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Nuestra amiga argentina y dos lesbianas maduras

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Esta es otra de las cosas que le quiero contar a alguien y no tengo o no quiero contar, por eso lo hago en esta linda comunidad.

Ayer, discutí por una boludez con mi novio (en realidad fue por culpa mía) y le corté, no me volvió a llamar, así que tenía la noche libre.

Podría haber llamado a alguno de “mis amigos” y “regalarme” porque si los llamo un sábado a la noche para ver cómo están es obvio que quiero coger, ¿o no?

Pero también estaba medio lésbica, eran de esos días en que estaba así, pero tampoco quería llamar a alguna de esas dos o tres amigas con la que nos acostamos, quería algo distinto.

Me acorde de Silvia, yo lo conté, una mujer de unos 45 años, buen cuerpo, la conocí en el gimnasio, ella es lesbiana en serio, y me terminó cogiendo dos o tres veces. Ninguna mujer me cogió como ella, obvio es más grande, es lesbiana, y sabe cómo hacer gozar a una pendeja como yo.

Dude pero le mande un whatsapp, para ver como andaba, dos o tres mensajes y me dice si quería ir a cenar a su casa, que no iba a pasar nada que yo no quisiera, obvio que le dije que sí, y que sabía cómo íbamos a terminar, pero nunca me imaginé como terminamos.

La voy hacer un poco corta, si no va a ser muy largo: cenamos sushi, con champú, me pregunto de mi vida, las vacaciones, si estaba de novia, y me empezó a llevar por la parte lésbica, me pregunto si me había vuelto a acostar con alguna mujer, le dije que sí, con alguna amiga, alguna que otra vez.

Me avisa que había llamado a una amiga que después de cenar venia un rato, y me dice” no te molesta, ¿no?” le digo que no, pero pensé que no iba a venir ¡nadie más!, y me dice que no me preocupe, que es muy amiga de ella, y me vuelve a repetir que ya nos conocemos y que no va a pasar nada que yo no quiera. Pensé, chau, ¡me están entregando de nuevo!, pero eso me empezó a calentar, si bien estuve con amigas de mi edad, nunca con dos mujeres “mayores”, que seguro a una pendeja como yo le iban a querer hacer de todo.

Ya estaba jugada, no me iba a ir, yo sola me meto en esto, aparte ¡YO FUI LA QUE LA LLAME!

Terminamos de cenar, le ayudo a llevar los platos al lavavajillas, y de golpe me doy vuelta, quedamos enfrentadas y se me acerca, no me dice nada, yo tampoco, me empieza a acariciar los brazos, sube hasta mi cara, me da un pico y unos besos suaves, de esos que nos damos las mujeres, con mucha lengua, con mucha suavidad, así estuvimos un rato besándonos, y me ponía la mano por debajo de la mini, y ya me estaba calentando mucho, y me decía que seguía linda como siempre, con esa piel y esa frescura que la excitaba mucho, seguimos así hasta que suena el timbre y era su amiga, le dice que suba.

La verdad es que en ese momento me puse nerviosa, sabía que iba a ser el juguete de las dos viejitas, y que iban a saber hacerme gozar, pero no sabía cómo se iba a dar la cosa. Yo con dos chicos estuve varias veces y se cómo manejarme, ¡pero no con dos mujeres grandes!

Entra su amiga, una mujer de unos 50 años, pero bien conservada, estaba con una pollera, no tenía feas piernas, al menos no tenía celulitis, por lo que vi (eso no me gusta).

Bueno, nos saludamos, Silvia nos trae más champú, me siento con Silvia en el sofá y su amiga, llamémosla Clara, en un sillón.

Pasó un rato y Clara le dice a Silvia algo así “¿de dónde conoces a esta pendeja tan hermosa?, es un bebé para nosotras“ y Silvia le dice “del gimnasio” y me agarra muy suavemente de nuevo la cara y me da un pico, y sigue con otro pico, me da un beso de lengua que me dejo calentita, y yo no le digo nada, quería ver como seguían, estaba segura que ahí iban a empezar, pero no… no hizo nada más, me quede desubicada, helada y caliente, me beso delante de su amiga y nada más, solo para demostrarle que yo era una pendeja calentona y digamos “lesbiana”.

Al rato, nos levantamos las tres, vamos a la cocina y nos volvemos a sentar en el sofá, pero yo quedo ¡en el medio de las dos!

Nos ponemos hablar de boludeces hasta que Silvia me empieza a acariciar las piernas, yo las tenía cruzadas, hasta que con mucha suavidad, me agarra una de mis piernas, me empieza a acariciar la entrepierna, y dejo de tenerlas cruzada, la miro, y me parte la boca de un beso, esta vez si me beso, nos cruzábamos las lenguas, nos comíamos la boca y su amiga me empieza también a acariciar, empezó por mis piernas, con caricias muy suaves, eran casi como cosquillas, sintiendo cada vez que apoyaba su mano sobre mi piel, me erizaba, ya estaba mojada, con las piernas abiertas y entregada.

Me sigo besando con Silvia, y clara me saca la blusa (¡ya me estaban desnudando!) y continua acariciándome las piernas, y me empieza a sacar la pollerita, le dejo, y Silvia ¡la bombacha!, ya me habían dejado desnuda, y me acuerdo que Clara dice algo si como “nooo, a esta pendejita la quiero en mi mesa de luz, nena sos hermosa, ¡que piel que tenés! “

Ya desnuda, Silvia me empieza a besar las tetas, y me acaricia la pancita, pero como lo sabe hacer ella, con mucha suavidad, esa suavidad que me pone loca, su amiga, se agacha y me empieza a besar y a acariciar las entrepiernas hasta que llega a mi conchita.

Me la acaricia, me da besos suaves, abre los labios de mi conchita y me empieza a meter la lengua, Silvia seguía entretenida con mis tetas, mi boca y sus manos me seguían acariciando. Me calentura estaba por explotar, ¡las dos me estaban dando placer!

Clara, dejo su suavidad, y me empieza a meter la lengua bien en la conchita, lengua dedos, lengua dedos, la lengua de Silvia jugando con la mía y sus manos amasándome las tetas, yo ya recostada sobre el respaldo del sofá, y Clara con su lengua en mi conchita hasta que lograron que estallara en mi primer orgasmo,

Silvia se levantó, quede sola con Clara, me lleva mi cabeza para que se la chupe, me agacho le empiezo a acariciar las piernas, y a separárselas bien, hasta que se la empiezo a chupar, no sé, decía: “pendeja sos un juguete, ¡me vas hacer acabar!”, sentía como salía su flujo, la calentura de esta mujer, cosa que me excitaba, estaba siendo la puta de ella, la que la iba hacer acabar, me esforzaba, para que gozara (la verdad es que me gusta más que me la chupen que chuparla) pero la calentura de esta mujer me superaba, no tardó mucho en acabar.

Me siento en el sofá y aparece Silvia con “juguetitos”, y entre las dos me van llevando a la cama de Silvia.

Ahí nos empezamos a besar entre las tres, a entrecruzarnos las piernas, quedo con Clara en la posición del 69, yo arriba, Clara otra vez, me metía su lengua en la conchita, mi cara estaba entre las piernas de clara y también se la chupaba y Silvia me empieza a besar la cola, me mete la lengua en el ano, un dedo, dos dedos, y sentía que me empezaba a meter el consolador ¡por la cola!, me calenté mucho, le comí la conchita a Clara y Silvia con el consolador me lo empezó a meter bien en la cola, que ya la tenía bien dilatada, hasta que en un momento sentía que explotaba de placer y termine a los gritos, mis piernas ya no respondían y tuve un orgasmos mientras me seguía poniendo el consolador en la cola, no terminaba más de acabar, de gemir de gritar.

Clara se corrió, me quede muerta en la cama boca abajo, Clara y Silvia me acariciaban la espalda la cola, y me dijeron que hacía mucho que no estaban con una pendeja que le gustara tanto coger (cuando se me pasa la calentura que me digan eso me da cosita, pero que iba hacer).

Así, estuvimos un rato, hasta que Silvia nuevamente me empieza a besar la cola, y a meterme la lengua, solita me empecé a mojar de nuevo, mi cuerpo solo se movía, mis piernas no se podían quedar quietas y mis gemidos, demostraban que eso me gustaba. Entre las dos me estaban matando ¡era su juguete!

Clara me acomoda para que me quede en cuatro y empieza de nuevo a jugar con mi conchita mientras Silvia seguía con mi cola, y ya estaba otra vez poniéndome los dedos, y clara diciéndome que conchita tan hermosa que tenía, hasta que siento que clara me empieza a poner un consolador en la conchita, no lo esperaba, me sobresalte, pero me gusto, ¡ME ESTABA COGIENDO!, y mis gemidos nuevamente decían que me gustaba lo que hacían.

Hasta que Silvia me dice, algo así, como “preciosa, te queremos ver retorcer de placer” y me empieza a poner el otro consolador ¡en la cola!, les digo ¡que no!, los dos juntos no, pero de a poco me lo empieza a poner y me empecé a dejar, a dejar que me hagan ¡lo que quisieran! Y gemía, transpiraba, no me podía mover, hasta que acabe de nuevo, pero esta vez seguía caliente, me empecé a tocar la concha, ellas obvio se dieron cuenta, y me dicen ¡ahora si vas a gozar! (No sabía a qué se referían).

Me dicen que me ponga bien al costado de la cama, boca arriba, apoyando mi cola, bah mi cintura sobre un par de almohadones, les hago caso, Silvia me levanta las piernas poniéndomelas sobre sus hombros, y otra vez empieza a jugar con mi conchita y Clara se las ingenia para de a poco ponerme el consolador de nuevo en la cola, que como ya estaba dilatada entro sin que me doliera nada, solo me daba placer, clara solo se dedicaba a mi cola, me lo ponía, me lo sacaba, me estaba cogiendo por el culo.

Silvia sigue jugando con mi conchita, me empieza a poner bien, la lengua adentro de la conchita, pero bien adentro, me pone la lengua, la saca, mis flujos hablaban solo de lo que me gustaba lo que me hacían, me agarraba de las sabanas y no paraba de gemir de decirles que sigan, y Silvia desaforadamente me empieza a meter los dedos en la conchita, me los ponía, me los sacaba, estuvieron las dos así, un rato que para mí era interminable, porque era demasiado el placer que sentía, y Silvia seguía haciendo lo mismo, hasta que esta vez sí, ella sabe dónde y cómo meterme los dedos y lo hizo a una velocidad impresionante, sabiendo exactamente donde me tenía que tocar, hasta que siento que mi cuerpo ya no respondía, empecé a sentir esos espasmos, esos movimientos incontrolables, mis gemidos ya eran gritos, hasta que logró hacerme eyacular, en ese momento mi cuerpo me domina, tiemblo, transpiro grito, y quiero más, lo volvió hacer y eyacule de nuevo, sobre la cara de ella.

Bueno, quede exhausta, muerta, no me podía mover, literalmente, no me podía mover, me temblaba todo el cuerpo, me quede en la cama, me dormí un rato, no me importaba quedarme dormida ahí, lo necesitaba. Habré dormido una hora, no más, me despierto, y veo que me habían dejado mi ropa en la cama, me visto voy al living y estaba Silvia sola, Clara ya se había ido.

Me pregunta cómo lo pase, le digo “¿hace falta que te conteste?”, jaja se rio, me dio un pico suave, como una caricia, le digo que me voy, me dice llámame cuando quieras.

Yo no soy lesbiana, diría que soy bisexual, me acosté con amigas, pero estar con lesbianas, pero lesbianas en serio como estas dos, es otra cosa, saben y muy bien cómo hacerme gozar, está bien, yo me entregué y dejé que me hicieran todo, pero saben cómo hacerlo para que me excite, me sienta cómoda, y lo mejor como calentarme a tal punto de hacerme eyacular, Silvia las otras veces que estuve con ella, también lo había logrado.

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