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Mi abuelo, la Bestia
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Este relato que cuento tiene 4 años que paso y de hecho sigue pasando pero empecemos por el principio.

Me llamo Clara, recién cumplí 22 años y desde los 18 años tengo relaciones íntimas y deliciosas con mi abuelo. Soy chaparrita, algo gordita, cabello negro, muy tetona y culona, mis ojos son grandes de color marrón, mi abuelo en cambio es un hombre de 65 años que realmente no los aparenta, tiene ojos verdes, buen cuerpo, es alto y tiene el cabello ya cano, unos brazos y piernas firmes, una verga, gruesa y deliciosa de 22 cm, come sano y hace ejercicio por lo que sus amigos le dicen la Bestia por su forje.

Soy la menor de cinco hermanos, mi mamá desde chica le gustó la verga y es así que me tuvo a sus escasos 25 años… todos los hijos éramos de distinto padre razón por la cual mi abuelo siempre estaba enojado con ella pero nunca con sus nietos, quienes éramos tres mujeres y dos hombres, desde que nací fui la consentida de mi abuelo y fue la razón perfecta para que mi madre me dejara junto con mis hermanos con mis abuelos para que ella se fuera con su nuevo novio cuando yo tenía 6 años.

Mis abuelos criaron con esmero a todos mis hermanos y a mí pero como les digo yo soy la consentida por lo que los dulces y regalos en su mayoría eran para mí.

Mi abuela murió cuando tenía 15 años, mis hermanos se juntaron y me quede sola con mi abuelo y nunca fui más feliz pues toda su atención era para mí.

Cuando tenía 16 años empecé con las calenturas de cualquier adolescente, mi pecho creció muchísimo, se ensancharon mis caderas y mis piernas se tornearon, entonces mi abuelo me prohibió usar faldas y shorts más que para andar en la casa, en las noches acostumbraba a masturbarme y meterme los dedos imaginando que era el miembro de mis compañeros de clase.

Cuando cumplí 17 llegue a la casa del colegio, y sin querer vi como mi abuelo se estaba masturbando viendo una revista, jamás olvidaré esa imagen y esos jadeos, despertaron en mí una lujuria inmensa y así que aprovechaba siempre para espiar a mi abuelo en su cuarto y cuando se bañaba siempre con la delicadeza de que no me viera, por las revistas que veía sabía que las medias lo trastornaban.

Cuando cumplí 18 años, decidí que era el momento de demostrarle a mi abuelo que ya era una mujer deseosa de sexo, un sábado le pedí permiso para salir con mis amigas pero realmente lo que hice fue simular una borrachera, me lleve ropa extra, como eran unas medias de red, una tanguita de hilo, una falda súper corta y una playera pegada… fui a un bar a cambiarme y a tomar unos tragos para que mi plan tuviera sentido. Dando las 11 de la noche le marque a mi abuelo y le dije que estaba muy borracha para regresar a la casa que por favor me fuera a buscar, mi abuelo llego en cuestión de minutos bastante molesto y se enojó más cuando me vio vestida así… simule que no podía mantenerme en pie por lo que le pedí que me ayudara, aproveche para recargarme y recargar mis tetas en su cuerpo. Subimos al coche y la falda se me subió toda, empezó a conducir, escuche como decía, esta niña como ha crecido, sus formas de mujer y simule que me quede dormida así abrí las piernas y mi abuelo intento cerrarlas y fue que le agarre la mano y la lleve hacia adentro de mis muslos, hice que apretara uno de ellos y él se quedó con la mano así hasta que llegamos a la casa.

Una vez en la casa me ayudo a salir del coche y de nuevo aproveche para recargar mis tetas en su cuerpo. Nos metimos a la casa y me sentó en el sofá me regaño que como era posible que estuviera tan tomada (realmente solo tome 2 cervezas pero él no sabía que desde los 15 años tomaba ya como camionero por lo que esas cervezas no me hicieron efecto) empecé a llorar y le dije que quería dormir entonces me ayudo a subir las escaleras y accidentalmente me caí y quede en 4 poniéndole todo mi culo, le dije con voz suave Gabriel no puedo levantarme, entonces me agarro de la cintura y me dijo soy tu abuelo eh no me digas por mi nombre.

Llegamos a mi cuarto pero le dije que no quería dormir sola que tenía miedo que me dejara dormir con él y antes que dijera que no me metí a su cuarto, me recosté en la cama boca abajo, entonces mi abuelo me quito mis botas, el pensó que dormía y escuche que dijo, joder, que hermosas piernas y en esas medias, ya es una mujercita, por favor Dios dame fuerzas!! Sabía que era el momento adecuado me levante y le dije te gustan mis piernas entonces abuelo, sobresaltado se levantó de la cama y dijo perdón hijita no estaba pensando será mejor que me vaya, lo detuve de la mano y se la puse en mi teta y la apreté, le dije que Gabriel no soy como las putas que ves en esas asquerosas revistas, no te gusta cómo me vestí para ti, sus ojos verdes se abrieron y dijo Clara que dices como sabes de esas revistas, le conteste que desde los 16 años sabía que las veía y que veía como se masturbaba, me pidió disculpas y le dije siéntate Gabriel, anda.

Mi abuelo se sentó, entonces me pare y le dije tiene mucho que ya no me dejas sentarme en tus piernas, recuerdas como me hacías cosquillas pero cuando me crecieron los pechos dejaste de hacerlo y me quite el brasier, me dijo Clara por favor, que haces, estas tomada, y le conteste riendo, viejo no estoy ni tantito borracha, tomo desde los 15 controlo muy bien el alcohol, lo que no puedo controlar es mi puteria, y me arrodille enfrente de él, me saque la playera y vio mis enormes tetas, vi como las saboreaba, le dije tócalas Gabriel hace mucho que no tienes un desfogue y masturbarse no basta, me dijo no Clarita, eres mi nieta y le conteste Ya no, soy tu puta desde ahora y voy a insistir del diario si es necesario para que me veas así o que no te gusto? Me dijo si desde hace mucho me gustabas, y me toco las tetas, sus manos eran ásperas pero tan duras que me comencé a mojar, le dije apriétalas Gabriel anda, y las fue apretando más y más duro, dijo eres tan bonita, y me beso, mientras apretaba mis senos con fuerza, me besaba de lengua cada vez más salvaje, después sé quito y me quede con la boca abierta, apretó mis pezones y me dijo te gusta mi niña putita, y le dije si, los apretó más fuerte y me dijo porque provocas a los hombres, de seguro ya no eres virgencita y con una expresión de dolor le dije Gabriel, no me han desvirgado, quiero que tú lo hagas, en eso se transformó mi abuelo y me dijo dime abuelito, ya te dije zorrita y me dio una cachetadita, me excito tanto y dejo de apretar mis pezones se levantó se desabrochó el pantalón y vi como sobresalía su verga erecta del bóxer, me dijo la querías verdad mi putita, y le dije si Gabriel y me levanto y dijo que me digas abuelito, acto seguido me puso en sus rodillas, me levanto la falda y me empezó a nalguear con fuerza, me decía sé que ya no eres virgen, eres una ramera como tu madre, una puta y me nalgueaba más fuerte, cuando ya tenía las nalgas rojas, me las acaricio y me dijo perdón Clarita pero si no obedeces te toca castigo, y me dijo de donde sacaste estas medias divinas, esta tanguita deliciosa, este culo tan gordito, hizo a un lado mi tanga y me beso las nalgas, después recorrió con su boca mis muslos y me empezó a bajar las medias poco a poco, se levantó y me quito las medias, chupo mi pie, solo jadeaba de placer y de repente me tomo de las piernas, las abrió me jalo hacia su vientre y dijo quieres lechita verdad putita y le dije si abuelito, mucha… entonces me metió su verga de una estocada y pegue un grito de dolor, saco su verga y sin dejar de agarrarme las piernas dijo, mi niña decías la verdad, eres virgencita y me voy a comer esa conchita primero que nadie, entonces se bajó y empezó a lamer mis labios, mi clítoris y decía tu coñito debe estar relajado, metió poco a poco sus dedos y salió un poco de sangre y dijo, eres la segunda virgen que me voy a coger; cuando vio que estaba más relajada poco a poco metió su verga tan gruesa y grande se puso encima de mí, me besaba y decía a que sabe tu coño, di mi niña putita, me penetraba más y más fuerte, le decía para, para, abuelito me duele mucho y me dijo, no puta, querías verga aguántate y me la metía más fuerte aun… me apretaba los senos, me besaba de lengua, chupaba mi cuello, después me dijo mi amor, si quieres leche? y yo sí, si amor, si lléname la puchita y fue suficiente para que se viniera, sentí tres chorros que me llenaban toda, saco su verga caliente, me dijo pruébala puta, y metió su verga en mi boca de un jalón, me decía trágatela zorrita, toda, límpiala, las arcadas que sentía él le excitaban y decía si devuelves putita no te preocupes yo limpio, no tardó mucho para que su verga creciera de nuevo dentro de mi boquita y fue cuando me quite y devolví la cerveza, me dijo ay mi niña, no te gusto su sabor y le dije abuelito me encanta déjame chuparla por favor y me la volví a meter, dijo ensalívala bien, yo la chupe, la escupí y cuando estaba de nuevo erecta y brillosa, me agarro, me levanto la falda, hizo a un lado mi tanga, me puso en 4 y me empezó a lamerme el coño y el ano, metía los dedos y así intercambiaba dedos y lengua y me dijo ahora veras porque me dicen la bestia, abrió mis nalgas, escupió mi ano y me la empezó a meter poco a poco, yo gritaba y me decía ya ya, ahorita te va a gustar y cuando ya la tenía toda adentro empezó a cabalgarme agarrándome de mis caderas, metía y medio sacaba con fuerza su verga de mi ano, cuando la dejaba adentro se movía de atrás adelante tan rico y me decía aviéntame las nalgas puta, me nalgueaba, me jalaba el cabello, me decía puta, me escupía la espalda, me pidió que le gritara para ya abuelo, y le gritaba con mucho placer, para ya, sentía como sus testículos chocaban con mi pucha y después de 25 minutos otra vez tres chorros de semen me llenaron esta vez el ano. Saco con cuidado su verga y vio que estaba adolorida, exhausta, entonces me recostó y me dijo, te dolió mi niña y le dijo me dijo vamos a dormir, que bien te hace falta niña traviesa, me beso de lengua y se quedó acariciándome hasta que me quede dormida. A la mañana siguiente, me dijo Clara, lo que hicimos estuvo muy rico desde que falleció tu abuela, no tuve más mujer me dedique a criarlos pero no sé cómo tratarte ahora, y le dije Gabriel, ya te dije que soy tu puta en la cama, y tu nueva mujer y ante los demás tu nieta, yo no quiero novio ni lo necesito si te tengo ya. Sonrió y me dijo entonces te voy a bañar para limpiarte bien de toda mi leche, mi amor, mi mujercita, me baño y me enjabono cada parte de mi cuerpo y me cogió de nuevo en la ducha.

Desde ese día duermo con él, solo salgo de vez en cuando, cuando estoy en la casa uso shorts, faldas, escotes, a veces solo una tanga o nada, nos besamos y acariciamos en la tarde, me dice que soy su mujer y debo andar desnuda si el me lo pide, todas las noches mi abuelito me da leche por mis dos hoyitos, en las mañanas me baña y me coge nuevamente, como no quiero quedar embarazada y él tampoco quiere que quede fuimos al doctor para que me ligue las trompas.

Cuando vienen sus amigos a visitarlo soy su nieta y cuando quedamos solos soy su puta y el mi bestia.

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