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Nuestra propia película en el cine

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Ha pasado ya unas cuantas semanas desde mi última vez que estuve íntimamente con mi bella vecina Mayra, por cuestiones laborales y por sus ocupaciones de ama de casa hemos estados un poco distantes en cuanto a ese aspecto aunque confieso, que he anhelado volver a tener otro encuentro con ella nuevamente.

Mi trabajo me ha estado atrapando de tal modo que ni para una salida de libertinaje he tenido incluso, para satisfacer parte de mis necesidades como hombre.

El fin de semana se llega, termino mis labores durante el día y lo único que quiero es irme a descansar a casa. Por fin había terminado tanto papeleo que me ajetreaba durante la misma semana. Me despido de mis colegas y voy a mi auto partiendo a mi casa. Al llegar a casa noto que Mayra está afuera de su casa, al parecer su esposo sale de viaje por las maletas que lleva consigo. Como buen vecino amable les saludo a ambos, él responde de la misma manera deseándome buen fin de semana ya que partiría con sus familiares por cosas de la misma. Él toma su auto y toma rumbo a su destino. De inmediato Mayra se acerca a mí con su bella sonrisa preguntando:

- ¿Por qué has estado tan desaparecido? ¿Acaso ya no te es linda tu vecina?

“Nada que ver con eso, lo que pasa es que mi trabajo me ha tenido prisionero y he estado muy ocupado, pero por fin estoy libre para divertirme por lo menos este fin de semana”

- ¡Mira qué coincidencia!

“¿Por qué?

- Pues yo tampoco me he divertido del todo, y justo mi marido se acaba de ir así que planeare alguna diversión en este fin de semana (Guiñándome su ojo mientras muerde uno de sus labios)

“Pues ¿Cómo qué tienes en mente?”

- Por el día de hoy tengo una cita con uno de mis amores

“¡Vaya! ¿Pues cuantos somos? (Sonriendo tontamente)

- ¡Jajá! Tonto, me refiero a mi hijo. Le prometí llevarlo al cine hoy día así que, él será mi cita esta tarde.

“¡Mira qué bien! Pues entonces que se diviertan y disfruten su película

- Si eso espero, mira que estaba entusiasmado.

“Bueno, entonces nos vemos pronto, iré a prepararme algo de comer”

- Hasta luego cariño (Guiñándome el ojo)

Después de esa pequeña charla me fui a mi casa, me di una buena ducha y me dispuse a prepararme algo para comer, ya que por tanto trabajo, hasta en eso me descuidaba ya. A la hora de haber terminado de cocinar y comer, salí a recoger mi correo a mi buzón y noté que estaba Mayra con su hijo listo para marcharse al cine, ya que estaban esperando taxi me imagino. Los salude de lejos y le pregunté si ya habían pedido taxi, ella me contesto que ya pero que había tardado y la función estaba pronto a terminar. Me acomedí a preguntar si querían que los llevara, su hijo de forma inmediata respondió que sí, puesto que ansiaba ir no le importaba la forma en cómo llegar. Ella de forma casi penosa aceptó, así que les pedí un minuto en lo que me cambiaba la camisa y buscaba las llaves de mi auto.

Ya listo para partir, se subieron al auto para irnos. Él se sentó en la parte trasera del auto y ella adelante. Se veía tan hermosa, ya hacía muchos días que no le había visto tan de cerca. Lucía una falda negra corta, en la cual pude apreciar sus blancas piernas, y una blusa beige con un escote espectacular. Puesto a que tiene buena proporción en sus pechos, se le miraba increíblemente. Por obvias razones, de forma disimulada mi mirada la recorría, pues no quería que su hijo me viera cometiendo acciones con su madre y le vaya a contar a su padre y eso nos provoque problemas. Tras conducir una media hora llegamos al cine. Él fue el primero en bajarse pues estaba muy entusiasmado, ella se esperó un poco y de forma amable, me dijo que si no quería quedarme. Le dije que no, que dejaba que se divirtiera y pasara tiempo con su hijo, que no había problema alguno. Ella insistió que les acompañara y su hijo de igual forma me dijo que si, que le dijera que si pero que ya nos fuéramos a formar para comprar los boletos. Total, entre la insistencia de ambos pues me permití acceder, pues un rato de romper la rutina encerrado en mi casa no me caería mal.

Ambos se acercaron a la cartelera y noté que estaban en desacuerdo en qué mirar exactamente. Él por su edad quería una película algo infantil y ella por obvias razones, no era muy de su agrado. Me acerqué y le dije que lo dejara mirar su película, incluso que podría entrar solo y mirarla, mientras lo esperamos afuera. Su niño dijo que si, que no había problema puesto que él quería ver esa película. Total, ella accedió y le compro su boleto con sus palomitas y le permitió entrar solo a la función. Que nosotros le esperaríamos afuera, hasta que termine su película. Él se fue a la sala de cine y nos quedamos afuera en una banca. Miraba la cartelera y había un par de películas buenas, le comenté que si quería mirar alguna en lo que la función de su hijo terminaba para no aburrirnos estando aquí sentados dos horas.

- Si tienes razón, y ¿Cuál te gustaría ver?

“Pues escoge una, la que tú quieras mirar”

- La que yo quiero mirar no está en película aún ¡Jajá!

“¡Jajá! Me refiero a la película tonta”

- Ahh bueno especifica entonces, está bien deja compro los boletos.

“Yo mientras voy por las palomitas”

Al termino de unos 5 minutos nos volvimos a encontrar y ya trajo los boletos consigo, así que nos fuimos a la sala de la función, puesto que ya tenía unos 15 minutos comenzada la función, al entrar a la sala pensamos estaría llena de gente pero no, su cupo estaba casi por la mitad. Mirábamos donde sentarnos y ella me dijo que a los que están por la puerta, por cualquier cosa con respecto a su hijo no tenga que caminar tanto. Nos sentamos en la primera fila rumbo a la esquina.

Ya comenzamos a mirar la película y comíamos las respectivas palomitas. Yo de reojo le miraba las piernas, pues ya había días que no tenía acción sexual, ya imaginaran lo que provocaba con sólo mirarle un poco. Entre tanto mirar según yo con algo de disimulo, ella dijo:

-No te vayas a quedar ciego…

“¿Por qué?

-Si desde que me subí a tu auto ya he notado como me devoras con la mirada no te hagas

“¡Jajá! Lo siento, la falta de acción y de poca inteligencia para no ser visto me ha delatado.

-¿No has tenido sexo en este tiempo?

“Pues la verdad no, de tanto trabajo ni eso he podido”

-Pobrecito, con razón no me despegas la mirada ¡Jajá!

“¡Jajá! Lo siento pero no soy de piedra, además vienes preciosa. ¡Pero ya! Miremos la película

-¡jajá! Está bien, está bien.

Trate de controlarme, puesto que estábamos en una sala con gente, pero no me quitaba de la mente poder poseerla una vez más. Pero me dispuse a tranquilizarme y ver la película, ella traía el bote de palomitas y vi que las comía y me preguntó que si quería, obvio le dije que si, y las llevaba de su mano a mi boca. Mirábamos la película mientras seguía dándome palomitas de su mano. Al minuto yo tome del bote y dijo:

- ¡Oye, no te las acabes! Dame…

Tomé una y la lleve a su boca con mis dedos, ella alcanzó a tomar la punta de mis dedos con sus labios y apenas lo lamió un poco, algo que al instante me estremeció. En mi mente trate de seguirle el juego, cuando le tocaba su turno de darme, hice lo mismo con su dedo y lo chupe un poco. Ella se mordió los labios, pero ninguno avanzó, el juego había iniciado. Ella en su turno, tomó la iniciativa. Llevo una palomita a su boca, teniéndola entre sus dientes, me levanto la ceja insinuando a que se la quitara, al irme acercando la dejó caer con tanto ingenio que quedó sobre su escote.

- ¡Ups, lo siento!

“Ah yo no sé, yo a como sea quiero palomitas”

-Pues tendrás que sacarla porque mi turno se terminó.

No lo pensé ni dos veces, antes de acercarme a ella, mire de reojo la sala hacia las demás personas, que alguna no estuviera mirando lo que hacíamos. Poco a poco me acerqué hasta su escote, y comencé a fingir que no la encontraba. Quería sentir su piel sobre mis labios, recorrerle y provocarla una vez más. Mis labios recorrían su escote lentamente mientras sentí como sus dedos acariciaban mi pelo, mi lengua apenas pudo deslizarse sobre el escote de su blusa intentando buscar un poco de uno de sus pezones pero apenas y pude sentir un poco de su areola sobre la punta de mi lengua. Ella me tiro del pelo, haciéndome seña de que alguien miro de reojo lo que estaba haciendo. No dijo nada solo se reía y yo ya estaba algo excitado.

- Es tu turno ahora, yo quiero seguir comiendo palomitas.

Tome una palomita e hice lo mismo con mi boca, pero esta vez yo la dejé sobre mis labios. Quería sentir su boca sobre la mía, ella de inmediato fue sobre mis labios y comenzamos a besarnos. Sentí nuevamente esas ganas en sus besos, su respiración que me fascinaba y sus pequeños quejidos mientras le mordía su boca. Después de un instante dejé su boca, y retomamos nuevamente el juego.

- ¡Me toca a mí!

Tomó una y la llevo a su boca, pensé nos besaríamos de nuevo pero justo al llegar, la soltó y la dejo caer sobre su falda. Entendí el mensaje y a como estaba, no haría caso omiso a su petición. Miré de reojo que nadie mirara y me fui deslizando, quedando de rodillas frente a sus piernas. Ella echo hacia adelante un poco su cadera, dejándome un perfecto espacio para poder indagar un rato entre su falda. Comencé a besar sus piernas mientras ella las separaba para mí, ella tomó mi mano y la guiaba justo por el medio, accedí a adentrarme y me llevé una increíble sorpresa.

¡No llevaba panty! Solamente llevaba su falda puesta, pude sentir entre mis dedos su sexo ya húmedo, mis dedos la recorrían de arriba abajo, haciéndola estremecer con cada caricia de mis dedos. Se tomaba del asiento de adelante y me miraba de reojo haciendo apenas pequeños gemidos aguantándose para que no nos descubrieran. Yo seguía por supuesto, mis dedos se inundaban de sus fluidos y mis ansias por sentirlos sobre mi boca eran inaguantables.

Le di la señal de lo que pretendía y ella echo su cadera un poco más adelante, sus nalgas apenas sobre la orilla de la misma silla. Recorrí su falda hacia atrás mientras separaba sus piernas, mi lengua se preparaba y me acerqué a su sexo. Mi lengua de forma inmediata le dio una lamida por completo, ella echo un suave gemido mientras yo disfrutaba de su sabor sobre mi boca. Repetí el juego con mi lengua, recorría cada uno de sus labios, y su cadera comenzaba a moverse poco a poco, de reojo veía que nadie se percatara y agachaba su cabeza para dejarme oír en sus pequeños gemidos lo que estaba sintiendo al sentir como mi lengua le recorría.

Dejé un poco su sexo, subí mi cara en busca de un poco más, de forma cautelosa lleve mi boca al escote de sus pechos. Eché de lado su tela para descubrir su seno izquierdo, apenas entre la poca luz que había podía notar ese bello botón café totalmente erecto, mi boca de forma inmediata se fue sobre él. Mientras mis dedos buscaban su sexo otra vez, pero en esta ocasión se hundirían dentro de ella. Mi boca chupaba su pezón y daba de lamidas sobre el mismo sin soltarlo. Sus gemidos aumentaban un poco pero era cuidadosa por no hacerse escuchar ante los demás dentro de la sala. Mis dedos bañados en sus fluidos se hundían fácilmente, sentía ese calor y palpitar de su sexo entre mis dedos que le recorrían una y otra vez por dentro. Mi boca tiraba, chupaba y lamia repetidas veces haciéndolo repetitivo. Mis dedos continuaban moviéndose dentro de su vagina sin detenerse. De forma rápida dejé su pecho y eche su cuerpo hacia atrás, dejando su cadera algo elevada para mí. Mis dedos continuaban dentro de su vagina pero ahora se moverían conjunto a mi lengua. Mis dedos resbalaban una y otra vez, mientras mi lengua comenzaba a hacer lo mismo sobre sus labios, subiendo hasta su clítoris ya hinchado para lamerlo incontables veces. Sentí como su sexo latía y su humedad continuaba sintiéndose sobre mis dedos y boca. Sostuvo mi cabeza sobre su mano, me guiaba y me mantenía pegado a ella mientras su cadera se elevaba y se movía sobre mi boca. Mi lengua continuó de forma hábil sobre su clítoris y sin pensarlo más, pude sentir como su orgasmo se hizo presente al escuchar un gemido un poco fuerte.

Escuchamos como de la parte del frente sonó un:

¡Shhhh! Dejen oír la película.

Me levante de inmediato para sentarme sonriendo por lo chistoso que había sonado, pensando que de igual manera ni cuenta se dieron de lo que había ocurrido detrás de ellos.

Ella apenas se acomodó y se lanzó sobre mí, su boca comenzaba a devorar la mía, había encendido eso que tanto anhelaba en ella desde hace unos días. Su lengua se hundía sobre mi boca, mientras su mano sentí como comenzaba a acariciar mi erección sobre mi pantalón, lo apretaba con tanta fuerza que lo único que provocaba era que jadeara en su boca. Su mano quitaba ansiosamente mi cinturón, logro hacerlo y de inmediato quitó mi botón y bajo el cierre. Sentí como tomo mi miembro con su mano, lo sostuvo firme y de inmediato comenzó a masturbarme mientras seguía besándome la boca. Disfrutaba como movía entre lento y a prisa mi miembro sobre su mano, lo apretaba con tal fuerza que no podía contener que mis gotas pre seminales comenzaran a brotar de la punta de mi miembro. De reojo dejaba su boca y miraba que los demás no se captaran de lo que estábamos haciendo. Volvía a su boca y gemía a bajo volumen disfrutando de su mano. Ella sin pensarlo se recostó sobre mí, llevando de inmediato mi miembro a su boca.

Gemí al sentir como sus labios ahora eran los que presionaban mi miembro, su lengua era una maravilla como se deslizaba de un lado a otro por debajo de la punta. Mis manos fueron sobre su cabeza para no dejarla salir, la presionaba para que lo hundiera más en su boca y ella entendía el mensaje. Su boca me devoraba totalmente, sentía sus labios pegar a mi cadera, retrocedía succionando tan deliciosamente que me sentía en el mismo paraíso. Subía y bajaba por mi miembro como una desesperada y yo no quería que parara. El sonido de su saliva era apreciable aún con el volumen de la película, ya me había olvidado que estábamos en el cine, y aún sin importarme nada la dejaba continuar.

Seguía devorándome a su antojo, y yo no le ponía límite alguno, mi miembro comenzaba a vibrar y más de mis gotas emanaban cada vez más y más.

De forma inmediata ella se levantó, pensé que se había arrepentido de lo que estábamos haciendo porque se levantó. Pero se puso frente a mí de espalda, se percataba de que nadie observara mientras se levantaba la falda a la altura de sus nalgas. Eso me calentó en su totalidad.

Llevé mis manos a sus nalgas para separárselas, y la jalé contra mí. Mi miembro ahora estaba entre medio de sus nalgas buscando donde hundirse, su mano tomo firme por delante mi miembro y lo acomodo en la entrada de su sexo. De forma exquisita se dejó caer sobre mí, en un solo golpe de su cadera me hundió por completo dentro de ella. Gemí apretando mis labios para no ser escuchado, ella se tapaba su boca con sus propias manos. Su cadera comenzó a moverse de arriba abajo deliciosamente. Miraba en la poca luz sus nalgas como se movían para mí, estábamos creando nuestra propia película en una sala de cine.

Sus nalgas comenzaban a hacer esos sonidos tan exquisitos cuando chocaban contra mí, yo simplemente las apretaba con tantas ganas, mi miembro se estimulaba de forma tan increíble dentro de su sexo. Su humedad ya había empapado hasta mi propia ropa. Mi boca se acercó a su espalda, intentaba besarla pero con ese placer que me estaba provocando, lo único que podía hacer es morderla. Mis manos fueron por delante de su cuerpo, buscaba sus pechos, esos que tanto me fascinan. Los tomaba y me apoyaba de ellos para mover mi cadera junto con la suya. Nuestros cuerpos chocaban tan rico, los gemidos apenas y los hacíamos emitir para que no nos descubrieran. Mi mano derecha bajo al medio de sus piernas en busca de su sexo, mis piernas las separe por completo y su cadera se sacudía sobre mí. Movía mi miembro a su antojo y yo la dejaba hacerlo, simplemente no quería que se detuviera. Mis dedos iban en busca de su clítoris y eso activo esos movimientos desesperantes de su cadera. Se movía frenéticamente y yo sentía como ese placer en mi cuerpo llegaba al límite. Le dije apenas entre mis bajos gemidos que iba a terminar, eso simplemente hizo que se moviera frenéticamente a más no poder, me eche hacia atrás disfrutando de sus movimientos, ella me regresaba a ver sin detenerse. Apenas pasaron unos segundos y sentí como me bañaba en sus fluidos tibios, su segundo orgasmo estaba haciéndose presente, yo no pude esperar ni mucho menos contenerme con tan delicioso sentir de sus contracciones. Comencé a estallar y a llenarla con mi exquisito orgasmo, mis dedos se encajaron en su espalda mientras nos quedábamos inmóviles.

Ella se levantó, acomodó su falda y me dijo que iría al baño. Yo por mi parte me acomode mi pantalón y me relaje sobre mi asiento en lo que llegaba ella. A los 10 minutos regresó sonriendo, se sentó y se recostó sobre mi hombro. Terminamos de ver lo que restaba a la película. Como a la hora entre uno que otro beso entre ambos, uno de los trabajadores nos vino a decir que su hijo nos estaba buscando afuera, a lo cual nos salimos ya que la película en sí ni nos importaba en lo más mínimo.

Pasamos por un helado ya para irnos a casa, en el camino su hijo iba contando toda la película que él había mirado. Nosotros riéndonos simplemente, no por lo que decía sino, por la locura que habíamos hecho esa tarde.

Al llegar a casa, se bajaron y me dijo que si quisiera, podría acompañarlos en la cena.

Le dije que me agradaba la idea, pero primero tenía que ir a ducharme porque tuve una tarde muy agitada y no quería andar con los pantalones oliendo a sexo.

Ella soltó una carcajada y solo respondió:

- Pues trae unos extra, puede que con el postre también esos se te ensucien…

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