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Deseaba verte así

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Aun faltaban unas horas, todo estaba preparado, sería el aniversario de bodas más sensacional que se hubiera preparado y todo con el fin de recrear los sueños más increíbles, una indescriptible angustia me acosaba, la ansiedad por un lado y por otro las dudas, ya no había tiempo la reservación estaba hecha en el restaurante, y la habitación del hotel reservada, tu con ese vestido que se ajustaba a tus formas como una segunda piel, estrenando un conjunto interior sexy para la ocasión, claro cumplir 25 años de casados era la ocasión más especial, que esperaban como pareja.

La cena, después el baile, toda una noche por delante y sólo para los dos, había además un regalo un regalo un regalo sorpresa para ti, bueno en realidad, ¡Eran dos!

Bajaste los escalones de la casa de tu cuñado metida en ese vestido rojo que te encantaba, dibujando tu silueta juvenil, que me enloquece, dibujando con claridad el contorno de tu ropa interior unas braguitas rojas pequeñísimas, y tu sostén de media copa que hacía que tus pechos se realzaran y el escote delantero y bastante pronunciado de tu vestido hacía que se miraran deseables!

Después de cenar, fuimos al salón de baile y pedimos de tomar otra botella de vino, nos sentamos y lo hice de tal forma que la escasa luz que provenía de la barra diera de frente a nosotros, observé como tu vestido cortísimo se subía aún más, dejándome ver, aún desde un lado tuyo tus bragas color rojo, por la parte de atrás eran tipo tanga de hilo dental, el sólo imaginarme tus hermosas nalgas me excitaba, saber que los que estaban en la barra y que volteaban hacia nosotros te miraban los muslos con deseo, también me excitaba, cruzaste las piernas un momento mientras conversábamos, la vista que tuvieron los vecinos de tus piernas fue sensacional, estabas deseable y hermosa... salimos a bailar una melodía lenta y nos abrazamos, rodeaste mi cuello con tus brazos, y yo te rodeé la cintura, podía sentir el calor de tus senos en mi pecho, y la incipiente erección de tus pezones, te apreté y sentiste la dureza de mi pene frotarse contra tu pubis, mirándonos a los ojos nos besamos buscando sentir aún más ese contacto ardiente que hacia que todo se borrara de nuestro alrededor.

Mis manos recorrían tu espalda, llegaron hasta la base de tus nalgas y te apreté aún más, subiendo también al mismo tiempo tu vestido, mostrando con toda intención tu trasero a todo aquel que deseara verlo, total, nadie nos conocía y si nos excitaba ver las miradas que te dirigían y ver como ¡también ellos con nuestro cachondeo se excitaban!

Al oído las cosas más ricas me decías, y sentía como te habías acomodado, de tal manera que tu clítoris fuera frotado suavemente con el compás de la música, estabas dejándote llevar por de manera voluptuosa por la música, elevando lentamente el grado de excitación que sentías, mientras que varios pares de ojos te miraban... si, ese era mi plan calentarte poco a poco, para que ya, a eso de la una de la mañana dirigirnos al hotel, en donde nos esperaba otra botella de vino, la cama el jacussy y una inolvidable noche de sexo en nuestro aniversario.

Me dirigí directo al estacionamiento de la habitación que había reservado, antes de entrar, te dije que adentro había una sorpresa, ¡una gran sorpresa, que te había preparado como regalo de aniversario!

Entramos a la habitación y había una estancia con una mesa montada, para dos personas, alumbrada con velas...... la luz era suficiente para que la vista fuera con toda claridad, a un lado de la mesa, otra, conteniendo una cubeta que contenía dos botellas de vino, y dos copas, además de un descorchador, te tomé de la cintura y pasamos a la habitación, te bese y te abrasaste a mí correspondiendo, podía sentir tu lengua que se enroscaba con la mía y el suspiro de tu pecho al unir nuestros cuerpos, encendí el disk placer que llevaba y el sonido de la música de Barry White se esparció por toda la habitación, recorrimos la otra estancia, ya con una copa de vino en la mano, y una cama enorme dominaba la habitación rodeada de espejos, que reflejaban tu figura, enfundada en ese vestido rojo te veías exquisita, al pie de la cama también rodeado de espejos, el jacussy, preparado con agua caliente y tibia presagiaba una noche interminable, eran apenas la 1:30 de la mañana... al fondo el lavamanos y la regadera con un cristal traslucido en donde, con toda seguridad se translucirían las figuras de tantos amantes que habrían pasado por ahí, ¡hoy era tuyo y ,mío!

Te tomé de la mano y te invite a seguir el compás de la melodía, tus brazos se enlazaron a mi cuello, mientras de abrazaba por la cintura, recorriendo con mis manos todo tu cuerpo, Tus labios con sabor a vino, buscaban anhelantes los míos, mientras que nuestras lenguas se entrelazaban en una danza erótica tratando de absorber la esencia del otro,

―te amo murmuraba en tu oído ―, mientras empezaba a mordisquear tu oreja, te estremecías y tu lengua recorría mi cuello. Mientras mis manos acariciaban tus caderas y atrevidamente buscaban apretar tus nalgas para sentir la tibieza de tu entrepierna frotarse con la mía, un gemido escapó de tus labios, al sentir mi mano oprimirte de tal modo, que tu erecto clítoris rozaba contra la dureza de mi virilidad

―aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!! – ¡Que delicia papi? – exclamaste y acomodaste tu cara contra mi pecho y oprimiste con tus brazos mi torso para sentir el roce directo de tus pezones erectos contra mí.

Que gozo era tenernos así, amantes después de 25 años, de estar juntos y sentir como la sangre nos ardía. La melodía se detuvo y nos fuimos asentar te serví otra copa de vino. Y te dije

―hoy te daré un regalo que no esperas ―

―¿qué es papi? –

― no lo sé llaman a la puerta y ahora te lo traen!

― ¡tocan! ¡Abre la puerta ahí te lo entregarán!

Te levantaste de la mesa y alisaste el vestido con tus manos, te veías preciosa, con tus mejillas arreboladas de excitación y los ojos brillantes de felicidad, caminaste hacia la puerta de la habitación, contoneando las caderas sabiendo que mi mirada estaba fija en tus nalgas, que se bamboleaban al ritmo de tus pasos calzados con esas zapatillas de altísimo tacón de aguja y las medias sostenidas con un liguero negro, eras la perfecta imagen del erotismo.

Me levanté para dirigiéndome sobre tus pasos y vi cuando tomaste el pomo de la puerta, lo giraste y abriste...

La sorpresa paralizó tu rostro y abriste la boca, sorprendida

―tu fantasía― te dije― ¡es tu regalo! será una única vez si estas de acuerdo, todo será como lo hemos platicado

―la sorpresa no te dejaba hablar, ― ¿Pero tú estás seguro?― preguntaste,

―ya todo está acordado, sólo falta tu opinión

―sólo se llegará hasta donde tú estés de acuerdo, ¡nadie llegará más allá!

―¿qué dices? Te pregunté.

―No estoy segura dijiste...

―Todo será de acuerdo aun guión, tal como si fuera una película

―adelante! –pero sólo hasta donde yo quiera! –dijiste.

―¡claro es tu regalo!

―Invítalo a pasar

Así con dudas extendiste la mano y abriste la puerta completamente, dejándolo pasar, en ese momento las cosas dentro de la habitación cambiarían, con la cámara en la mano filmé el momento

Lo tomaste de la mano y dándole un beso en la mejilla

―buenas noches Toño ¿cómo estás?

―Bien y tu – respondió él –

Tomándote por la cintura, te condujo a la mesa donde ya habían otras dos copas de vino servidas y la luz de las velas estaba encendida acercándome a ustedes siempre filmando la escena me acerque a ti y te dije –filmaremos nuestra propia película erótica, deben de actuar como dos actores profesionales a cada momento seguirán mis ordenes, sin embargo habrá momentos en los que improvisarán ¿OK? – Asintiendo con la cabeza, sonreíste, me retiré a preparar la cámara y la música, empezaríamos con la escena del baile, ―dije interrumpiendo la conversación trivial que mantenían― sería el baile lo que rompería el hielo, finalmente, y yo lo sabía, había sentimientos añejos y no era un extraño para ti, eso te ayudaría...

La voz de D. Cassidy con melodías románticas se empezó a escuchar, preparé la cámara y con un gesto los invité a que empezaran a bailar. Hicieron un último brindis, mirándose a los ojos, sonreíste, mirándome a la cara, y aceptaste la manó de él para que te ayudara a levantar, inmediatamente te enlazó por la cintura y te volteaste hacia él colocándole la mano en el hombro y dejándote llevar empezaron a bailar... Inmediatamente la música te envolvió y deslizaste tu brazo izquierdo ensalzándolo por la cintura, él recorrió su mano por tu espalda palpando en forma cálida y constante la tibieza de tu espalda, soltando tu mano derecha te abrazó con ambas manos por la espalda, tu las sentías subiendo y bajando, recorriendo tus costados, de manera inconsciente tus manos empezaron a recorrer sus espalda, apoyaste la cabeza en su pecho y tus recuerdos se fueron años atrás, él sintió como te relajabas y volteaste a mirarlo, en ese momento él bajó su cara y acercando los labios te besó, primero suavemente y poco a poco empezaste a responder a la caricia, te inhibía el saber que estaba yo mirándote, aún besándote volteaste a verme, y viste mi mirada de aprobación, era tu noche, tu regalo, nuestra fantasía hecha realidad, te sonreí, y sólo entonces alzaste los brazos recargando tus senos en su torso, apretándolo contra ti con tu brazo izquierdo, y con el derecho enlazaste su cabello hundiéndote en su boca, enlazando la lengua con la de él.

Él sintió tu respuesta y apretó tu cuerpo contra el de él, empujaste tu cadera, sintiendo como tu pubis frotaba su entrepierna y sentiste por primera vez de manera consciente su virilidad, finalmente volvías a sentir como el placer te empezaba a recorrer de nuevo, la escena era excitante, y acercándome a ustedes fui tomando acercamientos de sus labios, como te mordía y acariciaba con su lengua la tuya que salía a su encuentro, como tus manos recorrían su pelo negro enredando tus dedos en el, mientras que él recorría tu espalda atreviendo ya a bajar hacia tus nalgas y caderas, al mirar tu aceptación se tornaba más atrevido, las escenas filmadas eran cada vez más candentes, hice un acercamiento filmando sus cuerpos pegados, unidos completamente, captando como al ritmo de la melodía su enorme erección frotaba delicadamente tu pubis, mientras que solamente se escuchaban los gemidos de placer que alcanzaban a escapar de sus labios.

El baño

Pero la filmación debía continuar, de modo que los invité a brindar con otra copa de vino, y les di las instrucciones iban a tomar un baño juntos, mientras yo filmaba la escena; pero, sin penetración, esta sería hasta que el guión lo señalara, así ambos en ropa interior, chocaron sus copas se tomaron de la mano y se dirigieron al área del vestidor del baño, él enlazó tu cintura y tu te abrazaste a su cuerpo, besándote nuevamente, recorrió tu espalda buscando el broche de tu sostén, lo encontró y lo desabrochó, te separó de él, y con ambas manos tomó los tirantes de tu brasier, y los deslizó por tus hombros, descubrió tus senos, esos pechos preciosos finalmente después de muchos años estaban desafiantes ante su mirada, tus pezones se erectaron de la excitación, era también la primera vez que estaban a la vista de otro hombre que no fuera yo, volteaste a verme y te sonreí, asintiendo con la mirada, sus manos volaron hacia ellos masajeándolos acariciándolos suavemente, pellizcando con delicia tus pezones y mirándolo le sonreíste, después se acercó a ti, y te abrazó, sentiste tus pechos hacer contacto directamente con su pecho y sintieron ambos el calor de sus cuerpos, descendió sus manos y acarició inclinándose , tu concha empapada, los hilos de tu venida humedecían tus piernas, haciendo delicioso aún mas, el contacto, tomó el elástico de tus panties y empezó a bajarlas, mientras se iba hincando delante de ti, tenía la mirada fija en tu concha que apareció depilada completamente, tus labios hinchados por la excitación, lucían sonrosados, brillantes y húmedos, bajó tus pantaletas completamente, y recargó su cara contra tu pubis abrazándote totalmente, empalmó tus nalgas y se apretó contra tu concha, hundiendo, repentinamente hasta el fondo su lengua, ―aaaaagggggghhhhhhh― que rico gemiste, y empezó a lamer tu rajita, pero aún no era tiempo, se enderezó y besándote de nuevo en la boca, recorría abrazándote, tu piel desnuda por primera ves para él, completamente desnuda.

La escena era erótica a mas no poder y quedó completamente filmada, así abrazados empezaste a recorrer, su cuerpo y engarzando tus dedos en el elástico de la trusa, te hincaste en el suelo, lo mirabas a los ojos cuando deslizabas la prenda hacia abajo, su enorme erección dificultaba el descenso, sin dejar de mirarlo recorriste la mano y estiraste el elástico, y su verga erguida saltó hacia el frente, de el orificio de su cabeza circuncindada, brotaba un hilo de líquido lubricante lo miraste a los ojos y él te ayudo a deshacerse de su trusa, tus manos lo tomaron de los tobillos y fueron ascendiendo por sus piernas hasta que quedaste con tu cara frente a su pene erecto, lo miraste a los ojos, y con tu lengua fuiste, sin dejar de verlo, recogiendo degustando su liquido hasta tocar con la lengua el frenillo de su cabeza, parando los labios le diste un beso en su glande sorbiendo las gotitas que salían, el gemido fue grandioso – mmmmmmmmmmmm Mija , Mija moho― te paraste y se abrazaron desnudos, así en la habitación los filme bailando piel contra piel, escondiste su verga entre tus piernas y a cada movimiento te golpeaba los labios de la vagina, con tus jugos lubricabas su verga haciendo que tu clítoris también erecto se frotara constantemente aumentando en cada compás la excitación.

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