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Lotería (Capítulo 3º de 3)

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Cuando nos despertamos en la mañana el sol estaba alto y el silencio total. El bote se mecía suavemente pero se notaba que estaba anclado.

Le dije a Pablo que nos levantáramos a disfrutar el día. ¡Y de tus padres! Agregó él, acariciándose la natural erección matutina.

Mirá Pablo, le dije, lo que está pasando sexualmente con mis padres es una cosa que ni vos ni yo buscamos, se está dando por que nos amamos como te amo yo a vos.

Si, si –dijo el- pero es divertido y excitante.

Nos levantamos y luego de ducharnos y sacarnos nuestros olores y fluidos secos después de esa maravillosa noche de amor que pasamos encerrados, fuimos a la cocina donde estaban las consabidas tazas de café. Aunque no recién hechas como el día anterior.

¡He, mamá, hace mucho que desayunaron! , grité. Nada como respuesta. Nos miramos con Pablo y salimos desnudos como desde hace 24 hs. a cubierta. No había nadie.

Miramos derredor y estábamos a 200 m. de una playa de arenas blanquísimas en una cala preciosa. Cerca de la playa, pero dentro del agua, estaban mis padres, nadando y chapoteando. Parecían 2 críos como jugaban y se divertían. Nos miramos con Pablo y nos sonreímos. Ojala dentro de 25 años de matrimonio, nosotros seamos así, le dije.

Puedes apostarlo, bomboncito me dijo él, acariciando mi depilada vagina Yo me voy a encargar que así sea. Ya tengo el ejemplo de cómo se debe hacer.

¡He chicos!, saludó mi madre al vernos. Vengan hasta aquí que está hermoso.

Terminamos nuestras tazas de café horrible y nos tiramos al agua. La primera fui yo, que afortunadamente me lancé de pié, por que la profundidad no era más de 1,20 m. Y flor de porrazo me pegué. Pablo al verme despatarrada, se bajó por la escalerilla y juntos nadamos y caminamos hasta donde estaban mis padres que seguían jugando y correteándose uno al otro, con revolcones entre las pequeñísimas olas. Al acercarme, pude ver que mi padre tenía una erección imponente, mientras la apretaba y soltaba a mamá.

Sáquenme a este viejo verde de encima, bromeó mamá. Desde que llegaron Uds. está siempre alzado y me quiere follar a cada rato.

Y a vos te encanta, le contesté yo. Si pero que no se entere por que sino no me la saca de adentro en todo el día, reía ella.

La confianza que habíamos alcanzado en estas 36 hs. juntos, como naturistas, era increíble. Yo me sentía de maravillas. Es lo que siempre había soñado de una relación. Estaba encantada que mis padres hubieran cambiado en ese rumbo, y compartieran sus vivencias y nueva forma de ser con nosotros. Y encima, estaba excitada todo el tiempo.

Y Pablo también, que después de su baño matutino, su pija había vuelto a la normalidad, y ahora, al lado de mis padres, estaba con la pija parada de nuevo.

¿Como la pasaron ayer? Preguntó papá, al tiempo que abrazado a Pablo se encaminaban hacia la playa.

Verlos a los 2 caminando con sus pijas apuntando hacia delante, hizo que mis juguitos empezaran a fluir. Los seguía mi mamá a un metro de distancia y yo los observaba desde atrás. Verla a mamá, con su flaco cuerpo tan bronceado, y sus nalgas abiertas que dejaban ver su anito aunque caminara, me hizo apretar las piernas con urgente necesidad de pija.

Estuvimos un rato sentados en la playa, con las piernas en el agua. Yo no lo podía creer, Pablo y papá seguían con sus porongas paradas. Y era lógico, el espectáculo que dábamos las damas se notaba excitante, con nuestras conchitas abiertas por la posición de nuestras piernas cruzadas tipo yoga y nuestras tetas, de aureolas pequeñas y pezones puntiagudos. Le sonreí a mamá mientras se lo señalaba con los ojos y ella se sonrió y dijo: Bueno, volvamos al bote que el sol está muy fuerte y no trajimos bloqueador solar, al tiempo que lo tironeaba a Pablo de un brazo y lo puso de pié. Lo abrazó de la cintura y se encaminaron hacia el bote.

Me acerqué a papá, le tendí una mano para ponerlo de pié, pero me hizo una maniobra que me hizo caer de bruces sobre la arena entre sus piernas. A centímetros de su pijota.

Cuando levanté la vista, ante las risotadas de mi padre, y vi ese pedazo de pito frente a mi, lo tomé con la mano y de un solo bocado me lo metí en la boca hasta la garganta. Estaba salado y delicioso, con el gustito al agua de mar y sus propios jugos.

Era la primera vez que le comía la verga a mi padre y de solo pensarlo casi tengo un orgasmo. A él se le pasó la risa y lo único que dijo fue: ¡Nena, te amo!

Yo me lo empecé a coger con la boca, casi con desesperación. Quería sentir su acabada en mi boca. A mí nunca me gustó el semen, pero esta vez era distinto. Tenía necesidad, de satisfacerlo y satisfacerme.

Y cuando estaba a punto de eyacular en mi boca, con mucha suavidad me apartó, me besó ardientemente en la boca y me dijo: Alcancemos a mamá y Pablo.

Me dejó re caliente, pero Dios, como amaba a ese hombre.

Se puso de pié, me ayudó a levantarme, me abrazó nuevamente encajando su pija entre los depilados labios de mi concha y me dijo: Hija, te amo como a nadie y más tarde te prometo que te voy a dar mi leche donde vos quieras, pero le juré a tu madre que jamás cojería sin ella presente, y lo voy a cumplir. Porque a ella también la amo.

Dicho esto, me agarró de mis nalgas, casi metiendo un dedo en mi ano, y me llevó así hasta el bote.

Cuando estaba trepando por la escalerilla, con mi padre atrás, me paralicé un segundo por que él desde abajo metió su boca entre mis nalgas y me dio un delicioso beso en mi chuchita y anito que estaban a su disposición por mi posición.

Ahh!! Papi, le dije. No me dejas enfriarme nunca, me tienes caliente todo el tiempo.

Ese es el objetivo, mijita. Que disfrutes tu estadía con nosotros.

Al asomarme por la barandilla, vi que Pablo le estaba colocando bloqueador a mamá que estaba boca abajo sobre una toalla en cubierta. Pablo tenía la pija al palo como mi papá. Que lindo tenerlos excitados todo el tiempo a los hombres que amamos, pensé.

Me senté atrás de Pablo que estaba en 4 patas masajeándole las nalgas y las piernas a su suegra, que estaba con las piernas abiertas y su depilada conchita a la vista desde arriba.

El panorama era muy excitante, tomé la poronga de Pablo y se la empecé a acariciar, el se giró y me sonrió y arqueó la espalda. Yo sabía que quería, lo conozco. Acerqué mi lengua a su ojete y se lo empecé a lamer. Ahora era distinto que otras veces por que no tenía pelos. Pablo gemía y ya le tenía dos dedos en la concha a mamá, que al oír el gemido de Pablo despegó su cabeza de la toalla y nos miró.

Papá se puso al lado de su cabeza y mamá le empezó a chupar su pija con mucha suavidad. Luego se la sacó y le dijo: ¿No te hizo terminar Carla? No dijo mi papá, yo respeto los juramentos. Mi mamá sonrió y volvió a meterse el pito de papá en la boca y ahora con más empeño.

Mamá arqueó la espalda, ante los embates de Pablo con los dedos y se puso en 4 patas. Pablo ahora le empezó a comer su chochito desde atrás, mientras yo le continuaba lamiendo el culo y acariciándole la pija con la mano.

Papá empezó a bramar y yo creía que terminaba en la boca de mamá pero ella, conocedora de su esposo, se sacó la pija de la boca y mientras le chupaba los huevos le dijo, José acostate aquí al lado mío.

Papá se acostó como le pidió mamá y ella me tomó de una mano y me guió para que lo montara.

¿Estas lista? me dijo, más que lista le contesté. Lo deseo.

Y suavemente fui bajando sobre la pija de papá y me la fui metiendo hasta los huevos.

Sentía que me llenaba toda, mi vagina se amoldaba perfectamente a su miembro. Y eso que era más grande que el de mi esposo. Estaba tan mojada que mis jugos se derramaban sobre él. Mi instinto me llevó a empezar a cabalgarlo violentamente, pero después de 3 o 4 empellones, mi mamá puso una mano sobre mi espalda y me pidió calma, que esto recién empezaba y que había que hacerlo durar.

Seguido a esto, se colocó entre las piernas de su esposo y me empezó a lamer el ano, mientras yo me movía suavemente sobre mi padre. Me chupaba el culo con mucho esmero y trataba de meter la lengua adentro. Para mi era muy excitante y caliente, ya que nunca me habían chupado mientras me penetraban.

En determinado momento se detuvo y exhaló un gemido largo y profundo. Pablo la había penetrado desde atrás por su conchita abierta y deseosa y se movía cadencialmente.

Cuando se acostumbró al movimiento, siguió con su lengua en mi ojete y yo no aguanté más y tuve un orgasmo fantástico. Mi papá, conocedor de las mujeres, se quedó quieto unos instantes, besándome en la boca y metiendo su lengua en mi oído.

Como ya les dije, soy multiorgásmica y a los pocos segundos quería más. Y mis padres siguieron, papá volvió a moverse suavemente dentro de mí y mamá a lamerme el culo, que ya estaba dilatado y no solo aceptaba su lengua sino dos dedos adentro.

Mamá retiró sus dedos cuando tuve mi segundo orgasmo y al sacarlos escupió en mi culo dos veces y dijo: Pablo, ahora vos, y se corrió a un costado.

Pablo se ubicó atrás mío y con su pija guiada por su mano, apretó mi esfínter y metió la cabeza.

¡Huy como me dolió! Se quedó quieto unos instantes y continuó empujando. Su pija estaba bien lubricada por los jugos de mamá y mi ojete por su saliva. Y hasta que no la enterró hasta el fondo no paró de empujar. Yo me sentía colmada con 2 penes adentro y muy feliz. Pablo, al ver que yo no me quejaba empezó un vaivén furioso que me hizo terminar con alaridos de placer y convulsiones como cada orgasmo por el culo.

Mi papá me abrazó fuertemente y al oído me dijo. Ahora tu mamá.

Cuando me calmé de mi explosivo orgasmo, me desprendí de Pablo y mi papá, que se puso de pié. Abracé a Pablo que me miraba con amor y lo tendí sobre la toalla. Mientras mi papá la besaba a su esposa a centímetros de nosotros. Y tomándola de una mano la depositó sobre Pablo que la esperaba con la pija al cielo.

Ella se empaló de un solo golpe y puso los ojos en blanco, se movió 2 o 3 veces y lo llamó a papá. Este con el bloqueador en la mano, le puso una buena cantidad en el ano y otro tanto en su pito y se arrodillo entre las piernas de mi marido.

Con mucha delicadeza se la fue metiendo. Yo, como principal espectadora, veía como se iba abriendo ese anito rosado y se engullía la depilada poronga de papá hasta los huevos. Mi mamá apretaba los ojos mientras Pablo le mordía las hermosas tetas con pezones de casi 1 cm. de largo. Papá se empezó a mover cada vez más rápido y mi madre y Pablo terminaron a la vez con gritos y besos entre ambos. Papá se quedó quieto mientras eso pasaba y cuando se calmaron, se retiró lentamente.

Yo tampoco me perdí ese espectáculo mientras salía de adentro de ella y su ano estaba abierto como de 5 cm. de diámetro. Papá se agacho sobre ese ensanchado culo y le pasó la lengua con mucho amor mientras se iba cerrando. Papá no había terminado.

Todos nos mirábamos con una felicidad y ternura conmovibles. Mi padre se puso de pié, tomo jabón y agua, se lavó su pito y sentándose en el borde de una tumbona me dijo: Como te prometí antes, ahora mi semen es para vos.

Yo gateé hasta el medio de sus piernas y le tomé el pito con la mano. Su erección había disminuido en dureza. Estaba decidida a probar el semen por primera vez y que fuera el de mi padre.

Le di unos besos en la punta, me la restregué por la cara y mientras se la movía lentamente, le empecé a chupar los huevos. Eran grandes y duros, al no tener pelos se sentían muy suaves y calientes. Se puso al palo nuevamente. Su ano se abría y cerraba con cada beso mío sobre sus testículos. Me mojé con saliva el dedo mayor de mi mano izquierda y al engullirme su falo hasta la garganta penetré su esfínter.

El bramó y dijo: ¡Nena! Y un potente chorro de leche se incrustó en mi garganta. A este le siguieron como 4 más mientras yo me la iba sacando de la boca. Su sabor no era delicioso ni nada que se le parezca, pero era el semen de mi padre y para mi era la culminación de un deseo.

Se desplomó de espaldas en la tumbona con los ojos cerrados y la misma sonrisa de satisfacción que le vi tantas veces cuando yo tenía algún éxito en mi vida.

Como siempre mi mamá rompió el hechizo del momento diciendo: Chicos, hay que preparar el almuerzo, vos Pablo, sacá el pescado del freezer, vos Carla poné el sartén al fuego, pero con poco aceite.

Y vos viejo, deja de estar tirado ahí y anda a lavarte.

Y…padres ante todo.

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