Nuevos relatos publicados: 16

Madre e hijos calientes

  • 4
  • 43.395
  • 9,47 (47 Val.)
  • 6

Todo empezó una noche de borrachera que llegué a mi casa tarde en la madrugada. Entré en la casa sin encender las luces para no despertar a mis hijos, Iván (20 años) y Roberto (18 años). Al caminar mis pasos eran torpes y caí debido a mis tacones y al alcohol que había tomado, recuerdo también que tenía aliento a semen ya que en la fiesta que fue en casa de una amiga conocí un hombre que estaba buenísimo y se la mamé en el baño tragándome todo su semen ¡delicioso!

Iván se despertó y camino en el pasillo tropezando conmigo y tocando con sus manos mis pechos por accidente en la oscuridad.

—disculpa mamá.

Quitando las manos de mis tetas, y sin pensarlo, yo las tomé y las volví a colocar sobre mis tetas apretándolas. Iván se asustó un poco, con mis manos busqué dentro de su pijama su pene erecto y lo empecé a acariciar, luego me arrodillé y lo mamé. En ese momento mi jadeo debió despertar a Roberto quien encendió la luz de su mesita de noche, la luz salía al pasillo y creaba una iluminación tenue donde yo devoraba el pene de Iván. Roberto nos miró medio dormido y no salía del asombro, pero sacó su pene y colocándolo al lado de su hermano me presento su pene para que se lo mamara también. Los tomé con ambas manos y los introduje a ambos en mi boca… mi saliva se derramaba de mis labios y caía en mis pechos descubiertos.

Luego Iván me subió la minifalda y me bajó mi tanga, se agachó para mamar mi concha, pero no fue necesario yo estaba tan mojada que corría por mis muslos… me penetró como a una perra sin piedad y como un loco, Roberto suspiraba mientras yo continuaba mamándolo. Los embates de Iván eran fuertes y me lastimaban, pero eran un dolor delicioso, Iván se derramó dentro de mi concha inúndame de semen, luego Roberto metió su pene en mi concha inundada por el semen de su hermano y no demoró mucho para derramarse también. Luego tomé a ambos y limpié sus penes con mi lengua provocándoles una segunda erección.

Me fui a mi cuarto y cuando me acosté me di cuenta que ambos me seguían, los miré y le dije:

—ahora que pretenden, abusar de su madre borracha…

Mis hijos se miraron y me empezaron a manosear, me sentí sucia, me sentí como una perra, si una perra pero en celo, quería que me dieran y me partieran toda.

Roberto me penetraba mi concha mientras Iván había colocado su pene entre mis tetas y se masturbaba con ellas cuando ambos eyacularon se descargaron sobre mi vientre, yo froté mi cuerpo con su semen quedando pegajosa y con olor al semen de mis hijos. Ingenuamente pensé que ya terminábamos cuando Iván me pidió que me volteara boca abajo y pensé que quería penetrar a lo perrito pero cuando sentí la punta de su pene en mi ano, empuje deseando sentirlo todo dentro, era rico sentir como se deslizaba dentro de mi culo. Roberto se colocó delante de mi cara con su pene en la mano y yo le pregunte:

—y tú que quieres? que te lo mame nuevamente?

Y mi hijo contestó:

—es que mi novia nunca me lo chupa y tú lo chupas delicioso mamá!

Primero le chupé los huevos y luego su pene. Iván estaba por terminar de hacerme venir cuando eyaculó dentro de mi culo, sentí una pequeña descarga de su tibio semen en mis intestinos, así que tomé el pene de Iván y lo coloqué dentro de mi ano, Iván dijo que no le gustaba el sexo anal y yo le conteste:

—acaso no eres capaz de darle gusto a tu madre, que te ha complacido?

Iván bombeó mi culo por media hora durante la cual tuve cerca de 3 orgasmos, mordía las almohadas de placer. Cuando terminó, sacó su pene y descargó su semen en mi espalda, sentí su tibia leche fluir desde mi nalgas hasta mi cintura, caí rendida en la cama y mi cabeza daba vueltas de la borrachera y tanto placer.

Los días siguientes a esa noche han sido una depravación, cogemos en cualquier momento y mis hijos me alternan como si fuera un objeto que solo debe proporcionarles placer, yo por mi parte me visto sexy y provocativa para tenerlos siempre con las polla duras. Ayer en la mañana lo hicimos encima de la lavadora funcionando, fue delicioso.

Roberto terminó con su novia y a Iván le gusta depilarme mi concha para dejarme como una niñita sin ningún vello, además ambos me han pedido que me coloque un piercing en la concha o en el ombligo no sé por cual decidirme.

Me siento plena y satisfecha hasta no más, pero cuanto más me dan más necesito, me siento insaciable.

(9,47)