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Jóvenes estudiantes y marchosas

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Iba yo en búsqueda de sexo porque el sol ya está aquí y que queréis que os diga... el calor, la poca ropa que empezamos a llevar, la primavera…y o que sé…

Como no tenía planes y uno ya tiene una edad como para intentar ligar en condiciones, me propuse ir a un club donde a veces hay parejas que buscan un hombre para pasar un rato con ellos. Un club swinger de mi ciudad, pero al llegar allí, era el día de descanso y estaba cerrado. Mi gozo en un pozo!!!

Volví a montar en mi coche y desilusionado volvía a mi rutina habitual cuando…

…Un par de chicas de unos 20-22 años pasaron por el paso de peatones y mientras yo las miraba embobado, ellas reían y charlaban de lo suyo. Faldas cortas y camisetas con unos escotes dignos de esa edad y con esas risas, unos movimientos que hacían temblar sus camisetas y… mi polla, jajaja.

Sin querer, os lo prometo, toqué el claxon de mi coche y del ruido ellas y yo mismo nos asustamos y levantando la mano les pedí perdón… que bochorno!!!

Al levantar la mano ellas se acercaron (creían que las llamaba) y vinieron hacia mi preguntándome si quería algo.

Pensé que era el día apropiado y todo se ponía de cara porque llevaban en la mano unos numeritos de esos sorteos que hacen para viajes de estudios, ya sabéis. Les pedí de nuevo disculpas y…

“Perdonadme… os miraba al pasar y sin querer...”

“Que susto nos ha dado, jajaja… Pero... ¿qué quería?”

“Por favor, no me hables de usted… No quería nada… bueno… si, oye, ¿vendéis números? ¿Para qué son?”

“Nos vamos a Italia al acabar la carrera el año que viene y estamos sorteando un patinete eléctrico… ¿le interesa? ¿Nos compra alguno? Jajajaja”

“Puede que sí”, les dije… “Podría incluso compraros todo el bloque de números”

“¿¿¿Cómo???” Dijo sorprendida la más alta de ellas. “¿De verdad harías esto?... vale mucha pasta!!!” dijo en un tono poco elegante, más bien un poco barriobajero.

Laura y Ana no eran dos estudiantes de esas pijitas con dinero, no, para nada… Eran más bien chicas con pinta de alcohol, chulillas… guerreras, vamos. Cuando vi por donde iban, arriesgué y les propuse que les compraba todo ese bloc de números si me proponían a cambio algo que me convenciera. Me vendí como un tipo con pasta (el coche que llevaba me ayudó, un Mercedes de mi Empresa jeje) y que tenía ganas de pasarlo bien esa tarde.

Se apartaron de la ventanilla del coche y empezaron a hablar, a medio discutir entre ellas y a elevar la voz con lo que yo oía que la más alta, Ana, le decía a Laura que con un par de chorradas podía vender los números y tener la tarde libre… “Total que puede pedirnos, que se la toquemos jajaja???” “Estás loca Ana… y si es un mal tío y nos hace una putada?”

“Mirad chicas (interrumpí)… Soy un buen tipo no tengáis miedo y solo quiero pasar un buen rato con dos jovencitas como vosotras… Vosotras ponéis los límites y según que me dejéis hacer, os compro más o menos números… Vamos será divertido, subid al coche”

Un par de minutos más discutiendo y finalmente subieron en los asientos traseros. Antes de cerrar la puerta, Laura, la más desconfiada, preguntó que donde iríamos con el coche, a lo que yo respondí que si lo preferían, aparcaba el coche y nos íbamos a algún bar de la zona.

“Lo prefiero” dijo Laura, a lo que yo les dije “Esperadme aquí que vuelvo en dos minutos” y me fui a un parquing cercano a dejar el coche.

Volví al sitio y les propuse ir a un bar que había en esa misma calle. Entramos, nos sentamos y pedimos bebidas.

Laura preguntó “¿Qué nos darás por los números y que quieres a cambio?

“No vayas tan rápido, jajaja” le dije. ¿Cuánto valen todos los que lleváis?”

“Llevamos 40 número y a 5 € son 200€” dijo Ana. “¿te los quedaras todos?”

“La verdad es que no quería gastarme tanto hoy jajaja, pero, un trato es un trato... Os puedo dar 200€ y me dais la mitad de los números, con lo que si acabáis vendiéndolos todos, sacareis en total… a ver… 300€, ¿verdad?”

“¿Podemos hablar a solas Ana y yo?

“Por supuesto” les dije… “Voy a los lavabos y a la vuelta me decís que hacemos”

Me levanté y las dejé hablando mientras iba al baño. A la vuelta estaban las dos riendo con lo que pensé que era una buena señal.

“¿Y qué?... ¿habéis llegado a un acuerdo las dos?

“Nos tienes que decir que tenemos que hacer” dijo Ana… Estamos preparadas”

“Bien, haremos un juego. Os iré pidiendo cosas y cada vez que las cumpláis, os pagaré 10€ y me daréis 1 numerito, ¿ok?... Os pediré 10 cositas a cada una y así llegaremos a esos 200€ y yo tendré los 20 números. Si me animo y depende de donde lleguéis igual seguimos. Para que no haya dudas, serán cosas atrevidas, excitantes y algunos juegos relacionados con sexo… ¿Aceptáis?”

“Si pero con unos límites” dijo Laura “Imagino que querrás pedirnos cosas atrevidas pero no voy a hacer nada contigo, ok?”

“Eso (recalco Ana), no nos puedes pedir que hagamos nada de sexo con nadie”

“Nooo tranquilas... Empecemos y vemos como avanzamos, será divertido ya veréis”

Tenía que empezar por cosas suaves para que no se asustaran, sobre todo Laura, la más desconfiada.

“Ana… empezarás tú. Ve al baño pero moviendo tu culete bien sexy para que te vean esos chicos que hay allí sentados”

Ana y Laura se rieron juntas con una mezcla de diversión y de nerviosismo. Ana se levantó y fue al baño moviendo sus caderas hasta que uno de esos chicos le silbó, jajaja.

Al volver dijo “que vergüenza”… Le di los 10€ y le dije a Laura que me dijera de qué color llevaba su ropa interior “Las dos piezas blancas...” Le di sus 10€ y dijo, “¿Ya está? ¿Solo eso?”

“Sí, toma 10 € para ti y otro numerito para mi”

“Eso no vale!!!” se quejó Ana y de seguido nos reímos los tres “jajajaja”

Así pasamos unas cuantas pruebas tontas hasta que llevaba gastados 60€ pero ellas se estaban animando.

“Vamos a otro bar que nos tienen ya muy vistos y esos chicos al final pensarán que queréis algo con ellos jajaja”.

“Por mi si ese rubio quiere algo que me lo diga” dijo Ana.

“Pues antes de irnos vas a hacer la última prueba con él”, le dije a Ana. “Ve al baño, quítate las braguitas y se las regalas… Envuélvelas con papel higiénico, mucho papel y dile que no lo abra hasta que hayamos salido del bar. Nos iremos corriendo hasta el bar que hay en la otra calle para que no nos vean... ¿ok?... Si lo haces te compro dos numeritos, jajaja”

Ana con una carcajada se levantó, fue al baño y al poco rato salió, nosotros estábamos pagando y al vernos como encarábamos la puerta, fue y le dió al chico ese papel con sus bragas y le susurró algo al oído. Salimos corriendo entre risas.

“Que fuerte tía… le acabo de dar mis bragas a un tío bueno que no conozco de nada y ahora voy sin nada, jajaja... si me lo encuentro otro día que le digo, jajaja… que fuerte jajaja”

Entramos en otro bar y les dije que quizás era mejor seguir en un sitio más discreto. “¿Te fías de mi si vamos a mi coche ahora Laura?... allí podemos hacer mejor las últimas pruebas”

Y aceptaron. Fuimos al parquing y entraron en la parte trasera del coche y yo en el asiento de copiloto. Lo habíamos pasado bien y estaban muy relajadas y con ganas de pasarlo mejor aún. Las pocas escenas rematadas por la última, nos habían subido la excitación a todos y yo quería más

“Mirad... Llevo gastados 80€ y la verdad es que no me he llevado nada. Me gustaría ser más pícaro y poder pediros cosas más atrevidas. Cuando queráis lo dejamos y ponemos fin… Ahora... 10€ a cada una si os quitáis sujetador y tu Laura sujetador y las braguitas”.

Se miraron, sonrieron y se quitaron lo pedido. Las veía muy animadas así que me atreví a la siguiente prueba

“Ahora quiero ver lo que escondían estas prendas… Tenéis que enseñarme pechos, culete y coñito”.

“Como te pasas tío” se quejó Laura.

“Mira yo estoy que no puedo más Laura… que me pida lo que quiera que quiero vender todo el paquete de números, jajaja” y dicho esto se quitó la falda y levantó su camiseta para mostrarme sus pechos y bufff que pechos tenía, grandes, preciosos. Se bajó la camiseta y se giró para mostrarme su culo al que le di un leve cachete splash. “Eh, eh... eso te va a salir más caro, eh? Jajajaja”.

“Ahora te toca a ti, Laura”.

Laura se quitó también su falda, se levantó su camiseta y de la misma manera me enseñó sus pechos, más pequeños pero más erguidos que los de Ana. Iba totalmente depilada y al girarse vi un culo de modelo, jajaja… bufff. “¿no me das cachete a mí, tío? jajaja”.

Después de decirme esto y propiciado por la posición que tenía, se giró hacia Ana dándole un morreo que no esperaba. Ya no había marcha atrás. Había llegado donde quería. Empezaron a besarse con gemidos leves y a tocarse entre ellas por todos los lados. Era un espectáculo!!!

Se animaba la cosa y mientras se besaban le di dos cachetazos más fuertes y sonoros mientras que a la vez y cuando terminaba con el segundo, metiendo mi mano en su mojado coño le dije “como estoy tocándote y viendo lo mojada que estas te compro uno nuevo pero quiero estar 10 segundos así… Estás excitada Laurita y me gusta que lo estés. Que rico coño tienes Laura… delicioso!!!”

Laura empezó con leves gimoteos y siguió con sus besos y toques con Ana.

Las dejé hacer un rato y me puse en el sitio de pilotaje del coche. Les dije que nos íbamos a un lugar más seguro pero que siguieran durante el camino… que les daba 20€ más si seguían.

Sin decir nada arranqué el coche y salimos mientras por el retrovisor veía como se devoraban. Ana empezó a tocar el coño a Laura hasta que se corrió como una loca mientras yo iba conduciendo y mirando. Fuimos a una montaña cerca de la ciudad y aparqué en un sitio lejano y solitario. Habían parado y estaban las dos relajadísimas (creo que Ana también se corrió).

“Que pasada” dijo Laura “Nunca había estado tan perra como hoy… bufff… lo del bar me ha puesto a mil y lo del parquing… bufff, ¿Verdad Ana?”

“Si, si… una pasada tia”

Estaban a punto de caramelo y muy excitadas las dos!!!

“Sé que tenéis ganas de más, estoy seguro y que necesitáis algo para poneros dentro de vuestros mojaditos coñetes… ¿o no? Voy a venir aquí con vosotras, me sentaré en medio y la que quiera puede subirse y clavarse mi polla como desee. Con eso os compro lo prometido… ¿Quién empezará?”

Bajé del coche, abrí la puerta rasera y entré. Me puse entre las dos y me bajé los pantalones quedándose mi polla hinchada, erecta y mirando al techo.

Ana se subió primero y me dijo “no te corras dentro que no tomo nada” y encaró la punta en su mojadísimo coño y mientras se sentaba y hacía que entrara lentamente empecé a sobarle sus duros pechos y a pellizcarle los durísimos pezones por encima de su camiseta. Empezó a follarme como una loca mientras decía con palabras entrecortadas… “Ufff, ohhh no te puedes correeerrr prometemelo vamos, Diosss Laura que pollaca tiene este tioo voy a corrermeee ahhhhggg me corrooo”

Se corrió y se tumbó encima de mí y le dije que saliera o me corría.

Laura se subió al instante y le dije: “No podré resistir Laura… estoy a punto de correrme cielo” y respondió “Esa mojigata de Ana no toma nada pero yo si… puedes correrte sin miedo tío”

Y se puso encima, apuntó con mi polla su entrada y se la metió de un solo golpe empezando a moverse como si le fuera la vida en ello… “Uauuuu que ganas de polla tenía… este cerdo ha conseguido follarnos a las dos con la tontería de los numeritooosss y uuiiii que polla tienes tio… uuuauuu buffff Dios mío que folladaaaa ahhhh no tardo ni medio segundo en correrrmeeee ehhh ahhgggg diooosss miooo”

“Me corro Laura… toma mi leche para ti… que bien follas zorraa ahhhggg”

Y nos corrimos los dos y al pasar un rato nos quedamos medio dormidos los tres. Volvimos al mundo y saldamos la deuda, me quede con los numerito y las volví al semáforo donde nos habíamos conocido tres horas antes.

Me despedí de ellas pero me quedé las braguitas de Laura como recuerdo.

No me tocó ese patinete, aunque me lo pasé genial con Ana y Laura.

Espero os haya gustado mi relato

Escribid a [email protected].

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