de mi vagina en un ida y vuelta maravilloso, nos besamos en la boca, luego beso mis pezones, yo lo abrazaba entre gemidos de placer.

Nuestro encuentro sexual fue por demás maravilloso, el dolor había desaparecido, ahora me invadía el deseo y el placer y en ese momento juntos nuestros cuerpos se sacudieron juntos en miles de convulsione, fue hermoso tener juntos ese interminable orgasmo.

Luego nos besamos, nos acariciamos hasta que su pene salió de mi vagina me miro besó mis labios y dijo:

M- Hoy será un día inolvidable hacerte mi mujer fue lo más maravilloso que me pasó en la vida… te amo

C- Yo también te amo, hoy es el día más feliz, el más maravilloso, te amoooo.

Me tomó en sus brazos, me alzó y me llevó a la ducha, lo hicimos juntos, fuimos nuevamente a la cama, nos acostamos y después de muchos besos el sueño nos venció nos dormimos haciendo cucharita con sus manos tomando mis senos…

Nos despertamos a media mañana, fue hermoso hacerlo en sus bazos, nos besamos y nos acariciamos con pasión y dulzura, estar así acurrucadita en sus brazos era delicioso.

Me acarició con sus manos levemente mi concha, hice una pequeña mueca de dolor y dijo:

M- Está un poquito inflamada, vamos a cuidarla un poco, sos hermosa…

Nos besamos durante largo rato, nos acariciábamos, nos tocamos, y en un momento estábamos totalmente excitados, la calentura de ambos estaba en todo su esplendor, entonces dije:

C- Vi videos por internet, donde a los hombres le gusta mucho el sexo oral… ¿querés que te la chupe?

M- Te animas?

C- por vos me animo a todo

Hubo besos, caricias, mimos, puse en práctica algo de lo que vi en videos, dejé su boca y baje desde su barbilla besando, lamiendo y chupando cada centímetro de su tórax, me encantaba oírlo gemir.

Al llegar a su pene, este estaba totalmente duro, lo mire y me decidí a comenzar mi primer oral, solo esperaba que le gustase, besé su pene duro con mis labios empecé a chupársela, sentir su rigidez en mi boca fue lo máximo, y seguí chupándosela, guiada simplemente por lo que sentía y porque quería satisfacerlo Y supuse que lo estaba logrando porque él gemía y jugaba con mi cabello, sus gemidos se estaban haciendo más intensos y comencé a mamársela en forma más acelerada y entonces los gemidos entre ambos fueron más intensos, entonces su pene explotó en miles de intensas convulsiones, e inundó mi boca de cálido semen, y sin más me la fui tragando todita, y a su pedido se la seguí mamando hasta que mi boca limpio su pene de cualquier vestigio de leche.

Después nos pusimos el traje de baño y fuimos a la playa, caminamos por la arena abrazados y besándonos, fue hermoso hacerlo como su novia.

Por la noche Mario estreno mi cola, en poco tiempo había dejado de ser virgen por completo, estuvimos de novios unos 6 meses y todo terminó abruptamente, a Mario lo trasladaron a EE UU por el trabajo, yo por más que quisiera no podía debía finalizar mis estudios, y todo terminó.

Pero bien dicen que donde hubo fuego cenizas quedan y retomamos nuestro amor 17 años después ahora en forma definitiva… Continua

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