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Primera vez como activo

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Como saben, soy bisexual. Me gusta acostarme con prostitutas y me gusta ser tratado como una. Me siento incomodo siendo activo con otro hombre, incluso si usa lencería. Tengo varias experiencias que no terminaron en penetración debido a mi incomodidad de tener un pene enfrente de mí y no ser penetrado por él.

El día de hoy tenía pensado ir a ver Christopher Robin (Winnie the Pooh), sin embargo, mientras estaba desayunando con calma, de repente me dieron ganas de tener sexo. Entré al chat local, pero por alguna razón, puse que estaba buscando a una travesti pasiva. Realmente, no tenía idea de qué haría si conseguía una cita. Terminé de desayunar y ya casi era hora de que saliera, pero antes de cerrar el chat, una persona me habló.

Me dijo que era una travesti que vivía cerca del Centro Histórico. Me preguntó si quería hacer algo a lo que no supe qué responder, antes de que dijera algo, me dio la calle en la que vivía, pero sin el número o su teléfono. Le dije que hablaría con ella después, pues ya estaba de salida. Dijo que estaba bien y me desconecté. Durante camino, apenas si pensé en la propuesta.

Una vez que llegué al Centro Histórico, recordé la dirección que ella me dio y me di cuenta de que mañana tengo que ver a una persona por un asunto de trabajo cerca de la dirección que ella me dio. Esa curiosa coincidencia no me dejó de molestar mientras me dirigía al cine. Estando cerca de él, decidí pasar de largo. Caminé durante un largo rato. Hacía mucho calor y había empezado a sudar. Cuando llegué a la calle, me di cuenta de lo estúpido que fui por no pedirle más detalles de la dirección ni su número de teléfono. Me quedé por ahí un rato.

Estaba ya cansado y, para pasar el rato, volví al chat. Obviamente no la encontré. Estuve ahí por unos 10 min. Hasta que conseguí a otra persona. Nos dimos teléfonos y nos enviamos un par de fotos, yo de mi rostro y la otra persona usando lencería. Luego de un par de preguntas, descubrimos que ambos estábamos a unos 15 min de distancia. Quizá haya sido el calor y el momento, porque mientras me dirigía al lugar no dejaba de cuestionarme a mí mismo sobre qué demonios haría una vez que tuviera a la persona enfrente. Cuando llegué al lugar, la persona no se volvió a conectar, pero resulta que la travestí, a la que vería originalmente, estaba de nueva cuenta en línea.

Empecé a reír fuertemente de lo absurdo de la situación (y creo que asusté a un vago). No sé por qué volví a hablar con ella, esta vez, pidiéndole rápidamente que me diera su teléfono y el número de su departamento. Ella aceptó gustosamente y dijo que tomaría una ducha. Yo, por otro lado, me dirigí al lugar, con apenas media botella de agua. Llegué más pronto de lo que ella pensó, así que tuve que quedarme afuera de su departamento por otros 10 min. Interactué sin darme cuenta con los vecinos, saludé a una señora que no paraba de mirarme desde una ventana y un señor me preguntó mi nombre. Se lo di sin pensarlo, parecía muy amable.

Cuando por fin me abrió, fuimos directamente a su departamento. Tenía un montón de adornos de bandas que no conozco. No presté atención a nada y ni siquiera me di cuenta de que ya estaba casi arreglada. Ella tenía el pelo rojo y largo, llevaba doble media, unas blancas y encima y unas negras de red, zapatillas altas muy coloridas, una mini-falda morada, tanga roja, una blusa negra, bracier negro y accesorios como un collar y un brazalete, ambos muy llamativos. Lo cierto, es que apenas quedamos de frente nos empezamos a besar con locura.

El calor es una de las cosas que más detesto, pero por esta vez, logró hacer que la tratara como suelo tratar a las prostitutas con las que me gusta estar. La tiré a la cama y seguimos a devorarnos el uno al otro. Empecé a morder sus labios y cuello, mientras toqueteaba todo su cuerpo. Le bajé un poco la blusa para también morder sus pezones, los mordisqueaba tan fuerte empezó a gemir. Luego de ese previó, yo me quité la ropa y volvimos a lo nuestro. A ella le sorprendió el tamaño de mi pene (20 cm) pero yo ya no estaba prestando atención a nada de lo que decía, sólo me recosté y ella se lo metió en la boca. Luego de un rato volvimos a repetir lo primero: Nos estuvimos besando y entre tanto me dedicaba a morderla mientras estaba encima de mí. En cierto momento, me preguntó si ya quería metérsela. Afirmé con la cabeza y ella sacó una botella de lubricante. Ninguno de los 2 quiso usar condón y luego de lubricarse, movió su tanga y se sentó en mi pene.

Tardó un poco en acostumbrarse a mi pene, pero una vez que lo hizo empezó a cabalgar, lo hacía de forma lenta para que no le doliera. Estuvo gimiendo por un par de minutos, sin embargo, yo empezaba a aburrirme, pues no la sentía estrecha en absoluto. Se recostó boca abajo y se la metí. No le di importancia a que hace unos minutos me dijera que estaba muy grande, ya que apenas mi pene entró, me empecé a mover rápido. Ella gemía y gemía de lo mucho que le gustaba, luego de 1 minuto le pedí que se pusiera en 4 para poder moverme mejor. Lo hizo, y pude moverme de forma mucho más agresiva. Apreté su trasero y le di un par de nalgadas. Luego de un rato, le dije que ya me iba a venir y ella lo celebró pidiéndome que “la preñara”. Me corrí dentro de su ano y ambos nos recostamos sin sacar mi pene de ella. Luego de unos segundos, empecé a separarme, pero ella me pidió que lo hiciera lentamente para que no le doliera. Le hice caso, más o menos, pues dio un fuerte quejido de dolor.

Fui al baño a limpiarme. Una vez que terminé, me vestí. Ambos más calmados, dijimos nuestros nombres, nos despedimos con un beso y me fui. Afuera, el calor ya no era tan malo, pues ya que habían aparecido varias nubes, sin embargo, ya sólo tenía ganas de dormir. Por lo que mi plan original de ver Christopher Robin se postergó.

(9,20)