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Mario (II): 17 años después

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Fue hermoso verlo nuevamente después de tanto tiempo, él era el padre de Adriana, mi mejor amiga en la secundaria, y el hombre que me hizo mujer. Mantuvimos silencio sobre nuestra relación. Jamás volvimos a hablar siquiera sobre lo que vivimos juntos, ni siquiera insinuamos algo, cuando establecimos esa relación cuando Mario me hizo suya yo era adolescente e íntima amiga de Adriana. Mario estaba separado de su esposa, la madre de mi amiga. Lo nuestro fue un secreto, el tiempo pasó y Mario conoció a mi esposo y a mi hijo cuando era bebé, aunque mi esposo jamás supo que él fue el primero en mi vida.

Me equivoque cuando pensé que lo nuestro había finalizado, solo vasto verlo para darme cuenta que seguía amándolo que a pesar del tiempo nada había cambiado y ese día todo fue distinto.

Al verlo un cosquilleo recorrió mi cuerpo, me sentí muy sensible, lo miraba con su pantalón beige y se remera marrón, su 1,80 más., su cabello castaño salpicado por algunas canas que lo volvían más interesante, su piel dorada por el sol. Lo miraba y ahí comprendí que ese amor por él no había terminado aún lo deseaba, que su mirada aún me estremecía.

Yo llevaba mi cabello suelto levemente ondeado, mis ojos maquillados muy suavemente, mis labios con un tono de rojo pálido , tenía puesta una remera de color blanco con pequeñas rayas verticales grises mezcladas con algo de color plata que le daban un toque brillante muy ajustada, marcaba sobremanera mis pechos y un escote en V los mostraba muy insinuantes, tenía puesta una pollera algo ajustadita color celeste pálido que marcaba suavemente mis caderas y mi cola, la falda se detenía a unos 5 cm. por arriba de mis rodillas, pero que al sentarme hacia que mis piernas quedasen bastante expuestas y llevaba unos zapatos de taco alto abiertos.

Mientras estuvimos de charla notaba que Mario no podía sacarme los ojos de encima y yo me sentía vibrar por ello, yo por mi parte disimuladamente para Adriana me sentaba de forma tal que Mario viese mis piernas, siempre le gustaban y yo hacía lo posible para que la viese.

En un momento quedamos solos y Mario dijo:

M- Te felicito estás más bonita que antes, tenés muy buen cuerpo y las mismas piernas espectaculares, tu marido era muy idiota para dejarte… bueno yo también al no venir a buscarte cuando terminaste tus estudios.

No hubo continuidad en la charla Adriana volvió y esa conversación quedó trunca, seguimos la charla entre los 3, Mario nos invitó a almorzar y yo no podía dejar de mirarlo, de desearlo, ahí comprendí fehacientemente que aún lo seguía amando

Volvimos a casa de Adriana siguió la charla cuando él se levantó para irse, yo opté por hacer lo mismo, salir juntos era una buena idea. Me estaba despidiendo de Adriana cuando él se ofreció a acercarme a mi casa. Por supuesto acepté el ofrecimiento

Subí a su auto y nos fuimos juntos yo estaba sumamente excitada sus ojos no dejaban de observar mis piernas que habían quedado muy expuestas sentada en el asiento de su auto mi pollera apenas las ocultaban y eso me excitó y mi sensibilidad podía notarse en mis senos; la remera ajustada hacia que mis pezones se notasen erguidos por demás. Él se ofreció a llevarme a casa; en medio del camino se detuvo a hablar por celular, cuando terminó de hacerlo cruzó la calle y me trajo un helado con los gustos que eran de mí agrado encendió un cigarrillo y yo dije:

C- Todavía te acordes de mis gustos preferidos

Y empezó a encararme

M- Como los voy a olvidar hermosa no puedo olvidar nada de vos, sos muy importante en mi vida

C- Gracias por lo de hermosa; pero los años no viene solos, el matrimonio, los hijos y el tiempo hacen estragos en una mujer

M- Pero no en vos, ahora estas más linda, más sexy, más seductora, tus pechos siguen siendo muy atractivos, seguís teniendo buenas caderas y tus piernas siguen volviéndome loco como antes.

Yo estaba muy sensible, él me conocía bastante bien para que eso pasase desapercibido, así que sus manos acariciaron suavemente mis piernas, mi cuerpo se estremeció igual que la primera vez y un gemido suave nació de mi boca

M- Te deseo como esa primera vez, en mi vida ninguna pudo ocupar tu lugar, a nadie pude amar como a vos

C- Yo también te deseo y te sigo amando, sabes que es cierto, me conoces mucho

M- Si te conozco y deseo que lo nuestro vuelva a ser lo que fue quiero, quiero que seas mi esposa

C- Si pero Adriana…

M- Lo va a entender, vos sos el amor de mi vida

Nos besamos profundamente, mi cuerpo se estremeció tanto como esa primera vez, su lengua en mi boca, sus caricias y su mano incursionando entre mis piernas haciéndome sentir nuevamente el placer de sentirlas en mi piel, luego de un par de minutos así nuestras bocas se separaron yo me acurruque en su pecho, él me abrazo volvimos a besarnos nuevamente de forma muy dulce yo seguí acurrucada y él puso en marcha el auto y fuimos sin mediar pedido en busca de un albergue transitorio.

Antes de bajarnos del auto e ingresar a la habitación me miró a los ojos y con voz dulce y suave murmuró un "te amo", acercó sus labios a los míos y cuando se adueñaron de ellos, volví a sentir mi cuerpo vibrar, me estremecí, me sentí transportada, flotando entre nubes, mis brazos rodearon su cuello y mi boca se entregó a ese beso intenso apasionado, me sentía plena entre sus brazos, luego nuestras lenguas se unieron en un beso dulce, tierno y apasionado que se prolongó por varios minutos. Y cuando nuestros labios se separaron él dijo algo que hizo que me entregase a él en cuerpo y alma:

M- Es hermoso volver a tenerte en mis brazos, es casi un sueño, te amo.

Yo solo musité un "mi amor" antes que nuestros labios volvieran a unirse en un apasionado beso, luego nos dirigimos hacia la habitación abrazados besándonos, entramos a la habitación me tomó en sus brazos sentía sus caricias sus frases tiernas, la dulzura de sus besos, me sentía volver a enloquecer en sus brazos, podía sentir mi vagina húmeda y dispuesta a volver a entregarle mi cuerpo a ese mi primer amor.

Ya en la habitación sus caricias, sus besos, sus mimos, me hacían vibrar a esa altura de los acontecimientos estaba como en otro mundo, dispuesta a entregarme por completa.

El me quitó la remera yo le saqué la suya dejé las dejamos en un perchero y él me tomó por detrás, sus manos acariciaban mi vientre y su boca besaba mi cuello llevándome a un clima adorable y pasional, me llevaba a ese clima que desde chica sentí en su lecho, yo estaba acurrucada en su cuerpo disfrutaba y me estremecía con sus besos y caricias no paraba de gemir, luego desprendió mi pollera, ayudo a bajarla, me giró y dijo que estaba más bonita que antes, que tenía un cuerpo perfecto y que me deseaba más que antes.

Me recosté sobre la cama lo vi desnudarse y llegar hacia mí con un slip marrón y ese tremendo bulto que insinuaba su erguido pene, se recostó a mi lado y yo fui en busca de su boca nuestro beso fue apasionado yo estaba recostada sobre su cuerpo, y mientras nos besábamos sentía sus manos desprendiendo mi corpiño blanco, mi cuerpo se estremecía cada vez más; era hermoso sentir mis senos y mis pezones erguidos casi a punto de estallar en contacto con su piel, y mi vagina estaba cada vez más húmeda .

Entonces me giró, el quedó a un costado de mi cuerpo volvió a repetir lo hermosa que estaba, acarició suavemente mi cara y mi cuello besó suavemente mis labios y hundió su boca en mis pechos, los besó, los acarició, succionó mis pezones, los tuvo entre sus labios los lamía con su lengua yo no paraba de gemir de acariciar su cabello mientras él me hacía sentir una diosa en sus brazos, luego de varios minutos así sentí su mano sobre mi diminuta bombacha blanca y acarició suavemente por sobre ella mi clítoris, mi boca no paraba de gemir y de gritar, luego de estar varios minutos embelesado con mis pechos su boca bajó por mi tórax, lentamente recorría cada centímetro de él, deslizando su lengua y besándome, así hasta llegar a mi bombachita, y comenzó a bajarla y continuó besándome cada milímetro de mi bajo vientre a medida que mi bombacha comenzaba a desaparecer de mi cuerpo, hasta que mi vagina quedó al descubierto, entonces la besó, me había depilado el día anterior, sentí como su boca se adueñaba de ella y de mis labios vaginales y yo enloquecí de placer, un grito profundo y enloquecedor nació de mi boca, mi cuerpo se estremeció y segundos después tuve un maravilloso orgasmo en sus brazos, él fue en busca de mi boca, me abrazó y besó dulcemente, mientras mi cuerpo no paraba de convulsionarse en un orgasmo inolvidable, mientras su mano acariciaba dulce y tiernamente mi sexo.

Cuando pude calmar mi cuerpo fui yo la que bajó su slip, pude ver su pene erguido, su glande rosado que pronto me penetraría, pero antes de que esto ocurriera fui mi boca la que lo tomó, mi boca y labios saborearon su glande suave, saboreaba sus jugos y poco a poco me apoderé por completo de su miembro deslicé mi lengua hasta sus testículos el gemía, podía verlo gozar y luego lo devoré por completo, estaba muy excitada lo succioné hasta que por fin volví a sentir en mi boca su cálido semen, ese que tantas veces se apropió de mí y absorbí por completo hasta la última gota que me entregó.

Yo fui al baño a higienizarme, volví y me acosté a su lado diciéndole lo feliz que era al sentirme nuevamente en sus brazos.

Nos besamos y acariciamos durante largo rato, luego él me acomodó sobre la cama, acarició con sus dedos mi vagina húmeda, y mientras hacía esto besaba mi vientre.

Luego se puso encima mío, me pidió que abriese mis piernas, sentí su pene rozar mi sexo y un inmenso placer se apoderó de mí, todo mi cuerpo se estremeció, entonces me miró a los ojos y dijo "ahora vas a volver a ser mía, quiero volver a sentir ese momento dulce, placentero e inolvidable de volver a tenerte, quiero que vibres en mis brazos y que este sea el comienzo de algo que nos lleve al altar, no estoy dispuesto a dejarte marchar, quiero que seas mi esposa".

C- Si estoy dispuesta a ser tu esposa y a luchar por tu amor.

Su pene entró en mi lentamente, poco a poco se fue adueñando de mi vagina deseaba que me entregase todo su pene, sus besos, sus caricias, sus palabras de amor hacían de ese un momento muy hermoso en mi vida, lo abrasé y lo besé fuertemente cuando su pene fue totalmente mío me sentía mujer en sus brazos… nuevamente me sentía su mujer.

Era maravilloso tenerlo dentro mío, y un placer inigualable cuando su pene recorría mi vagina entrando y saliendo, la pasión y el deseo se apoderaron de mí y gozaba y gemía constantemente mientras él alentaba la expresión de mis sentimientos con dulces palabras de amor, sentí que mi cuerpo iba a estallar, y estalló, un nuevo orgasmo se apoderaba de mí, gemía, gritaba, me sacudía en miles de convulsiones, pero ahora me sentía la mujer más dichosa del mundo porque volvía a sentir la calidez de su semen recorriendo mis entrañas, nuestros cuerpos agitándose unidos en un abrazo y un beso lleno de amor, dulzura, placer y pasión.

Cuando nos calmamos y la quietud se apoderó de nuestros cuerpos, él me rodeó con su brazo, nos besamos, nos acariciamos, me sentía esplendida en sus brazos, luego, volvió a poseerme, el turno del hotel había terminado, y decidimos seguir, hubiese sido imposible dejar lo que estábamos haciendo, él estaba besando mi espalda a la altura de mi cintura, ya sus besos habían bajado desde mi cuello, entonces acarició mis nalgas sentí una sensación maravillosa en todo mi cuerpo, me estremecí totalmente y gemí, luego las besó, las lamió, mientras hacía esto sus dedos jugueteaban con mi vagina y mi ano.

Yo no paraba de gemir y gritar, luego me colocó en posición gozaba sabiendo que me iba a penetrar en forma anal, me tomó de las caderas, separé mis piernas y me estremecí al sentir la punta de su pene en las puertas de mi ano, jugueteó un poco con él sin penetrarme yo estaba totalmente excitada y no paraba de pedirle que me penetrase, hasta que por fin lo hizo, su pene ingresó suavemente, lentamente hasta dármelo todo y luego empezó a bombear, creí enloquecer de placer, su pene no paraba de entrar y salir de ni cola, el momento fue maravilloso, en especial cuando aferró mis caderas su cuerpo se estremeció y su semen cálido inundó mis entrañas, al mismo tiempo que mi cuerpo se estremecía en un nuevo orgasmo, él acariciaba mi ingle y mis labios vaginales prolongando el placer que el nuevo coito me estaba produciendo.

Luego nos besamos y acariciamos, nos duchamos juntos, me llevó hasta casa, me pidió que fuese a la suya, pero no podía mi hijo estaba en casa y debía afrontar mis deberes de madre.

Volví a verlo al día siguiente, pasé la noche en su casa volví a ser suya en sus brazos y después de un mes decidimos que no podíamos ocultar más lo nuestro, un día llegamos juntos a casa de Adriana, se sorprendió al vernos juntos, dijimos la verdad a medias, no dijimos nada sobre mi adolescencia, pero sí que estábamos enamorados y que queríamos estar juntos el resto de nuestras vidas, ella escucho en silencio la charla, se quedó mirándonos, se acercó a mí me abrazó me dio un beso y dijo:

A- Yo aceptó su decisión que sean muy felices

Nos tomó a ambos de la cintura me miró y dijo:

A- Tenés que ser paciente, después de tantos años me va a resultar difícil llamarte mamá

Por su parte mi hijo que estaba ahí aceptó lo nuestro.

Dos meses después vivíamos juntos, nos casamos por iglesia y ya llevamos 1 año de intensa felicidad. Y por supuesto este es el final de mis historias y muchas gracias por haber leído y comentado mis relatos.

Gracias por tanto perdón por tan poco.

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