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Nuestra amiga argentina en trío en sus vacaciones

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Me dejé llevar.

Bueno, esta es otra de las cosas que me pasaron en estas vacaciones, que pensaba que iban hacer aburridas.

Dentro del grupo, que era bastante grande (cuando nos juntábamos éramos como 30 o algo más), había dos pibes, que siempre andaban juntos, se las jugaban de ganadores, había varias chicas detrás de ellos, se justificaba, estaban re fuertes, pero me parecieron siempre muy boludos, eran los típicos forros que piensan que se van a coger a quien ellos quieran, agrandados, y que pensaban que las pendejas morían por ellos. A mi esta clase de pendejos no me gusta, no me van.

La cosa, es que un día, como ya les conté, a mi me gustaba mucho salir a caminar por la playa, sola, me ponía a caminar y me iba al carajo, tranquila sin que nadie me jodiera.

Ese día había caminado mucho, más de una hora, hacía rato que los balnearios ya se habían terminado, y solo se veían la camionetas en la playa. De lejos escucho que me llaman, y una camioneta me hace luces, eran estos dos forros, se bajan, nos acercamos para saludarnos, me dicen que camine mucho, que estaba re lejos, y se ofrecieron a llevarme, la verdad es que estaba cansada, así que les dije que sí, y me subí con ellos a la camioneta.

La camioneta era chica, de una sola cabina (creo que se dice así, cuando solo hay asientos adelante y nada mas), la cosa es que me hicieron pasar y me senté en el medio de los dos. Ahí me di cuenta, lo boluda que soy a veces, porque no lo hice a propósito, pero me encontré sentada en el medio de los dos (que estaban solo con traje de baño) ¡y yo con bikini! Si bien no estábamos en bolas, pero era bastante parecido, aparte a estos forros se les re marcaban todos los músculos, cosa que me pone re loca, pero no les iba a dar el gusto de ser una de “sus putitas”, aparte yo estaba y sigo de novia con uno de los chicos del grupo, aunque con estos dos forros, mi novio casi no se hablaba.

La cosa, es que empezamos andar, y obvio entre los médanos, se daba para que nos fuéramos apoyando, tocando sin querer entre nosotros, aparte como les decía la camioneta era chiquita así que estábamos muy pegados. El que manejaba (Lucas) no dejaba pasar la oportunidad cada vez que hacía un cambio de rozarme la pierna, y el otro (Martín) ya había apoyado su mano ¡en mi otra pierna!, pero seguía con mi convicción de no ser “una de sus putitas”.

En un momento Lucas para la camioneta, y le pregunta a Martín si podían pasar bien por el médano que teníamos en frente, que si que no, se ponen hablar boludeces, no me sacaban las manos de mis piernas, es más, ya me las estaban acariciando y de una Marín me empieza a acariciar mi entrepierna (una de mis partes sensibles), le digo “¿qué haces forro?” y el soberbio, me dice “ si te gusta caro, o me vas a decir que no”, mientras Lucas hacía lo mismo con mi otra pierna, pero cada vez ponía la mano más cerca ¡de mi conchita!, me empezó a gustar lo que me hacían y lo peor es que también me empezó a gustar la idea de convertirme “en una de sus putitas”.

Marín, me agarra la boca, me mete un beso, al cual no me resisto, y Lucas aprovechaba para meterme su mano en donde quisiera, y yo no les decía nada, ya estaba mojadita, caliente, y no lo podía disimular, abría mis piernas, como para dejar libertad a que me toque Lucas donde quería, mientras Martín me seguía comiendo la boca y ya me estaba rozando las tetas con sus manos.

Hasta que de repente, Lucas le dice a Martín “dale que pasamos, mandémonos, si no, no salimos más de acá” y de golpe dejaron de tocarme, de besarme. Lo primero que pensé “que forros que son, me van a dejar así de caliente”, ese era el juego de estos forros y yo caí en el, ya estaba entregada y me dejaron así, “caliente”.

Salimos de la playa, agarramos por un camino de adentro y Martín le dice a Lucas de pasar un minuto por la casa que no sé qué carajo tenía que buscar, llegamos a la casa, y me dicen que me baje, que no me iba a quedar en la camioneta, les digo que ni en pedo que estaba en bikini, que así no iba a entrar, y me insisten que no sea boluda, que era un toque y aparte en la casa no había nadie.

No sé porque, o mejor dicho si se porque (porque soy una calentona, trola y boluda que no mide las consecuencias y me gustan los tríos) les dije que sí, que entraba, aunque no estaba segura que pasara algo en la casa, más que unos besos y que me metan alguna mano encima.

Subimos al cuarto de Martin, Lucas se pone atrás mío, y me abraza, Martín, me mete un beso no me dieron tiempo a nada, aparte sentía sobre mi cola como Lucas me apoyaba su pijita ¡que ya no era una pijita! No sé cómo fue todo, pero fue muy rápido, pero la cosa es que Lucas ya me había sacado la parte de arriba de la biquini, Martín me estaba comiendo mis tetas y Lucas estaba bajándome la parte de abajo y besándome la cola, acariciándomela, y yo quieta, solo gozando, dejándome hacer lo que querían, me estaba gustando mucho lo que sentía, y cuando a mí me gusta lo que me hacen sentir, no hay vuelta atrás, solo lo disfruto, sin importarme nada, y ya era tarde “pase a ser una de sus putitas” y me gustó, si me gustó eso, sentirme así, me gustó.

Ya estando desnuda, le bajo el traje de baño a Martín y me empiezo a comer esa hermosa pija que apareció, derechita blanquita, sin pelos, y se la empiezo a comer junto con los huevos, yo estaba prácticamente en cuatro haciendo eso mientras siento que Lucas, me empieza a acariciar la concha, y sigue poniéndome un dedo, dos, y sentía que la pija de Martín estaba por explotar en mi boca.

Hasta que siento como la pija de Lucas empieza a entrar en mi conchita, que a esa altura ya estaba demasiado lubricada, y me empieza a coger mientras le seguía chupando la pija a Martín, me la mete sin asco, con toda la fuerza que él tenía y ya mis gemidos y mis gritos, no dejaban que se la siguiera chupando a Martín, sigue así un rato hasta que exploto en mi primer orgasmo.

Después me acuesto en la cama y me empieza a coger Martín, le digo a Lucas que venga (si me había convertido en una de sus putitas, quería ser la mejor jeje), y mientras Martín me cogía, poniendo mis piernas sobre sus hombros, cosa de que estuviera totalmente entregada y me la pueda poner bien adentro, se la empiezo a chupar a Lucas. Martín era peor que Lucas, me la ponía sin piedad, quería verme gritar, sufrir, gemir, gozar, sentirme como una puta que quería que se la cogieran bien. Ahí grite mucho, estaba que explotaba, eso a Lucas lo puso loco, porque me llenó la boca de leche, acabe nuevamente y Martín también me acabo en la concha, acabo desesperadamente, ¡no terminaba más!

Obvio, no nos podíamos quedar cogiendo toda la tarde, me pongo la bikini, voy al baño, me lavo, me enjuago la boca y le digo de irnos, que tenía que volver a la carpa (hacía mucho que me había ido y mi viejo ya me había mandado un par de whatsapp, para ver por donde andaba).

Pero eso no fue lo peor, no, lo peor fue cuando bajamos, la hermana de Martín, no sé porque mierda había vuelto a la casa. La hermana de Martín también forma parte del grupo y nos conocemos desde hace años, pero con el hermano, se lleva para la mierda, porque ella es re santa, nada que ver conmigo. Cuando nos ve nos dice que somos unos desubicados; me embolo eso, y le dijo: “¿qué te pasa nena?”, y me dice “Caro, no te hagas la boluda, antes no eras así, ¡desde acá se escucharon tus gritos!, te fuiste al carajo nena, antes no eras así”. Me hizo poner colorada jaja, no le dije nada y nos fuimos, me dejaron en la carpa.

Después en algunas reuniones (a la noche era común juntarnos en la casa de uno o de otro), nos seguimos viendo, y era como si nada hubiera pasado, yo estaba con mi novio y ellos con alguna chica, pero yo ya había cruzado la línea “fui una de sus putitas”, pero como toda mujer soy competitiva, espero haber sido la mejor jaja.

Nunca más hablamos, pero estoy segura que me van a llamar para cogerme de nuevo y sin apuro.

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