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Sexo con Sofía

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Era uno de esos días en los que uno no quiere ni levantarse, el cielo estaba gris, la humedad del aire mezclado con el calor del lugar donde vivo hacia insoportable el día. Como yo vivo a 1km del cole yo me voy caminando. Sentía como la humedad se pegaba en mi piel. En ese momento comienza a llover, aún me faltaba bastante para llegar, así que me puse a correr. Cuando por fin logré llegar al colegio estaba todo mojado. Me fui rápido al baño para intentar secarme, cuando estaba llegando a la puerta del baño escucho como una de mis mejores amigas (Sofía) me llama.

-Oye... como que te mojaste un poco.

-¡No me digas!- le dije sarcásticamente.

-¿Ocupas ayuda para secarte?

-Si, gracias -le dije sin saber qué es lo que ella pretendía que hiciéramos.

En mi colegio los baños no son de esos en los que hay muchos cubículos, es solo para uno, pero hay varios dispersos por todo el colegio. Por lo que teníamos privacidad.

-Será mejor que te quites la camisa, así va a ser más fácil secarla.

Yo en verdad no tengo buen cuerpo, tengo que admitir que estoy algo gordo, y mi pene nos es muy grande, yo considero que es un poco más grande que la media.

Al quitarme la camisa veo como ella se muerde el labio intentando que yo no lo note. Escurrí mi camisa en el lavatorio, y la puse abajo del secador de manos. Me puse a pensar cómo iba a secar mi pantalón, pero no pude terminar de pensar cuando sentí que unas manos estaba tratando de quitarme el pantalón.

-Oye, ¿qué estás haciendo?

-Te estoy quitando el pantalón para secarlo, tontito.

-Pero... ¿no es algo raro?

-No.

Dejé que me quitara el pantalón. Me excité bastante al notar que estaba casi desnudo frente a ella. Al sentir que mi pene estaba erecto me sonrojé. Sofía es bastante alta si la comparaba con la mayoría de mujeres de mi colegio. Ella tiene un culo pequeño, pero tenía unas tetas que me volvían loco, pero, lo que más me gustaba de ella era su boca, me había hecho cientos de pajas pensando en cómo sería que me la chupara.

Siento como unas manos empiezan a agarrar mi pene y como empiezan a masajeármelo por afuera del bóxer. Al volverme hacia ella veo como estaba roja. No pensé en nada, solo la atraje hacia mí y la besé. Me invadió una sensación de felicidad al descubrir que besaba mejor de lo que me había imaginado. Con mis manos agarré esas tetas que tanto había deseado agarrar.

Al quitarle toda la ropa de la cintura para arriba, con mis manos en su cintura, pego más nuestros cuerpos para poder disfrutar el cómo sus pechos chocaban contra mi cuerpo.

Al apartarla un poco le desabotono y le bajo el pantalón junto con su ropa interior. Ella se puso de rodillas y bajó mi ropa interior dejando completamente libre mi pene. Al terminar de quitarme el bóxer empezó a chuparme el pene, mientras que con su lengua jugaba con mi pene. «Es la mejor mamada que me han hecho-pensé.»

Mientras veía como Sofía me la chupaba me excitaba cada vez más, ya quería poder metérsela, así que la levanté y la senté al lado del lavatorio y la comencé a penetrar. Me encantaba como se sentía estar dentro de Sofía, y ver como gemía. Lo hacía cada vez más rápido y cada vez más fuerte, al igual que ella gemía cada vez más rápido y más fuerte.

-¿Que está pasando ahí? -dijo una voz detrás de la puerta.

Mi corazón paró de latir por un segundo al reconocer la voz de quien estaba tras la puerta, era Carmen, la directora del colegio.

-No pasa nada, solo estoy en el baño -gritó Sofía.

-Lo siento -dijo ella- creí haber escuchado algo.

No lo había notado, pero seguía penetrándola. Ella seguía gimiendo, pero ahora lo hacía más bajo.

Al sentir que estaba a punto de venirme la baje y le di vuelta, dejando su culo ante mí. La empecé a penetrar con la misma velocidad con la que lo estaba haciendo. No tardé demasiado en venirme en su culo, pero yo aún estaba al máximo. Así que le volví a dar la vuelta y la seguí penetrando, ahora fue ella la que no duró mucho en venirse. Sin decir nada se puso de rodillas y me la empezó a chupar otra vez, hasta que me vine en su boca. Ella se levantó otra vez y nos seguimos besando. Al oír el timbre nos pusimos la ropa rápidamente y nos fuimos a clase. Ella, mi novia (También se llama Sofía) y yo estábamos en la misma clase. Antes de llegar a la clase nos encontramos a mi novia. Al saludarla ella nos vio algo raro, me asusté al creer que había descubierto lo que veníamos de hacer.

-Oye, tienes algo en la boca -le dijo a Sofía.

-Gracias, no lo había notado, tiene que ser del desayuno.

Sofía se fue a la clase dejándome solo con mi novia. Yo estaba muy nervioso.

-No creas que no sé lo que hiciste -dijo mientras se encaminaba a la clase.

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