Nuevos relatos publicados: 0

La noche del bar

  • 9
  • 8.475
  • 9,57 (14 Val.)
  • 0

Especialmente para:

Mayra G

A petición tuya, una segunda parte.

He despertado después de haber dormido de una forma tan maravillosa. Relajado y feliz de haber disfrutado de la desnudez de Mayra mi vecina, la que con unos cuantos tragos el día de anoche me hizo sentirme totalmente en el paraíso del placer.

Me dispongo a ir a mi cocina, prepararme una buena taza de café para iniciar el día de la mejor manera, observo a través de mi ventana a mi vecina que revisa su buzón de correo. Le miro mientras le doy un sorbo a mi café, y me regresa a mirar. Elevo mi mano y le digo entre labios “buenos días”, sólo sonrió y con un guiño de su ojo me hizo sonreír.

Paso la mañana como cada fin de semana, me dispuse a hacer un poco de ejercicio y hacer unas cuantas llamadas para cerrar unos negocios de mi trabajo. Para mi fortuna esa misma tarde quedé con un cliente en un restaurant, para cerrar un trato muy importante para mi empresa. Generaría dinero y no tendría del qué preocuparme por un corto tiempo de nada en lo absoluto.

Llegó la tarde, me di una ducha y me vestí de traje para impresionar al cliente con una buena imagen de seriedad e importancia hacia nuestro trato a proceder. Al salir a mi auto mire a Mayra barrer su patio, me observó y le sonreí a lo cual me pregunto:

- ¿A dónde tan elegante vecino?

“Tengo una cita con un cliente para un negocio de mi trabajo”

- Estupendo, te tocará invitar la próxima botella entonces (Sonriendo carismáticamente)

“Claro que si (Devolviéndole la sonrisa)

“¿Y tú? ¿Planes para esta noche?

-No lo sé, mi marido quiere vayamos a un bar, pero no me agrada mucho la idea, se pone algo odioso con unos tragos

“Entiendo, igual trata de salir un rato, te hará bien”

-Lo pensaré, gracias por el dato (Guiñándome un ojo)

“Bueno, nos vemos que se me hace tarde…”

-Hasta luego…

La charla con ella antes de mi cita de trabajo, me hizo sentir mejor, los nervios se me fueron. Llegué al restaurant donde quede con mi cliente y ya estaba esperándome. Pude lograr sorprenderle con los beneficios de mi empresa y sin más, accedió a hacer contrato. Me fue realmente fácil, algo que no tenía previsto a pesar de tener ya experiencia en cuanto a convencer a mis clientes.

Me sentí feliz por dicho trato y en vez de irme a casa a estar a sola, aproveche estar en el centro y me fui a un bar. Recordé que mi vecina tenía planes de ello y dije: ¿Por qué yo no? Entonces fui a uno muy conocido del centro.

Llegué, me senté sobre la barra y pedí un whisky. Tomé unos cuantos tragos y charlaba a ratos con el cantinero que ya era un conocido para entonces. Al paso de un buen rato, él mismo me dice “Vaya que belleza de chica viene ahí” volteo mi mirar hacia la entrada y vaya sorpresa, era Mayra entrando con su esposo al mismo bar donde yo estaba. Llegó justo al lado mío junto a su pareja, me hice el tonto y solo salude formalmente. No quise ser muy obvio después de lo que anoche paso entre nosotros mientras él no estaba. Invite los dos primeros tragos a los dos y terminé pidiendo otros más para mí.

A los 10 minutos aproximadamente, sentí como tocaban mi pierna suavemente. Baje la mirada y era su mano que cuidadosamente deslizaba sobre mí. Me quedé inmóvil y le di un trago a mi bebida, sonreía pensando en hasta donde podría llegar, sabiendo que su esposo estaba justo a lado de ella. Acariciaba y dejaba de hacerlo, repetía unas cuantas más y no pude evitar que mi piel se erice. De reojo volteo su mirada hacia a mí y con su lengua lamio sus labios. Fue algo excitante no lo puedo negar, el sólo hecho de hacer ese simple gesto, provocó una erección sobre mi pantalón. Me levante de mi silla para dirigirme al baño, pero ahora iba la mía. Al momento de levantarme me apegue a su trasero de forma intencional para ver su reacción. Solo volteo a verme y el movimiento de su lengua entre sus labios se hizo de nuevo. Sonreí y me dirigí al baño, me tenía como loco, y era de esperarse tras haberla sentido totalmente desnuda anoche en mi propia cama, tenía ganas de sentirle otra vez más.

Al salir del baño ambos venían al mismo lugar, puesto que el sanitario de damas estaba justo al frente que a los de caballero. Él entro al sanitario y ella fingió entrar pero con la misma se detuvo. Tomó sorpresivamente mi mano y me jalo hacia dentro del baño. Nos besamos con tantas ganas que no pude evitar acariciar su cuerpo una vez más por encima de su ropa. Fue un intercambio de besos y caricias rápidas, debido a que su esposo estaba a punto de salir del sanitario. Se despegó de mis labios y me dijo:

- Dame unos 10 minutos, y te veo en tu auto…

“Esperare con ansias” respondí…

No pueden imaginar el éxtasis que sentí por todo mi cuerpo de solo imaginar que esa noche, podría tenerla nuevamente entre mis brazos. Llegué a la barra y pague mi cuenta, me preguntó su esposo el porqué de mi partida tan temprano. Respondí: “Es que me necesitan para algo urgente, y sería inapropiado no atender tal urgencia amigo” Ella sonrió disimuladamente y él, sin sospecha alguna de que nuevamente su bella esposa, podría estar nuevamente entre mis brazos.

Me fui de prisa hacia el estacionamiento a mi auto, abrí mi puerta y me metí observando el reloj pidiendo avanzara de forma rápida lo antes posible.

Al término de unos 15 minutos máximo tocaron la ventana de mi auto, era Mayra. Por mi cabeza comenzaron a pasar miles de cosas, y mis ansias de tenerla eran inmensas. Abrí la puerta y entro de prisa:

- ¿Esperabas a alguien cariño?

“Ansiaba tu llegada por si no lo sabias”

- Pues aprovéchalo, que solo tengo unos pocos minutos…

Apenas y deje terminara su frase cuando me lance a su boca, le bese con tantas ganas que de inmediato sentí su mano dirigirse entre medio de mis piernas. Me comenzaba a apretar mi miembro, acción que solo provoco se pusiera duro. Mis manos no se quedaban atrás y una de ella se deslizó entre su escote, pude sentir su seno al desnudo entre la palma de mi mano. La suya no quería quedarse atrás y con la misma, quito mi cinturón, mi botón y bajo mi cierre con rapidez. Sacó mi miembro erguido con su mano, sentí como lo tomo firmemente presionándolo. Comenzó a moverlo de una forma tan estupenda que mi boca mordía sus labios. Lo movía entre lento y rápido a instantes, cosa que sólo provoco comenzaran a brotar mis primeras gotas entre sus dedos. Me beso con pasión y no pude evitar tomarle de la cadera y ponerla sobre mí. Su mano firmemente sobre mi miembro erguido, mis dedos apenas y pudieron entrar entre sus piernas, quería sentir su sexo entre mis dedos. Le toqué y sentí como su humedad había atravesado la tela de su interior. Le hice a un lado su panty y comencé a acariciar su vagina, sintiendo como mis dedos eran inundados por sus fluidos. Sus gemidos en mi boca se hicieron presentes, mi respiración provocada por sus movimientos de su mano en mi miembro era muy notorio. Quite mis dedos de su sexo, tome los bordes de su falda y la levante, dándome espacio para separar un poco más sus piernas. Sus manos se apoyaron sobre mis hombros y mis manos sobre su cadera, sentí como su sexo buscaba la punta de mi miembro, moví mi cadera ayudando a encontrarnos. Me acomodó a su gusto, y mi boca recorrió su cuello entre besos y pequeñas mordidas. Pude sentir como bajaba sobre mi miembro exquisitamente. Un gemido semi fuerte salió de su interior al bajar sobre mí. Me sentí totalmente dentro de ella, mis manos no esperaron más y se fueron sobre sus nalgas, las tomé apretándolas y comencé a elevarla. Obligando a su cuerpo elevarse y dejarse caer al mismo tiempo, era algo increíble. Sentirla nuevamente sobre mí, sus fluidos inundaban mi pelvis, mi miembro entraba en ella una y otra vez. Comenzamos a gemir, sus uñas se clavaban sobre mis hombros y mi boca desesperadamente buscaban sus senos. Se dio cuenta de mis intenciones y con sus manos, saco ese bello par de senos y me los entregó por completo. Mi boca apenas y podía succionar sus pezones por sus movimientos sobre mí, lograba tenerlos entre mis labios y les estiraba apenas por sus imparables movimientos. Mis manos separaban sus nalgas y cambiaron sus movimientos, ahora comenzaba a resbalar sobre mi pelvis de adelante y atrás. Cabalgaba deliciosamente, me perdí en el placer que provocaban sus caderas con tales movimientos. Gemía junto a ella y sentía como su sexo latía de forma tan increíble, cosa que provoco mi miembro se hinchara y vibrara de forma tan deliciosa. Comenzó a sonar su teléfono, era su marido quien me imagino ya le buscaba por ya llevar más de 10 minutos fuera del bar. Si tan sólo supiera que no le respondía porque estaba cabalgándome como una diosa.

Ella sólo veía de reojo su celular, pretendía tomarlo con su mano pero se la tomaba para negarle le contestara. No quería interrupción alguna justo cuando estábamos por culminar tan exquisito encuentro. Hizo caso omiso a las llamadas y continuo cabalgando sobre mí. Busqué su boca nuevamente y le bese apasionadamente, su lengua invadía mi boca y mis manos hacían que no parara de moverse. Mi cadera se movía bajo la suya frenéticamente, y no pudimos contener nuestras ganas. Le abrace con tanta fuerza y nuestro orgasmo se dio lugar. Sentí como sus contracciones tenían prisionero a mi miembro dentro de ella. Por mi lado, no pude evitar inundarla con mi semen dentro de ella. Quedamos exhaustos y totalmente rendidos.

Tomó su celular y le devolvió la llamada a su esposo:

- Disculpa la demora, salí a comprar unos cigarrillos, ya voy de vuelta….

Sonreí y le dije:

“Pero si tú no fumas Mayra”

-No, pero fue lo segundo que se me vino a la mente

“¿Lo segundo? ¿Cuál fue lo primero entonces?

- Tú, dentro de mí… (Riendo dulcemente)

“Hasta donde hemos llegado”

- Lo sé, espero no pienses que hago esto con cualquiera.

“No, claro que no pienso tal cosa”

- Está bien, sé que no es así de tu parte.

- Disculpa pero tengo que volver con él o se pondrá como loco

“Vale no hay problema, me voy a casa a dormir relajadamente”

- Eres un loco, pero no podría contradecir tal argumento, vete con cuidado.

“Gracias, espero no sea la última vez”

- Que así sea, quizás la próxima vez, te de un bono extra.

Espero haya sido de tu agrado.

(9,57)