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Un baile especial

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Llegue a la casa de Tania después de almuerzo, estaba con su maquilladora a punto de empezar con su sesión de make up, yo había ido a dejarle unas revistas y una casaca que había dejado en mi casa pero quiso que me fuera antes que empiecen a maquillarla, así que eso hice y me fui a mi casa a descansar y luego a cambiarme para el matrimonio de Roberto, uno de mis mejores amigos de la universidad.

Descansé un par de horas y le escribí a Tania a ver cómo le estaba yendo, pero aún no terminaba y no faltaba mucho para que empiece la ceremonia, por lo que decidí simplemente ir a recogerla, cuando llegue a su casa tuve que esperarla media hora más, pero valió la pena la espera. Estaba con un peinado muy bonito y elaborado, el maquillaje era muy profesional y el vestido sumamente elegante, al ser el matrimonio de noche el vestido que había elegido era uno color negro y largo, pero tenía ciertos detalles como una sutil transparencia en la parte del pecho, el escote en la espalda muy sensual y la parte de la falda era una transparencia pero no se notaba tanto así debido que llevaba un hilo que se escondía entre sus hermosas nalgas las cuales se contorneaban suavemente por la caída del vestido, además llevaba tacos, altos como siempre.

Salimos rumbo a la iglesia donde presenciamos la ceremonia (o lo que quedaba de ella) y luego una pequeña recepción donde brindamos con los ahora esposos y nos tomamos algunas fotos, habían bastantes invitados, era un salón muy grande, había mucha champaña para el brindis, pero esta vez tuve que controlarme ya que estaba conduciendo.

Terminada la ceremonia salimos hacia el local donde iba a ser la fiesta, jalamos en mi carro a una pareja más de amigos y llegamos luego de conducir aproximadamente por media hora hacia las afueras de la ciudad, en la zona campestre, la casa era muy bonita, muy grande, iluminada, una piscina muy bonita al fondo del patio principal, en la entrada habían algunos caballos y un valet parking que recibía los autos que iban llegando. Luego de dejar el auto cruzamos el jardín de la entrada y llegamos hasta la casa propiamente, avanzamos por el costado de la casa y llegamos al jardín posterior donde sería la recepción y donde nos recibieron con más champaña para otro brindis.

Nos ubicaron en una mesa justo frente a la pista de baile, fue interesante ver la ceremonia de cerca y luego llegó la cena, que por cierto estuvo muy buena y finalmente empezó el momento del baile, hemos bailado por un buen rato en realidad hasta que terminamos agotados, un poco sudados y con mucha sed, así que nos fuimos a la barra con algunos amigos a tomar.

Hemos estado bebiendo un buen rato hasta que se apagaron las luces y solo se prendió un cañón de luz que apuntaba hacia una puerta de dentro de la casa y empezó a sonar música afro, entonces salieron dos chicas, morenas, muy guapas, salieron bailando con unos vestidos negros con puntos blancos, unos pañuelos rojos en la cabeza y sin zapatos, continuaron hacia la pista de baile, luego de unos segundos aparecieron en la puerta, también bailando, dos morenos altos y fornidos, que alcanzaron a las chicas en el centro de la pista de baile, ellos llevaban camisas blancas entreabiertas, un pantalón negro y alrededor de la cintura llevaban una especie de cintas rojas, continuaron con su danza. Hicieron un par de números más, y yo no pude evitar naturalmente dejar volar mi imaginación pero tampoco pude evitar notar que, ya que estábamos aún en la barra, estábamos bastante cerca de la pista de baile por lo que los bailarines estaban a tan sólo a unos pasos de nosotros y uno de los morenos no le quitaba los ojos de encima a Tania, ella estaba de costado apoyada en la barra de tal forma que se podía ver la espectacular curva de su figura y en particular su cola que resaltaba de sobremanera y llamaba la atención de propios y extraños, eso me puso aún más.

-Ya te diste cuenta cómo te mira el moreno de ahí? -le susurré en el oído.

Tania se sonrojó y volteó a mirarme.

-No digas tonterías Jose, solo está bailando. -dijo Tania mientras sonreía y lo miraba.

Le encantaba saberse deseada, la excitaba.

El baile afro llegaba a su fin pero aún faltaba el último número, invitaron a gente del público a bailar, pero ellos mismos iban y los jalaban a la pista de baile.

Una pareja de bailarines sacaron a bailar a la pareja de esposos, la otra bailarina sacó a un tío de Roberto, mi amigo que se acababa de casar. Y adivinen que, si, el otro bailarín se fue directo donde Tania. Le extendió la mano pero Tania avergonzada hizo un gesto de negativa, yo la anime a que salga a bailar y entonces el moreno se le acercó más, le cogió una mano y su otra mano se fue a la cintura de Tania y la jaló hacia la pista de baile, yo estaba excitado y solo me puse a grabar el baile, no pude hacer más. En la pista de baile los bailarines que llevaban estas cintas de tela se la sacaron y se la pusieron a sus respectivas parejas de baile, amarrando las telas por detrás, Tania movía las caderas como nadie y el moreno le daba vueltas, se ponía detrás suyo, la sentía, la disfrutaba, hasta que terminó el baile y Tania se acercó bastante sonrojada y avergonzada nuevamente a la barra, todos le dijimos que lo había hecho muy bien.

-Lo hiciste muy bien. -le dije en el oído.

-Estoy excitada. -me respondió también en el oído.

Yo me excité aún más y miré hacia abajo y noté que aún seguía con la cinta roja en la cintura.

-Búscalo y devuélvele su cinta roja. -le dije.

Ella me miró, se agitó un poco, me dio un beso y se fue, yo me quedé tomando en la barra, esperando que me crezcan los cachos.

-A donde se va Tania? -preguntó una de las chicas con las que estaba conversando.

-Se quedó con la cinta roja y fue a devolverla y de paso iría al baño. -le explique a la chica.

——————

Tania cruzó el patio y fue por un costado de la casa hasta que encontró una puerta e ingresó, pasó por la cocina donde los cocineros estaban limpiando las ollas del buffet que había preparado, siguió avanzando hasta una sala donde encontró a una de las bailarinas con un abrigo y hablando por teléfono, estaba llamando a un taxi. Tania siguió avanzando y llegó a un cuarto con la puerta cerrada, tocó e inmediatamente entró en la habitación.

Se encontró con el otro bailarín quien se estaba cambiando, pero solo estaba con el torso descubierto, Tania se puso roja como un tomate.

-Ay! Discúlpame, no sabía... -dijo Tania avergonzada.

-No se preocupe señorita, la puedo ayudar en algo? -preguntó amablemente el bailarín.

-Bueno, estaba buscando a tu compañero para devolverle esto. -dijo Tania señalando la cinta roja que aún llevaba en la cintura.

-Él está en uno de los cuartos de arriba, pero si gusta yo se lo doy.

-No, está bien, no te preocupes, yo se lo alcanzo. -dijo Tania agradeciendo y retirándose.

Tania volvió a la sala donde estaba la escalera, la muchacha que estaba ahí ya no estaba, subió las escaleras, había un pequeño pasadizo que desembocaba a un pasadizo más largo, caminó hacia él, la luz era bastante tenue y notó que habían varias puertas, entonces decidió empezar con la puerta más próxima, tocó y entró, pero no había nada, pasó a la siguiente y justo cuando estaba por tocar sintió algo que le rozaba el culo e inmediatamente unas manos grandes y fuertes se posaban suavemente en su cintura.

Tania se volvió asustada y ahí estaba, el moreno con el que había bailado, estaba con un pantalón de buzo, el torso descubierto y una toalla alrededor del cuello, parece que acababa de salir de la ducha.

-Ay! -Tania se sobresaltó-disculpe señor yo...

-Tranquila, no te preocupes, pero no me digas señor, soy Esteban, para servirte... -dijo Esteban.

-Soy Tania, mucho gusto. -dijo Tania.

-Hola Tania, discúlpame no sabía que esta fuera tu habitación, la tomé para poderme cambiar. -dijo Esteban, quien estaba bastante cerca de Tania.

-Ah, no te preocupes, en realidad no es mi habitación, solo te estaba buscando. -dijo Tania completamente pegada a la puerta.

-Ah sí? -preguntó Esteban apoyando un brazo en la pared justo al costado de Tania y acercándose un poco más.- cuéntame en qué te puedo ayudar.

-Bueno quería devolverte tu cinta roja, se me olvidó dártela allá abajo. -dijo Tania, roja de lo excitada.

-Ah ok, pues muchas gracias. -dijo Esteban, esperando recibir la cinta.

-Pero quisiera saber si me podías ayudar a sacármela, me la pusiste muy fuerte... o sea me la amarraste muy fuerte quiero decir -Tania avergonzada y completamente roja- y no me la puedo sacar...

-Como no Tania, encantado, yo te ayudo. -dijo Esteban sonriendo mientras abría la puerta.

El cuarto era de tamaño mediano, tenía una cama de un estilo clásico con dos tocadores a los costados, un armario, una TV y un baño, nada de otro mundo, en el suelo había un maletín, con las cosas de Esteban.

Tania entró y detrás suyo Esteban, dejando la puerta entreabierta.

Esteban se acercó a Tania, quien no dejaba de mirarlo y apreciar esa piel oscura, que la hizo sentir muy excitada.

-Bueno, Tania, voy a necesitar que te voltees... -dijo Esteban.

-Perdón? -dijo Tania sorprendida.

-Para poder quitarte la cinta... -respondió pícaro Esteban

-Ah cierto. -dijo Tania volteando y riéndose bastante nerviosa.

Esteban intentaba desatar la cinta, pero efectivamente, el nudo estaba bastante fuerte.

-Tania, tenías razón, el nudo está bastante fuerte... -dijo Esteban.- te podrías inclinar un poco para poder hacerlo bien por favor?

Tania avanzó hacia la cama y apoyó sus manos en ella inclinándose, dejando así más fácil que Esteban pueda desatar el nudo, y también que le pueda sentir la cola.

Esteban se acercó bastante, Tania podía sentir fácilmente la verga a través del buzo de Esteban, además el vestido de Tania era bastante delgado y solo llevaba por debajo un hilo negro.

Esteban forcejeaba con el nudo hasta que por fin de un tirón pudo desatarlo, entonces Tania se pegó a él completamente y se empezó a sobar suavemente. Esteban entendió.

Termino de sacarle la cinta y la tiro a un costado. Tania se levantó y se volvió mirado a Esteban y se empezaron a besar mientras él le levantaba el vestido y sentía sus duras y deliciosas nalgas.

-Dios! Que rico culo tienes, ya lo había sentido un poco cuando bailábamos, pero es espectacular. -dijo Esteban excitado entre besos.

-De verdad te gusta? -preguntó Tania súper excitada.

-Me encanta. -dijo Esteban mientras lo apretaba y lo abría fuertemente.

-Pues aprovecha, porque por hoy es solo tuyo. -dijo Tania metiendo la mano dentro del buzo de Esteban y cogiéndole la gigante verga con la que estaba armado.

Esteban se quitó el buzo y tiró la toalla a un costado, quedó completamente desnudo.

-Cierra la puerta. -dijo Tania.

Esteban la cerró rápidamente empujándola con el pie y mientas tanto Tania se quitó rápidamente el vestido y quedó solo con el hilo negro y sus tacos. Esteban miró a Tania y la verga se le puso súper dura.

Tania se recostó en la cama con las piernas abiertas y ligeramente erguida, hizo una seña con su mano señalándole a Esteban el hilo.

Esteban se acercó y se arrodilló frente a Tania, el hilo tenía un detalle, había un nudo, Esteban lo desató con la boca y se liberó la vulva completamente mojada, abierta y latiendo. Esteban metió su cara y la devoró. Tania gozaba de placer, le cogió la cabeza a Esteban y la presionaba contra la vagina. Esteban metía toda su lengua en la concha de Tania y se tomaba todos sus fluidos, sentía con sus manos sus piernas, subía suavemente y llegaba hasta sus caderas, seguía subiendo lentamente por su cinturita hasta llegar a sentir sus suaves y firmes pechos.

Entonces Esteban se puso de pie, tenía la verga completamente erecta y endurecida, Tania lo miró, se le hizo agua la boca y se pasó la lengua por los labios, mientras le pasaba la mano por el cuerpo, Esteban bordeó la cama hasta ponerse detrás de Tania, que lo miraba con la cabeza volteada. Esteban subió a la cama por detrás de Tania y la besó, luego siguió avanzando chupándole las tetitas, luego pasándole la lengua por el estómago hasta llegar al clítoris, la lengua de Esteban no paraba de jugar con la concha de Tania, quien ya tenía la verga de Esteban en la cara.

Tania no uso las manos, atrajo la verga a su boca usando sólo su lengua y poco a poco se empezó a comer la verga de Esteban, quien también disfrutaba plenamente de la experiencia de Tania.

Luego de un buen rato Esteban se puso de pie y jaló a Tania hacia él. Tania dio un salto y se colgó de Esteban, mientras se besaban profundamente Esteban aprovechó para coger su verga, arrimar el hilo e ir acomodándola suavemente en la entrada de la chocha de Tania, ella la sintió y pidió tenerla adentro, Esteban la complació.

La verga entró de golpe, Tania dio un fuerte chillido como una perra y empezó a cabalgar la verga de Esteban. Tania colgada del cuello de Esteban, mientras que él la tenía sujetada del culo, la subía y la bajada mientras ella resbalaba por toda la verga de Esteban.

Esteban estrelló a Tania contra la pared quien seguía bien abrazada a su cuello y se la clavaba de una forma extrema, Tania solo pedía más y más.

De pronto la puerta se abrió y apareció el compañero de Esteban quien asomó la cabeza y miró asombrado la excitante escena, Tania y Esteban se detuvieron asustados. Tania se bajó y se acercó al compañero de Esteban, lo cogió del cuello de la camisa y suavemente lo hizo pasar, el no se resistió e ingresó a la habitación, Tania cerró la puerta esta vez con seguro y se acercó al moreno que acababa de entrar.

-Cómo te llamas? -preguntó Tania mientras avanzaba hacia él y lo hacía retroceder a la cama.

-Martín. -respondió el moreno mientras caía sentado en la cama.

Tania se paró frente a Martin y se quitó el hilo negro, quedándose solo con los tacos.

-Martín... nos quieres acompañar? -dijo Tania súper sexy.

-Por supuesto que si. -dijo Martín reclinándose hacia atrás y sonriendo.

Tania se inclinó hacia adelante, dejando la cola paradita y le desabrochó la correa a Martín, abriéndole el pantalón, metió la mano dentro y sacó la verga negra y venosa que ya estaba bien erecta y dura. Tania volteó y miró a Esteban, le guiñó el ojo y luego se volvió a Martín para empezar a comerse la verga, se la metía hasta atorarse, luego se la sacaba, la lamía y la chupaba un poco y luego repetía. Mientras tanto Esteban aprovechaba la cola parada y abierta de Tania, se arrodilló detrás suyo y cogiéndose de sus nalgas redondas y hermosas metió su cara en el culo devorándose el ano de Tania.

Luego Esteban se la metía a Tania desde atrás, luego Tania se montó en Martín mientras se la chupaba por un lado a Esteban, estuvieron probando diferentes poses por un rato hasta que entre chillidos, gemidos y arañones Tania llegó al clímax y tuvo un orgasmo como hacía mucho tiempo no tenía.

-Ayyy que ricooo. -gemía Tania- ahora les toca a ustedes... tienen para elegir.

-Yo quiero que te tomes mi leche... -dijo Martín.

Tania lo miró y sonrió. Martín se sentó al borde de la cama y se recostó ligeramente. Tania se arrodilló en el suelo justo frente a él y empezó a chuparle la verga ayudándose con la mano, se atragantaba, lo disfrutaba y no faltó mucho para que Martín llegara.

-Ya viene, no escupas nada perrita. -decía Martín mientras la cogía del cabello y seguía su movimiento mientras seguía chupando.

Tania continuaba cada vez más rápido, y justo cuando tenía la verga en lo más profundo de la garganta, un chorro de leche caliente la atoró, Tania tosió, tuvo arcadas, pero no se detuvo, el semen entró en su boca y en su garganta violentamente, pero ella, obediente, no dejó rastro alguno, se tomó todo, hasta la última gota.

Tania siguió chupando hasta que haya salido todo, Martín la miraba complacido, ella lo miró también sonriendo aún con la verga en la boca.

Tania terminó su trabajo y se volteó hacia Esteban.

-Ahora es tu turno mi amor. -le dijo Tania a Esteban mientras se chupaba los dedos con los que se acababa de limpiar la boca.

Esteban, quien había estado esperando a un costado de la cama mientras se masturbaba lentamente, se acercó a Tania y sin mediar palabra le dio la vuelta lentamente, la cogió de la cintura y la empezó a besar en el cuello. Tania sentía la verga por entre sus piernas. De pronto Esteban, de un empujón, tiró a Tania a la cama, ella cayó boca abajo con las piernas ligeramente abiertas, luego Esteban saltó encima de ella, puso sus piernas encima de las de Tania de tal forma que no las podía mover, luego le aprisionó las manos por la espalda y las mantuvo con una mano, con la otra mano Esteban cogió su verga y la acomodó justo en el ano de Tania, y de pronto se la metió toda. Tania soltó un alarido y Esteban con su mano libre la cogió del cabello y le empujó la cabeza violentamente contra la cama, Tania en principio no le quedó más que morder la cama, luego le empezó a faltar el aire y se quiso liberar, empezó a retorcerse y a tratar de gritar, pero eso solo excitó muchísimo más a Esteban que cabalgaba el culo de Tania salvajemente, no le tardó mucho llegar, le inyectó toda la leche hasta el fondo del culo, en ese momento le jaló el cabello a Tania quien pudo tomar una bocanada de aire, Esteban, mientras se seguía moviendo lentamente sacando las ultimas gotas de semen, besaba a Tania por el cuello y la espalda.

Una vez terminado, Esteban se levantó y le dio una nalgada a Tania, quien seguía tendida en la cama recobrando el aliento y con el culo embarrado de leche. Esteban y Martín se vistieron y se acercaron a Tania.

-Que rico culo tienes perrita, se tragó toda la leche que me sacaste. -le dijo Esteban mientras le cogía el culo a Tania.

-Toma, para que nos llames cuando te toque tu leche. -le dijo Martín tirando su tarjeta de presentación al costado de Tania.

-Gracias, me han dejado más abierta... y con un litro de leche dentro, de todas maneras los volveré a llamar. -dijo Tania ligeramente inclinada a un lado mientras cogía la tarjeta.

Martín y Esteban se fueron del cuarto, Tania se paró y se fue al baño para limpiarse el semen que le bajaba por las piernas, sentía el culo más abierto que nunca y no podía caminar bien. Se arregló como pudo el peinado que tenía y se volvió a poner el vestido, el labial ya lo había perdido pero aún le quedaba un poco de maquillaje en la cara para disimular, en el cuarto Tania notó que la cinta roja por la que había subido se había quedado tirada en el piso, la cogió y se la volvió a amarrar a la cintura. Entonces Tania salió de la habitación y se dirigió nuevamente a la fiesta. Tania caminaba incómoda, tenía el culo abierto y sentía que aún tenía leche adentro.

Bajó con cuidado las escaleras, cruzó la sala, pasó por la cocina y salió al patio donde la fiesta ya se venía dando, entonces la vi, la vi caminando con dificultad por entre la gente y noté que aún tenía la cinta roja alrededor de la cintura, habían pasado casi 45 minutos desde que Tania se había ido! y ya todos se preguntaban dónde estaba.

Tania se acercaba y yo me excitaba cada vez más al ver como caminaba.

-Que pasó Tania? Pensé que ibas a dejarle al señor su cinta? -preguntó una de las chicas preocupada.

-Ahhh... ehhh si... pero... no lo encontré, lo que pasa es que lo busqué y ya no lo encontré, al parecer ya se había ido. -mintió Tania dudosa.

-Ahhh ok, pero te demoraste un montón, estas bien? -preguntó nuevamente la chica.

-Si si estoy bien, no te preocupes, fui al baño y luego descansé un poco porque estaba mareada, pero ya estoy bien. -dijo Tania.

Tania y yo nos miramos y sonreímos, yo estaba muy excitado y no podía esperar a llenarla de leche yo también.

-Dónde fue? -le dije de pronto.

-Donde fue qué? -respondió Tania riendo.

-...dónde fue? -insistí.

-Arriba, en los cuartos... por qué?

-Vamos. -le dije.

-Para qué?

-Vamos. -insistí.

Me levanté y le extendí la mano, ella me miró un segundo y la tomó, se levantó despacio, cogió su cartera y me guio, cruzamos el patio y entramos por la puerta lateral, cruzamos la cocina, pasamos por la pequeña sala y subimos la escalera, avanzamos por el corredor y llegamos a un cuarto, Tania abrió la puerta, era el mismo cuarto, la cama aún estaba en desorden y se sentía un olor a sexo, me excité de sobremanera, pasamos y cerré la puerta.

-Aquí te cogió? -le pregunté suavemente pero muy excitado.

Tania me miró y se quedó callada unos segundos.

-Aquí me cogieron. -respondió.

Yo estaba volando, no lo podía creer, hace tan solo unos minutos, en esa habitación, en esa misma cama, se habían devorado a Tania. No pude más, me tire sobre ella y caímos en la cama, la empecé a besar desesperadamente mientras trataba de levantarle el vestido y al mismo tiempo abrir mi pantalón.

-Fueron los dos? Te llenaron de leche? -le pregunté súper excitado.

-Mjmm... -asintió mientras la besaba.

-Y por donde te llenaron. -le susurré.

-Uno de ellos, por esta misma boca que estas besando... y me tomé cada gota. -dijo Tania ya muy excitada.

Yo seguía forcejeando con mi pantalón pero también podía sentir las suaves piernas de Tania.

-Y el otro? Dónde fue? -le pregunté intrigado.

-El otro fue con el que baile, el me llenó por el culo.

Yo ya no podía más, me levanté y rápidamente me desvestí. Mientras lo hacía, Tania también se quitaba la cinta roja, el vestido y se quedó nuevamente solo con el hilo negro y sus tacos, se dio la vuelta y se puso en cuatro en la cama.

-Ven, prueba un poco. -me dijo.

Tania con una mano se arrimó el hilo y dejó al descubierto un ano húmedo y dilatado, me acerqué lentamente, le cogí las nalgas, se lo abrí y me zambullí en él, mi lengua recorría su delicioso culo, se podía sentir que alguien más estuvo ahí y yo disfrutaba muchísimo, Tania estaba súper excitada y me pedía que le dé por el culo, la complací.

Definitivamente mi verga comparada con la del moreno que se acababa de clavar a Tania era un juguete de niños. Ella tenía el culo súper húmedo, mi verga resbaló dentro inmediatamente y empecé a cabalgar el culo de Tania, ella gemía de placer mientras yo chocaba contra sus redondas nalgas, no tardé mucho hasta llegar, tenía mucha leche aguantada y también le llene el culo.

Tania había gozado cada momento de la noche, nuevamente entró al baño a limpiarse el culo, aún tenía el ano abierto. Mientras tanto yo aproveché a volverme a poner el terno, cuando Tania terminó de limpiarse y maquillarse se volvió a poner el vestido y su cinta roja.

Salimos de la habitación, bajamos y esta vez caminamos a la cochera, cogimos el carro y nos fuimos.

Una excelente y deliciosa velada.

(9,90)