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Intimidad

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Todas las tardes al regresar del trabajo me encerraba en mi casa y me ponía la ropa interior de mi hermana o mi madre, una tarde no cerré con llave expedido de confianza ya que nadie venía a mi casa a esas horas. Me puse una maya negra de mi madre y algo que me formaban unas tetas muy abultadas, en eso miro a la ventana y veo que alguien me había estado mirando y segundos después mi amigo entro a mi dormitorio y comenzó a decirme que estaba linda. Yo muerto de vergüenza le pedía que se vaya, pero me dijo que si no se la tocaba le contaría a todo el barrio, mientras me perseguía por toda la habitación, en eso saco su famosa pija y la esgrimió frente a mis ojos, mientras, la situación no era excitante, pero finalmente acepte y me senté en la cama.

Él se acercó y comencé a lamérsela cada vez con mayor intensidad hasta convertirla en un pedazo enorme de pija que me asustaba, apenas me entraba en la boca y sentía el estiramiento de las comisuras de mis labios, minutos después me pregunto si me dejaba, yo no dije nada debido a su enormidad pero el insistió y en un momento tomándole de los brazos me tiro en la cama boca abajo y me corrió la maya dejando mi culo desnudo, seguidamente me metió su enorme pija partiéndome el culo, yo gritaba de dolor y el empujo mi cuerpo contra la cama hasta que mis gritos se apagaron en la almohada mientras él me seguía rompiendo el culo sin piedad hasta que me lo lleno de leche. Luego al sacar la pija de mi culo me dijo:

-¡mira lo que hicisteis!

Me di vuelta y vi su pija empapada en semen, sangre y algo más y me ordeno limpiárselo con la boca. Yo ni tiempo a pensarlo cuando él ya me ponía la cabeza en su pija y me ordenaba limpiársela, así que comencé a lamerla hasta dejarla limita.

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