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Navidad con la vergota de mi tío

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Hola nuevamente, y gracias por seguir acompañándome y leer mis relatos, también agradezco infinitamente los comentarios que amablemente me dejan en mi correo, quiero que sepan que los leo todos, sin embargo, no puedo darme el tiempo suficiente para responderlos todos.

Les recuerdo mi nombre femenino: Soy Paulina, tengo actualmente 30 años y soy una mujer Tv a medio tiempo, esto quiere decir que aunque si salgo vestida a la calle y realizó la mayoría de mis actividades en mi modo femenino, (atender mi negocio, acudir a reuniones familiares y de amistades, realizar las compras para mí hogar, etc.), aún hoy en día tengo por necesidad que vestir en algún momento como niño, (momentos casi nulos, básicamente para atender asuntos relacionados con mi negocio o mi hogar), pues a la fecha no me he decidido a realizar el trámite de cambio de identidad o de género. Vivo por el metro Tlatelolco, y en esta ocasión y dándole seguimiento a los últimos 3 relatos, les contaré lo ocurrido en la Navidad del 2016, de nueva cuenta el coprotagonista de este relato es mi tío Alfredo, que para ese año y si no me fallan las cuentas debió cumplir los 57 años, sin embargo, puedo asegurarles que debido al constante ejercicio físico que este hombre realizó durante toda su vida, se mantiene aún hoy en día en una condición física envidiable para muchos caballeros de su edad. No haré mucho énfasis en lo que sucedió en años anteriores a la fecha mencionada, pues mi tío y yo perdimos contacto cuando él un día me dio el cortón al decir que no era correcto lo que le hacíamos a mi tía Lupe, pues si leyeron los anteriores relatos, sabrán que con regularidad la sustituía cuando salía de viaje ella con mis primos y se quedaba una noche sólo mi tío, entonces dábamos rienda suelta a nuestra lujuria, en la propia cama de mis tíos y yo con la ropa de mi tía Lupe, así que pasaron los años y no tuve otra oportunidad de disfrutar los varoniles dotes que tanto me fascinan de mi Tío, hasta esa noche de Navidad. Recuerdo que después del fallecimiento de mis abuelos, la familia se distanció un poco, hasta que en vísperas de la Navidad del 2015, la familia completa planifico pasar dicha fecha en la casa de descanso que los abuelos que tenían en la ciudad de Cuernavaca Morelos, por lo que al estar todos de acuerdo y con la emoción de volver a reunirnos todos como familia, empezaron los preparativos, los familiares que no trabajaban en aquella época, o los que tenían un poco más de disponibilidad de tiempo, se enfilaron primero, para adecuar la casa, limpiarla y hacer demás preparativos, hasta que los últimos que teníamos que trabajar, alcanzamos a los demás ya casi de última hora, dos de esos casos fuimos por azares del destino: un primo, yo y mi tío Alfredo, los cuales la tarde del 24 de diciembre aun nos encontrábamos en la ciudad de México, por lo que a la familia se le hizo fácil proponer que para ahorrar gastos los últimos que faltábamos por llegar nos pusiéramos de acuerdo para venirnos juntos.

Desde un principio la idea no me gustó, pues después de nuestra “ruptura” no había platicado nunca más con mi tío, salvo los saludos obligatorios en las fiestas familiares, a pesar de que luego de mandarme por un tubo él se arrepintió e intento buscarme por varias ocasiones, sin embargo yo entre en un plan de “princesa con su dignidad herida” y lo rechace todo cuanto pude, sin embargo, no me da pena aceptar que si es difícil saludar de beso en el cachete a quien antes te ponía de perrito. Básicamente lo que pretendía evitar era un momento incómodo al lado de este hombre, por lo que de inicio rechace y tape de mala idea, sin embargo, puse en una balanza la situación. Definitivamente era más cómodo hacer el viaje en automóvil particular que hacerlo en autobús y al llegar al destino tener que tomar un taxi que me llevase a la vieja casona de los abuelos. Además, pensé:

P- Al fin y al cabo, va mi primo Thiego, no creo que pase nada si va el, no es tan tonto mi Tío para hacer algún comentario frente a él. Seguro que ellos (hombres) se pondrán a platicar sobre fútbol o algo así, yo me haré bolita en el asiento trasero y me pondré a escuchar música todo el viaje… Asunto arreglado!

Me apunté para el viaje en el grupo de whatsapp de la familia, y me confirmaron que el viaje sería en el vehículo de mi tío, él y mi primo Thiego se verían más temprano y pasarían por mí a mi tienda, para enfilarnos con rumbo a Cuernavaca y estar por allá en la noche del 24, antes de la cena, era un buen plan, casi enseguida de confirmar mi asistencia, mi Tío me envió un mensaje también de whatsapp pero privado, directo y casi frío, decía:

TA- Hola Pau, que gustó saber que vas a la reunión de Navidad, pasaré por tu primo a las 5 a su escuela, de allí vamos por ti a las 6:30 pm en lo que cierras tu negocio, por favor estate lista a esa hora para evitar todo lo posible el tráfico de la caseta de Cuernavaca. Buena tarde.

P- Claro, pero sería mucho pedirles que en lugar de pasar por mi a Isabel la Católica, pasen por favor a Tlatelolco? Cerraré temprano el negocio y me gustaría darme un baño para llegar ya lista a la cena de Navidad

TA- Desde luego. Saludos

Esa fue toda nuestra conversación, creí sinceramente que el tema estaba superado, así que continúe felizmente con el resto de la semana previo a la Navidad.

El día pactado cerré el negocio a eso de las 2 PM, pague sueldos y realizamos un pequeño intercambio con comida navideña, a las 4 PM ya iba camino a mi departamento para darme un baño y prepararme para la cena navideña con mi familia. Afortunadamente soy una mujer muy limpia, siempre mantengo mi depilación al día, y mi higiene en general es muy estricta, por lo que un baño simple basto para estar satisfecha. Me preparé para mí sesión de maquillaje, está noche me reencontraría con muchos miembros de mi familia, Además claro, la fecha de Navidad es siempre una fecha en donde una quiere verse súper linda, no? Al menos yo si. Por lo que me apliqué una base de maquillaje líquido en color canela aperlado, está base en tonalidad perla me regalaba la sensación de tener la piel como la textura de la seda, selle mis poros con polvo traslúcido, pues nunca es bueno olvidarlo, si no, en un par de horas tu rostro brillará más que un foco, está vez por ser ocasión especial, resalte las líneas de los costados de mi rostro con ayuda de un poco de rubor facial, enseguida me ocupe de mis ojos, puedo asegurar que no escatime en máscara para pestañas, pues me apliqué fácilmente 6 o 7 capas de un rímel que me recomendaron para engrosarlas y mantener un efecto de pestañas tipo caricatura japonesa, dibuje el contorno inferior de mis párpados con un lápiz delineador líquido en color negro, provocando que mis ojos parecieran más grandes, para finalizar el trabajo en mis ojos, apliqué 3 tonos distintos de sombra para párpados, difuminado de lado a lado a modo de bandera, provocando un hermoso efecto de tono multicolor, para finalizar la sesión de maquillaje apliqué un lápiz labial en tono cereza mate, a juego con mis uñas, ya sólo como detalle extra recalque un poco más mi sensual y natural lunar que tengo justo encima del labio superior derecho, un detalle súper femenino. Mire en mi tocador el resultado final y me fascinó, mis ojos resaltaban ante todo, y aunque hoy no planeaba ir en plan de conquista, si quería dar buena impresión ante la primer Navidad juntos después de la muerte de mis abuelos.

Para mi vestimenta elegí de ropa interior una diminuta tanga oculta pene, de encaje en color negro creación de un famoso diseñador mexicano, un bra push up también en color negro sin varillas, en esta ocasión seleccione este tipo de ropa interior, pues tenía planeado estrenar un sensual palazzo de una pieza, la parte del pantalón era totalmente de licra, por lo que se pegaba a mi cuerpo como una segunda piel, y obviamente marcaba de una manera muy provocativa mi gordo y femenino culo y mis torneadas piernas, en la parte de arriba el corte era tipo globo, de una manga larga y un brazo descubierto, tenía hermosos detalles de lentejuelas también negras en toda la parte de las bubis, me calce en unos hermosos stilettos de charol negro, que con su finísima punta de adelante y su finísimo tacón provocaba que mis ya bien respingonas nalgotas se pararan aún más. Para complementar mi atuendo me cubrí con un monísimo chal en tela transparente con encaje, hermosísimo! Un reloj de oro en mi muñeca izquierda y un brazalete de fantasía en la derecha, una hermosa gargantilla a juego con un par de arracadas resaltaban mi rostro, me rocíe generosamente con un poco de Chanel No 5. Estaba lista, acomodé un par de cambios en una maleta con rueditas y tome lo necesario que siempre me acompaña en mi bolsa de mano. Ya sólo faltaba esperar a mi tío y a mi primo. Puntuales me llamaron a las 6:30 PM para avisarme que estaban sobre la avenida esperándome, así que me apresuré a su encuentro. Al salir del edificio me encontré con un vecino con el cual he tenido algunas aventuras muy ricas, más adelante también se las contaré, pues definitivamente merece mención, venía entrando junto a su esposa y sus 2 pequeños, sentí todo el peso de su mirada en mis redondas nalgotas, e incluso al pasar a su lado percibí como inhaló por un momento de más mi sensual perfume. Imagine que está noche de nueva cuenta se cogería ferozmente a su mujer pensando en mí. En esto iba pensando mientras me enfilaba por el corredor que sale rumbo a eje central, atenta a mis pensamientos, al sonido de las llantitas de mi maleta y al típico e irreconocible sonido de unos tacones de mujer, que cuando a lo lejos divisé a mi tío Alfredo recargado en su camioneta, con uno de sus peculiares y costosos trajes de Hugo Boss, su camisa perfectamente bien planchada y justo como se usan en día, pegaditas al cuerpo, a pesar de sus 57 años, es un look que le queda, pues este hombre tuvo una vida de ejercicio y deporte, además el hecho de no usar corbata y traer la camisa desabotonada justo a la altura de donde inicia su varonil y peludo pecho, le da el aire de sex appel justo para llamar la atención de una puta que lo mira no como su Tío, si no como el macho semental que anteriormente le propinó deliciosas e inolvidables sesiones de sexo duro y bien dado. Fue hasta que el subió mi maleta a su vehículo, y me estaba abriendo caballerosamente la puerta del acompañante, que me percaté de la falta de mi primo Thiego, por lo que torpemente pregunte por el:

P- No venía Thiego con nosotros?

TA- Salió un poco más temprano de su compromiso y se adelantó. Ya sólo faltamos tú y yo.

P- Mald… lo planeaste desde un principio verdad?

TA- No sé de qué hablas.

P- No te hagas

TA- Y si lo hice, que pasaría?

P- No pasará absolutamente nada. Pierdes el tiempo, tú eres un capítulo cerrado en mi vida.

TA- Lástima, hoy te vez exquisita… más que otras veces.

Corte la conversación de Tajo, en verdad pensaba que yo había superado este tema con él, sin embargo, mi tío continuaba haciéndome la plática, y a mi se me hacía mala onda no contestar, además de todo, es mi tío, y bueno la verdad es que comenzó con preguntas triviales:

TA- Como te va en la escuela? Te decidiste a estudiar Administración de empresas verdad? Y tú negocio? Solo vendes ropa de dama? Tienes buena ubicación? Que tal las rentas en el centro? Y como llegaste a vivir a Tlatelolco? No es cierto que espantan?

Cuando menos me percaté, ya estaba envuelta en su juego, y no sé cómo, ni porque, o para qué, pero fui yo misma quien le cuestionó su partida cuando él me dijo:

TA- Te pusiste bien bonita, ya eras bonita y con rasgos muy femeninos, pero ahora te miras totalmente diferente, totalmente mujer.

P- Gracias, el efecto de casi 5 años de tratamiento de hormonas femeninas, combinado con muchísimo ejercicio.

TA- Pues te ayudo mucho, en verdad te vez muy bonita.

P- Y si me veo tan bonita, por qué te fuiste?

Se mantuvo un instante en total silencio y entonces me dijo:

TA- Es que me estaba enamorando de ti, ya no pasaba un momento sin pensar en ti, querer escucharte, querer estar contigo. Por eso.

P- Mentiroso.

TA- No estás obligada a creerme, además, fuiste tú quien pregunto.

P- Si? Pues olvida que lo hice.

En ese momento me sentía molesta, sin embargo al mirar por afuera de la ventana del lujoso vehículo de mi tío, me di cuenta que sería un viaje largo, por lo que lo más inteligente y sensato sería al menos tener una conversación sana, al menos para amenizar el tiempo. Entonces dije:

P- Oye tío, perdona por favor que sea tan grosera contigo….

TA- Descuida bonita, no te disculpes.

P- En verdad, discúlpame por favor.

TA- En verdad, Descuida, yo también te extrañe.

P- Yo no dije que te extrañe!

Todo esto lo dijimos mientras yo miraba a la calle, pues no fui capaz de mirarlo a los ojos, quizá por miedo inicial a que me rechazará, sin embargo, cuando gire mi cabeza para cuestionar su último comentario, me percaté de que me había dicho esto mientras manejaba con una mano y con la otra zangoloteaba justo a mi lado su grande y venudo trozo de carne masculina. Entonces, algo molesta y confundida le pregunté:

P- Pero que estás haciendo? Que intentas? Estas loco?

TA- Pues me pude dar cuenta que te molesta platicar conmigo, pero recuerdo a la perfección que te encantaba bajar a platicar con mi verga, casi recuerdo que la idolatrabas.

P- No es cierto! Guarda eso antes que la gente de los otros vehículos te vean!

TA- No me verán, los cristales están demasiado obscurecidos, además, que te da pendiente? Que otra linda niña la mire y se enamore de mi? Quizá ella si me corresponda.

P- Haz lo que quieras! No me importas!

TA- Segura? Tu hermosa carita de puta no dice lo mismo…

No me había percatado, que durante todo este lapso de conversación, en el cual yo le respondía casi por inercia, no había desviado mi mirada ni un instante de su gorda vergota, me había quedado como embelesada ante tal visión y también debido a los deliciosos recuerdos que a mi perversa cabeza llegaron… Seguramente, mi silencio me delató, entonces él dijo:

TA- No serás una niña educada?

Mi silencio seguía siendo toda mi respuesta, pero al parecer mis gestos y movimientos me delataban, pues juntaba mis piernas, tratando de apretar mi sexo de forma inconsciente, pues estaba en verdad cachonda por estar tan cerca nuevamente de semejante víbora que en un pasado me provocó deliciosos orgasmos anales. Nuevamente me pregunto:

TA- De verdad serás tan maleducada y no saludaras?

Esta vez ante mi evidente silencio, pero al percatarse de que no le perdía la vista un solo momento, además que estrujaba todo mi cuerpo en el asiento por la excitación, avanzó un paso más y tomó mi mano izquierda para rodear con ella la inmensa circunferencia de su vergota, de forma automática mi femenina mano comenzó a subir y bajar por toda la extensión de su gorda carne masculina, mientras con mi otra mano me estrujaba sobre la fina tela de mi palazzo mi pequeña verguita, desconozco cuánto tiempo estuve masturbándolo, pero en un momento en el que me sentí totalmente perdida por la excitación, le pregunté:

P- Puedo mamártela?

TA- Hahaha!! Princesa, no tienes que pedir permiso para comer!! Adelante! Provecho!!

En ese cachondo momento no era dueña de mi voluntad, por lo que de manera felina y sensual me puse de rodillas en el asiento y lentamente envolví ese gigante cetro de poder masculino con mis ansiosos labios. No estaba segura si las personas de los otros vehículos podían mirar para adentro del vehículo, yo podía verlos a ellos a través del cristal, el modelo de la camioneta de mi tío es muy alto, y si bien quizá no podían ver que estaba mamando una vergota, si podrían observar mis nalgotas que estaban expuestas al aire por la posición en que me acomodé en el fino asiento de cuero, ignoro cuanto tiempo pasó mientras le mamaba la verga en esta posición, y mientras él se entretenía jugando con los pliegos de mi diminuta tanga a través de la delgada tela de mi palazzo, pero con voz de puta le pedí:

P- Por favor busca un lugar en donde puedas hacerme tuya… Quiero volver a sentir está vergota dentro de mi…

TA- Tus deseos son órdenes para mí, hermosa putita.

No contesté nada, seguí con la deliciosa mamada que estaba yo dándole, pero percibí que el comenzó a maniobrar cambiando de carriles y dio la vuelta en una calle para regresar más atrás sobre la misma calzada de Tlalpan, a un motelito que habíamos pasado apenas, nunca olvidaré su nombre, hotel y suites Xarare, pues es uno de los más ricos recuerdos que tengo de una Navidad, justo a la altura de la estación de metro Villa de Cortés. Tan entretenida estaba yo con esa vergota en mi boca que sólo alcance a escuchar que me decía con voz de cómplice:

TA- No te levantes

Y enseguida paso a hablar con alguien más que le estaba cobrando la habitación, se decían:

TA- Si, requiero una habitación para salir hoy mismo, también requiero un paquete de condones.

Cobrador- Claro sr, son $700

TA- Claro, aquí tiene.

Cobrador- Pase por favor, su habitación es la número 4.

Seguido volvió a dirigirse de nuevo a mí, me dijo:

TA- No te bajes aún, espera a que yo te lo diga.

Me chocaba, pero me encantaba que fuera dominante, mi tío se acomodó como pudo su cosotota en el pantalón, bajo de la camioneta, esperó a que el cobrador bajara la cortina y de forma galante y caballerosa me abrió la puerta del auto. Subimos las escaleras, el todo el tiempo detrás de mí, seguramente mirando lo buena que me había puesto y las nalgotas que hoy volvería a comerse, y al cerrar la puerta de la habitación me besó. Mientras su lengua penetraba mi boca, sus fuertes manos me tomaron por la cintura para acercarme a él, su olor era una mezcla de loción y hombre. Pasamos un rato besándonos, sentía sus dedos dibujar el escote de mi espalda, y luego sus manos entretenerse masajeando mis redondas protuberancias femeninas, en eso, él tomó mi cara y me dijo:

TA- Hace mucho que te deseaba.

Yo no hablaba, prefería sentir su cuerpo cerca. Con una de sus rodillas abrió mis piernas y se colocó en medio, entonces, a través de la delgada tela de mi palazzo, pude sentir su grande bulto, me excitó enormemente lo duro que estaba, me sorprendía la vitalidad que mi tío aún presumía tener a sus 57 años, mi lujuriosa cabecita sólo pensó que si así estaba con un faje no podía perderme el resto. Bajé mi mano a la altura de su gorda verga, que gracias a la fina tela de su pantalón lograba sentirse con claridad, la apreté un poco, juro que logre sentir el palpitar de sus venas. Entonces le dije:

P- Quiero que me comas el culo, como sólo tú sabes hacerlo.

TA- Que rico, que delicioso es que tú misma me lo pidas. Como te quito esto?

Se refería a mi palazzo, así que me giré para darle la espalda, me acomodé mi largo cabello de lado y mi tío Alfredo desabrocho el pequeño botón y bajo el cierre que mantenía el palazzo en su lugar, lo jalo hacia abajo con delicadeza, y poco a poco la desnudez de mi piel se asomó dejándose ver a las caricias de este hombre, hasta que mi fina prenda cayó por completo al piso, quedándome solo en tacones y ropa interior. Él me tenía abrazada por la espalda, su boca estaba en mi cuello, una de sus grandes manos sobre la tela de encaje de mi tanga, estimulando mi diminuta verguita y la otra jugando con mis pezones y mis pequeñas bubis. Me di la vuelta y por fin las palabras salieron de mi boca:

P- Yo también quiero tocar.

Desabotoné su camisa y antes de quitársela acaricié su fuerte y varonil torso, tan duro como yo lo recordaba, sus vellos entre mis dedos, el olor que despedía su piel, el latir de su corazón, todo en este hombre me encantaba. El no tardó en desnudarme completamente, y una vez que me tuvo así, le dedicó un buen tiempo a besar y lamer mis pezones con mucha delicadeza, dejándomelos sumamente excitados, pero yo no podía dejar de pensar en su vergota. Le bajé los pantalones, me arrodillé, bese su gran barra dura de carne por encima de la tela de su bóxer y enseguida retire está última prenda que era la única que se oponía entre yo y esa grande vergota a la cual deseaba con todas mis ganas volver a tener en mis golosos labios, entonces, casi con desesperación baje el resorte de su bóxer y su anaconda salto ante mis ojos, aun en estado semi dormido, ese monstruo inspiraba respeto, antes de tocarla nuevamente con mi boca levanté la mirada para verlo, su mirada se había hecho más penetrante, y me dijo:

TA- Te ves hermosa así…

P- Soy hermosa y hago maravillas con mis labios!!

Le respondí, al mismo tiempo que le guiñaba un ojo, para ahora sí, tomar su verga entre mis manos, bese el ojo de la cabeza de su gorda verga, que me regaló algunas gotas de su cristalino líquido preseminal, recorrí con mi lengua por todo la larga extensión de su tronco, y bajé hasta llegar a sus gigantes huevos, los cuales bese uno primero y luego el otro, mientras lo masturbaba suavemente aprovechando la saliva que le había dejado a mi paso con mi lengua, apretaba ligeramente su gordo tronco y jugaba con sus huevotes en mi boca, frotaba la punta de su verga con mi dedo pulgar. Él se percató de que me tardaba en pasar al siguiente nivel, por lo que me dijo:

TA- No juegues tanto con tu comida Paulina, mámamela ya!

P- Claro, estaba ansiosa porque lo pidieras.

Respondí mirándolo a los ojos. Abrí mis labios y rocé su capullo con mi lengua, lo mojé bien y fui metiéndola a mi boca, su verga es realmente gorda. Apretando los labios movía la cabeza para meterla y sacarla de mi boca, al tiempo que apretaba sus nalgas con mis manos, en segundos me estaba follando por la boquita, su verga crecía de forma descomunal dentro de mis labios. Entonces me dijo justamente lo que mis oídos querían escuchar:

TA- La chupas delicioso, es cierto que haces maravillas. Definitivamente la mamas mucho más rico que tu tía Lupe. Levántate por favor putita, estoy ansioso por volver a estar dentro de ti.

Me levanté y lo besé ansiosamente, en parte por deseo, y también en agradecimiento por sus halagos, sentir nuestros cuerpos desnudos nuevamente juntos me ponía a mil, la erección de su gorda vergota chocando con mi pequeña verguita también erecta era una imagen digna de un cuadro, sus brazos alrededor de mi cuerpo me hacían que me sintiera chiquita a su lado, me tomaba un poco agresivamente, pero sin dañarme, apretaba mis pezones, me daba mordiscos en el labio inferior, el cuello, mis bubis, sus dedos indagaban en interior de mi ano, sus manotas masajeaban mis nalgotas, en fin me convertí en un objeto… su objeto, Entonces, me tomo por los cabellos, y me ordenó girarme y apoyar mis manos sobre el tocador ubicado al centro de la linda habitación de este cuarto de motel, con una sonora nalgada hizo que levantará más mi bien proporcionado culo, y enseguida se hinco detrás mío y comenzó a comerme el culo de una manera que me hizo poner los ojitos en blanco, todo lo que yo podía hacer era parar más el culo y moverlo en círculos para intentar buscar la mejor posición de su hábil lengua, en un momento determinado en que me separo mis gordas carnosidades, yo lo tomé por los cabellos de la nuca y le restregué totalmente mis femeninas formas por toda su cara, como una hembra marcando a su macho, mi macho. Esto debió haberle excitado de sobre manera, pues me acomodo una nueva y sonora nalgada, me jalo por los cabellos y me arrojó a la cama, se puso un condón, abrió violentamente mis piernas y las descanso en sus fuertes hombros, me comió la boca y descansó su cuerpo sobre el mío. Obviamente él es mucho más pesado que yo, me cortaba la respiración, pero no me importaba, pues estaba ansiosa por volver a sentirlo dentro de mi, la punta de su verga estaba justo en la entrada de mi ano, pero mi malvado tío gozaba hacerme esperar. Así que le suplique:

P- Cógeme ya, por favor!!!

Sentí como entraba la gorda cabezota, estaba lo suficientemente lubricada, y aun así me dolió, pero yo quería más, así que me atreví a exigirle:

P- La quiero toda adentro… Por favor!!

Por lo que de un solo empujón me penetró por completo.

P-Ahhhh!!!

TA- Te hice daño?

P- Me hiciste tu puta nuevamente…

TA- Por eso me gustas, una zorra debajo de tu ropa de niña consentida.

Cuando terminó de decirlo, me embistió tremendamente fuerte, lo sentí bien dentro. Arquee la espalda como una loca, estaba llena, lo abrazaba con las piernas y dejé que hiciera conmigo lo que quisiera. Aceleró el ritmo y me perdí, gemía su nombre, gemía lo mucho que me gustaba, gemía para pedir más… y entonces, de golpe se detuvo, me levantó y me indico ponerme en la deliciosa posición de perrito, recargada en mis codos sentí que abrió mis nalgotas, y de nuevo comenzó a comerme el culo, lo hacía tan rico como la vez anterior, pero debido a que en aquel momento la piel de mi ano estaba ya sumamente dilatada, la sensación que me provocaba el contacto de su lengua jugueteando en mi interior, era fenomenal, también me gustaba sentir el roce de su bigote picando mi piel, esto lo evidenciaban mis fuertes gemidos de puta que estaba haciendo. Entonces, con voz entrecortada le volví a suplicar:

P- C… cógeme por f… favor!!

El atendió de inmediato mi súplica y se colocó detrás de mí apuntando su grande verga a mí ya para ese momento dilatado y abierto hoyito anal, a la vez que me ordenaba:

TA- Quédate quieta puta… Deja que tu macho atienda como se merecen estas nalguitas que me encantan, tu culito me gusta mucho… Sólo relájate zorrita.

Sentí su dura barra de carne nuevamente en mi ansioso culo, está vez entro sin mayores problemas, poco a poco su peso venció a mi fuerza y debido a las fuertes arremetidas que me daba con cada empujón, terminamos cogiendo en la deliciosa posición de misionero invertido, esto es el encima de mí, pero yo boca abajo. En esta posición, él me tenía completamente a su merced, pues mi tío dispone de la fuerza suficiente para sostener su propio peso con una mano, y mientras con la otra me jalaba del cabello, masajeaba mis bubis, o en determinados momentos, parecía someterme totalmente pues cambiaba por completo la forma de cogerme, cambiaba de tratarme de una forma ruda, de tratarme como a una puta, a besarme el cuello, los hombros, a buscar mi boca para besarla también, se acercaba a mi oído y me decía cosas como:

TA- Me gustas mucho Paulita, siempre me has gustado mucho. Eres una mujer hermosa. Me encanta hacerte el amor. Eres la mejor hembra que yo he tenido. Estas riquísima muñequita.

Y de pronto volvía a transformarse y volvía a tratarme como a su puta, aunque, lo acepto, lejos de molestarme o disgustarme, me encanta la versatilidad a la hora del sexo de este hombre. De pronto, sacó su inmensa vergota de mi interior y se recostó a mi lado, jaló mi cuerpo hacia el suyo para quedar en la rica posición de “cucharitas”, pasó una mano por debajo de mi cuello, y con esa mano tenía acceso total a mis excitados pezones, además podía atraer mi cara cuando él quería para buscar y comerse mi boca a su antojo, mientras con su otra mano levantó mi pierna izquierda, apoyándose de mi carnoso muslo, de esta manera se facilitó totalmente la penetración, además de que con su misma mano que sostenía mi pierna, me masturbaba mi pequeña verguita, era deliciosa la combinación que realizaba para darme placer como sólo un macho verdadero puede hacerlo, entonces, comenzó a penetrarme nuevamente, sentí como su vergota me partía en dos, penetro poco a poco hasta que estuvo nuevamente dentro de mí, dolía? Si. El dolor era intenso, como la primera vez que tuve dentro de mi interior a este hombre, tanto que derramé un par de lágrimas cuando estuve totalmente enculada, sin embargo, es ese dolor rico, el dolor que cada una de mis niñas conoce y disfruta, un rico dolor que regresamos a buscar cada que sentimos ganas de verga. Yo le dije:

P- Me duele mucho.

TA- Sabes que en un momento lo vas a olvidar, voy a darle a ese culo lo que necesita, sabes que siempre pedirás más… Lo sabes verdad?

Asentí con la cabeza, pues no me pesa reconocer que es verdad. Me tomó por la cintura, acarició mi espalda y empezó a moverse lentamente. Entonces se detuvo y nuevamente me cuestiono:

TA- Te gusta putita? Dilo!

P- Ahh… ahhh… Siii, me encantas tío Alfredo!!

Justo en ese momento retomó su pistoneo, y está vez lo hizo más fuerte, sus manos me apretaban con fuerza mis nalgotas. Y me decía:

TA- Estas deliciosa, apretadita, riquísima… Me gustas mucho, quiero volver a ser tu hombre.

P- Me gusta que seas mi hombre! Me gusta satisfacerte en todo lo que ya no quiere hacerte mi tía Lupe.

TA- Que rico suena eso putita!

Pasaron algunos minutos más en los que mi extasiado culito recibía un espléndido trato por parte de mi tío, después terminó en un abundante orgasmo, yo perdí la cuenta de los míos, pues el constante roce de su vergota con mi próstata me provoco varios excelentes orgasmos aquella noche. Mi tío y yo nos metimos a dar un reparador baño, y antes de salir de la regadera se la volví a mamar de una forma como sólo una verdadera puta como yo sabe hacerlo, está vez, termino en mi tragona boquita, y yo ansiosamente devoré toda su deliciosa leche de macho, nos volvimos a vestir y retomamos el camino a la cena navideña de la familia, llegamos tardísimo, pero ambos bien satisfechos. Nuestra coartada fue el tráfico de la autopista, luego inventamos que se nos ponchó una llanta y que no había buena recepción en los celulares en donde nos había pasado, que nos apoyaron los Ángeles verdes de la autopista, pero que tardaron un poco en llegar, afortunadamente nuestra familia ya había comenzado la cena y ya estaban un tanto adelantados en copas, por lo que sólo se alegraron que llegáramos con bien. La noche transcurrió sin mayores inconvenientes, sólo nuestras constantes miradas de complicidad. Esa noche ya no pudimos volver a hacer nada, pero a la mañana siguiente, aprovechando que estaban todos crudos y desvelados, me marco a mi celular y me dijo:

TA- Te espero en la azotea, en el cuarto de servicio que está allí.

Cuando subí me estaba esperando con su gorda vergota de fuera, y la tenía envuelta con un moño, y estaba semierecta, él me dijo:

TA- Feliz Navidad Pau!

Esto me hizo reír, pero me excito demasiado, por lo que de inmediato me hinque y le di una soberbia mamada navideña. Quedamos de vernos más seguido en la ciudad, pues yo le dije:

P- Si sabes que ahora vivo solita, y que puedes pasar a verme más seguido y sin pretextos verdad?

TA- Si, lo sé. Y si me lo permites me gustaría retomar lo nuestro, tal y como te lo pedí ayer.

P- Es justo lo que quería escuchar. Claro que quiero!

Pero estos encuentros, de nueva cuenta no duraron mucho, está vez por mi decisión, pues en meses posteriores me reencontraría con Fernando, un viejo amor de mi pasado, que me había marcado incluso aún más que la relación que mantenía con mi tío Alfredo. Sin embargo, cuando decidí alejarme de mi tío, él me dijo:

TA- Yo siempre voy a estar aquí, está vez te alejas tú, pero cuando lo quieras, o cuando lo necesites, sólo márcame, gustosamente estaré para ti.

La forma en que me lo dijo fue muy sincera, y no lo rechacé, sólo se lo agradecí. Más adelante volví a buscarlo, pero eso ya se los contaré en otra ocasión.

FIN

Por favor, agradezco sus comentarios a mi correo: [email protected].

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