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De cruising en el parque de Santa Cruz

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Desde el día que había descubierto el gran parque natural que va desde Santa Cruz a Bastiagueiro, me propuse visitar un día dicho parque. Tendría que ir en condiciones, porque seguro que allí había ambiente, por lo poco que había visto.

Y el día elegido llegó. Era un viernes a eso de las 3 de la tarde. Fui en autobús y llevaba puesto una camiseta Adidas, pantalón de chándal, un bañador puesto, zapatillas deportivas, y una pequeña mochila donde llevaba un bocadillo junto a una toalla de playa, un slip, algo de dinero, tabaco y una crema para protegerme del sol la cual, de paso me serviría como lubricante, por si tenía éxito en mi aventura por el parque.

Nada más llegar me fui para la zona del embarcadero, donde además de tomar el sol, me daría un baño. Además desde allí tenía una buena vista de todo el entorno, y sobre todo del acceso que hay al parque; son unas escaleras de madera que se encuentran al final del paseo, justo enfrente de donde yo me encontraba.

Estaba justo al costado de la caseta de socorristas, duchas y aseos. Allí saqué la ropa, quedándome en bañador. Coloqué la toalla en el suelo junto a un banco, y debajo de este, dejé la mochila.

Una vez instalado, lo que hice fue ir probar el agua y darme un chapuzón. Estuve nadando durante unos 20 minutos, para luego echarme sobre la toalla y tomar un poco de aquel sol de principios de verano.

Había un ambiente fabuloso, y es que el día estaba estupendo, se notaba que la gente en cuanto salían del trabajo, se iban dar un chapuzón. Y para eso el embarcadero era el mejor lugar.

Ya me había dado varios chapuzones y hasta había ido a la cervecería que no estaba a más de 20 metros, a beber un par de cervezas, allí sentado en la terraza.

Ahora estaba de nuevo tomando el sol tumbado sobre la toalla, y viendo como la gente ya se empezaba a retirar. Me daría otro baño antes de vestirme, y es que tenía un empalme de campeonato; con tanto joven guapo, me había puesto como un burro de empalmado.

A eso de las 9 de la noche, me di el último chapuzón, para luego de sacarme la salitre en las duchas que allí había, termine de secarme, sacar el bañador, y vestirme; mejor no me pongo el slip, pensé; así que me puse el pantalón del chándal, camiseta y zapatillas deportivas, y recogiendo la toalla y bañador, lo metí en la pequeña mochila. Fui hasta la cervecería donde compré un bote de cerveza, y me encaminé hacia las escaleras que daban acceso al parque.

Ya en el parque, busque una mesa donde estuviera bien, y sacando el bocadillo y bote de cerveza, me puse a comer sin ninguna prisa.

Desde donde me encontraba comiendo el bocadillo, tenía unas vistas a la bahía de La Coruña, maravillosa. Allí estuve cerca de 1 hora y 35 minutos por lo menos, hasta que me levanté, y seguí caminando por el parque. Estaba empezando a anochecer, cuando ya había ido hasta el final, o principio del parque y que quedaba en la playa de Bastiagueiro. Ya se podía ver algún que otro movimiento sospechoso en algún bosque que había pasado. Cuando llegué al final, di media vuelta, y me encaminé de nuevo hasta Santa Cruz.

Cuando estaba llegando a donde había comido el bocadillo, ya casi eran las 12 de la noche, me volví a parar en la mesa para sacar el tabaco y encender un cigarrillo. Fue entonces cuando vi llegar a 2 jovencitos; uno como mucho tendría 18 o 19 años, y el otro poco más o menos. Uno de ellos; el que parecía más jovencito, y el que me pareció más guapo; se me quedó mirando, pero siguió el camino junto a su compañero. Aun no los había perdido de vista, cuando ambos se pararon, y después de hablar algo, el que parecía más joven, dio media vuelta; venía directo a donde yo me encontraba; al llegar a mi altura se paró junto a mí, me pidió un cigarrillo y después de encenderlo, me dijo si tenía sitio donde ir, y si me apetecía ir con él.

Le contesté que sí me apetecía, pero que sitio no tenía, pero que seguro que en aquel parque podríamos encontrar un buen lugar. Ven conmigo me dijo, y subiendo un poco me llevó a aquel lugar donde entre unos árboles y zarzas, había un claro en el medio; era donde había estado con el joven macarrilla y el viejo. Me comentaba que él no quería que le abrieran el culo. Cuando entramos en aquel claro, nos abrazamos y nos pusimos a meternos mano uno a otro. Nos empezamos a desnudar, hasta que nos quedamos en pelotas por completo. Nos íbamos fijando en cómo íbamos sacándonos la ropa, y la dejábamos sobre unas ramas, como si de una percha se tratara. Cuando solo le faltaba por quitarse el slip; era de color granate; me quedé contemplando la belleza de aquel jovencito, era además de muy sexy con aquel slip granate, guapo como un adonis griego. La verdad es que había tenido mucha suerte al encontrar aquella belleza. Le dejaría hacer lo que él quisiera. Si no quería que le abrieran el culo, pues yo le dejaría que él me lo abriera a mí, y además le comería todo lo que él quisiera; hasta le bebería todos sus fluidos corporales.

Cuando ya estábamos en pelotas, lo abracé y empecé a mordisquearlo hasta hacerlo gemir. Le dije que esperara que iba sacar la toalla para poder tumbarnos sobre ella. Una vez extendida la toalla, lo acosté, poniéndome yo encima y empezar a realizar un 69.

¡Dios! Aquello era un manjar y era todo para mí. Cada vez que metía su polla en mi boca, el jovencito gemía como si el mundo se fuera a acabar.

Estando en plena función, escuchamos unos ruidos, y entonces él me dijo que seguramente era su amigo y si no me importaba que él también participara.

No, no me importa que participe, le contesté, si él quiere, que venga. Nos levantamos de la toalla, y agachándose por aquella entrada se asomó mi adonis, y fue a ver si era su amigo. Volvió a entrar mi adonis, y detrás venía su amigo. Se volvió a tumbar en la toalla mi adonis, y le dijo a su amigo que se desnudara.

Mientras se iba despelotando su amigo, nosotros reanudamos con lo que estábamos. Pero ahora yo empecé a morderle el cuello y barbilla, hasta apoderarme de su linda boca, la cual succioné, mordí sus labios, le introduje mi lengua y después de saborear toda su boca, hice que su lengua entrara en mi boca, saboreando yo también su lengua.

Seguí luego bajando por sus tetillas las cual mordí y pellizqué, hasta llegar de nuevo a su rica y linda polla, la cual volví a meter en la boca.

Estando con aquella felación, noté que el amigo que se había incorporado, se ponía de rodillas, y me acariciaba la espalda. Me besaba la espalda, y con una de sus manos agarraba mi polla y la empezaba a menear. Pasó luego con su otra mano por mi culo hasta encontrar mi huequito, y al ver que lo tenía lubricado, introdujo levemente un dedo por él.

En cuanto noté el dedo dentro de mi culo, tuve que sacar la polla que estaba chupando, y dar un gemido de placer, ¡ooohhh! Sigue, sigue, le pedí, pero no me menees la polla sino me voy correr antes de poder hacer nada.

Me dejas que te meta la polla en el culo, me dijo el amigo, ¡ooohhh! siiií, le contesté.

Se puso de pie, y antes de que se colocara, le agarré la polla, llevándola a mi boca. Tenía una buena polla, y además ya estaba soltando precumen el jovencito aquel. Le succioné la polla después de lamer todo el precumen que se asomaba por el glande, y después de chupar bien chupado el falo de aquel jovencito, lo saqué de la boca, diciéndole que se colocara detrás de mí, y que mientras yo mamaba la polla del adonis de su amigo, él me diera por el culo.

Estando el adonis tumbado sobre la toalla, yo me puse de perrito chupando la polla del jovencito adonis, y mientras el amigo se colocaba detrás de mí, y arrimando su rica polla, me la iba clavando en mi culito, ¡oooohhh! Gritaba el jovencito al meterme toda la polla en el culo, ¡ooohhh! que gusto, joder que gusto me da, iba diciendo, a la vez que empezaba a bombear con todas sus fuerzas.

¡Dios! Menuda follada me estaba largando aquel jovencito, si seguía a aquel ritmo, pronto me llenaría el culo de leche. Mientras tanto estaba siendo cabalgado, yo me esmeraba en chupar la bonita y rica polla de mi jovencito adonis.

Ya empezaba a jadear mi jovencito adonis, cuando me anunciaba que ya se iba correr. Yo sin sacar la polla de la boca, succionaba con más ganas, esperando me soltará todo su semen, y poder bebérselo.

De aquel jovencito adonis, me comería todo lo que me diese, ¡oooohhh!, me corro, me corro, decía a la vez que se retorcía de placer, ¡oooohh!, que gusto, joder y te la has comido toda.

Había dejado que aquella leche llenara mi boca, para luego saborearla y terminar por tragarla toda, ¡oooohhh Dios! Era una leche riquísima, tanto que no paraba de chupar aquella polla queriendo exprimirla bien, y que no se perdiera nada. Y mientras no paraba de chuparle la polla, seguía siendo cabalgado por su amigo.

Ahora ya notaba como me clavaba sus dedos en mis caderas, a la vez que daba unos gemidos de placer, ¡ooohhh!, me corro, me corro, ¡oooohhh!, que gusto, ay que gusto, decía el otro jovencito mientras me clavaba en lo más hondo su polla.

Cuando dejó de soltar toda su leche, se quedó parado, apoyando su cara y pecho sobre mi espalda, hasta que fue saliendo su polla de mi culo.

Joder tío, ha estado de puta madre, tienes un culo cojonudo, decía el amigo del adonis.

Pues a mí, me has dejado sin leche en los huevos, tío, y además te la has comido toda.

Nos pusimos de pie una vez recuperados, y mientras nos disponíamos a vestir, nos percatamos de que habíamos tenido espectadores. Al menos allí se veía un joven negro bien alto y muy delgado.

Se acercó a nosotros, y sin dejar que me vistiera, echó su mano a mi polla y huevos. Todavía no te has corrido, me dijo, ven y deja que te folle y te haga correr de placer.

Me abrazó a la vez que me quitaba la ropa de mis manos, y tirando por mí, me llevaba fuera de aquel nido de amor.

Mientras iba saliendo, los 2 jovencitos terminaban de vestirse, y el jovencito adonis, me dijo que si quería me esperaban.

Le contesté que si por favor, mientras el alto y delgado joven negro, tiraba por mí.

Me llevó hasta la mesa donde aquella tarde noche había comido el bocadillo, y nada más llegar, me sentó en la mesa, y a la vez que me comía la boca, se iba desvistiendo.

¡Dios!, estaba a mil por hora, y caliente a más no poder. Era la primera vez que estaba con un negro, y aquel semental además de joven alto y delgado, era guapo. Lo que tenía miedo era de su polla, no fuese a ser un monstruo de polla y me fuese a romper el culo.

Cuando por fin pude ver su polla, me quedé con la boca abierta, la acariciaba con la mano, y aquello parecía interminable. Era larga pero tan larga como el negro. Jamás había visto una polla tan larga; joder si le debía llegar a la rodilla. Si me metía aquello en el culo, seguro que me llegaba a la boca.

Cuando se percató de mi asombro, me dijo, que estuviera tranquilo, que no me haría daño alguno.

Me empezó a besar y morder por todas partes, hasta llegar a mi polla la cual se metió en la boca, para a la vez que me iba haciendo estirar sobre la mesa, levantaba mis piernas.

Entonces se puso a lamer el escroto, seguir por el perineo, y al llegar a mi ano, lamerlo de una manera, que me hacía dar gritos de placer. No paró hasta conseguir meter la punta de su lengua dentro de mi culito, ¡oooohhh Dios mío! Aquello me estaba haciendo delirar de placer, aquello me volvía loco, me retorcía, y le pedía que parara que no podía resistir.

Me hizo incorporar sobre la mesa, y dejándome allí sentado, sacó de su pantalón un pequeño frasco, el cual abrió, y echando algo en su mano, luego la pasó por su larguísima polla, y luego pasarla por mi culito.

Una vez terminó, me pidió que lo abrazase, a la vez que el volvía a levantar mis piernas, para que mi culito le quedase a su plena disposición.

Iba colocando su polla en mi entrada, y cada vez que me iba enterrando aquella polla, se echaba sobre mí, haciendo que abriese más mi culo, quedando yo tumbado sobre la mesa.

¡Ufffff! Notaba como aquella larga polla se iba introduciendo en mí, y no paraba de entrar. Ya había llegado al tope, y aún quedaba media polla o más fuera.

Empezó poco a poco a sacarla y volver a meterla, a un ritmo muy suave, y aquello ya me hacía gritar de placer, ¡ooohhhh Dios! Aquello me iba volver loco. Rozaba mi próstata sin parar y mi polla ya estaba chorreando semen sin parar. Tenía los ojos en blanco, y la boca abierta como si estuviera ido.

Abrázame me pidió el negro. Y así lo hice, mientras él me sujetaba por el culo, me levantó, haciendo que su polla me entrara aún un poco más, cosa que me hizo dar un grito de placer, que se debió escuchar en todo el parque. Fue entonces cuando vi a los 2 jovencitos con los que había estado follando antes, que allí estaban esperándome a la vez que presenciaban aquel espectáculo en directo y primera fila. Tenían mis ropas y mochila, y también tenían las pollas fuera de sus pantalones, y se la estaban volviendo a machacar; seguro que aquel espectáculo, los había puesto otra vez calientes a más no poder.

Pero el que no podía más, era yo, ahora me estaba follando mientras me tenía en el colo aquel joven y alto negro. Notaba su polla en el estómago,

Y su pelvis chocar con mi culo, ¡Dios! Si me había entrado toda aquella larga polla, iba quedar bien reventado. Pero de momento, lo que me estaba era haciendo gritar de placer.

El joven negro, cada vez me daba más fuerte y enterraba su polla en donde nunca había llegado otra polla, ¡ooohhh! Ahora me estaba corriendo y me corría como nunca lo había hecho.

¡Ohhh! Me corro, me corro, me estoy corriendo, gritaba. Así, así, córrete y aprieta tu culito que ya me vas sacar la lechita, me decía el joven y delgado negro.

¡Dios! Era una corrida tan larga, que me hizo morder el hombro de aquel semental, a la vez que lo abrazaba con todas mis fuerzas.

Fue entonces cuando aquel alto y joven negro, empezó a resoplar y embestirme con mayor fuerza, hasta que soltó un alarido y empezó a correrse, ¡aaaahhhh! Ya me corro, ya te voy llenar el culo con mi semen, ¡aaaahhhhh! Que gustazo me está dando. Ahora sí que vas quedar preñado, ¡aaaahhh! Toma mi lechita maricón, ¡aaaahhh! Toma, toma toma ¡aaaahhh! Que gusto.

¡Dios! Si mi corrida fue larga, la del negro aquel fue espectacular. Era como si me hubieran meado dentro del culo.

Cuando terminó de soltar toda la leche que llevaba, se sentó en el banco, y sin sacarme la polla del culo, se puso a besarme la boca y comerme los labios. Ya te dije que no te iba hacer daño, y que te haría correr degusto. Has estado fenomenal, tienes un culito maravilloso, es un culito que ha nacido para ser follado.

Una vez repuesto, me colocó de pie, me revisó el culo metiendo 2 de sus dedos dentro del mismo.

¿Te ha gustado?

Mucho, le contesté.

Pues cuando quieras solo tienes que venir por el parque, vengo todos los fines de semana. Sino también me puedes encontrar en la cervecería Preludio.

Los 2 jovencitos que habían estado viendo el espectáculo ahora se acercaban con mis pertenencias, disponiéndome a vestir, y salir de allí, rumbo a mi casa.

Aún paramos a tomar algo en un Pub del pueblo, los 2 jovencitos y yo. Joder vaya follada que te metió el negro, no sé cómo te ha entrado tremenda polla que se gasta el negro en el culo. Nos habéis hecho correr de nuevo con la follada que os habéis largado, joder menudo espectáculo. Joder como te debió quedar el culo de abierto.

Y después de tomar una copa y hablar un poco, me despedí de los 2 jovencitos, y me fui a coger un taxi para que me llevara a mi casa.

Esa noche iba con el culito como jamás había tenido; abierto como nunca; follado hasta la extenuación, y bien preñado de lechita.

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