Nuevos relatos publicados: 7

Todas disfrutamos de mi hermano

  • 17
  • 52.075
  • 9,58 (48 Val.)
  • 2

No sé en qué momento mi hermano y mi madre dejaron de llevarse, creo que fue poco después de la separación, que nos afectó negativamente a ambos. Él se marchó de casa y estuvo viviendo un tiempo con unos tíos que por cosas que no vienen al caso lo llevaron a Europa, primero España y luego en el sur de Francia donde vivió unos cuantos años. Cuando vino de visita aquel verano era una persona diferente, ya no tenía la rebeldía que habíamos conocido y era amable y considerado en todo momento. Con mi madre fuimos a recogerlo al aeropuerto y de ahí lo llevamos directo a casa donde después de muchos abrazos y charlas interminables fuimos descubriendo una nueva persona muy diferente de lo que conocíamos antes. Tenía un aire muy encantador y un leve acento francés que lo hace seductor. Entre tanta charla nos contó que vive con una familia francesa que lo adopto casi como un hijo desde que estuvo en pareja con una de las hijas de la familia y a pesar de haber ce dejado no le permitieron irse de la casa y lo siguen considerando como uno más de la familia. Trabaja en un taller y los fines de semana ayuda en el negocio familiar. También tenía miras de continuar sus estudios por lo que era su motivo para volver al país.

El primer día de su regreso la pasamos en casa, miramos algunas fotos y vídeos de Francia y esta familia y hermosos paisajes, cenamos temprano y más tarde llegaron algunos amigos a saludar, y estuvimos hasta tarde compartiendo.

Al segundo día la cosa se me complico; ya que como estaba acostumbrada a que viviéramos solas; sin hombres en la casa, y habituábamos a andar muy ligeras de ropa en verano e inclusive hasta desnudas en días de mucho calor como aquellos. Pero ese día era diferente pues estaba mi hermano y no quería hacerlo sentir incomodo todo lo contrario. Me puse un short cortito y una remera común y corriente y baje a desayunar.

El resto de la familia ya estaba en cocina con un café iniciando la mañana, mi hermano de vaqueros y con el torso desnudo, ya parecía estar agobiado por tanto calor mientras que mi madre aún estaba con su ropa de dormir una minúscula tanga bien metida en el culo y un body arriba que transparentaba sus tetas sin ningún pudor. No me pareció apropiado y mi cara se lo hizo saber al instante; pera a ella no le pareció afectar en lo más mínimo y continuo con total naturalidad.

Ese día me fui temprano de casa pues tenía bastantes vueltas para dar ya era sábado. Mi hermano por otro lado se quedó en casa a descansar con mi madre pues tenían planeado salir en la tarde a recorrer lugares y pasear por la ciudad.

Recién en la noche nos volvimos a reencontrar los tres, y enseguida armamos planes para salir de rumba. Hicimos una previa en casa en mi de amiga Ximena con cervezas y wiskys y luego nos fuimos de un baile a otro toda la noche, con amigos que mi hermano ansiaba ver desde hacía años. Estuvo muy bueno y lleno de emociones, tomamos demasiado y festejamos todo.

Cuando desperté el domingo estaba en mi cama con la ropa a medio sacar y la mitad del cuerpo fuera de la cama, me dolía mucho la cabeza y tenía una resaca tremenda.

Fui al cuarto de mi madre por un analgésico y me la encuentro dormida totalmente desnuda y la cama toda revuelta. Por como la conozco enseguida me di cuenta que había tenido sexo y como le gusta... Me le tire encima para despertarla y que me contara todo, como siempre hacíamos ya que somos muy cómplices en temas de sexo. Le pregunte como, con quien y cuantos orgasmos tuvo. Ella me respondió muy general sin entrar en los detalles morbosos que son los más jugosos, cosa extraña pues siempre nos contamos los detalles más ínfimos y calientes. En cuanto a quien me dijo que era el barman de uno de los locales que fuimos, no era la primera vez que se revolcaban así que no me extraño y no hice más preguntas sobre eso.

Después de este hecho los días pasaron monótonos, el calor agobiaba y así forzada por la temperatura fui perdiendo poco a poco el pudor muchas veces gracias al ejemplo de mi madre que andaba cada vez más ligera de ropas en la casa. En las tardes tomábamos sol en la terraza los tres; mi hermano lo hacía con una de esas sungas muy usadas en Brasil, que dejaban ver más de lo que una quería mientras que mi madre y yo lo hacíamos con minúsculas tangas para no tener marcas de nada. En una de esas ocasiones llegue a la terraza con mi amiga Ximena, como invitada. Era común que fuese a tomar el sol con nosotras ya que en ocasiones que estábamos solas lo hacíamos completamente desnudas para evitar marcas. Pasamos por mi habitación antes y nos quitamos toda la ropa quedando ambas de tangas pero ella además se puso un sujetador para no lucir sus enormes pechos frente a mi hermano que casi seguro estuviese en la terraza.

Cuando llegamos un imagen me dejo un poco desacomodada; él estaba acostado en una reposera mientras mi madre montada sobre él le untaba bronceador sobre el pecho, pero la imagen me pareció demasiado chocante pues ella se sentaba directo sobre su bulto mientras su tetas bamboleaban a escasos centímetros de cara. A pesar de mi cara de sorpresa ellos siguieron con la mayor naturalidad mientras nos saludaban, como que no estuviesen haciendo nada, pero aquello parecía un cachondeo, si no supiera que son madre e hijo... Al dar la vuelta por detrás para ir hasta nuestros lugares vimos como el bulto de mi hermano se perdía dentro de las nalgas de ella que se movía adelante y atrás al ritmo de los masajes. Luego él se puso boca abajo y volvió a untarle en la espalda. Por mientras yo untaba a mi amiga y ella a mi. Pero obvio que la imagen la había excitado un poco porque sus manos me masajeaban los pechos sin mucho recato, literalmente me metió mano por todos lados. Yo también aproveche la oportunidad para masajearles esas hermosas tetas que tiene, y un culo de infarto donde le metí mano hasta allá adentro. La situación nos excito bastante a ambas pero no paso de ahí, un rato más tarde la vino a buscar su novio y se fue.

Horas más tarde cuando ya se hizo la nochecita y luego de bañarme me puse a peinarme mientras caminaba por el balcón que es compartido con la habitación de mama, pegada a la mía, por los que ambos dan al fondo de la casa luego de la cual tiene unas altas arboledas no dan lugar a curiosos; por lo se puede andar en tetas por ahí sin peligro de que te vean de ningún sitio. Solo un arbusto hace de límite entre uno y otro cuarto. Mire para dentro de su habitación solo por mirar y una imagen inesperada me bloqueo, no lo pude creer... estaban ambos desnudos teniendo sexo. Mi madre sobre él se lo cabalgaba y hasta podía oír sus gemidos. Quede helada. Automáticamente me agache detrás del arbusto para no ser vista, quería irme y hacer como que no vi nada pero no podía. Escondida detrás del arbusto me puse a espiar como cogían, ahora ella estaba a cuatro y el la penetraba por detrás en lo que parecía ser una penetración anal, se entendían en la cama parecía que no era la primera vez que lo hacían, sus cuerpos sudados se enredaban en diversas posiciones. Hacía tiempo que no veía sexo en vivo, y menos de esa manera tan sensual, con tanto deseo desbocado y tan prohibido; era increíble. Miraba sin perder detalle de nada; el miembro de mi hermano entraba y salía a gran velocidad mientras ella se masajeaba el clítoris frenéticamente, el continuamente lubricaba su miembro, todo estaba tan mojado que se escuchaba el chapoteo de cada embestida. Sin darme cuenta un cosquilleo previo al orgasmo me saca de mi estado de concentración y es que mi mano se fue sola hasta mi sexo y me masturbaba intensamente. Ahogue mis gemidos en mi otra mano mientras continuaba observando y masajeando mi clítoris. En la cama por mientras ella lo cabalgaba de nuevo montada de espaldas mientras él le agarraba ambas tetas con sus manos, sus movimientos frenéticos también anunciaban un próximo orgasmo, pero el mío fue más rápido y me tumbe hacia atrás cayendo puertas adentro de mi cuarto. Luego de permanecer tirada en el piso unos minutos me deslice hasta mi cama donde quede dormida hasta el otro día.

En cuanto desperté aún estaba envuelta en la toalla de baño, lo primero que vino a mi mente fueron las imágenes de sexo vistas y sin más mi mano busco mi sexo de nuevo para darme otro orgasmo. Luego me vestí con un vestidito cortito, blanco, y bien escotado sin sostén, me sentía excitada aún; quería apagar mi fuego de alguna manera, así que pensé en correr a lo de mi amiga. Baje descalza con las sandalias en las manos para no hacer ruido quería ver si aún los agarraba infraganti, pero no fue así. Mi hermano estaba de camisa y bermudas hablando por teléfono en la sala, mientras mi madre en la cocina, tan escasa de ropas como habituaba; pero en su conducta nada haría sospechar lo que la noche anterior había visto.

No podía esperar a ver a mi amiga, tenía que contárselo. Llegue a su casa tan rápido como pude; le empecé a contar casi sin preámbulos lo que había visto. Ella no me creía en principio, pero luego cuando le empecé a detallar todos los hechos, empezamos a cerrar cabos y ella también termino tan excitada como yo.

Solo de contarlo me volví a calentar tanto que se me notaba a simple vista. Ella se dio cuenta de eso claro, me conoce demasiado bien. Entonces me tomo de la mano y me llevo para su dormitorio donde de inmediato sentí sus dedos rodear mi cuerpo, su boca en la mía y sus pechos contra los míos. Mmmm como lo necesitaba un poco se sexo, mi amiga sabía muy bien como satisfacerme. Nos dejamos caer en la cama mientras nos besábamos y nuestras manos exploraban los nuestros cuerpos. Me giro sobre ella y me hizo sentarme sobre sus caderas, entonces tomo mi vestido corto desde la falda y me lo quito por encima. Mis tetas estaban más grandes de lo normal y mis pezones muy duros, su boca no tardo en ir hacia ellos y empezar a chuparlos y lamer.

No era la primera vez que teníamos sexo, nuestras relaciones se remontaban a la adolescencia cuando tuvimos nuestras primeras experiencias; desde entonces y hasta ahora cada tanto tenemos nuestros revolcones cada vez más lindos a medida que ganamos experiencias. Para esta vez ya hacía tiempo que no disfrutaba su cuerpo desde que tenía nuevo novio me había dejado de lado. Pero se estaba resarciendo y de qué manera. Me hizo tumbar en la cama y su cara se hundió en mi sexo, su boca experta me arranco un orgasmo en pocos minutos, pero no dejo de chuparme, sus dedos se clavaban bien profundo en mi concha, no sé si 3 o 4 o toda la mano, pero me hacía chillar de placer. La gire sobre mi cuerpo y nos dispusimos en 69 para poder saborearla a ella de igual manera. Me costó un buen rato devolverle un orgasmo pero cuando exploto me mojo toda con sus jugos su cuerpo temblaba como una hoja sobre el mío y nos abrazamos de nuevo y nos volvimos a besar como nos gusta.

Después una ducha rápida y nos fuimos a almorzar fuera, ya era casi el medio día para entonces. No podíamos dejar de hablar del tema de mi madre y mi hermano; ella me seguía preguntando y yo contando y recontando lo mismo, tratando de no olvidar ningún detalle de lo visto.

Después de este reponedor almuerzo y un rico postre nos despedimos no sin antes quedar que yo la llamaba si veía algo similar.

Esas noches mi balcón se volvía un puesto de vigilancia, durante el día pode el arbusto de forma que me permitiera ver sin ser vista y también acomode unas flores y plantas para ayudar.

Durante las tardes volvimos a tomar el sol en la terraza en familia; pero aparte de algunos masajes nada hacía suponer que sucedería de nuevo.

Dos días después ya me había hecho la idea que fue un cosa de una sola noche, pero justo cuando menos lo espero los vuelvo a ver.

Yo llegaba de la calle, me había quitado ya las sandalias para andar descalza por lo que no hice ningún ruido cuando entre en la sala. El tumbado en un sofá y mi madre encima aún no se habían quitado la ropa del todo, su boca le recorría las tetas sobre su blusa y sus manos la tomaban por la cola, ella estaba de ojos cerrados y con una cara de puta increíble. Volví sobre mis pasos para poder ocultarme pero torpemente hice ruido con un mueble. Disimule, hice que recién entraba, así que cuando llegue a la sala de nuevo mi madre estaba de pie y mi hermano se había acomodado como si mirara tv. Ella estaba claramente excitada y tenía la cara sonrojada, la mire descaradamente pero ella con toda naturalidad me dio un beso en la mejilla y subo las escaleras moviendo su culo como una adolecente. Me senté junto a mi hermano mientras me aflojaba un poco la ropa y le pregunte que estaba mirando. El me contesto que más fotos y videos de Francia y España que no habíamos visto la primera vez, mientras me ofrecía un trago de su refresco. Muchas de las fotos eran de su exnovia con él y otros amigos en playas, en algunas fotos inclusive se la veía en tetas y enseguida comprendí por que las había puesto tal vez a propósito para calentar a mama. Le pedí que me las enseñara y así conocí el rico cuerpo de mi excuñada. Me asombro como andan todos en bolas en las playas de Europa no pensé que fuese algo tan común pero si en las fotos de playa tanto su exnovia como sus amigos y familiares andaban en topless o incluso desnudos totalmente.

Luego me dijo que si quería verlas todas pero eran muchas y nos llevaría un buen rato. Entonces lo dejamos para después. Me fui a bañar y más tarde cenamos algo rico los tres y nos pusimos a mirar las playas de Francia y España, hermosos paisajes y hermosas mujeres y chicos. Algunas fotos eran bastante explicitas mostrando a su novia y a el mismo haciendo nudismo, también al resto de la familia de ella y algunos amigos y conocidos como él iba relatando a medida que pasaba las fotos. Ver tanta gente desnuda me excito, como me suele suceder y creo que no era la única excitada a esa altura. Yo tuve que ir al baño un momento por causa de la cerveza y cuando volví ellos ya no estaban las fotos se seguían pasando solas. Corrí hasta mi puesto de observación detrás del arbusto y veo como justo se empezaban a besar en el cuarto de mama. Me puse tan nerviosa que ni siquiera podía discar el número de mi amiga. En el tercer intento pude hablar con ella y quedo en que llegaba en unos minutos.

Baje corriendo para abrirle la puerta y subimos ambas descalzas y en puntas de pie para no hacer ruido desde mi puesto ahora acondicionado para las dos nos pusimos a ver, mi hermano le comía la concha mientras ella se apretaba los pezones y se los lamia sola. Con mi amiga nos manoseábamos mientras mirábamos, luego de un rato él se fue sobre ella y la penetro; empezaron a coger y sus gritos se empezaron a oír desde donde estábamos, eso nos éxito más aún. Solo deja vamos de mirar para besarnos y luego seguíamos la acción hipnotizadas. Mi madre se subió sobre mi hermano y se penetro ella misma bajando lentamente por su miembro introduciéndoselo lentamente, gozaba y se retorcía, jadeaba y sudaba, era un espectáculo hermoso y prohibido lo que mirábamos.

Ximena no aguanto más y se desnudó totalmente, guío mi mano a su sexo y con mi pulgar en su clítoris y mis dedos penetrándola, empezó a gozar procurando un orgasmo. Tape su boca con la mía en un profundo beso de lengua, mientras la empujaba dentro mi cuarto y a la cama. Mi despoje yo también de la poco ropa que aún llevaba y denudas ambas dimos rienda suelta al placer. Introduje varios dedos una mano en su coño y con la otra más ajeaba su clítoris, hasta que exploto en un grito que no pudimos contener.

No pude llegar a su boca para ahogarlo a tiempo, tampoco ella fue capaz de retenerlo y seguro que retumbo por toda la casa.

Quedamos un ratito en silencio, mirándonos cómplices, enseguida nos asaltó la duda de si nos habrán escuchado en la habitación de al lado. Decidimos abrir mi puerta para ver si todo estaba tranquilo. Empuje a Ximena fuera y yo salí detrás de ella, en el preciso momento en que mi hermano y mi madre hacían lo mismo desde la siguiente puerta. Así de repente los cuatro nos encontrábamos desnudos en el pasillo. A mi madre se le ocurre interrogar, que fue ese grito. Un orgasmo responde mi amiga y los cuatro echamos a reír tratando de pasar la situación de la mejor manera. Pero sin mucho más que agregar fue mi madre quien dijo, bueno vengan y todos volvimos a entrar esta vez a su habitación. Mi hermano no se cortó ni un pelo yendo directo a los pechos de Xime quien tomo su verga en las manos mientras se arrimaba para besarle. Yo fui a le mesita de noche al costado de la cama donde sé que guarda sus consoladores y tomando uno de gran tamaño con forma de pene, me acerque sugerente a mi madre diciéndole: hoy necesitaremos esto. No sé como pero sin consultarlo con mi consciencia mi mano fue a su sexo, y empecé a palparlo por primera vez, húmedo y caliente, un ahogado gemido suyo me indico que continuara y así lo hice. Su cuerpo se dejó caer en la cama al costado de su hijo y mi amiga; que ya estaba chupando verga. Mi boca de fue directo a su coño le empecé a lamer como mejor se hacerlo. Por mientras ella y mi hermano se besaban y este le comía los pechos.

Las tres mujeres gozamos de él tanto como pudimos y también entre nosotras, los orgasmos se sucedían mientras la pija de mi hermano saltaba de un coño a otro, de un culo a otro sin pedir permiso. Yo me introducía el consolador por delante, dejando mi culo en pompa para que mi amiga y mi madre me lo lubriquen bien con sus dedos y saliva; enseguida mi hermano me penetra, haciendo así una doble penetración que me produce un fuerte placer. Tanto así que las otras mujeres enseguida quieren probar lo mismo.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero recuerdo que mire por la ventana y vi como ya estaba amaneciendo. Mi hermano dormía profundamente sobre un diván, para esa hora. Mientras mi amiga y yo disfrutábamos de unos últimos lengüetazos. Mi madre se estaba duchando y creo que así culmino la noche, porque invite a Xime a mi cuarto y apenas tocamos la almohada quedamos dormidas hasta más de medio día.

Ese verano fue el más sexual que recuerdo pasamos cogiendo todo el resto del mes hasta que el decidió volver a Francia.

Mi amiga invito a su novio unos días después del primer encuentro y así tuvimos más vergas para todas, pero también hicimos todo tipo de combinaciones de a dos, tres cuatro y más. Durante todo ese mes anduvimos probando los placeres del sexo sin inhibiciones de ningún tipo, todo estaba permitido en el hogar de la lujuria como decía mama.

Ya hace varios años de eso y mi hermano ha vuelto a cada tanto, y casi siempre nos damos algún revolcón para no perder la costumbre.

(9,58)