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El prestamista y sus aventuras

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Me llamo Pablo y tengo 26 años estoy estudiando en la universidad de economía y en mis horas libres doy clases particulares de matemáticas a domicilio a estudiantes de secundaria lo cual me permitió ahorrar una buena cantidad de dinero que luego hice crecer dando préstamos con el 20 % de interés a los del barrio y no me iba nada mal. Como vivía con mis padres y ellos tenían una de las mejores bodega de la zona nada nos faltaba y también ahí los ayudaba dando atención ahí a los clientes.

Todos nos compraban menos la señora Claudia que con su empleada iban solo al supermercado trayendo todo lo necesario para la semana en víveres, como su esposo tenía muy buen trabajo nada les hacía faltar ella ni a su hijo que tenía 13 años y menos hablaba con sus vecinos así como era de pedante y vanidosa lo era de bella siendo la envidia y al mismo tiempo criticada por todas las señoras del barrio.

Claudia tendría más o menos unos 42 años pero no pareciera que había tenido un hijo su cuerpo estaba espectacular sus nalgas bien puestas y una cintura que luego daba a conocer sus anchas caderas y las tetas no se quedaban atrás de muy buen tamaño y muy bonita de cara todos los días iba al gimnasio y cuando salía con sus ropas de gym era toda una tentación para los hombres.

Pero con la inmigración masiva de venezolanos al país todo cambiará en su vida porque su marido la dejaría por una venezolana más joven que luego de ser su amante le exigió vivir juntos y abandonó su casa, claro que cumplía como padre pero ya no era lo mismo pero ahí no terminaría las desgracias a la señora Claudia porque su ex por complacerla a su nueva pareja descuido su trabajo y lo perdió y ahí sí su economía cambió por completo.

Adiós empleada y gimnasio y otra cosas más sólo recibía lo necesario para vivir, ella acostumbrada a la buena vida le chocó el cambio radical pero lo tuvo que asimilar. Una tarde que no había muchos clientes la vi entrar a la bodega por primera vez se veía despampanante y compró algunas cosas y se acercó a caja a pagar ahora la tenía tan cerca y vi sus ojos verdes era toda una muñeca ella me quiso decir algo pero en ese momento también llegó otro cliente a pagar así que rápidamente apuntó en un papel algo y me lo dio y se fue.

Veía como se movían sus caderas al marcharse y por unos segundos me quedé como hipnotizado admirando su cuerpo que la señora que estaba por pagar me levantó la voz molesta, cuando vi lo que había escrito era un número de celular así que llamé.

- Aló... ¿quién habla?

- Aló señora Claudia soy Pablo Ud. me dio su número en la bodega...

- Ahh si me enteré que haces préstamos y deseo que me hagas un préstamo de 2,000 soles hasta el fin de mes ¿puedes o no?

Aún mantenía su manera de hablar toda soberbia le explique cómo era el interés y que tenía que firmar un documento de compromiso de pago le pareció bien y quedamos entonces le dije para ir a casa pero no quiso y tuvimos que encontrarnos en otro lugar.

Cuando llegó al restaurante donde habíamos acordado vernos estaba como siempre muy bien vestida y elegante y jalando las miradas de los hombres por ese momento fui la envidia de ellos un muchacho joven con tremenda mujer en la misma mesa, preguntó si desea algo del beber dijo que no entregó en un sobre manila la cantidad de dinero que había solicitado firmó y se fue.

Cuando llegó fin de mes no supe nada de ella y tampoco me llamó, varias veces llamé a su celular pero tampoco contestó ya me preocupe algo así que fui a tocar su puerta y abrió su hijo y me dijo que su mamá no estaba le dejé el recado que le diga que la estoy buscando y me fui molestó.

Ya había pasado dos semanas que no sabía nada de ella y en eso recibí una llamada de un número desconocido cuando contestó resultó ser ella y me pidió disculpas varias veces que había tenido un problema mayor que si podía esperar un tiempo más pero no acepté.

- Está bien entiendo que estés muy molesto ven a mi casa en la mañana qué no está mi hijo para conversar pero ten cuidado que nadie te vea por favor...

Le dije que iría pero no a conversar si no a que me pagué la deuda que me tiene, su voz ya no era para nada la misma que la primera vez al contrario era otra toda sumisa. Cuando vi que su hijo se fue al colegio y nadie veía rápidamente fui a su casa y toqué y abrió la puerta ella y me hizo pasar viendo que nadie esté cerca y mirando...

Nos sentamos en el sofá y me ofreció algo de beber y al igual que ella hizo no acepté sólo estaba ahí para cobrar mi dinero más los intereses su cara era de preocupación y me pedía que por favor si le podía esperar ante mi estaba la mujer más pedante del barrio suplicándome totalmente vencida pero negocios son negocios ya estaba viendo en su casa lo que tenía y me podría pagar el televisor de última generación 4k u otra cosa.

- Nooo el televisor no mi hijo me mataría si lo dejo sin el…

Yo no me iba a ir de su casa sin cobrar así que le dije que algo tenía que darme pero que tenga el valor de la deuda, ella me vio y ante mi sorpresa se levantó del sofá y se inclinó dándome la espalda y se levantó la falda que llevaba dejando ante mis ojos sus enormes glúteos blancos tenía una tanga roja que se metía en medio del culo.

- Está bien Pablo cóbrate lo que te debo... Sé que te gustan mucho y siempre me veías cuando pasaba por tu casa... son todas tuyas…

(continuará...)

(9,15)