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Malinche Capitulo 02 La Sangre de los Toltecas

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Malinche

Libro 1:La sangre de los Tolteca

Capitulo 2: La Bruja de los ojos plateados

 

La Malinche era un punto apenas discernible. Su silueta se iba definiendo a medida que se acercaba. Los aldeanos se arremolinaban para verla. El jefe de la aldea impuso su autoridad en el acto.

-¡Todos a sus casas!... ¡Toque de Queda!... ¡Que todo el mundo este en su casa ya!

-Pero…- Dijo uno de ellos

-La Malinche buscara al Yoma casa por casa… ¡Buscara hasta el ultimo rincón del Pueblo!... ¡Donde lo encuentre lo matara!... ¡Vayan a sus casas y avisen a los que encuentren por el camino que hay toque de queda!, ¡que la Malinche vino a matar el Yoma!... Vayan a sus casas ahora o si no estarán en medio de la batalla de los monstruos… ¡Ella no se hará responsable si ustedes mueren o salen heridos por culpa de su estupidez y negligencia!... ¡Solo viene a matar al Yoma!... A ella no le importa para nada que el Yoma los utilice como rehenes o escudos humanos… ¡No vino aquí a negociar con el Yoma o a dejarlo escapar!...

Todos fueron a sus casas como conejos asustados. Cerraron puertas y ventanas. ¡La Malinche era un monstruo igual o peor que el Yoma! Comentaban. Murachi tomo a Raki de la mano y fueron rumbo a casa. Ellos vivían en las afueras del pueblo, cerca de las minas de obsidiana. Pero el deseo de Raki de ver de cerca a la Malinche era más fuerte. Se desasió de su hermano y fue a ver.

-¡Raki!- Alcanzo a escuchar, pero corrió con más fuerza.

Un pequeño grupo de curiosos seguían en el mismo sitio. El jefe de la aldea sentía que iba a tener un infarto. Estaba en su casa sentado en su escritorio algo nervioso. Su esposa y una sirvienta eran todo su acompañamiento. El Yoma era uno de ellos, un familiar, un amigo o un conocido, ¡alguien del pueblo! El pobre hombre temblaba, ¿Su esposa acaso?... ¿la sirvienta?... nerviosamente miraba a ambas de hito en hito. Ellas parecían albergar las mismas dudas. Tensamente esperaban que la Malinche llegara a prudente distancia uno del otro.

***

Para contactar a La Organización le habían dado una esfera de bronce al jefe de la Aldea. La noticia de que había un Yoma en el pueblo se había corrido como reguero de pólvora. Habían tratado de mantenerlo en secreto todo lo que se pudo. Se había discutido hasta la nausea sobre que hacer con los dos sobrevivientes del primer ataque, pero al final había prevalecido que se quedaran. Murachi había sido interrogado a fondo. Los Yomas no pueden tomar los cuerpos de aquellos que fueran menores de 20 años por la fuerza vital que tenían como protección. Si el Yoma había tomado el solo aspecto de Murachi, un simple y concienzudo interrogatorio bastaba para descubrirlo. Murachi, aunque se estaba recuperando del Shock, paso la prueba bien.

El bebe era otra cosa… ¡solo matándolo sabrían si no era el Yoma! El jefe de la aldea prefirió otorgarle el beneficio de la duda. Considerarlos a los dos como victimas y no como sospechosos. El Yoma volvió a atacar. Los asustados aldeanos hablaban de que el jefe era un blandengue y que lo mejor era expulsar a Murachi y a Raki del pueblo. Nuevamente el Yoma ataco, pero esta vez Murachi y Raki tenían una coartada, ¡El mismo jefe! El Ahau decreto la cuarentena y ya nadie saldría del pueblo a menos que el Yoma o los Yomas fueran eliminados.

El Yoma debía de ser uno ordinario que se podía matar con armas humanas. Ante el fracaso del jefe de la aldea las masas enloquecidas empezaron a linchar gente a diestra y siniestra. Al ver que los cadáveres seguían con su forma humana pararon. Ya habían matado a todos los indefensos parias sin familia, ni hogar del pueblo. Tenían miedo ahora de que ellos mismos fueran los próximos sospechosos de ser el Yoma. El Jefe solo los había dejado actuar de su cuenta por que sabía que era ya prácticamente una autoridad decorativa. Los regaño y dijo con sarcasmo que el Yoma les agradecía de corazón su ayuda. Todos entendieron que estaban en el mismo barco y trataron de tenderle trampas al Yoma o buscar formas de protegerse, pero todo era en vano.

Ya desde el primer ataque el jefe ya había pensado en llamar a una Malinche. De su cuenta y riesgo había empezado a reunir el dinero. Hablo con el resto de los aldeanos, pero encontró mucha oposición al principio. Con la esfera que le habían dado había hablado con los misteriosos hombres de negro de La Organización, ¡pero pedían una fortuna casi imposible de conseguir para una aldea tan pequeña como la de ellos!

Sujetaba la esfera con ambas manos en ese momento. Frente a él estaba un hombre de La Organización. Un hombre calvo de edad indefinida, vestido con una sotana negra y gafas oscuras. Usaba también sombrero y guantes negros. El jefe de la aldea le mostraba el dinero que habían podido reunir en doce años.

-¡No es suficiente!- Dijo el hombre de negro.

-Ya no podemos reunir más… ¡ya no podemos aguantar más!... Tomen este dinero como anticipo, envíen a la Malinche y cuando ella mate al Yoma les pagaremos… ¡en cuotas razonables!…

-¡Tonto!... al ritmo con que ese Yoma se alimenta o tienen más de uno o su barato Yoma ordinario que las armas humanas pueden matar debe de estar cambiando a algo más peligroso… ¡y más caro!... una Malinche una vez que acepta una misión no puede echarse para atrás… ¡Nada de anticipos, ni de cuotas razonables!... si no tienen el dinero no hay nada que hacer…

-No podemos reunir ese dinero… ¡No tenemos más tiempo!...

-¡Me duele en el alma escuchar eso!-Dijo el Hombre de negro con sarcasmo- cuando el Yoma los mate y los aniquile a todos… ¡creo que llorare!... en fin, ¡la vida seguirá!…

-Acepto la misión- Se escucho de pronto. Los dos hombres se sorprendieron. ¡La Malinche misma estaba presente! En la proyección astral solo se veían unas marcas y dibujos geométricos de color rojo que daban la impresión de estar dibujados en su piel desnuda. Solo esas marcas se veían y parecían cubrir todo su cuerpo. En donde debería estar la cara, dos líneas rojas verticales y paralelas partían, por donde debían de estar sus ojos, hacia abajo, por donde debería estar sus mejillas – Me encuentro cerca de su aldea… me tomara tres días cruzar el desierto de Acatama… he aceptado la Misión por el monto que han reunido… ¡Ya no hay forma de que me pueda echar para atrás!

-Pero… Pero… - balbuceo el jefe- ¡Es imposible cruzar el desierto de Acatama en tres días!

-Solo espéreme. Llegare en tres días a partir de ahora. No diga nada a los aldeanos para evitar poner al Yoma en sobre aviso. En el momento que llegue les dirá a todos que vayan a sus casas y que no salgan. No me hago responsable de los daños o en las muertes que se produzcan para aquellos que estén en medio del campo de batalla. No negocio, ni razono con Yomas, ni cedo ante sus amenazas o chantaje. Toda persona que sea rehén o caiga como rehén de un Yoma tiene que tener eso en claro. No intentare salvarla o protegerla. Solo existo para una cosa ¡Búsqueda y destrucción de Yomas!

La voz de la Malinche era femenina y suave. Su tono era inhumano y seco. El anciano sintió que ella hablaba en serio. Se sentía agradecido por que la Malinche había aceptado, pero el tono con que hablaba daba a entender que era capaz de arrasar el pueblo con tal de destruir al Yoma. La proyección astral de la esfera se había cerrado.

El hombre de negro y la Malinche seguían hablando en la proyección astral.

-¡Te recuerdo que no hacemos caridad!... ¡Te recuerdo que soy yo quien elige las misiones que debes aceptar!

-Te recuerdo que si La Organización nos asigno este caso significa que tengo que realizar esta misión me guste o no. ¡Que yo acepte o no, es irrelevante!... ¡Solo estabas tratando de sacarle más dinero!...

-¡Aceptar esa miseria irrisoria es un insulto!

-Tenerme sin hacer nada de provecho solo demuestra tu incompetencia… Estoy cerca de la aldea… ¿tienes una misión mejor, que pague más, para mí?

-¡No!... ¡Todas son aldeas pobretonas de campesinos muertos de hambre!... cuando los de La Organización se dan cuenta que esas basuras no van a poder reunir el dinero que piden, ¡Nos los mandan a nosotros!

-Yo solo soy fiel a La Organización, no a los hombres de La Organización… ¡Tu forma de hablar es irrespetuosa!

El hombre de negro solo saco una botella tipo cartera de su bolsillo y dio un largo trago.

-¡Aaaah!... no me hables de respeto a La Organización… ¡solo juegas con las reglas y buscas la forma de salirte con la tuya!… solo te diré una cosa, ¡las baratas son las que menos duran!... una Sagrada hija debe ser indiferente con los seres humanos, ¡con sus miserias y desdichas!… o termina odiándolos, en cuyo caso tarde o temprano se convertirá por completo en Yoma… o algo peor… ¡Termina queriéndolos y compadeciéndolos! Lo que la destruye como arma…

El Hombre de negro ni se dio cuenta cuando la Malinche había cortado la conexión. Solo dio otro largo trago a su petaca.

-¡Irrespetuoso, yo!... ¡si, como no!... ¡La maleducada volvió a dejarme hablando solo!

***

Raki se sintió decepcionado al ver a la Malinche. Había escuchado que todas las Malinches eran mujeres y con el nombre que tenían de brujas de los ojos plateados, siempre las había imaginado como unas viejas feas y horribles, de piel arrugada y cabellos grises.

-¡Pero si es una joven bellísima!- Dijo el niño sin poder contenerse.

El grupo de curiosos pensaba lo mismo. Grácil y etérea, como un sueño. Sus ropas negras se pegaban a su cuerpo como una segunda piel. Tenía puesto una armadura que parecía caucho vulcanizado negro que resaltaba sus formas femeninas, pero claramente se veía que le daban una gran libertad de movimientos. La armadura era mínima, solo le cubrían el pecho y el torso, por debajo de las rodillas y los antebrazos. Sonaba como si estuviera echa de metal o cristal mientras ella caminaba. Parte de la piel de sus muslos y brazos estaban a la vista. La cabeza la llevaba al descubierto y su capa negra ondeaba mientras caminaba

En la espalda tenía una Chaska, un largo y pesado palo plano en forma de espada con filosas cuchillas de obsidiana a los lados que parecía imposible que una chica que parecía tan frágil pudiera manejarlo. Una Chaska como esa la tenía que manejar un guerrero experimentado con las dos manos, pero por la forma en que la Malinche llevaba el arma en la espalda, en un compartimiento especial de su armadura, parecía que ella usaba solo su brazo derecho para empuñar el arma

La piel de la joven era blanca como la leche y sus cabellos eran rubios, dorados como el oro. Su cabellera era una larga crineja que le cubría toda la espalda. Para los aldeanos, de piel canela tostada por el sol y cabellos negros, era lo más chocante e inhumano en ella. Su rostro era grave, inexpresivo, con algo de melancolía y tristeza. Sus orejas eran puntiagudas y pequeñas. A medida que la bella joven se acercaba Raki noto que ella caminaba con los ojos cerrados.

-Oye… ¡Tiene los ojos cerrados!- Dijo Raki- ¿En realidad es una Malinche?... ¿esa bella joven es una bruja de ojos plateados?

-Quien ve a una Malinche a los ojos queda maldito Raki… ¡Debe de ser por eso que los tiene cerrados!... solo los ojos plateados de la Malinche pueden ver al Yoma… Se dice que cuando lo ven se vuelven dorados… ¡No te dejes engañar por su bella apariencia!... una Malinche no puede amar, ni ser amada por nadie… son asesinas sin corazón, ni entrañas…

-¡Shhh! ¡cállate, se esta acercando a nosotros!- Dijo uno de ellos dándole un codazo en las costillas al que le estaba explicando a Raki.

La joven se acercaba y el grupo de curiosos se abrió como el mar rojo a Moisés. Todos, hasta Raki sintieron una opresión en el corazón, un aura oscura en ella. Todos guardaron silencio y contuvieron la respiración mientras la Malinche con sus ojos cerrados pasaba entre ellos. Ella caminaba con paso firme a la casa del jefe de la aldea, como si conociera el pueblo como la palma de su mano. Cualquier duda que tuvieran los presentes de que la joven era en verdad una Malinche autentica había desaparecido.

-¡¿Sintieron eso ustedes también?!- Dijo uno de los presentes.

-A eso lo llaman Youki, el aura que los Yomas tienen y les da sus poderes… Las Malinches los sienten y así es como encuentran al Yoma… ¡Sentí como se metía en mi interior y me registraba!... ¡Como me hurgaba el alma!... ¡fue algo repugnante!... Ella no necesita ojos para ver…

-¡Oye!... ¡paso entre nosotros sin hacernos nada!... ¡Eso quiere decir que ninguno de los presentes es el Yoma! ¿Verdad?

A todos, el alma les volvió al cuerpo. ¡Sintieron un inmenso alivio!

-¡Tenemos que mantenernos juntos y no dejar que nadie más se nos acerque hasta que la Malinche mate al Yoma!... ¡Solo podemos confiar en los que estamos aquí y en nadie más!... tenemos que irnos lejos a un lugar en donde estemos a salvo… ¡Pobres de aquellos que queden en medio de esos monstruos cuando empiecen a pelear!

Raki miraba como el grupo partía por un lado y la Malinche iba en dirección contraria a la casa del jefe. La Chaska, al chocar con la armadura, emitía un retintín metálico apenas audible a medida de que la Malinche caminaba. Raki pensó en sus amigos muertos, en los padres y hermanos que nunca pudo conocer, en los padres de Clare que les dieron a su hermano y a él, calor y cariño de hogar. ¡No se iba a esconder cobardemente, ni solo preocuparse en forma egoísta de su seguridad y bienestar!

La Malinche toco la puerta y la sirvienta le abrió. Raki ya había estado antes en esa casa y fue a la ventana en donde sabía que estaba la sala en donde el viejo atendía las visitas. Subrepticiamente miraba por la ventana y escuchaba lo que ellos estaban hablando.

-Aquí esta el dinero que acordamos… ¡Si desea contarlo!

-No será necesario… un hombre vestido de negro vendrá por él… ¡Solo entrégueselo a él una vez que mi trabajo haya terminado!... si es el Yoma quien me mata ya no tendrá que pagar nada… - Raki encontraba la voz de la Malinche melodiosa, pero dura… carente de toda emoción o sentimiento

El viejo trago saliva. La presencia de la Malinche era intolerable, desquiciante, ¡repulsiva!… a su esposa y a la criada les pasaba igual. La Malinche continuo hablando después de un largo silencio

-Ninguno en esta casa es el Yoma… cierren puertas y ventanas… ¡permanezcan juntos y no se separen! ¡No salgan y no dejen entrar a nadie!

-¿Tardaras mucho en encontrar al Yoma?

-Eso dependerá de la habilidad de mi enemigo de ocultar su Youki. De momento solo siento una presencia, así que solo se trata de uno sólo…

-Uno solo no debe de darte problemas… ¿verdad?

-Los Yomas son caníbales, además de humanos, se devoran entre ellos… los débiles tienen que compartir su comida y lamerse entre ellos sus heridas… un Yoma poderoso devora a los más débiles, sin importar su número, ¡siempre esta solo y no comparte su comida, ni su territorio con otro Yoma!… hubiera sido preferible que fueran más de uno… al ritmo con que se alimentaba debe de estar desarrollándose por completo… ¡En ese caso me será imposible vencerlo!

-El Yoma mato anoche a mi nieto y a todos los niños del pueblo…

-A todos menos a uno- le replico ella. Raki se sobresalto- Debe de saber que vendría y ha absorbido toda la fuerza vital que pudo para completar su desarrollo de una buena vez… ¡no va intentar escapar!... solo buscara la forma de tenderme una emboscada… mi única oportunidad para derrotarlo es que yo lo sorprenda a él… En cualquier caso su cadáver o el mío aparecerán dentro de poco…

La Malinche se giro dando por terminada la entrevista. La sirvienta la acompaño a la salida. El viejo se toco el pecho, ¡el corazón le dolía mucho!

-¡Sentí que estaba en presencia de Pulowi, la diosa Tolteca de la muerte!... tenía tanto miedo de que abriera sus ojos… ¡Es un verdadero monstruo igual o peor que el Yoma!- Dijo el anciano bañado en sudor.

La sirvienta cerraba las puertas y las ventanas. El viejo necesito la ayuda de su esposa para ir a su cuarto. Raki se escondió cuando la sirvienta cerró la ventana desde donde había estado espiando.

Las personas sentían un malestar indefinido cuando la Malinche se acercaba. Ella no tenía que entrar en ninguna casa. Con solo caminar por las estrechas calles, quedarse en el umbral o tocar la puerta con la palma de su mano, sabía si había encontrado la guarida del Yoma. El sonido de las ventanas y puertas cerrándose se unía al retintín metálico que hacía la Malinche al caminar. Los aldeanos la espiaban desde sus ventanas sintiendo como el Youki o aura o lo que fuera entraba en ellos. Sentían un alivio cuando la Malinche se marchaba. Muchos ya sabían o la lógica les decía que nadie en la casa era el Yoma y lo mejor era quedarse en casa y no salir, ni dejar entrar a nadie. Los pocos curiosos que se aventuraron a verla de cerca se arrepintieron al sentir el Youki de la chica.

Raki seguía a la Malinche. Estaba a una distancia en que no sentía ese malestar característico que se sentía al estar en la presencia de la bruja de los ojos plateados. A veces la Malinche registraba varias casas a la vez y Raki tenía que retroceder. El radio máximo de youki de la Malinche parecía ser 10 metros y el mínimo 3 metros. La presencia de ella era desagradable, pero no intolerable… poco a poco el muchacho se iba acercando a ella un poco más. Se acerco audazmente hasta estar a un metro de la espalda de ella. ¡Quería hablarle!

La Malinche empuño su arma y se giro abriendo los ojos. Raki vio por fin sus ojos plateados cambiar a dorados. La Chaska cortó el aire en un silbido. Los que espiaban por las ventanas se quedaron de piedra por la sorpresa. ¡Raki era el Yoma!... pero el filo de la Chaska se detuvo a menos de un milímetro del cuello del muchacho. Para Raki todo parecía moverse en forma lenta. El muchacho miraba a la Malinche a los ojos. Las pupilas eran unas negras gemelas rajas elípticas en medio de un brillo dorado acuoso que abarcaban todo el ojo. Sus ojos eran como ojos de serpiente. Unos ojos dorados inhumanos, felinos en esencia.

Para la Malinche no había rostros. Con el Youki veía todo a su alrededor, pero los humanos eran solo siluetas sin rostros. La voz y la esencia vital le permitían diferenciarlos unos de otros. Saber su edad, peso, estado de salud, ¡todo! Si se concentraba podía ver el interior de las casas y las siluetas en su interior. Tener una percepción de su entorno de 360º. Pero era un mundo sin colores, ni formas. Era un mundo totalmente incomprensible para un ser humano como lo sería explicarle a un ciego de nacimiento lo que eran los colores.

Inexpresiva miraba al niño a la cara. El niño seguramente era un mestizo, pensó. Era un niño flaco de ojos verdes, piel canela y cabellos negros. Su rostro era común y corriente, anodino, igual a cualquier otro. Vestía la típica ropa de algodón y lana de alpaca de la región de la gente pobre. Estaba descalzo.

Raki noto enseguida que en el rostro de la Malinche habían aparecido unas líneas rojas paralelas entre sí que bajaban de sus ojos como lagrimas. En su frente tres 6 se tocaban en sus extremos inferiores formando un triangulo equilátero imaginario invertido. En el cuello y en las partes en que la piel de la Malinche estaba descubierta había más líneas rojas. Raki recordó las historias que Clare le contaba sobre los Yomas sellados con la sangre de los Tolteca. Las marcas advertían a los Toltecas que esos Yomas no eran enemigos y solo desaparecían si el Yoma mataba a un ser humano.

-No soy un Yoma… ¡Soy… soy un ser humano!- dijo Raki sosteniéndole la mirada, con embarazo y timidez- ¡Yo solo te seguía sin malas intenciones!... ¡Solo quería hablarte!... yo me llamo Raki… ¿Cuál es tu nombre?

Raki sintió que el susto se le estaba pasando. ¡Se daba cuenta que estuvo a punto de que su cabeza volara por los aires! Pero ya no sentía miedo. Las marcas rojas en la piel de la Malinche le inspiraban confianza. Algo en su interior le decía que no había nada de que temer. Los aldeanos que los espiaban desde sus casas pensaron que el chiquillo era un imprudente estúpido. ¡Que debía de haberse vuelto loco!

Los ojos de la Malinche volvieron a ser plateados y Raki pudo mirarlos por un instante fugaz. Sus ojos eran tristes y melancólicos, muy humanos y muy hermosos a pesar de ser plateados. Ella nuevamente cerraba sus ojos, con su sobrenatural brillo de estrellas. Raki era ahora de nuevo para ella una silueta sin rostro igual a las otras que temblaban de miedo en sus casas. La pesada Chaska volvía a estar en su lugar en un metálico “Clink”. Ella se giro y siguió su camino sin dignarse a contestarle. Sus marcas en la piel habían desaparecido.

-¡Oye!... ¡espérame!- Dijo el muchacho.

Estar al lado de la Malinche era desagradable, pero solo eso. El muchacho logro acostumbrarse en poco tiempo. Le llegaba al hombro apenas a la bella joven. Todos miraban estupefactos al muchacho caminando al lado de la bruja de los ojos plateados. Raki trataba de buscarle conversación, le decía en que parte del pueblo estaban o quien vivía en que casa. La Malinche parecía no escucharlo. Raki pensó que a lo mejor solo la estaba fastidiando o que le estaba importunando. ¡Pero quería ayudarla de alguna forma a encontrar al Yoma!... Ella no le había dicho que se fuera o dejara de molestar cuando menos…

-¿A donde lleva este camino?- Dijo de pronto la Bruja de los ojos plateados. Raki trato de responder con rapidez. ¡La Malinche por fin le dirigía la palabra!

-Este camino lleva a las minas-

La Malinche tomo el camino y salieron a las afueras. Raki la siguió tratando de seguirle el paso. Al llegar a las afueras del pueblo, en una calle de tierra la bruja de los ojos plateados se detuvo. La joven tomo su Chaska y en un movimiento encajo el arma en la tierra. Se sentó en el suelo con las piernas y los brazos cruzados, apoyando su espalda contra su arma. Raki veía todo muy extrañado.

-¿Qué estas haciendo?-

-Descanso… ¡he caminado por tres días con sus noches, sin detenerme, para llegar aquí!-

-¿No vas a seguir buscando al Yoma?-

-Esta ocultando su Youki… no hará nada de momento… siento su presencia y él siente la mía… yo necesito descansar, él necesita asimilar toda la fuerza vital y las almas de los niños que mato… ¡ya debe de haber asesinado a todos aquellos que ignoran que es el Yoma y viven con él en la misma casa!

Lo dijo con total frialdad y desinterés. Raki se sintió invadido por la cólera. Encontró un leño fuerte y pesado. Como la Malinche lo enterró en la tierra y se sentó como ella a su lado ceñudo apoyando su espalda contra el leño... “Los niños que mato” podían ser niños cualquiera para ella, pero eran sus amigos de toda la vida, ¡con nombres y caras!... sintió piedad por aquellos que vivían con el Yoma y que posiblemente estaban muertos ahora… pero el Yoma era alguien del pueblo… ¡Se hacía pasar por alguien del pueblo!... un familiar, un amigo, un conocido… ¡Ahora más que nunca Raki quería encontrarlo y ver con sus propios ojos como la Malinche lo mataba!

La Malinche seguía con los ojos cerrados y el muchacho no sabía si ella en verdad estaba dormida. La Malinche le parecía demasiado hermosa para ser real. Demasiado joven y frágil para ser una despiadada asesina. Todo lo que había escuchado sobre ellas y que estaban condenadas para siempre a pelear contra los Yomas volvía con los recuerdos de sus camaradas muertos. Al muchacho seguía molestándole esa sensación desagradable que su presencia producía. Estuvieron aproximadamente una hora sin moverse.

La Malinche parecía que había despertado. Al parecer de una caminata ininterrumpida de 3 días ella solo necesitaba una hora de sueño. Ella solo había erguido su cabeza, sin abrir sus ojos. La silueta del muchacho seguía a su lado. Raki sonrió

-Ya descansaste ¿verdad?... seguiremos buscando al Yoma… ¿verdad?-

-No pareces tenerme miedo como los otros- Dijo ella- ¿Por qué tienes tanto interés en mí?

-¡Chicas lindas como tu no abundan en este pueblo!... ¡Eres demasiado linda para dejarte andar sola y sin protección!

-Lo único que vas a conseguir siguiéndome es que te conviertas en un estorbo cuando me toque luchar con el Yoma. ¡Que mueras o que otros mueran!- Dijo ella en forma lapidaria. Raki sintió que le tiraban un balde de agua fría.

-Los primeros en morir en la aldea… ¡fueron mis padres y mis hermanos!... – Dijo Raki, serio y dejándose de piropos tontos- solo sobrevivimos mi hermano mayor y yo. El Yoma ha matado a muchos en esta aldea y a convertido nuestras vidas en una pesadilla, ¡en un infierno!… ¡No tienes idea de lo mucho que te hemos estado esperando!... ¡has venido por fin a terminar con ese demonio y a liberarnos!...

-No he venido a vengarte, ni a liberar a nadie. Me es indiferente lo que el Yoma te haya hecho a ti o a los habitantes de este pueblo. Aldeas como la tuya han sufrido igual o hasta más que ustedes y han sido destruidas por los Yomas sin que nosotros hagamos nada, por que no tenían el dinero para pagar nuestros servicios. ¡No confundas las cosas!... no soy una heroína, ni una redentora, ni nada por el estilo…

-Pero ¡los Yomas son demonios!, ¡monstruos que matan y devoran seres humanos!

-Tu matas y devoras plantas, Tu matas y devoras animales… ¿eso no te convierte en un monstruo y en un demonio para ellos?...

Raki no supo que contestar. ¡Nunca en su vida se le había ocurrido pensar las cosas de esa manera!

-Pero ustedes, las Malinches, ¡matan Yomas!…

-Nosotras no nos llamamos a nosotras mismas así... los hombres que nos crearon nos llaman “Sagradas hijas”, los Yomas nos dicen “Hibridas” y ustedes “Brujas de los ojos plateados” cualquiera de esos nombres es mejor para nosotras que ese… ¡a ninguna de nosotras nos gusta que nos llamen Malinche!... ¡Todas odiamos y aborrecemos ese nombre sin excepción!…

-Pero ¿Qué significa Malinche? y ¿por que matan Yomas?... no creo que sea solo por el dinero…

-Malinche, en el antiguo idioma Tolteca, significa carroñera, ¡devoradora de cadáveres!... mitad humanas y mitad Yomas, somos la única arma eficaz contra ellos… nosotras matamos Yomas por que es nuestra razón de ser, el único propósito de nuestra existencia… ¡Para ese fin fuimos creadas por La Organización!... ¡soy más parecida a los Yomas que cazo que a los humanos que me contratan!…

-No me importa… si es así, entonces ¡es igual de bueno!… ¡vas a buscar al Yoma, lo encuentras y lo matas!... no creo que haya que pedir más ¿Verdad?- Dijo Raki con una sonrisa, recuperando su entusiasmo.

La Malinche no respondió nada.

-¡Raki!- Escucho el niño que Clare lo llamaba. Raki se puso rígido - ¡Chapulín!- Grito Clare. Raki se puso rojo como la grana. De pronto quería que la tierra se lo tragara. ¡Chapulín era su nombre de niño! Cuando era niño no le importaba que lo llamaran así, pero ahora que tenía su nombre de adulto, encontraba ese nombre sumamente ridículo - ¡Chapulín!- volvía a gritar Clare hondamente preocupada.

-Tengo que irme… ¡Me esta llamando mi cuñada!... estaré pendiente si pasas cerca de nuestra casa… por cierto, ¡no me dijiste tu nombre!…

-No necesitas saberlo… ¡lo olvidaras muy pronto!- Dijo ella en un tono neutro.

Raki sentía toda una vida de melancolía, tristeza y soledad en esa frase. Su voz le seguía pareciendo melodiosa, a pesar del tono duro de sus palabras. Le seguía pareciendo una mujer frágil y hermosa. No un monstruo igual o peor que el Yoma.

-Yo me llamo Raki… ¡por favor, no me olvides cuando te vayas de nuestra aldea después de matar al Yoma!... ¡adiós!, ¡me gusto mucho charlar contigo!- dijo el muchacho con una sonrisa.

La Malinche solo dejo que la silueta sin rostro se fuera. No necesitaba ver. El muchacho corría con todas sus fuerzas y cada vez que sus pies tocaban la tierra transmitían vibraciones que viajaban haciendo círculos, como una piedra que cae en un estanque, que chocaban con ella. La silueta sin rostro había desaparecido de su radio de percepción. La Malinche seguía en la misma posición.

La bruja de los ojos plateados abrió lentamente sus ojos. Oculto su Youki hasta hacerlo invisible, imperceptible. Se puso de pie y empuño su Chaska. Las pisadas del niño en el camino eran un claro rastro dorado para sus ojos de plata, pero invisible para los ojos humanos. Lo siguió con la mirada. El rastro era único e inconfundible. Esperaría un momento más. Dejaría que el muchacho se adelantara. Solo le interesaba matar al Yoma con un mínimo de daños y de bajas como era su costumbre hacerlo. Al Yoma solo le faltaba el alma y la fuerza vital del niño para desarrollarse por completo… ¡no abandonaría el pueblo sin él!…

Raki seguía la voz de Clare que se alejaba. Se sentía aliviado de ya no estar en presencia de la bruja de los ojos plateados. Se sonrojo al pensar que si no fuera por eso del Youki le hubiera gustado quedarse un rato más solo para seguir contemplándola.

- ¡Raki!... ¡Raaaaki!... ¡Raaaaaki!... ¡Contéstame por favor, Chapulín!... ¡Chapuliiiiin!... ¡Chapuliiiiin!- gritaba Clare.

-¡Clare!... ¡Aquí estoy!... – gritaba el niño.

Cada vez se alejaba más de la Malinche y regresaba por donde habían pasado. En uno de los callejones solitarios encontró a Clare de espaldas llamándolo. Unas manos viejas y arrugadas lo agarraron por detrás y le taparon la boca ahogando los gritos del niño. Clare se giro asustada, pero suspiro con alivio cuando vio que solo era la vieja Chaman del pueblo.

-Ustedes dos, ¡Dejen de gritar!... Por que no se echan salsa y aliños para gustarle más al Yoma. ¡Vengan!

Los dos jóvenes fueron con ella y se sentaron en la acera de su casa.

-¡Solo por que soy vieja fue que me atreví a salir!- Dijo la Anciana- En lo que empecé a escucharlos gritar y a llamarse uno al otro fue que me dije que era mejor que fuera yo y no ustedes dos la última victima del Yoma… ¡con lo vieja y correosa que soy lo más probable es que le provocara una indigestión!

-Clare, ¡¿no me escuchabas cuando te gritaba?!

-¡Si!... pero tu voz parecía venir de todas direcciones

-Pudo haber sido el eco, los nervios… o el mismísimo Yoma- Dijo la Anciana- ¡No podemos confiar en nadie!…

-¡Clare!... ¡mi nombre de niño es tabú!... ¡Como se te ocurre gritarlo por los cuatro vientos!

-¡Mereces que te sigan llamando con tu nombre de niño, si actúas como tal!- Dijo la vieja airada.

Clare rio de buena gana visiblemente aliviada. Muchos en el pueblo pensaban que Clare era la joven más hermosa de la aldea.

-¡Siempre serás mi pequeño Chapulín!- Dijo ella con ternura, alborotándole el pelo como siempre lo hacía. Raki arrugo la cara otra vez en forma cómica. ¡Su nombre de niño era en verdad ridículo y el hasta ahora se daba cuenta!

-Siempre fuiste tonto e imprudente Chapulín- Siguió la vieja- ¡La Malinche por poco te corta la cabeza!

-¡Queee!- Exclamo Clare horrorizada

-¡Puedo explicarlo Clare!- Dijo Raki apenado, Clare nunca tenía que pegarle o regañarle cuando era niño. Solo mirarlo así para que el se arrepintiera de cualquier cosa mala que hubiera hecho o confesara algo que quisiera ocultar. El sencillamente bajaba la cabeza y esperaba su perdón. La chaman le conto todo lo que había pasado a Clare y como Raki se había ido detrás de la Malinche después de que tonta e imprudentemente había estado a punto de morir por su culpa.

-¡Nos vamos en este momento a casa, Chapulín!- dijo Clare molesta a más no poder- Tu hermano fue a avisarme y avisar a los vecinos de la llegada de esa… esa… ¡esa!… ¡El debe de estar muy preocupado! ¡Quedamos en volver a casa antes del anochecer si no te encontrábamos!

-¡Pero Clare, déjame explicarte!- Dijo Raki, pero Clare al parecer perdió los estribos. Le dio una sonora bofetada

- ¡Ni una palabra más jovencito!... ¡Vendrás conmigo aunque te tenga que llevar a la fuerza!... ¡Estas tentando demasiado a la suerte!… de bebe casi mueres a manos del Yoma y hoy te salvaste de morir con los otros niños por que te fuiste de madrugada con los hombres…

El bofetón había sido muy fuerte. Un hilillo de sangre salía de la comisura de los labios del muchacho. Clare se ablando hasta las lagrimas. Se inclino solicita a limpiarle la sangre con su pañuelo. ¡Como siempre lo hacía cuando él se lastimaba de niño!

-¡Chapulín, perdóname!... pero estoy muy asustada… ¡me tenias tan preocupada!… tu sabes que solo me preocupa tu bienestar… ¡Que soy incapaz de hacerte daño!... ¡solo podre estar tranquila si volvemos a casa!...

Raki no podía decirle que no, o volverla a contrariar. Clare se dirigió a la vieja Chamán.

-¡Gracias por preocuparse por nosotros, Noble Abuela!- Clare era siempre muy respetuosa con las personas mayores. En la aldea era considerada la chica perfecta por sus modales y fino trato hacia los demás- ¡por favor, acompáñenos!... me sentiría mejor si estoy acompañada por usted… como nosotros ha perdido seres queridos por culpa del Yoma, ¡pero usted se ha quedado completamente sola!... a pesar de eso… ¡al salir de su casa usted se ha puesto en peligro por nosotros!… Si el Yoma nos hubiera encontrado, los demás solo hubieran tapado sus oídos para no escuchar nuestros gritos… ¡Es lo que harán si usted esta sola en su casa y el Yoma va allí sabiendo que esta indefensa, sin nadie que la pueda ayudar!... ¡yo no podría soportar que algo malo le pasara!... ¡En nuestra casa usted estará segura!... piense que me hace un favor… no me creo capaz de llegar a casa sin una persona de confianza no me acompaña…Chapulín, ¡Ayúdala!... ¡por favor, Noble Abuela! Apóyese en él, ¡así!...- Raki sintió la mano huesuda y apergaminada de la vieja en su hombro, con la otra mano la vieja se apoyaba en un bastón, ¡En verdad que la vieja chaman era muy anciana y era muy típico de Clare en no dejar a la anciana sola en su casa con el Yoma rondando por ahí- Yo iré adelante, solo síganme sin demorarse… ¡esta anocheciendo y Murachi puede cometer la locura de salir a buscarnos en plena noche si no nos encuentra!

Raki veía a Clare. Se veía frágil y desvalida en su miedo y preocupación. Ella estaba en el dilema de caminar rápido para llegar pronto o caminar despacio para no dejar al niño y a la anciana atrás. La vieja le dio un coscorrón a Raki.

-¡Esa bofetada que te dieron fue demasiado poco!... ¡Si tuviera unos años menos te daría tu merecido pequeño renacuajo!... ¡Mira el lío en que estamos metidas por tu culpa!-Estallo la anciana con indignación- ¡Hombres!... ¡Ven una cara bonita y pierden la cabeza!... ¡Lo que viste fue solo su mascara!... ¡Esa apariencia humana que viste en la Malinche es solo una ilusión!... ¡Si la vieras en su forma verdadera saldrías corriendo llorando!

-¡Oiga vieja loca!...

-¡Cállate!... esos monstruos no son de fiar, ¡tonto!... muchas veces pierden el control de su lado inhumano y hacen más daños que los mismos Yomas… Raki, las Malinches están malditas, ¡Son impuras!... ¡Engendros!... ¡Abominaciones!...

-Bueno, si tan malas son… ¿Por qué traicionaron a los Tolteca?... ¿Por qué los exterminaron?... ¡los pocos que quedan tienen que esconderse para que no los maten! ¿No es cierto?

-Raki… ellos no se esconden… ¡Están extintos!... ¡Ya no queda ninguno!- Dijo la vieja con pesar.

-Pero Clare me dijo…

-¡Solo cuentos de hadas!... fueron exterminados por completo por los hombres de La Organización… su magia y ciencia corrompidos… ¡Manoa, la ciudad dorada esta perdida para siempre!

Raki trato de asimilar lo que había escuchado. La vieja sintió como se desinflaba y perdía el ánimo.

-Raki las historias que escuchaste es solo una parte de la verdad… la otra parte es oscura… ¡Si te la hubieran contado de niño solo te hubiera provocado pesadillas!... muchos sencillamente se negaron a aceptar que el cuento de hadas que tanto les había gustado fueran solo cuentos de hadas… esos son los que dicen y creen que los Tolteca siguen entre nosotros…

-Pero, ¿Por qué traicionaron a los Tolteca?... ¡Ellos nos defendían de los Yomas!... ¡Eran justos, incorruptibles y bondadosos!

-Y por eso fueron traicionados… Raki… Los Tolteca siempre supieron que la maldad pura, la maldad absoluta y verdadera residía en el ser humano… ¿Qué crees que significa Yoma en el antiguo idioma Tolteca?

-¿Demonio?... ¿monstruo?

-Yoma en el antiguo idioma Tolteca significa espíritu… esencia… ¡divinidad!... eran entes puros. Seres eternos inmortales al servicio de los Dioses… sin mente, voluntad o conciencia…

Raki guardaba silencio.

-Las antiguas ciudades de los hombres eran corruptas. Se entregaban al libertinaje y la depravación sin freno. Solo Manoa era pura. Los dioses horrorizados por la maldad de los hombres la protegían. Pero los Tolteca sentían piedad, compasión por los hombres y esa fue su perdición.

-¿No me diga?... ¿es la versión de los Tolteca o la de quien?- Dijo Raki con incredulidad y escepticismo.

-¡Es la verdad! Raki, las verdades del espíritu son incomprensibles para la razón. Para eso esta la Fe. La voluntad, la razón y la fe fueron los dones que los dioses dieron a los hombres… pero no a los Yomas… Los Yomas eternos, inmortales y casi tan todopoderosos como los dioses, envidiaban y ansiaban esos dones que consolaban a los humanos de su fragilidad, del carácter efímero de sus existencias y su cortedad de entendimiento… los Yomas ejecutan sin entender… siempre son espíritus sin mente, voluntad o conciencia… los humanos aprendieron a llamarlos, a seducirlos, a tentarlos y a corromperlos ofreciendo esos dones dados por los dioses… de la unión impía del alma de los hombres con los Yomas surgieron estas abominaciones que asolan la tierra… la palabra Yoma quedo maldita desde entonces… Una a una, las ciudades de los hombres fueron cayendo… pero los Tolteca sintieron piedad por los hombres… sacrificaron su ciudad para contener a los Yomas primigenios y se esparcieron por el Mundo… ¡Con ese acto desafiaron a los Dioses y perdieron su favor!

Raki guardaba silencio tratando de entender y comprender. Ya no era un niño que solo creía sin más todo lo que escuchaba de los adultos.

-Los Dioses habían decretado que la raza humana merecía con creces ser destruida y consumida por los Yoma por la maldad y corrupción que existían en sus corazones… ¡el exterminio y la aniquilación eran un justo castigo por sus pecados! ¡Los Toltecas nunca lo pudieron entender o aceptar! Los Toltecas a través de su humanidad ascendían a lo divino… la raza humana degradada no los comprendía. Se entregaban a la idolatría y a todos los vicios renegando de su humanidad… ¡Renegando de su humanidad hacían sacrificios humanos a sus toscos y brutales Ídolos!... los Tolteca sencillamente no podían redimir a la depravada raza humana jamás… ¡Los humanos eran indignos de la piedad, la compasión y el sacrificio de los Tolteca!

-Pero los Tolteca no aceptaban recompensas, ni títulos, ni nada… no vivían en ciudades o pueblos… ¿Si eran más fuertes y poderosos que los Yomas por que no mataban o encerraban a la gente mala?…

-Por que a alguien que obligas ha ser bueno siempre será seducido y corrompido por alguien que es malo por que quiere… Por que la maldad existe en la raza humana como realidad y el bien como posibilidad… ¡El mal que existe en el mundo es responsabilidad de los hombres enmendarlo!... los Tolteca enseñaban eso a los hombres y cuando se iban los hombres volvían a sus malas acciones… Raki, ¡los Tolteca querían lo imposible!...

-¿Y los Yomas?

-Solo los Tolteca podían vencerlos, su compasión y bondad nuevamente fue su perdición. El Yoma auténticamente malvado era aquel que fuera producto de la unión de un alma humana en forma libre y voluntaria con un Yoma… los apetitos humanos sin control unidos al poder casi divino de los Yomas creaban un engendro de tal maldad que los Tolteca consideraban un deber exterminarlos sin piedad… pero no todos los humanos se habían convertido en Yomas en forma voluntaria… en los casos en que un ser humano hubiera sido convertido en Yoma contra su voluntad nada se podía hacer por que los Toltecas no eran dioses… los Toltecas solo podían sellarlo con su sangre dorada para calmar su hambre y su sed… los Tolteca ansiaban que los humanos y los Yomas sellados convivieran en paz, ¡pero eso era también un imposible que les acarreo la ruina!…

-Pero, Manoa… ¡La ciudad Dorada!... ¿los Tolteca la buscaban?

-Los Dioses estaban enfurecidos por el sacrificio humano de Ixquic, la princesa Tolteca que sello a los Yomas primigenios. Ellos decretaron que solo con otro sacrificio se aplacarían. Manoa estaría perdida en la mente y la conciencia de los hombres, solo podría ser encontrada por un Tolteca puro de corazón que estuviera dispuesto a morir por toda la humanidad… ¡desangrándose hasta morir en la cima de la Pirámide Montaña!

-¡Pero que Dioses tan malditos!, ¡Con razón nunca la encontraron!-Dijo Raki escandalizado.

-¡Sacrílego!...¡Blasfemo!... ¡No me interrumpas!... ¡Raki, el sacrificio no era solo suicidarse!… era llegar a un estado total de liberación de la mente y la conciencia… ¡como al que llego la Princesa Ixquic para sellar a los Yomas primigenios!... ¡Solo un sacrificio así restauraría el equilibrio del universo!... pero los Tolteca eran solo seres humanos y llegar a tal grado de liberación era otro de los imposibles que los destruyo… fue entonces cuando se escucharon rumores de un nuevo tipo de Yomas que llegaban más allá del mar… nada se pudo contra ellos… la gente pidió ayuda a los Tolteca, pero estos se negaron…

-¿Por qué?-

-Por que no eran Yomas… eran seres humanos de carne y hueso… pero diferentes… lo más extraño de ellos era su blanca piel…

-¡Los españoles!

-Si, los Tolteca siempre se negaban en intervenir con sus armas mágicas en las guerras entre los humanos… siempre eran neutrales y buscaban la forma en que la gente viviera en paz… pero tampoco tuvieron éxito. Los españoles nos conquistaron completamente en menos de una generación. Ya la conquista, la violencia y la crueldad existían entre nosotros… ¡pero los españoles la llevaron a un nuevo nivel nunca visto!…

-Pero después, ¡nosotros los sacamos a patadas sin la ayuda de los Tolteca!- dijo Raki con un orgullo que no pudo contener

-¡Esas son las mentiras que te enseñaron en la escuela, Raki! No éramos rivales de los españoles por el atraso en que nos encontrábamos, por el aislamiento y lo divididos que estábamos.Los españoles trajeron enfermedades a los que no teníamos inmunidad, sus armas de hierro eran superiores a nuestras armas de obsidiana y bronce… ¡No teníamos ni siquiera una sola lengua o idea de que existían otros pueblos como nosotros!... la gente en esa época sencillamente se aliaba con los españoles para vencer a sus rivales… ¡fue así como un puñado de aventureros conquistaron un continente!... Pero los españoles cometieron el error de ofender a los Tolteca… de llevar su brutalidad demasiado lejos… ¡de subestimarlos!…

-¡¿Que hicieron los Tolteca?!

-¡Nada!... sin los Tolteca los Yomas se esparcieron por el imperio recién conquistado de los españoles… Ni ellos, ni sus animales, ni cultivos tenían la resistencia y la inmunidad natural que nosotros habíamos desarrollado… sus armas de fuego y metal eran inútiles contra los Yomas… ¡aprovechamos entonces para expulsarlos para siempre!… de ellos solo quedo el idioma que adoptamos como lengua común… Nuestro continente siguió llamándose América por ellos… pero fuera del idioma, nada de su cultura queda… con la conquista de los españoles entramos en contacto con otros pueblos de los que ni siquiera sabíamos que existían. De ese intercambio cultural surgió nuestro modo de vida actual. Los Tolteca nos guiaban y enseñaban. Después de la conquista, los sacrificios humanos fueron abolidos y prohibidos. La religión de los españoles fue sustituida por el culto a los Dioses Tolteca… ¡Por primera vez los Tolteca creyeron que era posible la paz en la tierra! No una ciudad Dorada, ¡Todo un continente Dorado! En verdad que esa época fue en verdad dorada ¡Eran venerados y respetados!... la barbarie y el salvajismo había sido derrotado para siempre y el modo de vida Tolteca, sus principios e ideales eran la norma para la vida civilizada…

-Entonces los españoles hicieron el trabajo sucio para los Tolteca… ¡lo que ellos en su bondad, justicia y compasión no querían hacer!- dijo Raki suspicaz, levantando una ceja- Cuando los hombres de La Organización quieren someter a un país, un pueblo o una ciudad, hacen eso… ¡Nada! Y los Yomas los destruyen por ellos… ¡o eso he escuchado!… por lo visto lo aprendieron de los Tolteca- La anciana se sintió incomoda.

-Los Tolteca nunca pudieron unirnos… ¡eso lo hicieron los españoles con su brutalidad!... hubo guerras entre nosotros después para repartirse los restos del imperio español recién destruido por los Yomas… ¡guerras en que los tristes y decepcionados Tolteca se mantuvieron neutrales!... la injusticia y la desigualdad parecía ser algo imposible de erradicar por mas que los Tolteca lo intentaran, pero ellos consideraban que en conjunto se había dado por fin un gran paso… los Sapa Incas sabían que solo los Tolteca los hacían legítimos a los ojos de los pueblos que gobernaban, así que en lo posible intentaron gobernar con justicia para no perder su favor… de alguna forma los Tolteca viajaban a través del continente… ellos hablaban casi todos los idiomas y dialectos que existían antes de adoptar el español como idioma único… ¡como cuentan las leyendas aparecían cuando la gente más los necesitaban y desaparecían sin dejar rastros!... solo unos pocos fueron dignos de aprender el antiguo idioma Tolteca y de ser iniciados en sus secretos… la raza humana degradada era una continua fuente de decepciones y frustraciones para los Tolteca… los españoles llevaron la maldición Yoma a sus tierras también… los Tolteca hablaron con su Sapa Inca y sus sacerdotes. Acordaron en ayudarlos en secreto… los Tolteca lo hicieron así por que a pesar de su blanca piel y su religión falsa, los españoles eran también seres humanos… las tierras de los españoles quedo limpia de Yomas y el Océano los protegió… en agradecimiento los Españoles juraron en jamás regresar a nuestras tierras y dejarnos vivir en paz…

-¿En agradecimiento o por miedo a los Yomas?... No me parece justo que los Toltecas limpiaran la tierra de los españoles y dejaran estas infestadas de Yomas…

-En la tierra de los españoles, los Yomas no habían echado raíces tan profundas como aquí… Su ayuda no fue tan desinteresada esta vez… ¡A los Tolteca, ni a nadie les convenía unos Yomas con las armas españolas!... El hierro y la pólvora de los españoles los Tolteca lo estudiaron, pero eran inútiles contra los Yomas a quienes solo los pueden herir y matar con armas de obsidiana y bronce… y los Tolteca no quisieron que hiciéramos guerras entre nosotros con ellas… fue así como se creo La Organización… ¡Ellos perfeccionaron las armas de los españoles y rescataron la ciencia maldita que corrompió a los Yomas de las antiguas ciudades muertas de los hombres!, ¡aprendieron o de alguna forma robaron los secretos de la magia y ciencia Tolteca!... lo demás ya lo sabes… ¡Nada existe en este mundo que no pueda ser corrompido!... al final la bondad de los Tolteca los llevo a la ruina y el exterminio total

Los tres ya estaban llegando a la casa.

-Chapulín, atiende a nuestra invitada… ¡ya esta anocheciendo y Murachi no tardara en llegar!... Noble abuela, por favor póngase cómoda… ¡preparare la cena!

Raki y la Chaman se quedaron en la sala mientras Clare iba a la cocina. La casa era humilde, pero confortable. Los muebles los había hecho Murachi con la ayuda de Raki. Murachi era fuerte y musculoso, como lo eran todos aquellos que trabajaban con la obsidiana, el pedernal y el cuarzo. La chaman le dio unos amuletos a Raki para proteger la casa e hizo algunos conjuros y hechizos para que el Yoma no pudiera entrar.

La anciana tenía hijos e hijas. Nietos y nietas. ¡Todos habían sido asesinados por el Yoma a pesar de todos sus amuletos y conjuros! Sus dos nietos, amigos de Raki, seguían en sus camas como un montón de cenizas en el momento en que los toco. La anciana danzaba frenéticamente en la sala hablando en el antiguo idioma Tolteca transmitido por sus antepasados a solo unos pocos iniciados. Mucho del conocimiento antiguo de los Tolteca, deformados por el paso de los años, era ahora solo burda superstición ¡pero la anciana no lo quería aceptar!

Raki se daba cuenta de que el Yoma los mataría a los tres… o a los cuatro cuando Murachi llegara, si lo quería. Los vecinos estaban enclaustrados y atrincherados en sus casas. Raki recordó que la Malinche le había dicho que el Yoma seguramente ya había matado a los que vivían con él e ignoraban que era el Yoma. Pensó que en estos momentos el demonio que desangraba a su pueblo estaría solo en una de las tantas casas con los cadáveres de gente conocida por él. Estaría en las calles acechando a su hermano que lo buscaba. ¡Podría entrar en su casa en cualquier momento! El solo podía esperar impotente… los Tolteca estaban extintos, ¡ya no quedaba ninguno de su raza en la tierra por haber ofendido y desafiado a los dioses!… los dioses Tolteca ya habían decretado que la humanidad merecían el exterminio por esos monstruos como justo castigo por haberlos creado en primer lugar… ¡De nada valía rezarles!...

-No me dijiste tu nombre- Dijo el Muchacho en voz baja, como en una oración- Pero solo tú puedes salvarnos… ¡estaré en deuda contigo para siempre si encuentras y matas al Yoma!... ¡sin importar lo que seas, ángel o demonio! ¡Estaré en deuda contigo Guerrera sin nombre de los ojos plateados!

***

La Malinche se dio cuenta de que estaba caminando en círculos. El iris de sus ojos plateados se dilato y el rastro de pisadas doradas estaba en todas direcciones. Tuvo que desandar todo el trayecto que había recorrido hasta volver a encontrar de nuevo el rastro original. ¡No podía distinguirlo del rastro falso! Ya estaba anocheciendo. Por lo visto el Yoma era más inteligente de lo que se había imaginado. Ella no podría encontrarlo mientras el Yoma reprimiera su Youki.

El niño no era un Yoma. ¿Por qué la había seguido y había sido tan amigable con ella, un monstruo igual o peor a un Yoma? ¿El Yoma lo estaba usando y manipulando de alguna forma? ¿Lo estaría obligando con amenazas? La Malinche pensó que no era nada de eso. Ella seguramente era para el niño un bicho raro que había despertado su curiosidad y eso era todo. El único interés del Yoma en esos momentos debía de ser la fuerza vital y el alma del niño. Tenerlo en sus manos era su prioridad inmediata antes de pelear con ella.

El Yoma podía ser cualquiera y tomar el aspecto de cualquiera. Debía de ser uno muy fuerte y poderoso si solo podía sentir su presencia sin poder ubicarlo en todo ese minúsculo pueblo. El tiempo se acababa. ¡Hubiera sido mejor dejar que el niño se quedara a su lado! Pero seguramente hubiera significado que el Yoma le tendiera una emboscada a ella en el momento menos pensado y el niño hubiera estado en el medio del campo de batalla sin medios para escapar, ¡estorbándole y maniatándole por que no podía permitir que el Yoma se desarrollara por completo si tomaba su fuerza vital y su alma con solo tocarlo con sus garras!

El Yoma no le haría nada al niño de día, con ella rondando. Necesitaba todo un día para asimilar las almas y la energía vital de todos esos niños asesinados, ¡estaría débil y vulnerable durante todo el día!... la Malinche se dio cuenta de que era una ilusa en creer que su enemigo se iba a entregar en bandeja de plata acechando al ultimo niño del pueblo de día. Su plan para usarlo de carnada no funciono. Un Yoma estúpido y glotón hubiera caído, pero este era más inteligente y paciente que ella.

Solo le faltaba asimilar el alma y fuerza vital del último niño de toda una generación para desarrollarse por completo. En ese caso no podría vencerlo. ¡Sería imparable! Mataría a todos en la aldea y escaparía con facilidad del cerco de los soldados. Haría falta otra Malinche, otra con el poder y la fuerza para lidiar con Yomas de ese nivel. Ella se preguntaba por que el Yoma no había matado al niño de una buena vez cuando mato a los otros. Solo seria esconderse de día y mutar en la noche… ¡había algo que faltaba y que no sabía!

Esa era la razón de por que las baratas no duraban mucho. Una vez que a una Malinche se le asignaba la misión, solo podía terminar con el Yoma muerto o ella muerta. Las baratas se enfrentaban tarde o temprano con un Yoma superior imposible de vencer. La Organización no mostraba mucho interés por las aldeas pobretonas incapaces de pagar sus tarifas, los Yomas cuando iban a mutar se refugiaban en esos pueblos. Las baratas eran las Malinches prescindibles y esas aldeas eran insignificantes. A La Organización no le importaba el resultado final.

El Yoma seguramente llevaría al niño a su guarida sin usar sus poderes de Yoma y esperaría que los últimos rayos del sol hubieran desaparecido. No estaba en condiciones para pelear con ella y desarrollarse en forma prematura pondría al Yoma en desventaja a la hora de luchar. Una vez que hubiera asimilado a los niños asesinados por completo, ¡mataría al último! Solo entonces, con las almas y la fuerza vital de toda una generación, mutaría al siguiente nivel.

Fue a la primera casa que encontró y toco la puerta. Nadie contesto. Cerró los ojos y sintió a tres siluetas escondidas en la casa. De una patada derribo la puerta. Las tres siluetas salieron de sus escondites. Eran dos hombres y una mujer terriblemente flacos y demacrados. La Malinche se veía imponente con sus ojos abiertos y sosteniendo la enorme Chaska con una sola mano. Estúpidamente uno de ellos se le quedo mirando a los ojos fijamente. ¡Sus ojos eran en verdad plateados! Parecía decir. Los ojos de la Malinche eran hipnóticos y el hombre no podía dejar de mirarlos. La mujer y el otro hombre se le apartaron en el acto.

-¡Tu eres el Yoma!… - Dijo el hombre con odio y rencor. El hombre y la mujer se pusieron detrás de la Malinche.

-¡Yo no soy el Yoma!-Dijo el hombre desesperado, creyendo que la bruja de los ojos plateados iba a matarlo- Tu pasaste por aquí con un niño… ¿recuerdas?... el te dijo quienes vivían en esta casa… ¡El nos conoce y nosotros lo conocemos!... seguiste de largo con él siguiéndote… ¡Yo no puedo ser el Yoma!, ¿verdad?... ¡todos sentimos como buscabas al Yoma en nuestra casa sin siquiera entrar!... ¡Yo no soy el Yoma!

-El niño que me seguía…

-¿Raki?- pregunto la mujer. La Malinche la miro y ella desvió la vista para no ver sus ojos plateados.

-¡Si!... ¿Dónde vive?

****

-Raki, debo confesarte algo… ¡siempre creí que tu eras el Yoma!... a medida que crecías me pareciste que eras distinto a tus padres y hermanos. Tus ojos verdes solo pueden ser posibles si tienes ascendencia española y ninguno de la aldea la tiene por que a nuestros antepasados los Tolteca los escogieron y separaron de la depravación reinante… Durante siglos solo nos hemos cruzado entre nosotros… ¡gracias a la protección de los Tolteca nunca fuimos conquistados o esclavizados por los españoles!... los ojos claros son una señal de vergüenza, de esclavitud y servidumbre…

-¡Lo sé!... de niño me lo restregaban en la cara… ¡pero no era culpa mía, ni me iba a arrancar los ojos por eso!... ¡Total!... algún antepasado mío se habrá enamorado de alguien de fuera de la aldea…

-Me pareció muy sospechoso que te salvaras a ultimo momento por que acompañaste a los hombres en la madrugada a llevar el tributo… -Continuo la anciana- ¡cuando la Malinche por poco te corta la cabeza creí confirmar mis sospechas!... pero luego recordé sobre la visión que tuviste sobre tu nombre verdadero… ¡Fue el poder Tolteca de tu nombre verdadero lo que evito que la Malinche te cortara la cabeza!... los hombres de La Organización corrompieron el juramento sagrado con que los Tolteca sellaban a los Yomas para crear a las Malinches… ¡Pero los Toltecas y solo los Toltecas son los verdaderos amos de las Malinches, sus únicos señores por el poder del Juramento Sagrado sin importar lo mucho que La Organización lo deformaran, pervirtieran y corrompieran!... los Tolteca nos enseñaron muchas cosas para protegernos de los Yomas… muchas se perdieron, pero el nombre verdadero era una de ellas… la magia de los Tolteca te salvo anoche de morir consumido por el Yoma… ¡Tu nombre verdadero en el antiguo idioma Tolteca significa “Sacrificio”, el venado con el sol del ocaso entre los cuernos es la representación de Inti!... el poder de tu nombre verdadero es fuerte Raki…

-¡Entonces!... ¿el Yoma no puede hacerme nada?

-¡No! Con la fuerza vital y las almas que tomo anoche… ¡ahora puede hacerlo!... pero no lo hará con la Malinche estando por aquí… ¡Tiene que vencerla primero!... hay muchos tipo de Yomas y para cada tipo hay una Malinche especifica… Esta que vino es del tipo guerrero, específicamente creada para encontrar y destruir a los Yomas parásitos… Su poder y fuerza vienen de la luz, de Día son más fuertes, así que ¡o el Yoma escapa esta noche! o ¡la enfrentara esta noche!... ¡Pobres de aquellos que estén en medio!

-Chapulín, ¿me harías el favor de ir a mi cuarto y limpiarlo?... ¡se me antojo comer allí esta tarde! deje sobras de comida en la cama… ¡límpialas, por favor, o mi cama se va a llenar de hormigas!-Escucho Raki que le decía Clare de la cocina

-¡Esta bien Clare!... ¡Pero deja de llamarme con mi nombre de niño!...

El niño recordó que en el pueblo no había hormigas, ni pájaros, ni animales silvestres. Las llamas eran demasiada mansas para escaparse. De todos los animales domésticos eran los más resistentes y la única carne disponible para comer. Raki pensó que decir que la cama iba a llenarse de hormigas era una forma de hablar. Había pocos animales silvestres por los alrededores, el bosque de los monolitos era la excepción por que era el sitio en que la magia de los Toltecas era más fuerte.

Raki fue al cuarto que compartían Clare y Murachi. ¡El hedor casi hizo que vomitara cuando abrió la puerta! Obscenamente el cadáver de Clare estaba abierta en canal sin entrañas. Raki no podía creer lo que veía. Escucho un grito apagado proveniente de la sala que le helo la sangre y luego solo silencio. Todo se hizo oscuro a su alrededor. Sintió una mejilla contra su mejilla y escucho la dulce voz de Clare, su cálido aliento en su nariz.

-La Noble Abuela ha recibido su recompensa por haber sido tan valiente y osada… como a los Tolteca… ¡Su buen corazón fue su perdición!… ¡No estaba tan correosa como ella creía y solo sirvió para abrirme el apetito!... carne, sangre, pelo, ropa… de la anciana no quedo nada… ¡estaba deliciosa!

-¿Quién eres?-Dijo el niño. El aliento de su cuñada olía a sangre y hiel. Pero el había visto el cadáver sanguinolento de Clare. ¡Clare estaba muerta! Por un momento todo giraba a su alrededor. La dulce voz de Clare siempre le contaba las bellas historias de los Tolteca antes de dormir. Lo arrullaban y calmaban cuando tenía pesadillas. La dulce y bella voz de Clare parecía la misma, en su tono, timbre y modulación. En su forma dulce y cariñosa de hablar al contestar:

 

-Mi pequeño Chapulín… ¡ya sabes quien soy!... ¡Soy la razón de tus pesadillas!... ¡la razón de por que ustedes los humanos temen a la oscuridad!... ¡la razón de por que se les erizan los cabellos y se les hiela la sangre cuando escuchan el susurro del viento o un grito espeluznante!... ¡yo soy la razón por la cual rezan por la salvación de sus almas en los templos o antes de dormir!... ¡Yo soy el miedo que pudre sus almas!... ¡Yo soy el terror puro y absoluto!... ¡Yo soy el Yoma!

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